1. UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES
ESCUELA DE POST GRADO
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA SALUD
CATEDRA: INDICADORES Y ESTANDARES DE CALIDAD
DE LA ATENCION SALUD PÚBLICA
CATEDRATICA: Mg. LIDA VELASQUEZ SALCEDO
ESTUDIANTES:
o ROBERT MAXIMO PALPA INGA
o JHAIDY PAMELA CAJAHUANCA ARAUZO
SEMESTRE: IV
HUANCAYO-PERÚ
2014
“LA VIOLENCIA Y LAS ADICCIONES – ALTERNATIVAS DE
SOLUCION DESDE LA MIRADA DE SALUD PUBLICA”
2. INTRODUCCION
Hemos sido privilegiados por llegar con vida a este nuevo siglo, no ha sido fácil, pero
lo que deberán enfrentar nuestros hijos y nietos ha de ser más difícil aún. La conciencia
social que debe caracterizar a todo ser humano y debe primar en los gobiernos que
pautan las directrices a seguir por sus pueblos está ausente o poco definida en acciones
efectivas para una parte importante de la comunidad mundial. Cada ser humano con un
mínimo de capacidad mental y humana no debe ser ajeno a la situación en que se
vive y el futuro que nos depara las actuales condiciones a las cuales hemos llegado,
los recientes cataclismos sufridos por los pueblos de Haití, Chile y Japón, lo ocurrido
en la plataforma petrolera en el golfo de México, las inundaciones en Sudamérica, los
diferentes disturbios sociales, son sólo algunos ejemplos que dan fe de ello.
En este contexto pluralizado de incontables elementos perjudiciales contra el entorno,
la existencia y la salud, existen dos flagelos que están íntimamente relacionados, en su
origen, desarrollo y consecuencias; que dependen enteramente del accionar del
hombre y donde se ha demostrado que una prevención a tiempo y efectiva puede
lograr resultados de relevancia que permitan frenar y hacer retroceder su nefasto
avance, son: las adicciones y la violencia.
El informe sobre la salud en el mundo correspondiente al año 2008 expresa en su
capítulo introductorio: “La atención primaria de salud, más necesaria que nunca”, que
la prevención y la promoción de salud es la estrategia fundamental para garantizar la
salud a la población de nuestro planeta, mediante servicios equitativos y de calidad.
Aunque tardíamente, la humanidad ha comenzado el proceso de toma de conciencia de
la gravedad de la situación y ha empezado a realizar acciones concretas para enfrentar
estos problemas, prueba de ello lo tenemos en los eventos mundiales o regionales
realizados en los últimos años, para analizar políticas y estrategias de enfrentamiento.
3. El estilo de vida es el factor que en mayor medida determina nuestra salud, con un
peso específico que representa el 43%, seguido de la herencia genética (27%), el medio
ambiente o entorno en que se vive (19%) y el sistema sanitario (11%). Logrando que el
estilo de vida no incluya los principales factores de riesgo (conductas adictivas,
violencia, estrés, sedentarismo, dietas dañinas), se podrá alcanzar una mayor
expectativa de vida, pero no sólo es vivir más, sino hacerlo con calidad y con
conciencia de disfrute.
En relación con las adicciones y dirigida a la droga modelo se celebró en el año 2005
en Brasil la Primera Conferencia Panamericana sobre Políticas Públicas en Alcohol, en
las que se recogieron las experiencias acumuladas mundialmente sobre la lucha
contra el alcoholismo, se plantearon cifras escalofriantes acerca del consumo del
mismo y sus consecuencias en la región de las Américas, donde el consumo percápita
es 40% mayor que en Europa. Si se repasa el informe sobre la salud en el mundo 2002
podrán apreciarse otras nefastas estadísticas, que indicaban que el 4 % de la carga
de morbilidad (expresada mediante el indicador DALYs, de años perdidos por
discapacidad y los perdidos por muertes precoces) y eI 3,2 % de la mortalidad
mundial (indicador que alcanza el 12 % en nuestra Latinoamérica) son atribuibles al
alcohol y que este representa además el principal riesgo para la salud en los países en
desarrollo con baja mortalidad.
4. ADICCIONES Y VIOLENCIA
ADICCIONES
La humanidad pierde cada 12 meses 330 millones de años de vida por discapacidad y
muerte prematura por las drogas legales e ilegales. Un resumen de los tres últimos
informes mundiales sobre drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra las
Drogas y el Delito 41,42,43, muestra interesantes aspectos de la problemática, el
correspondiente al año 2009 comienza de la siguiente manera: “El final del primer
siglo de fiscalización de drogas (que comenzó en Shanghái en 1909) coincidió con la
terminación del decenio dedicado a la acción común para contrarrestar el problema
mundial de las drogas (iniciado en 1998 por la Asamblea General en su período
extraordinario de sesiones sobre las drogas). Estos aniversarios estimularon la reflexión
sobre la eficacia y las limitaciones de las políticas sobre drogas. El examen culminó
con la reafirmación de que las drogas ilícitas siguen planteando un peligro para la salud
de la humanidad.”
Lo cual tiene sus aristas a analizar y también deben sumársele otras cuestiones que en
el último decenio supuestamente de mayor interés y dedicación en la lucha contra las
adicciones han aflorado y se están extendido con gravísimas consecuencias para el
bienestar humano.
El referido informe alerta enfáticamente sobre la tendencia que se viene gestando
desde hace un tiempo para justificar y desarrollar la legalización de las drogas ilegales,
argumentando una serie de razones de tipo económico entre otras, que el informe
rechaza categóricamente con argumentos incuestionables, que ponen al desnudo las
terribles consecuencias que entrañaría para la humanidad tal decisión, además y sin
lugar a dudas deja expuesta la terrible situación que está sucediendo en muchísimas
partes del mundo y en algunas de ellas con una intensidad nunca vistas y sin asomo
de posibles soluciones para una criminalidad desordenada y cruenta que está
devastando comunidades y ciudades enteras, como está sucediendo en la hermana
tierra mexicana.
