El documento describe el aprendizaje ubicuo como un nuevo paradigma educativo que se produce en cualquier lugar y momento a través de medios digitales. Propone que la computación ubicua debe ser situada, interactiva, participativa, espacialmente y temporalmente agnóstica e integrada cognitivamente. Recomienda siete cambios para las escuelas y educadores como difuminar fronteras institucionales, espaciales y temporales, reconocer las diferencias entre estudiantes y construir culturas de conocimiento colaborativo.