1. UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICE-RECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
ESCUELA DE DERECHO
ARAURE. EDO PORTUGUESA
NICOLAS MAQUIAVELO
EL PRINCIPE.
Alumno: Richard Salvador Finochio Ruiz
CI V-24.654.983
Araure, Marzo 2016
2. Más allá de admitir que la obra de “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo
puede llegar a verse como solo un tipo de guía para los príncipes de aquella
época en el cómo mantener su poder y las relaciones que como mandatario
debe seguir, la importancia y la trascendencia de esta obra, tan espectacular
como lo fue en su tiempo y sigue siéndolo a través de los años, radica en su
especializada utilidad aun en la actualidad. No por nada se ha ganado el título
de una de las obras más importantes de la ciencia política, sino que su autor
es considerado como el padre de esta ciencia, por su puntual análisis de las
situaciones políticas en aquel tiempo, donde dichos acontecimientos, no muy
diferentes a la realidad de hoy, genera la importancia de que es lo mejor de
hacer para mantener el poder y perpetuar nuestro gobierno como príncipes,
presidentes, jefes, etc.
Para comenzar abordar una pequeña, pero delicada crítica sobre esta
obra es importante mencionar que de la misma manera como Maquiavelo
desarrolla el tema de la manutención del poder, es como los politólogos, como
nosotros, debemos de analizar las situaciones de nuestro mundo y nuestra
sociedad, desde un marco de la propia realidad y sobretodo tomando mucho
en cuenta el pasado y el futuro de dichas situaciones. Supondría muy
vagamente que Maquiavelo sabia jugar muy bien ajedrez, puesto que los
movimientos que establece en “El Príncipe” contienen una mira no solo a lo
que debe realizar un príncipe, sino que, como en toda partida de ajedrez, se
debe predecir el mejor movimiento en ataque o en defensa del enemigo,
puesto que todo gobernante, por el simple hecho de serlo, ansia perpetuarse
en el poder, así sea nuestro peor enemigo.
3. El objetivo de Maquiavelo al escribir la obra es fácil identificarlo desde la
presentación, independientemente de la bondad o malicia de su acto, la
necesidad de ayudar a los que declara en su último capítulo como posibles
redentores de la Italia sometida a los bárbaros. Así pues nace a partir de la
caridad hacia su propia nación. ¿No debe ser similar nuestra propia
vocación, que la labor como cuentistas políticos sea ayudar al desarrollo
de una eficiente política de nuestro país? Además de esta característica
peculiar, otra muy importante y que la desarrolla a lo largo de la obra con una
gran lógica, es el uso de la experiencia y de la historia. Maquiavelo tenía muy
presente esta fundamental nota pues no hay mejor maestro que la historia para
no cometer los mismos errores de los grandes –o no tan grandes- hombres del
pasado.
Podría aceptar que los primeros capítulos del libro maneja una situación
un tanto pedagógica, pues es necesario aquí y ahora, el terreno en donde uno
se desarrolla, y más aún si es de política. Maquiavelo fue muy didáctico al
desarrollar primeramente la distinción de tipos de principados con el fin muy
probablemente, de que en el futuro los príncipes de aquella época se
observaran a sí mismos y sobretodo observaran las características de los
principados amigos y enemigos. Aunque es lógico que en la actualidad no
podemos hablar de la misma manera de principados, si podemos llamarles
países o estados nacionales, cada uno con su historia, sus propias
características sociales, culturales, económicas y políticas. ¿Qué nos queda
ante esto? Tomar la misma estructura de análisis que logro el escritor, nuestro
trabajo como politólogos tendrá que tomar un estudio de los demás países
para saber de qué manera se puede desenvolverse en un término
internacional.
4. A lo largo de su tratado, el autor maneja explicaciones y conceptos
que nos ayudan a identificar las características que deben tener los príncipes
y los gobernantes para alcanzar el objetivo de la política: mantener el poder.