El informe también recalca en el derecho y necesaria atención que requieren y deben
recibir las víctimas de las adicciones y por último hace un llamado a un par de
5. elementos delictivos contra los cuales poco se ha hecho en cuanto a control y acciones
efectivas para su eliminación: el blanqueo de dinero y el delito informático.
Los informes correspondientes a los años 2010 y 2011, continúan enfocando la
estigmatización que se hace del adicto y la pobre atención que recibe a nivel mundial.
Un resumen de los dos últimos informes de la Oficina de las Naciones Unidas
contra las Drogas y el Delito no deja lugar a dudas de la gravedad de la situación
actual, se resumen los aspectos de mayor importancia:
El informe del año 2010 empieza enfatizando que se cultiva menos la adormidera y la
coca, en los últimos dos años ha descendido el consumo en Estados Unidos, pero en el
último decenio se ha duplicado en Europa, El total de personas que consumen
estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) -cifra que se estima entre los 30 y 40
millones- probablemente no tarden en superar el número total de consumidores de
opiáceos y de cocaína. También hay pruebas de un creciente uso indebido de los
medicamentos vendidos con receta.
CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS CONDUCTAS ADICTIVAS
El mismo concepto para denominar a la farmacodependencia (conductas adictivas) en
los momentos actuales no logra el enfoque preventivo que posibilite el diagnóstico
precoz y un espectro amplio que abarque las nuevas tendencias; con el desarrollo
acelerado de múltiples formas de conductas adictivas, donde el factor químico no es
el componente fundamental, sino conductas que comparten elementos similares al
poder químico de las sustancias, determinados por el elemento psicológico que atrapa y
esclaviza de igual manera. Han ido en aumento las llamadas adicciones sociales o
conductuales, a las cuales no se les deben subestimar, ya que también resultan
grandemente incapacitantes para los portadores, así como el uso de sustancias de
venta legal utilizadas inadecuadamente y de medicamentos de venta no controlada y
controlada que han tomado los primeros lugares de consumo en aquellas regiones
donde la juventud muestra una pobre percepción de riesgo de los daños que pueden
provocar, estimulada por la promoción de determinados estilos de vida donde el riesgo,
la experimentación de nuevas sensaciones o experiencias recreativas priman ante una
carencia de autorizada información y la debida educación familiar y escolar.
Pero lo más significativo y de mayor gravedad está en las llamadas drogas legales:
alcohol y tabaco, sin menospreciar los daños que puede causar el uso exagerado de
6. cafeína, la cual determina -a escala mundial- el 20 % de las prescripciones anuales de
hipnotranquilizantes.
El binomio legal (tabaco y alcohol) es el más depredador de la salud humana, son las
drogas iniciadoras y porteras por excelencia de la cadena adictiva.
Las actuales clasificaciones más utilizadas (Clasificación Internacional de
Enfermedades ClE-10 y Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM
IV), tienen un enfoque nosográfico, que excluye al igual que las concepciones vigentes
la posibilidad del diagnóstico preventivo, imprescindible para lograr un diagnóstico
precoz que permita intervenciones efectivas para evitar que la enfermedad se
establezca y desarrolle. Debemos trabajar intensamente para lograr concepciones y
clasificaciones funcionales que nos permitan desarrollar estrategias tempranas y
efectivas. Sólo el Glosario Cubano (GC-III) brinda mayores posibilidades.
FARMACODEPENDENCIA (CONDUCTA ADICTIVA)
Enfermedad crónica no transmisible por agentes biológicos, pero muy contagiosa por
vía psicosocial, al hacer abuso de sustancias legales o actividades de cualquier índole,
así como el uso de sustancias ilegales, que se conviertan en el eje fundamental del
Estilo de Vida de esa persona, ocupe en exceso su tiempo de vida y cree
disfuncionamiento en áreas esenciales de su existencia, con manifestaciones o síntomas
en las siguientes esferas: física, psíquica, social, cultural y espiritual.
DROGAS LEGALES E ILEGALES.
Consiste en la clasificación de las sustancias en función de las restricciones legales
establecidas en cada localidad o país en particular, respecto al consumo, producción y
venta de las diferentes sustancias. Así, en la mayor parte de los países las drogas se
clasifican según la normativa legal, del siguiente modo:
DROGAS LEGALES.-son aquellas cuya utilización no está prohibida por la ley, y las
ilegales son las restantes, cuyo consumo constituye un delito. Drogas legales: alcohol,
tabaco, café, cola.
DROGAS ILEGALES: Son todas las que no forman parte del apartado anterior
y a las que se accede a través del mercado negro o sea de manera ilegal: heroína,
marihuana, cocaína, etc. Así como medicamentos bajo prescripción facultativa o no,
que son utilizados sin la indicación facultativa, productos de venta legal para fines
industriales que son utilizados con fines adictivos.
7. DROGAS DURAS Y BLANDAS: Es la potencialidad de esclavizar al consumidor en
breve tiempo y esta es una característica de todas las drogas ilegales. Mientras para
el alcohol puede durar hasta 5 años para esclavizar a la víctima, con las drogas
ilegales puede bastar un solo consumo para llegar a la adicción. La dureza también está
por la cantidad de consumidores que llegan a esclavizarse. Con el alcohol, de 10
personas que inician el consumo, 1 irremisiblemente llegará a convertirse en adicto
al cabo del tiempo, mientras que de 10 personas que inicien el consumo de drogas
ilegales, 4 o 5 llegarán a convertirse en adictos, y en el caso del crack y la heroína la
cifra llega a 8 o 9.
