En 3 oraciones o menos:
Este documento describe las tradiciones y costumbres matrimoniales judías en los tiempos de Jesús, incluyendo el pago de una dote, la preparación de un hogar por el novio, la espera de la novia con una lámpara lista, el "rapto" sorpresa de la novia en la noche por el novio, el consumo del matrimonio en privado para luego celebrar 7 días de fiesta. También señala que Jesús siguió estas tradiciones al comprometerse como novio con la iglesia a trav
1. 15 -EL MATRIMONIO DE LOS HIJOS DE DIOS
En el reino de Dios el matrimonio es una opción no es una condición, la puerta es
angosta y sólo entra uno a la vez, hay uniones naturales para el mundo y hay
uniones que Dios estableció para cada uno de sus hijos (as), hay libertad de
pensamiento y si no tienes libertad es porque no tienes el pensamiento de Cristo
para ello. Hasta que los dos (hombre y mujer) encuentren el reino de Dios vendrá
la pareja escogida por Dios y será, estando unidos ahora en una relación eterna
con Jesucristo y cuando el Dios te escoja tu compañero (a) te sorprenderás de lo
hermoso (a) y maravilloso (a) de aquel hijo (a) de Dios que te acompañará y
tendrán la unión perfecta del sacramento matrimonial.
Marcos 10:9 "Por tanto lo que Dios junta no lo separe el hombre" (del mundo),
mucho menos los hijos de Dios.
La mayoría o casi todos los nacidos en este mundo seguimos las modas, los
ejemplos, las tradiciones, los afanes, las costumbres y hacemos lo que hace el
mundo. Buscamos una pareja para no estar solos; y cuando se encuentran
deciden hacer lo que hace el mundo; fiesta, compromiso, promesas, contrato,
responsabilidades, obligaciones, amor, seguridad; la mayoría de esto es
fantasioso por ignorancia y por no conocer la voluntad de nuestro Dios y no
tomarlo en cuenta.
Cuando somos hijos de Dios y nos divorciamos firmando este divorcio es aceptar y
manifestar la infidelidad de alguno de los dos y aprobar que de nuevo sean
solteros y que estén de acuerdo en que busquen nueva pareja.
Si nuestro compañero o cónyuge no ha nacido de nuevo debemos de perdonarle
y tolerarle como el mismo Jesús lo hizo en cada uno de nosotros, no dando motivo
a pleitos, discusiones o maldiciones; por el contrario orar sin cesar, atenderle,
amarle y respetarle; dándole siempre gracias a Dios por todo.
2. Cuando llegamos a ser motivo de rechazo, enojo, ira, indiferencia, pérdida de
valores, inmoralidades, cinismo, burlas, sarcasmos, podemos pedirnos una
separación temporal o bien definitiva para no ser participantes de sus injurias,
malos tratos, ofensas que le están haciendo al cuerpo de Cristo que es este.
Llegar a la venganza y guardar raíces de amargura y lo que es imposible hacer a
un hijo de Dios que entró en su reino. Es buscar otro candidato (a) para ocupar un
lugar que ya tiene Jesucristo en nosotros porque:
1ª C. 13:14 El amor de Dios en nosotros es: paciente, bondadoso, no tiene
envidia, no se burla, no es orgulloso, no es egoísta, no se enoja, no guarda rencor,
tiene dominio propio. Todo lo cree todo lo espera, todo lo perdona, el amor no
hace maldad, siempre dice verdad y nunca se acaba, no sabe odiar, sólo sabe
amar a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a él mismo.
Jesús te dice hoy: Las mujeres que tuviste no eran tus mujeres o los hombres que
tuviste no eran tus maridos, ahora te has desposado conmigo (hombre o mujer) y
eres mi amada iglesia unida a mí en cuerpo, alma y espíritu; no sigas actuando en
tus sentimientos, acuérdate de nuestro pacto. Yo soy el cuerpo de MI IGLESIA
VIVA. Soy la piedra angular de ella, soy su cimiento, la roca viva; no soy piedra de
tropiezo para ninguno de los que han creído. Escucha bien mi voz si tienes oídos.