El estudio se aborda desde lo real y desde que es lo conveniente para que el
príncipe “aprenda más bien lo que origina su ruina y preserva su poder.” Una
de las primeros comentarios que destacan el libro es la variada clasificación
de características que deben tener los príncipes: ganarse nuevos amigos,
triunfar por medio de la fuerza o el fraude pero triunfa, hacerse amar y temer
por los pueblos, respetar a los soldados, ser severo y agradable, magnánimo
y liberal, ganarse la amistad de los demás reyes, etc. Aquí lo interesante que
hay que observar es que el comportamiento de los príncipes da como
resultado el manejo de su política, no solo basta realizar bastas obras o
sentarse a declarar asuntos, si no desenvolverse en el ámbito político es lo
que determina la estadía o el fracaso. Es un concepto que parece temprano a
la época, pero seguramente ya era necesario analizarlo y por lo tanto
dejárnoslo como herencia. La importancia del príncipe como tal no es tanto
abordar los temas políticos tal cual los maneja el autor en nuestra realidad, la
herencia que nos permite tener Maquiavelo es usar su propio desarrollo
analítico de la política para poder saber qué hacer, conocer la política como la
conoció Maquiavelo es ciertamente el trabajo que se nos invita a realizar.
Otra característica muy peculiar del autor y que desde el principio de sus
capítulos desarrolla son los consejos basados siempre en una argumentación
valida y para mí, digna de admirar. UN primer punto muy rescatable, es la
actitud del gobernante hacia una sociedad nueva de gobernar; la necesidad
que el príncipe no solo conozca a los ciudadanos, sino que aprenda a vivir
como ellos, permitirá que las penurias le sean conocidas y por lo tanto que las
acciones que incurra el gobernante sean específicas y eficaces. Es la
5. necesidad de que el pueblo respete al príncipe; esta actitud en gran parte se
lograra cuando la población sepa quién es en verdad dicho dirigente. Ante esta
misma situación, otro punto muy relevante es la importancia de debilitar a los
enemigos, más cuando ese enemigo es más amigo de la población a la que
gobiernas, evitando que adquieran mucha fuerza. Es ahí tan fundamental
como ya mencione, que el príncipe aprenda a vivir como su población.
Aunque en la actualidad no aplique al cien por ciento el trato con los
soldados y la milicia, es obvio que en la época de Maquiavelo era un asunto
crucial, sin embargo el colocar este asunto dentro de los de la actualidad seria
parte del objetivo de la crítica. Maquiavelo considera usual dedicar parte de su
libro a hablar sobre la milicia, esto es porque menciona que es el modo de
discurrir sobre los ataques o la defensa en los estados. La idea principal del
autor es conservar un milicia propio en el que puedas confiar, tratar bien a la
milicia y mantener confianza, fuerza y valentía al propio ejército y una forma
de transmitir estas virtudes es estando frente al ejército durante la batalla,
conocer bien el territorio del Estado, salir a cacería y privilegiar
moderadamente a los soldados. Una forma de transmitirlo a nuestros días es
por ejemplo con los partidos políticos; ciertamente la militancia se podría
considerar como los soldados de aquella época. La esencia no cambia, la
importancia del dirigente de demostrar a sus soldados propios la confianza en
ganar es fundamental dentro de cualquier institución política.
¿Cuál es la importancia que debe existir en cómo se ven los
príncipes ante la población? Para el autor y seguramente para cada político
debe ser la fundamental dentro de la profesión. Es sorpréndete que el autor
de una manera tan fácil nos explica esta argumentación: ¿es mejor que los
6. príncipes sean temidos o amados? o ¿Qué es mejor, la liberalidad o la
avaricia? Maquiavelo acierta profundamente respondiendo de una manera
característica que todo está en la prudencia y en la moderación, pues todo
depende de las circunstancias y la manera en cómo se lleva; pero ciertamente
siempre habrá una característica que supere a la otra, Sin embargo, la poca
prudencia puede ser ciertamente, el factor de pérdida del Estado. Algo
fundamental es admitir que aunque el príncipe es mejor que le teman, que
nunca llegue al odio por parte de sus seguidores, por que como argumenta el
odio de la clase es más poderosa, puesta esta acarrea la deposición del poder.