Actualmente debe incluirse dentro de las drogas duras al alcohol y a los medicamentos.
Por las graves alteraciones que producen a nivel de conciencia, por la frecuencia de su
uso y por las graves consecuencias que producen. Una reciente investigación cataloga
al alcohol tan dañino como la cocaína y la heroína, por los daños globales al individuo
y a la sociedad.
La marihuana también debe incluirse dentro de las drogas duras, ya que la misma ha
sufrido cambios en su nivel adictógeno, se ha incrementado de 3 a 5 veces su
potencialidad, es la que mayor cantidad de trastornos mentales (fundamentalmente
de nivel psicótico) produce, así como otros graves trastornos biológicos, psicológicos
y sociales: cáncer, trastornos neuronales y cambio de identidad sexual, incremento de
la tendencia homicida, etc. Las presentaciones sintéticas superan a la vegetal en
potencia y capacidad mórbida.
EN RELACIÓN CON EL ALCOHOL:
En cuanto a la adicción modelo, debe consensuarse por regiones clasificaciones que se
adapten a las condiciones específicas poblacionales, geográficas, culturales, etc.,
siguiendo las estrategias globales orientadas por la OMS y la OPS para las
Américas. Dado el importante problema que supone el consumo excesivo de
alcohol en la población general sería conveniente la detección sistemática de
bebedores de riesgo en el sistema sanitario y, en especial, en la Atención Primaria de
Salud. Sin embargo, las tasas de detección actuales de bebedores de riesgo en la
Atención Primaria suelen ser muy bajas.
8. Por lo cual hay que dotar al personal de la primera trinchera de batalla de instrumentos
válidos y funcionales, por ejemplo algunos países como Australia proponen unos
límites más restrictivos para un consumo de bajo riesgo de alcohol, limitado a 2
unidades de bebida estándar (20 gramos de alcohol) al día para hombres o
mujeres adultos. Recomiendan además la no ingestión de bebidas alcohólicas a los
menores de 15 años, mujeres embarazadas, personas que hacen actividades de riesgo y
personas que toman drogas ilegales. Consideran como personas de riesgo a los jóvenes,
ancianos y personas que tienen antecedentes familiares de alcoholismo y recomiendan
pedir consejo, al médico tratante, a las personas que toman medicamentos y a las que
sufren algún trastorno médico o psiquiátrico que pudiera ser empeorado por el
consumo de alcohol.
El consumo ocasional de riesgo se produce cuando una persona hace un consumo
concentrado de varias consumiciones alcohólicas en pocas horas
se recomienda utilizar los parámetros inferiores que aparecen para la clasificación
de consumo social y de riesgo, una sola cifra para evitar el “margen paternalista”,
especificando frecuencia semanal, teniendo en cuenta la tendencia usual de los
consumidores de manipular las cantidades reales de consumo, con vistas a lograr
enfoques más reales del verdadero consumo por parte de los evaluadores.
COMPORTAMIENTOS NORMALES ANTE EL ALCOHOL
ABSTINENCIA.- Consumo Social (Consumo social discreto y consumo social
moderado)
COMPORTAMIENTOS ANORMALES ANTE EL ALCOHOL
Consumo No Social: consumo nocivo
Consumo nocivo: consumo de riesgo, el uso irresponsable o inoportuno, el consumo
perjudicial y dependencia alcohólica.
Enfermedad alcohólica: Consumo perjudicial + Dependencia alcohólica (sin
complicaciones, complicada y en fase terminal)
La Organización Mundial de la Salud propuso los siguientes valores para las bebidas
estándar:
• 330 ml de cerveza al 5%
• 140 ml de vino al 12%
• 90 ml de vinos fortificados (por ejemplo jerez) al 18%
• 70 ml de licor o aperitivo al 25%
9. • 40 ml de bebidas espirituosas al 40%
Por su gravedad específica, un mililitro de alcohol contiene 0.785g de alcohol
puro; por lo tanto, la definición de la OMS con respecto a las bebidas estándar es de
aproximadamente 13 g de alcohol (trago). Se debe recordar que en Europa, una bebida
estándar contiene aproximadamente 10g de alcohol.
Abstinencia: Ausencia total de consumo etílico.
Histórica: durante toda la vida.
Actual: en los últimos 6 meses.
Consumo social: califica el ajustado a normas adecuadas de cantidad, frecuencia y
momento de ingestión: consumo discreto (sin riesgo): 1 o 2 tragos en situaciones
excepcionales, que no pasan de 5 veces al año, sin llegar jamás a la embriaguez.
Consumo de bajo riesgo, establecido por la OMS, es inferior a 20 gramos (2 UBE) de
alcohol al día, cinco días de la semana, y recomienda que, al menos, haya dos días sin
consumo (10UBE o 7.6 tragos semanales).
El consumo moderado (con riesgo) Bebedor Social:
Hombre: 2 tragos por día (3 veces por semana). (78 gramos semanales)
Mujer: 1 por día (3 veces por semana). (39 gramos semanales).
El uso nocivo del alcohol tiene graves repercusiones en la salud pública y es
considerado uno de los principales factores de riesgo de la mala salud a nivel mundial.
El concepto de uso nocivo del alcohol es una noción amplia que abarca el
consumo de alcohol que provoca efectos sanitarios y sociales perjudiciales para el
bebedor, para quienes lo rodean y para la sociedad en general, así como las pautas de
consumo de alcohol asociadas a un mayor riesgo de resultados sanitarios
perjudiciales. El uso nocivo del alcohol compromete tanto el desarrollo
individual como el social, y puede arruinar la vida del bebedor, devastar a su familia y
desgarrar la urdimbre de la comunidad.
