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DE: JAIME DÍAZ PAGE –MÉXICO-
DICIEMBRE 2009
ESCRITO 59
EL TRABAJO PERSONAL O ESFUERZO ESPIRITUAL
Amados estudiantes de El Libro de Urantia, a continuación presento a ustedes
afirmaciones y/o revelaciones espirituales que a mi juicio pueden ayudarnos a
mantener presente en nuestra conciencia la actitud correcta en nuestro esfuerzo sincero
y personal en la búsqueda de Dios Padre, en nuestro ascenso espiritual hacia el
Paraíso, la morada divina del Padre Universal que es nuestro DESTINO.
ANTECEDENTES
A) Jesús nuestro Creador e Instructor divino no desea producir “hombres
religiosos totalmente ocupados en sentimientos religiosos y animados únicamente por
impulsos espirituales, sino hombres de verdadera experiencia en las cosas de este
mundo, guiados por su Espíritu interior haciendo la voluntad del Padre en la
tierra y sirviendo amorosamente a sus hermanos en este mundo, es decir: “la
conformidad voluntaria de la voluntad del hombre a la voluntad de Dios”. 1582:1;
1732:4.
B) Jesús enseñó que los hombres que no trabajaran espiritualmente no podrían
recibir el alimento divino para su alma, pues él dijo: “El que no trabaje no comerá”.
El progreso espiritual es mediante el esfuerzo y los logros mediante la
perseverancia. Sin esfuerzo personal espiritual no podemos ascender en el
universo. La persistencia amplía la capacidad del alma para recibir al espíritu.1579:4;
1266:3; 1284:3; 1619:3.
C) Se nos revela que no existen senderos fáciles, atajos, estratagemas
ingeniosas o invenciones humanas para eludir impacientemente el plan divino
establecido, que nos faciliten el ascenso espiritual en el camino hacia la perfección
y búsqueda del Padre Universal. 551:2; 846:4.
D) De igual manera nos hacen saber que: no existen intermediarios u otras
autoridades intervinientes, ni poderes que funcionen entre nosotros y los
Ajustadores divinos, porque Dios y nosotros estamos relacionados directamente.
La chispa divina de Dios, el Ajustador del Pensamiento mora en nuestra mente
humana. 1187:3; 1176:1,3.
CONSIDERANDOS SOBRE EL TRABAJO PERSONAL O
ESFUERZO ESPIRITUAL
1 Estar dispuesto a aprender las lecciones espirituales de este mundo, antes de
proceder al mundo siguiente, buscando a Dios mediante un esfuerzo amoroso, real y
sincero. Esta actitud hacia Dios redituará rápidamente para nuestra satisfacción
espiritual. 551:2.
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2 Anhelar obtener logros espirituales, hacer algo, así como ser algo.
Acogernos a la Religión dinámica de Jesús que revela el amor de Dios. 1260:1;
1090:4.
3 Esforzarse por cumplir el Mandato Supremo del Padre Universal que nos
dice: “Sed vosotros perfectos, así como yo soy perfecto”. El Padre es amor vivo, y
este amor viviente reside en nosotros, ¡expresémoslo!
4 Compartir voluntariamente nuestra vida interior con Dios Padre. Esto
significa “hacer la voluntad de Dios”. Busquemos establecer relaciones íntimas y
autoconscientes con nuestro Dios interior. 1221:2; 1616:4.
5 Meditar ante la presencia de la soberanía de Dios, tomando en cuenta las
realidades de los significados divinos y los valores espirituales de nuestra experiencia
espiritual. 1093:2.
6 Encontrar a Dios mediante la experiencia celestial del alma, por nosotros
mismos, en nosotros mismos y para nosotros mismos. 1731:1.
7 Tener hambre por la verdad y sed de rectitud de Dios nos conduce al
descubrimiento de la Verdad divina. 1133:2.
8 Valerse del estímulo poderoso de la oración para el crecimiento espiritual.
Dios siempre responde a la oración dando una mayor revelación de la verdad, una
enaltecida apreciación de la belleza y un concepto aumentado de la bondad. Orar de
todo corazón, con inteligencia, seriedad y constancia. 1002:3; 1640:3.
9 Encontrar y experimentar los valores divinos en el mundo espiritual
interior y en los niveles divinos de la realidad eterna que mora en nosotros la
alcanzamos mediante una actitud genuina de oración-adoración a nuestro yo divino
interior, el Ajustador del Pensamiento. Los valores divinos de la verdad, la belleza y la
bondad son valores de realización de la conciencia de Dios, se “sienten” en el
alma.1457:1; 40:5; 1165:5; 1219:5,6.
10 Vivir la religión de la experiencia espiritual personal que Jesús fundó,
produciendo los frutos espirituales que el Padre divino nos pide para darnos la vida
eterna. 2092:4.
11 Desarrollar cada vez más la “habilidad” de sentir a Dios en nosotros
mismos. Cuando por la fe, nos volvemos divinamente conscientes de Dios nacemos de
nuevo desde el espíritu de Dios. 1732:5; 2052:3.
12 Probar por uno mismo y para sí mismo la realidad de la existencia del
espíritu y sus valores divinos. 2080:8.
13 Relacionarse con Dios mediante una fe religiosa dinámica que permite
conocer la verdad y salvar el alma. Mediante esta fe sabremos que somos hijos de
Dios. 1593:7; 2052:4.