Debemos hacer la voluntad de Dios y no la nuestra, hagamos lo que el Padre hace
en el cielo hagámoslo aquí en la tierra sin exaltarnos, dándole a él toda la gloria
haciéndonos menos cada día.
Filip, 2:4. No miremos por lo nuestro, miremos por lo de los demás santos
Ser hijo de Dios no es una moda superficial, no es una producción o mercadeo de
hijos. Los hijos de Dios son hijos de Dios. No son heterosexuales, bisexuales, no
son hijos de placer pleno. Él no nos forzar a ser sus hijos. Somos sus hijos libres
de religiones con autoridad para manifestar su poder milagroso en nuestra nueva
vida diaria, totalmente diferente de la visión humana ni a la manera del mundo
cubiertos con el manto de nuestro Padre.
3. Él por su voluntad y su afecto nos hace nacer de nuevo en su tiempo pero no a
multitudes ni tampoco si estás casado ante la sociedad humana porque si no le
conocemos estamos muertos para Dios los dos. Quédense como estás civilmente
en el momento de nacer de nuevo y todo lo pasado queda perdonado si nuestro
arrepentimiento es generoso y verdadero dando frutos de arrepentimiento. Ahora
estamos en el mundo con las obligaciones contraídas en él pero ya no somos de
él. Tenemos el Espíritu Santo no el de los samaritanos
2ª C. 6:14. No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas? ¿Tienes aún dignidad humana? Pues piensa bien en esto.
Si estas con ellos hay pecadores, predicadores, congregacionales, familias,
iglesias. Hijos, cristianos, pastores, apóstoles, reyes y aun dicen que son
pecadores entonces hay matrimonio entre pecadores, como lo siguen
manifestando con la misma boca con la que oran al padre, ellos no han entrado a
su reino y seguirán teniendo problemas aflicciones y enfermedades
Mateo 22-24 los saduceos que dicen que no hay resurrección le preguntaron por
ella y le contesto en mateo 22-30 en la resurrección ni se casaran ni se darán en
casamiento pues serán como los ángeles de Dios.
Lucas 20-32 Dios no es Dios de muertos si no de vivos pues para los todos sus
hijos viven
Lucas 20-36 porque no puede ya más morir pues son iguales a los ángeles y son
hijos de Dios a ser hijos de la resurrección
Hechos 23-26 que el cristo (Jesús) había de padecer y ser el primero de la
resurrección de los muertos para anunciar luz al pueblo de los gentiles.
Los Saduceos niegan que haya resurrección para terminar con toda la obra de
Dios y sigue habiendo modernos Saduceos que no quieren entender que hay que
morir para resucitar.
Puebla junio 5 del 2011 amen
4. Revelación sobre el matrimonio en abril 25 del 2015
En los anteriores escritos y formas relativas a esta ceremonia incluyendo el escrito
del 5 de junio del 2011 pensábamos y seguíamos la corriente de la mayoría de los
cristianos que hasta el día de hoy siguen haciendo estos compromisos como una
CONDICION muchas veces impuesta por la religiones tradicionales y normas
morales que tampoco debemos desechar o ser indiferente a ellas hay que
CUMPLIRLAS pero en esta revelación nos dice el espíritu santo que estas
prácticas no son garantía de la salvación del pecado, de la muerte y del infierno.
El matrimonio que Dios manda no es una orden, no es un mandato de un superior
para ejecutar los deseos humanos simplemente se hace carnal en todos los
sentidos y busca los deseos de la carne.
TODOS los matrimonios en el fondo pasamos por esta etapa. No, no es que el
sexo sea estima de pecado, pero el mundo (carne) lo ha envilecido, destruido y
convertido totalmente en el arma más lujuriosa y satánica sin limitaciones
convirtiéndolo en muerte, lo que para Dios significa vida para los casados sin Dios
significa muerte.
No estemos más en espera o en suspenso si ni una garantía. Conservemos su fe
debemos salir de la esclavitud del pecado, la pascua ya se cumplió por cristo en
nosotros.
He aquí el cordero de Dios que quita el pecado estamos ya en vida eterna y esta
noticia debe de ser común en los hijos de Dios. No es un símbolo no es un pan no
es una ostia es Jesús vivo cumpliendo la manifestación de la pascua en nosotros.