El uso nocivo del alcohol contribuye de forma importante a la carga mundial de
morbilidad, y ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo de muerte
prematura y discapacidad a nivel mundial. El uso nocivo del alcohol fue el responsable
del 3,8% de la mortalidad mundial ese año, así como del 4,5% de la carga mundial de
morbilidad expresada como pérdida de años de vida ajustados en función de la
10. discapacidad, aun teniendo en cuenta el pequeño efecto probajo de alcohol,
especialmente contra la cardiopatía coronaria, en algunas personas de más de 40 años.
El consumo nocivo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo evitables de
los trastornos neuropsiquiátricos y otras enfermedades no transmisibles, como las
cardiovasculares, la cirrosis hepática y diversos cánceres. Para algunas
enfermedades no hay indicios de un efecto de umbral en la relación entre el riesgo y el
nivel de consumo de alcohol. El uso nocivo del alcohol también está relacionado con
varias enfermedades infecciosas, como el VIH/sida, la tuberculosis y la neumonía.
Una proporción importante de la carga de morbilidad atribuible al consumo nocivo de
alcohol consiste en traumatismos intencionales o no intencionales, en particular los
debidos a accidentes de tránsito, violencia y suicidios. Las letector del consumo
siones mortales atribuibles al consumo de alcohol suelen afectar a personas
relativamente jó venes. Se estima que en 2004 murieron en todo el mundo unos 2,5
millones de personas, incluidos 320 000 jóvenes de 15 a 29 años, por causas
relacionadas con el alcohol. "El perjudicial consumo de alcohol es especialmente fatal
para los grupos más jóvenes y el alcohol es el principal factor de riesgo en el mundo de
las muertes de varones entre 15 y 59 años", cuando más temprano se inicia una
conducta adictiva mayor es el riesgo de adicción y de presentar más tempranamente
complicaciones.
El alcohol es un factor causal en 60 tipos de enfermedades y lesiones, según indica el
primer informe de la OMS sobre el alcohol desde el 2004. El tabaco determina más de
cinco millones de muertes anualmente, por lo que resulta más mortal que la suma de
fallecimientos producidos por el resto de las drogas, el SIDA, los suicidios y los
accidentes de tránsito, siendo la primera causa de muerte prevenible.
Se debe destacar que en este período de tiempo referido se ha incrementado la
conciencia de la población mundial en relación con las nefastas consecuencias que
depara el tabaco para sus consumidores y se han realizados eventos al más alto nivel
que han involucrado a todos los países, se han efectuado acciones tendentes a su
control y se continúa avanzando, pero la contraparte productora y comercializadora no
se ha quedado de brazos cruzados y ha incrementado en cantidad y calidad la
agresividad promocional y expendedora de sus productos, haciendo miras
fundamentalmente en los jóvenes y las mujeres.
LAS CAUSAS
11. La literatura que versa sobre las investigaciones (nacionales e internacionales) que se
han realizado acerca de los factores de riesgo y de protección, describe una
serie de clasificaciones en torno a esto, posibilitando predecir el aumento o la
disminución del uso de drogas y de las conductas o problemáticas relacionadas.
Se considera como factor de riesgo “Un atributo y/o característica individual,
condición situacional y/o contexto ambiente que incrementa la probabilidad del uso y/o
abuso de drogas (inicio) o una transición en el nivel de implicación con las mismas
(mantenimiento)”; y como factor de protección “Un atributo o característica individual,
condición situacional y/o contexto ambiente que inhibe, reduce o atenúa la
probabilidad del uso y/o abuso de drogas o la transición en el nivel de implicación
con las mismas”.
Es extremadamente complicado definir una causa del abuso de sustancias. La conducta
asociada al consumo de drogas está influida por múltiples factores, de forma que nunca
puede identificarse una causa única o establecerse relaciones simples de causa-efecto.
Un análisis superficial puede llevarnos a pensar que el verdadero causante de la
drogadicción hay que buscarlo en las propiedades de la sustancia. Sin embargo, aunque
es cierto que cada droga tiene sus efectos y una capacidad adictiva determinada,
también hay que tener en cuenta que la sustancia sólo adquiere su importancia en la
medida en que cumple una determinada función para el usuario en el marco de un
contexto social que le otorga un significado concreto. Junto a las características de la
droga, también juegan un importante papel respecto al abuso de las mismas las
características del consumidor, ya que éste no es un elemento pasivo que se limita a
responder ante los efectos farmacológicos de la sustancia o a sufrir indefenso las
influencias del ambiente. Por el contrario, el individuo es el verdadero protagonista de
la conducta de consumo de drogas. Es quien da un significado u otro al efecto de las
sustancias adictivas y es quien interpreta - o incluso modifica - el ambiente en que
vive.
Diferentes estudios han demostrado que entre los adolescentes y jóvenes, las
motivaciones más frecuentes en la iniciación del consumo de sustancias psicoactivas
son el hecho de encontrarlas fácilmente, constituyen un medio rápido y sencillo de
sentirse a gusto, permiten que el joven se sienta mejor aceptado en el círculo de
relaciones entre pares; o por el hecho de que determinadas sustancias tienen la
capacidad de aminorar las tensiones, controlar sentimientos desagradables,
modificándolos, o reduciendo la ansiedad y la depresión.
12. Para algunos jóvenes experimentar el consumo de sustancias es un rito necesario al
atravesar la fase de individuación. De hecho, se podría decir que la mayor parte de
estos adolescentes son “experimentadores” o “consumidores ocasionales”.
Ellos, influenciados generalmente por coetáneos, hacen uso de sustancias de manera
ocasional y no necesariamente desarrollan dependencia, iniciándose con el alcohol y
el tabaco, que resultan drogas porteras para las ilegales.
