Las mujeres que eran llamadas "brujas" en la Edad Media eran en realidad sanadoras, altruistas y cultas que curaban a la gente usando plantas medicinales y sus conocimientos de medicina natural. A pesar de su gran labor social, fueron injustamente acusadas de brujería y ejecutadas, lo que resultó en una gran pérdida para las comunidades que se quedaron sin su asistencia médica.