No hacemos la comunión y no celebración de la salida de Egipto de nosotros, no
hacemos la comunión y no celebramos la salida de Egipto de nosotros en las
bodas terrenales.
Ahora podemos verle directamente si no lo has visto ni lo vez en el matrimonio,
estas en el mundo carnal todavía.
Bien, la espera a terminado, Jesús ha regresado puedes responder, LO VEO EN
MI ESPOSA? Si buscáramos lo suficiente encontraríamos un hijo de Dios o una
hija de Dios en nuestro cónyuge
1 corintios 7-14 no sabe el hombre si santificara a su mujer o si la mujer santificara
al hombre
5. El pueblo judío aún espera la venida del mesías, para el siguiente año, el pueblo
injertado es mayor porque ya lo conoció y lo vio en el nuevo nacimiento entonces
por qué esperar y buscar entre los muertos a los resucitados?
ES ABOSOLUTAMENTE NECESARIO NACER DE NUEVO INDIVIDUALMENTE
PARA ENTRAR AL REINO DE DIOS Y NO SE ENTRA POR PAREJAS NI POR
FAMILIAS. Todo lo que hagamos fuera del reino de Dios, obras acciones ternuras
apapachos contratos, son la forma de vida en que se vive muerto en el mundo,
Dios perdona TODO con un verdadero arrepentimiento, creer verdaderamente que
tuviste la vida del cristo resucitado pero no para volverla a perder siguiendo en el
pecado.
DEJA DE CREER EN TUS PROPIOS CONCEPTOS REGRESA A CASA SOLO
“A” AMEN.
6. 15 continuación CASAMIENTO JUDÍO
Allá en los tiempos de Jesús y anteriormente, los judíos se casaban en
forma diferente de cómo lo hacen actualmente. El novio, joven, debía acercarse a
su novia escogida a través de un pacto, un contrato matrimonial que ambos
firmarían. Había dinero de por medio; el novio debía pagar un precio por su novia.
En efecto, el padre de la novia recibía la dote.
Al estar firmando, el novio bebía vino con la novia. La copa de vino sellaba
el pacto.
Entonces el novio se iba. Él debía decir a la novia, “Voy a preparar un lugar
para ti” y él tenía que regresar a la casa de su padre. Ahí debía construir un
aposento nupcial –una pequeña mansión, donde la pareja pasaría eventualmente
su luna de miel. Mientras tanto, la novia esperaba en casa, consagrada y
apartada, “comprada por un precio”, hasta que su novio viniera por ella.
Ella estaría esperando todo el tiempo, cada noche, ya que su novio había
pagado un gran precio por ella y ella era leal (y naturalmente ansiosa de casarse,
como todas las jovencitas).
Ella debía usar su velo siempre que saliera, para que los otros jóvenes no
trataran de hacer un pacto con ella y tenía que hacer énfasis en la pureza y la
modestia durante el tiempo que esperaba a su novio.
En casa, ella debía conservar a su lado una lámpara de aceite, con
suficiente aceite de repuesto, ya que su novio, bien podría venir a media noche y
ella debía estar lista para viajar aún en la oscuridad. De hecho, esa era la idea; el
novio trataría de sorprender a la novia llegando a una hora inesperada. Todas las
novias judías eran “raptadas”, secuestradas y para ellas resultaba muy placentero
todo este romanticismo (¡Los judíos conocen una o dos cosas sobre el amor!)
7. Allá en la casa del novio las cosas irían progresando tan rápido como el
joven pudiera construir. Él también quería casarse lo más rápido posible. Pero
tenía que tener la aprobación de su padre sobre su aposento nupcial. Él pedía
consejo a su padre acerca del precio que pagaría por la novia. Así que si se le
preguntaba, durante ese año que pasaba construyendo: “¿Cuándo es el gran
día?” él contestaría: “Solamente mi padre lo sabe”.
Por fin llegaba el gran día y el novio, junto con lo que hoy llamarían “los
llamarían “los ujieres” llegaba sigilosamente al hogar de la novia y la raptaba.