Sin embargo, para aquellos jóvenes que presentan una personalidad más compleja que
puede ir hasta el trastorno, el consumo de sustancias constituye a menudo la única
alternativa para enfrentarse a los problemas personales, al igual que a los adultos; así
mismo suelen ser los más sensibles a reaccionar favorablemente.
El uso del enfoque de riesgo presupone que en términos de atención de la salud se debe
tener algo para todos, y más para los de mayor necesidad.
El periodo de desarrollo de la adolescencia y temprana juventud está enmarcado por la
exploración y los comportamientos justamente generadores de riesgo, los mismos que
pueden comprometer la salud, la supervivencia y el proyecto de vida del individuo.
Este período en el cual los cambios biológicos, sociales y psicológicos replantean la
definición personal y social del individuo a través de una segunda individuación y
genera una vulnerabilidad específica, la ansiedad transicional que moviliza a los
adolescentes en procesos de exploración, diferenciación del medio familiar, búsqueda
de pertenencia y sentido de la vida. Los procesos adolescentes son desafiantes; la
individuación reclama la separación y confronta al medio con sus dificultades e
inconsistencias. Para los adolescentes lo cotidiano es un reto y, a la vez, una
incertidumbre.
FACTORES DE RIESGO
Factores de riesgo vinculados con la sustancia:
La sustancia en sí misma no es un elemento fundamental; adquiere importancia en la
medida en que cumple determinada función para el usuario de la misma y en el marco
de un contexto que le otorga un significado concreto.
Factores de riesgo vinculados con el individuo:
Aun reconociendo la importancia que los factores ambientales desempeñan en el
consumo de drogas, éste es - en último término - una conducta individual. En este
sentido, aunque el contexto social puede ejercer una intensa presión hacia el consumo
13. de estas sustancias, el individuo puede tener la posibilidad - si esa es su decisión y
dispone de las capacidades necesarias para mantenerla - de rechazar tal presión e
incluso de modificar el ambiente. De este modo se pone de manifiesto la importancia
que las características individuales juegan en el inicio y el mantenimiento del consumo
de drogas puesto que, en función de ellas, cada persona da diferente significado a los
efectos de cada sustancia e interpreta de una manera u otra las influencias ambientales.
A continuación vamos a describir las variables propias y las características de cada
persona que han sido relacionadas por la investigación con una mayor probabilidad de
consumo de drogas. Son las siguientes:
Edad, Baja autoestima, Baja asertividad, Elevada búsqueda de sensaciones, Falta de
conformidad con las normas sociales, Escasa tolerancia a la frustración, Elevada
necesidad de aprobación social y falta de autonomía respecto al grupo, Dificultad para
el manejo del estrés, Insatisfacción con el empleo del tiempo libre, Bajo
aprovechamiento escolar, Falta de habilidades sociales, La falta de conocimiento
acerca de las drogas , Las expectativas positivas respecto a las consecuencias del
consumo de drogas, La falta de habilidades para tomar decisiones o resolver
problemas, Actitudes favorables hacia las drogas, Confusión en el sistema de valores
Factores de riesgo en el ámbito familiar
Actitudes familiares y comportamientos proclives al consumo de drogas: Baja
cohesión familiar, Clima afectivo inadecuado, Estilo educativo familiar, Consumo de
drogas en el ambiente familiar.
Factores de riesgo en el ámbito escolar
Falta de integración escolar, Consumo de drogas en el medio escolar.
Factores de riesgo con el grupo de pares
Dependencia del grupo
VIOLENCIA
El enfoque de la violencia desde la perspectiva de la salud pública se basa en los
requisitos rigurosos del método científico. Al pasar del planteo del problema a la
solución, este enfoque sigue cuatro pasos fundamentales:
• Obtención de tantos conocimientos básicos como sea posible acerca de
todos los aspectos de la violencia, mediante la recopilación sistemática de
14. datos sobre la magnitud, el alcance, las características y las consecuencias de
la violencia en los niveles local, nacional e internacional.
• Investigación de por qué se produce la violencia; es decir, llevar a cabo
estudios para determinar:
las causas y los factores correlativos de la violencia;
los factores que aumentan o disminuyen el riesgo de violencia;
los factores que podrían modificarse mediante intervenciones.
• Búsqueda de posibles formas de prevenir la violencia, usando la información
descrita en un paso anterior, mediante el diseño, la ejecución, la vigilancia y
la evaluación de intervenciones.
• Ejecución de acciones que en diversas circunstancias resulten
efectivas, acompañadas de una difusión amplia de información y de una
evaluación de la eficacia en relación con los costos de los programas.
La salud pública se caracteriza sobre todo por la importancia que concede a la
prevención. En lugar de aceptar sencillamente la violencia o reaccionar ante ella, su
punto de partida es la sólida convicción de que el comportamiento violento y sus
consecuencias pueden prevenirse.
DEFINICIÓN DE LA VIOLENCIA
Todo análisis integral de la violencia debe empezar por definir las diversas formas que
esta adopta con el fin de facilitar su medición científica. Hay muchas maneras posibles
de definir la violencia. La Organización Mundial de la Salud OMS la define como:
El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno
mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo
o privaciones.
La definición usada por la Organización Mundial de la Salud vincula la
intención con la comisión del acto mismo, independientemente de las consecuencias
que se producen. Se excluyen de la definición los incidentes no intencionales, como
son la mayor parte de los accidentes de tráfico y las quemaduras.
TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA
En 1996, la Asamblea Mundial de la Salud, por conducto de la resolución WHA49.25,
declaró que la violencia es un importante problema de salud pública en todo el mundo
y pidió a la Organización Mundial de la Salud que elaborara una tipología de la
15. violencia para caracterizar los diferentes tipos de violencia y los vínculos entre
ellos. Hay pocas clasificaciones taxonómicas y ninguna es completa.