No por nada dedica un capítulo esencial a plantear la importancia de evitar ser
odiado.
Existen dos puntos esenciales que serían de suma importancia plantear:
la primera es sobre no ser siempre bueno ni malo con los demás, esto es que
depende de las personas y de “su humor” es el comportamiento que debe
seguir; pues vale más contentar a las personas ignorantes dentro de su forma
de ser, que de ser tan buenos y decirles lo que deben hacer por ser “caritativo”
estas acciones se vuelvan contra el príncipe. La segunda es confiar y
desconfiar al mismo tiempo de los cercanos, más que de los lejanos: “temer
de aquellos mismo que le rodean.” Estoy muy de acuerdo en la importancia de
la lealtad con los amigos y con las personas que aportaron algo para que el
príncipe llegara al poder, sin embargo, el autor sabe bien que las personas
cambian y el egoísmo es natural en el hombre; por eso la importancia de no
confiar siempre de las personas que pueden acercar las caída del gobernante;
en la política es difícil mantener una sana amistad.
7. A partir de la misma idea, la importancia de la buena vista de la población
hacia el político, Maquiavelo afirma que se debe tener como dirigente algunas
virtudes esenciales para motivar a que la gente seguía a la persona. O bien, si
no se tienen como tal, mínimo aparentarlas. El autor habla de la benevolencia,
la humanidad, integridad, religiosidad, fe. ¿Será muy diferente nuestra
época? Cada momento que se reflexiona, afirmamos más aun la
trascendencia de “El Príncipe” porque aunque no podamos hablar de las
mismas virtudes, en la actualidad lo compatible seria: las ansias de cambio,
las promesas en la disminución de impuestos, el cuidado al medio ambiente,
la unidad familiar del dirigente, el trato hacia las demás personas, la sinceridad,
etc. Y aunque no las tengan los políticos de hoy, saben bien que es mejor
aparentar tenerlas. Suena sarcástico, pero bien diría Maquiavelo, es lo más
conveniente. Hoy y siempre, el político tiene que deslumbrar a la población
para que crea en él. “Ir a dar ejemplos de humanidad y munificencia” que los
romanos argumentarían: pan y circo para el pueblo; esto como ya lo dijimos,
para mantener el poder del príncipe.
Otras aptitudes importantes que considero fundamental tomarlas en
cuenta por su trascendente aplicación en el tiempo, es dar el sentimiento de
necesidad, de que tiene que estar siempre el príncipe para la solución de
conflictos, la importancia de las fortalezas, que vale más estar bien protegido
por dentro que por fuera, el primordial e irónico uso de la ley como herramienta
de defensa y sobre la prudencia respecto a las riquezas, pues vale más
aprovecharse de las circunstancias que de las fortunas. Aquí y siempre, los
gobiernos deben seguir al dinero según los tiempos y las modalidades de la
realidad.
8. Seguido de esto, un tema sustancial es sobre la moralidad o amoralidad
de la obra. Maquiavelo sabe bien desde un principio que la maldad en las obras
de un político serán mal vistas frente a la población y esto para el autor es lo
peor que puede llegar a pasar puesto que no se lograría el objetivo de
mantener el poder. Así que argumenta que los actos de severidad deben
realizarse todos juntos y los actos de benevolencia deben hacerse poco a
poco. Se fundamentación es igual de sorpréndete: en los actos malos no habrá
tiempo de reflexión, en los actos buenos será necesario saborear la acción. El
mal para Maquiavelo parece ser justo y necesario por el hecho de hacer notar
al príncipe en su seguridad de decisión y su gran carácter y así, sujetar el
poder fuertemente; sin embargo no descarta aun mayor la necesidad de los
actos buenos pues su finalidad en la acción será perpetuar el poder del
príncipe. Sin embargo es importante aclara que Maquiavelo considera que las
buenas obras se deben hacer por generosidad y justicia por parte del príncipe
y no por tímido, afeminado o débil. Las buenas acciones deben dar seguridad
y respeto de los gobernados al gobernante. Es necesario hacer aquí y ahora
las cosas buenas, para que en tiempos de penuria las malas acciones sean
vistas como necesarias y no como forzosas.