Había ciertas palabras acerca de eso; no podía solamente llegar y llevársela sin
antes prevenirla. Después de todo, quizá tenía puestos sus “tubos”.
Tenía que haber un grito. Alguno de la comitiva del novio debía gritar algo
así como: “¡He aquí el novio llega!”, a fin de prevenir adecuadamente a la novia.
Cuando la novia escuchaba ese grito era tanto como si ya estuviera casada. Ella,
sus hermanas y sus damas de honor revisarían rápidamente sus lámparas y
partirían. El padre y los hermanos sólo darían un vistazo para asegurarse que se
trataba del joven que había firmado el contrato, pero por lo demás todo pasaría
rápidamente.
La novia sería trasladada misteriosamente al aposento nupcial donde la
pareja cerraría la puerta. Los invitados, amigos del padre del novio, etc., ya
estarían reunidos ahí. Sin embargo, la celebración no daría comienzo realmente
sino hasta que el matrimonio fuese consumado dentro de la alcoba. El mejor
amigo del novio se paraba junto a la puerta, atento para escuchar la voz del novio;
el novio le decía cuándo el matrimonio era oficial.
Entonces sí, la gente que esperaba afuera daba comienzo a una
celebración por siete días. El ser invitado a una de esas bodas era como participar
obligatoriamente del jurado.
8. A veces se les acababa el vino y tenían que conseguir más (o quizá alguien
les detendría y haría del agua un poco de vino). De todos modos, todos querían
estar presentes al final de la semana porque la novia y el novio saldrían del
aposento y habría una gran fiesta llamada la “Cena de Bodas”.
Ahora, quien tiene conocimiento del evangelio podría seguir todo lo que se
acaba de relatar y darse cuenta de que Jesús lo representó paso a paso. Después
de todo, Él fue un novio judío venido para tomar una novia. Él siguió las leyes y
costumbres de su pueblo al pie de la letra.
Jesús se acercó a nosotros a través de un contrato.
-- El Nuevo Pacto o Nuevo Testamento, anunciado en Jeremías 31:31-34 y
Hebreos 8:8-12. Este pacto tan provechoso para la novia, declaró que todos los
pecados de la novia, declaró que todos los pecados de la novia serían
perdonados. Jehová había soportado previamente un tiempo difícil con su esposa,
Israel, quien era adúltera (ver el Libro de Oseas) pero Él, en efecto, hizo lo que
ningún hombre podría hacer – Regresó con la misma novia con un nuevo Pacto.
¡Qué gran perdón le dio!
Dios firmó sus pactos con los hombres, con sangre. (Abraham y Moisés,
v.g. tuvieron que sacrificar animales al firmarse los pactos Abrahámico y Mosáico)
Y así Jesús vino con su sangre, listo a ratificar el Nuevo Pacto de Dios con Israel.
Él bebió la copa con su novia, declarando claramente.
“Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para
remisión de los pecados”.
Jesús encontró el precio muy alto. Inclusive dijo a su Padre, “Padre, si
quieres, pasa de mí esta copa” (Lucas 22:42) pero Él finalmente obedeció a su
Padre (“Pero no se haga mu voluntad, sino la tuya”) y pagó de cualquier modo el
9. precio elevado en la cruz. Podemos imaginar que algunos novios judíos se
sorprendían con el predio que había que pagar por las muchachas que amaban,
pero invariablemente escuchaban el consejo de sus padres sobre este particular.
(Lucas 22:42 nos muestra lo mucho que Jesús tuvo que pagar por nosotros).
Después Jesús le dijo a su novia: “Voy a preparar un lugar para ti”, y se fue
al cielo a preparar la alcoba nupcial. Solamente su Padre sabe cuándo vendrá Él
por nosotros, pero estamos esperando, consagrados, apartados “comprados por
precio” (1ª Cor. 6:19-20).
El Señor vendrá como lo vimos anteriormente, con un grito, semejante al
grito en Jericó, y también con una trompeta, la cual anuncia al fin nuestra libertad.
Algunos piensa que la trompeta significa que Jesús vendrá actualmente por
nosotros en la fiesta judía llamada “Fiesta de las Trompetas”, y ¿por qué no? el
fue crucificado el día de la Pascua, sepultado el Día de los Panes sin Levadura,
resucitado en el día de Primicias, y Él envió al Espíritu Santo en Pentecostés.