TIPOS DE VIOLENCIA
La clasificación que se propone aquí divide la violencia en tres categorías generales,
según las características de los que cometen el acto de violencia:
• La violencia autoinfligida;
• La violencia interpersonal;
• La violencia colectiva.
Esta categorización inicial distingue entre la violencia que una persona se inflige a sí
misma, la violencia impuesta por otro individuo o un número pequeño de individuos y
la violencia infligida por grupos más grandes, como el Estado, contingentes
políticos organizados, tropas irregulares y organizaciones terroristas.
Estas tres categorías generales se subdividen a su vez para reflejar tipos de violencia
más específicos.
LA VIOLENCIA AUTOINFLIGIDA
La violencia autoinfligida comprende el comportamiento suicida y las autolesiones. El
primero incluye pensamientos suicidas, intentos de suicidio también llamados
“parasuicidio” o “intento deliberado de matarse” en algunos países y suicidio
consumado. Por contraposición, el automaltrato incluye actos como la automutilación.
LA VIOLENCIA INTERPERSONAL
La violencia interpersonal se divide en dos subcategorías:
• Violencia familiar o de pareja: esto es, la violencia que se produce sobre todo
entre los miembros de la familia o de la pareja, y que por lo general, aunque
no siempre, sucede en el hogar.
• Violencia comunitaria: es la que se produce entre personas que no
guardan parentesco y que pueden conocerse o no, y sucede por lo general
fuera del hogar.
En el primer grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de los menores,
la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores. El segundo
abarca la violencia juvenil, los actos fortuitos de violencia, la violación o ataque
16. sexual por parte de extraños y la violencia en establecimientos como escuelas, lugares
de trabajo, prisiones y hogares de ancianos.
LA VIOLENCIA COLECTIVA
La violencia colectiva se subdivide en violencia social, violencia política y violencia
económica. A diferencia de las otras dos categorías generales, las subcategorías de la
violencia colectiva indican los posibles motivos de la violencia cometida por grupos
más grandes de individuos o por el Estado. La violencia colectiva infligida para
promover intereses sociales sectoriales incluye, por ejemplo, los actos delictivos de
odio cometidos por grupos organizados, las acciones terroristas y la violencia de
masas. La violencia política incluye la guerra y otros conflictos violentos afines, la
violencia del Estado y actos similares llevados a cabo por grupos más grandes. La
violencia económica comprende los ataques por parte de grupos más grandes
motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la
finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios
esenciales o crear división económica y fragmentación.
Evidentemente, los actos cometidos por grupos más grandes pueden tener motivos
múltiples. La naturaleza de los actos de violencia puede ser:
• Física;
• Sexual;
• Psíquica;
• Que incluye privaciones o descuido.
Estos cuatro tipos de actos de violencia, con excepción de la autoinfligida, suceden en
cada una de las categorías generales y sus subcategorías descritas con anterioridad.
Por ejemplo, la violencia contra los niños cometida en el seno del hogar puede incluir
abuso físico, sexual y psíquico, así como negligencia o descuido. La violencia
comunitaria puede incluir agresiones físicas entre los jóvenes, violencia sexual en el
lugar de trabajo y descuido de las personas mayores en los establecimientos
asistenciales de largo plazo. La violencia política puede incluir la violación durante
los conflictos armados, la guerra como tal y la llamada guerra psicológica.
Aunque es imperfecta y dista mucho de gozar de aceptación universal, esta
clasificación proporciona un marco útil para comprender los tipos complejos de
17. violencia que acontecen en todo el mundo, así como la violencia en la vida diaria de las
personas, las familias y las comunidades.
También supera muchas de las limitaciones de otras clasificaciones porque
capta la naturaleza de los actos de violencia, la importancia del entorno, la relación
entre el agresor y la víctima, y, en el caso de la violencia colectiva, los posibles
motivos de la violencia.
Sin embargo, tanto en la investigación como en la práctica no siempre están claras las
líneas divisorias entre los diferentes tipos de violencia.
MODELO ECOLÓGICO. NIVELES MÚLTIPLES
Ningún factor por sí solo explica por qué algunos individuos tienen comportamientos
violentos hacia otros o por qué la violencia es más prevalente en algunas comunidades
que en otras. La violencia es el resultado de la acción recíproca y compleja de factores
individuales, relacionales, sociales, culturales y ambientales. Comprender la forma en
que estos factores están vinculados con la violencia es uno de los pasos importantes en
el enfoque de salud pública para prevenir la violencia.
El modelo ecológico sirve para ayudar a comprender la naturaleza polifacética de la
violencia. Este modelo ecológico, introducido a fines de los años setenta, se aplicó
inicialmente al maltrato de menores y posteriormente a la violencia juvenil. En fecha
más reciente, los investigadores lo han usado para comprender la violencia de pareja y
el maltrato de las personas mayores.
El modelo explora la relación entre los factores individuales y contextuales y considera
la violencia como el producto de muchos niveles de influencia sobre el
comportamiento.
EL NIVEL INDIVIDUAL
El primer nivel del modelo ecológico pretende identificar los factores biológicos y de
la historia personal que influyen en el comportamiento de una persona. Además
de los factores biológicos y personales en general, se consideran factores tales como
la impulsividad, el bajo nivel educativo, el abuso de sustancias psicotrópicas y los
antecedentes de comportamiento agresivo o de haber sufrido maltrato. En otras
18. palabras, este nivel del modelo ecológico centra su atención en las características del
individuo que aumentan la probabilidad de ser víctima o perpetrador de actos de
violencia.