Maquiavelo argumenta que mientras una acción sea inevitable para
fortalecer la permanencia en el poder, será buena; es como si Maquiavelo
pensara que si la maldad tiene un fin bueno, no hay que dudar en usarla. Bien
atribuida a el la frase: “el fin justifica los medios.” Por lo tanto, su concepción
de bondad quedaría limitado en admitir acciones que le ayuden al gobernante
su estadía en el poder y lo inmoral quedaría en que si estas acciones lo único
que provocan es no adquirir gloria ni virtud. Decir que la obra de Maquiavelo
es inmoral en su totalidad es hacer de lado la argumentación a la lealtad, la
prudencia, la benevolencia y otras virtudes que atrás comentamos.
9. CONCLUSIÓN
Finalmente me queda por concluir algunas objeciones hacia la obra, pero
más por el hecho que el libro está escrito en otro contexto histórico y por lo
tanto no aplicaría en su totalidad con la actualidad. Una primera es la
existencia tan importante como ya lo mencione, de los soldados; pero siendo
más puntual es acerca del trato con el ejército. Maquiavelo comenta que es
imprescindible tratar bien a los soldados y a los generales de la milicia, siempre
y cuando entre en los límites de la prudencia. Son escasos los ejemplos de
estos límites y por lo tanto no existe una argumentación más sólida del porque
hay que tratar bien a los solados, más que de la necesidad de protección.
Pero contraponiéndome a esta idea y usando el mismo método del autor
para analizar asuntos políticos el uso de la historia-; existió en la primera y
parte de la segunda mitad del siglo XIX un sorprendente estancamiento de la
política mexicana porque estaba manejada en su mayoría por militares y
además, este hecho provocaba que los privilegios de los soldados estuvieran
bien mantenidos. Me pregunto que hubiera hecho Maquiavelo ante esta
situación, cuando es difícil marcar estos límites dentro de una sociedad política
manejada por propios militares que se aferran a dejar sus privilegios.
Esto provoco no solo el enfrentamiento entre liberales y conservadores,
sino por la ineptitud del gobierno mexicano, la pérdida de más de la mitad del
territorio y la ofensiva continua ante los ejércitos extranjeros. Es agradable
saber que en un tiempo llegaron las leyes de Reforma. Por último, otra objeción
es sobre la concepción del autor acerca del objetivo de la política: mantener el
poder. Es cierto que al hablar de política nos referiremos tarde o temprano a
10. la concepción de poder, sin embargo no es el único asunto que concierne a la
política.
Si nos referimos a los autores de la filosofía clásica, la importancia de la
política es que los ciudadanos tengan beneficios y bienestar por parte del
gobierno, esto combinado con la concepción maquiavélica, sería una buena
percepción del objetivo de la política. Hay algunos que hasta pueden llegar
afirmar que la política no sirve para nada, sin embargo seria decir algo muy
mediocre que no vale la pena comentar más.
Es importante saber que Maquiavelo usando un estilo propio de
argumentación, dio a conocer una forma de saber acerca de la realidad política
que se nos fue transmitiendo a través de la obra de “El Principie” que como he
dicho, su característica más peculiar es la trascendencia en sus procederes,
Maquiavelo podemos afirmar que fue el primer politólogo moderno y por lo
tanto concluir que nada hay nuevo bajo el sol; la política seguirá teniendo
características imposible de separarlas. Las particularidades de la sociedad y
del gobierno pueden cambiar, pero su esencia, esta relación entre gobierno y
pueblo y la resolución a sus conflictos mediante procedimientos, lo que
llamamos política nunca cambiará.