Fueron cuatro días festivos seguidos con tremendos acontecimientos para la
Iglesia. La siguiente fiesta es la Fiesta de las Trompetas, y nada nos ha sucedido
en esa fecha hasta ahora. El rapto de la iglesia sería un bello cumplimiento de la
Fiesta de las Trompetas, al igual que los otros bellísimos cumplimientos en los
días festivos. Por lo tanto, es de presumir que la Segunda venida ocurriría
apropiadamente en el Día de la Expiación (cuando “todo Israel será salvo” Rom.
11:26) y el Reino daría principio precisamente en el Día de los Tabernáculos,
cuando el Tabernáculo del Señor se dan por la tierra otra vez entre nosotros. Con
eso se dan por terminadas las Siete Fiestas. (Para mayor información sobre las
Siete Fiestas, vean mis libros “Raptados” y “Jesús Judío de Judíos”, así como
“Satán en el Santuario” para la historia completa de Israel y el Templo. Mi co-
autor, Dr. Tom McCall, es un gentil que pudo enseñar estas fiestas a un rabino
ortodoxo).
10. De cualquier manera, nosotros aún estamos esperando a nuestro novio,
listos a escuchar ese grito. Tenemos aceite en nuestras lámparas (aceite =
Espíritu Santo) y estaremos listos para irnos en el momento de la noticia (ver
Mateo 25:1-13, la historia de aquellas que no esperaron con sus lámparas y su
aceite listo).
Tenemos nuestros velos puestos –nadie a nuestro alrededor se da cuenta
de la clase de contrato que hemos hecho y los no creyentes no se dan cuenta por
ahora de que estamos realmente comprometidos con alguien más. Ellos siguen
tratando de hacer toda clase de contratos con nosotros, lo que violaría aquel que
hemos hecho con nuestro Prometido. Pero cuando regresemos de la boda, ellos
nos conocerán. Cuando la novia sale del aposento nupcial, ya no trae puesto el
velo y todo el mundo puede ver quien era la novia y de qué se trataba el contrato.
Cuando el novio venga por nosotros, iremos al Tribunal de Cristo en el Cielo
(2ª Cor. 5:10; 1ª Cor. 3:11-15). ¿En qué se parece esto a la luna de miel? Bueno la
luna de miel es donde el novio quita los velos de la novia y conoce sus secretos.
Jesús va a examinar nuestras obras hechas en Él y nos dará una recompensa en
conformidad con las mismas, dentro de la alcoba. Cuando nosotros seamos
consagrados como su novia, Él lo hará saber a su amigo que está en la puerta.
Así Juan el Bautista dijo a los desconcertados fariseos: “El que tiene la esposa, es
el esposo; más el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza
grandemente de la voz del esposo; así pues, éste mi gozo se ha cumplido” (Juan
3:28-29).
Entonces todos los invitados a la boda que están afuera lo celebrarán.
Serán los amigos del Padre del Novio, Abraham, Moisés, David, Isaías y todos sus
otros amigos que están allá arriba esperando esta boda.
¿No será ésta una Cena de Bodas maravillosa? Daniel puede sentarse
junto a Jeremías y decirle: “Sabes, yo leí tu libro” (Dan. 9:2) (Jer. 29:10).
11. Al fin estaremos listos y consagrados y nos vestiremos de ese maravilloso
lino blanco el cual es la justicia de los santos (Apoc. 19:7, 8). Nosotros seremos el
huésped de honor en la Cena de Bodas del Cordero.
Y como era entonces costumbre, partiremos de la Casa del Padre del
Novio. La novia y el novio dejarán la casa del padre después de la cena de bodas
y pondrán su casa propia. Así nosotros acompañaremos al Señor de regreso a la
tierra, para vivir con Él en su Reino.
Ahora somos la novia de Cristo, pero un día seremos la Reina del Reino.
Reinaremos con Él, sumisos a Él naturalmente, como lo es la esposa cristiana a
su marido. ¡Qué promesa!
Ahora ya sabes cómo casarte al estilo judío.