EL NIVEL DE LAS RELACIONES
El segundo nivel del modelo ecológico indaga el modo en que las relaciones sociales
cercanas por ejemplo, con los amigos, con la pareja y con los miembros de la familia
aumentan el riesgo de convertirse en víctima o perpetradores de actos violentos.
En los casos de la violencia infligida por la pareja y del maltrato de niños, por ejemplo,
la interacción casi diaria o el compartir el domicilio con un agresor puede aumentar las
oportunidades para que se produzcan encuentros violentos. Dado que los individuos
están unidos en una relación continua, es probable en estos casos que la víctima
sea reiteradamente maltratada por el agresor. En el caso de la violencia interpersonal
entre los jóvenes, las investigaciones revelan que estos tienen muchas más
probabilidades de involucrarse en actos violentos cuando sus amigos promueven y
aprueban ese comportamiento. Los compañeros, la pareja y los miembros de la familia
tienen el potencial de configurar el comportamiento de un individuo y la gama de
experiencias de este.
EL NIVEL DE LA COMUNIDAD
El tercer nivel del modelo ecológico examina los contextos de la comunidad en los que
se inscriben las relaciones sociales, como la escuela, el lugar de trabajo y el vecindario,
y busca identificar las características de estos ámbitos que se asocian con ser
víctimas o perpetradores de actos violentos.
La frecuente movilidad de residencia (cuando las personas no permanecen durante
mucho tiempo en una vivienda en particular, sino que se mudan muchas veces), la
heterogeneidad (población sumamente diversa, con una escasa o nula cohesión social
que mantenga unidas a las comunidades) y una densidad de población alta
son todos ejemplos de tales características, y cada uno se ha asociado con la violencia.
De igual manera, las comunidades aquejadas por problemas como el tráfico de drogas,
el desempleo elevado o el aislamiento social generalizado (por ejemplo, cuando las
personas no conocen a sus vecinos o no tienen ninguna participación en las actividades
locales) es también más probable que experimenten hechos de violencia. Las
19. investigaciones sobre la violencia muestran que determinados ámbitos comunitarios
favorecen la violencia más que otros; por ejemplo, las zonas de pobreza o deterioro
físico.
20. EL NIVEL SOCIAL
El cuarto y último nivel del modelo ecológico examina los factores sociales más
generales que determinan las tasas de violencia. Se incluyen aquí los factores que
crean un clima de aceptación de la violencia, los que reducen las inhibiciones contra
esta, y los que crean y mantienen las brechas entre distintos segmentos de la sociedad, o
generan tensiones entre diferentes grupos o países. Entre los factores sociales más
generales figuran: normas culturales que apoyan la violencia como una manera
aceptable de resolver conflictos; actitudes que consideran el suicidio como una opción
personal más que como un acto de violencia evitable; normas que asignan prioridad a la
patria potestad por encima del bienestar de los hijos; – normas que refuerzan el dominio
masculino sobre las mujeres y los niños; normas que respaldan el uso de la fuerza
excesiva policial contra los ciudadanos; normas que apoyan los conflictos políticos.
Entre los factores más generales también cabe mencionar las políticas sanitarias,
educativas, económicas y sociales que mantienen niveles altos de desigualdad
económica o social entre distintos grupos de la sociedad.
El modelo ecológico destaca las causas múltiples de la violencia y la interacción
de los factores de riesgo que operan dentro de la familia y en los ámbitos social,
cultural y económico más amplios. En un contexto de desarrollo, el modelo ecológico
indica también el modo en que la violencia puede ser causada por diferentes factores
en distintas etapas de la vida.
PREVENCIÓN
La prevención es un conjunto de acciones de información, orientación y educación
principalmente, destinados a impedir que ocurra el primer contacto entre el sujeto
y la conducta adictiva o delictiva. La filosofía que acompaña estos esfuerzos es que es
mejor, en todos los sentidos, prevenir que rehabilitar.
Existen 4 enfoques estratégicos para la prevención:
a. El que pone énfasis en la represión, los argumentos éticos y el temor.
b. El que prioriza la información acerca de los efectos negativos de las drogas
legales, ilegales y el uso de la violencia, para que cada persona pueda
tomar una decisión responsable en cada caso.
c. El que se centra en la educación integral, fortaleciendo las habilidades para la
vida y la resistencia a las presiones sociales, promoviendo estilos de vida
saludables y la ocupación creativa y positiva del tiempo libre
.
21. d. El que recurre a la movilización de la comunidad y el recurso de las
estructuras sociales de soporte.
Es evidente que la prevención debe hacerse con un enfoque no dogmático, tomando lo
mejor de cada modelo o estrategia y, actuar realistamente dentro de las posibilidades
individuales e institucionales dado que, así como las consecuencias afectan a todos, la
responsabilidad es de todos.
LAS CONDUCTAS ADICTIVAS
Si queremos dar una definición de prevención de los trastornos adictivos por ella
entendemos «un proceso activo de implementación de iniciativas tendentes a modificar
y mejorar la formación integral y la calidad de vida de los individuos, fomentando el
autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la oferta de drogas». Son varios los
objetivos que pretende conseguir la prevención de las drogodependencias. De los que se
han enumerado se pueden listar los siguientes.
1. Retrasar la edad de inicio del consumo de drogas.
2. Limitar el número y tipo de sustancias utilizadas.
3. Evitar la transición de la prueba de sustancias al abuso y dependencia.
4. Disminuir las consecuencias negativas del consumo en aquellos
individuos que consumen drogas o que tienen problemas de abuso o
dependencia de las mismas.
5. Educar a los individuos para que sean capaces de mantener una relación
madura y responsable con las drogas.
6. Potenciar los factores de protección y disminuir los de riesgo para el
consumo de drogas.
7. Modificar las condiciones del entorno socio-cultural y proporcionar alternativas
de vida saludables.
Es importante diferenciar entre aquellas actividades que tienen teóricamente una
intencionalidad preventiva con un programa preventivo. Esta es una cuestión importante
y que a veces se olvida, siendo necesario distinguir entre el concepto genérico de
prevención del más específico de programa o programas preventivos. Y ello aplicado
tanto al campo de las adicciones como a cualquier otro campo donde se haga
prevención.
Dado que es muy fácil, cómodo y muchas veces vacío hablar de prevenir, el término ha
perdido, aplicado específicamente al campo de las drogodependencias, su sentido para
muchas personas.
22. Al estar el término droga y drogodependencia en boca de todos (afectados, padres de
afectados, ciudadanos, periodistas, policías, colectivos profesionales, etc.), de modo
insistente, continuo y con puntos de referencia cambiantes por la complejidad del
fenómeno, lleva a que un término importante pueda con el tiempo quedar vacío de
contenido. No significa ello que el término no sea importante, como lo es, sino que el
abuso de su uso puede llevar, y lleva a veces, por su mala utilización, a un uso
inadecuado, descontextualizado o carente de sentido.
Por lo tanto la prevención es un término genérico y que como tal puede llegar a carecer
de significado por la mala utilización del mismo, el programa preventivo es específico y
lo será más conforme vaya orientado a objetivos concretos o grupos claramente
delimitados, lo que permite tomar medidas más directas, hacer diseños más
realistas y, lo más importante, evaluar el impacto de dicho programa. La
evaluación es algo que debe estar íntimamente unido siempre a cualquier programa
preventivo.
El ser humano tiene ocio, tiempo libre, vida recreativa (diversión) estos componentes
pueden estar muy vinculados al consumo de drogas, sea éste puntual, esporádico o
frecuente, aunque un gran número de personas se aburren o divierten sin necesidad de
consumirlas y es posible desarrollar un adecuado control y autocontrol en cualquier
situación de la vida. La difusión de las drogas dentro de la diversión ha sido
importante y con frecuencia se asocia una con la otra, aunque no puede establecerse
un total paralelismo.
Este nuevo fenómeno se le denomina hoy como consumo de drogas recreativas por la
gran difusión de las mismas, asociadas específicamente a la diversión, un razonable
coste económico al que le pueden hacer frente muchas personas, el buscar en ellas un
modo de potenciar la resistencia y el placer en la diversión, o como un modo de
evadirse en el tiempo libre de que se dispone. Todo ello implica en muchas ocasiones
riesgos, al no existir una adecuada percepción de riesgo. Este es un fenómeno que se
circunscribe de modo muy importante a la adolescencia y primera juventud.
Declina su relevancia en la vida adulta, y paralelamente el consumo de sustancias y los
problemas que ellas pueden acarrear, cuando la persona tiene que asumir sus
responsabilidades de adulto al tener un trabajo, formar una familia, tener hijos, etc.
23. CONCLUSION
Con lo que puedo asegurar que la prevención se erige como el medio a desarrollar en la
máxima aspiración a lograr para todo ser humano, un estilo de vida saludable, que ha
de tener por pilares a la familia y la escuela antes que ocurra la conducta adictiva o
delictiva, posteriormente que ocurra el contacto entre hombre y la conducta desviada
estableciéndose la enfermedad, serán la familia y los rehabilitadores los principales
apoyos para el portador. Pero siempre será un proceso educativo el que logre evitar o
rehabilitar, un proceso educativo paciente y pletórico de amor, pero que debe contar
con metodología y constancia.
Es significativo que al analizar muchos de los métodos más efectivos en la prevención
de las conductas adictivas y delictivas afloran actividades que no son propiamente lo
que se pudieran denominar actividades preventivas específicas, sino que son acciones
que logran espacios de unión, de extensión afectiva entre padres e hijos, entre
profesores y educandos, de la ocupación del tiempo libre sanamente, del desarrollo de
talentos y aptitudes en ambientes motivadores, donde la recreación y el disfrute
impiden la entrada de los elementos distorsionadores.
VERSOS COMO PARADIGMA QUE DEBE GUIAR NUESTRAS VIDAS.
Vida sana y ordenada
No abusar de los “remedios”
Buen humor entre los medios
De no alterarse por nada
La comida, moderada
Ejercicio y distracción
No tener nunca aprehensión
De hábitos tóxicos, nada
Mucho trato, poco encierro
Dignidad y compasión
Constante la ocupación
Tener conciencia de hierro
Sexo con protección.
24. BIBLIOGRAFIA
1. Becoña E. Bases científicas de la prevención de las drogodependencias.
Universidad de Santiago de Compostela. Madrid: Delegación del Gobierno
para el Plan Nacional sobre Drogas; 2002.
2. Rodríguez E. Leyes de juventud en América Latina: ¿para qué sirven?
Montevideo: CELAJU; 2007.
3. Organización Panamericana de la Salud (OPS). Prevención de la
violencia y los traumatismos y promoción de la seguridad: un llamado a la
acción en la Región. En: Informe preliminar No. 48. Consejo Directivo.
Washintong, DC: OPS; 2008. p. 44-46. . Disponible en: http://www.paho.org/
spanish/gov/cd/cd48-pfr-s.pdf Consultado: 25 de Noviembre de 2008.
4. Blanco R. Eficacia escolar desde el enfoque de calidad de la educación. En:
Eficacia escolar y factores asociados en América Latina y el Caribe.
Santiago de Chile: Salesianos Impresores S.A.; 2008.
5. Organización Mundial de la Salud (OMS): Clasificación Internacional de
enfermedades 10ma. Revisión (CIE-10). Trastornos mentales y del
comportamiento. Madrid: Meditor; 1992.