Procedimientos para la planificación en los Centros Educativos tipo V ( multi...
homenaje_max_euwe.pdf
1.
2. 24
Grandes campeones
Max Euwe
(Watergraafsmeer, 1901 – Ámsterdam, 1981)
En 1935 Max Euwe protagonizó una de las mayores sorpresas en los Campeonatos
del Mundo cuando, a pesar de no figurar como principal favorito, consiguió el título
mundial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). El encuentro se disputó
en Ámsterdam y Euwe derrotó al maestro ruso Alekhine.
Después de derrotar a Capa-
blanca en 1927, Alekhine puso
en juego su título en dos oca-
siones, en 1929 y en 1934, y en
ambas ocasiones se enfrentó a
Bogoljubow, al que ganó con
autoridad.
Pero, en 1935, Alekhine se en-
contró con el holandés Max
Euwe, profesor de matemáticas
en Ámsterdam y reputado teó-
rico, y contra todo pronóstico
fue derrotado. Aunque Alekhi-
ne empezó ganando la primera
partida y pronto alcanzó una
ventaja de 5 a 2, Euwe fue recu-
perando terreno y finalizó con
un ajustado triunfo (+9 -8 =13).
Las normas del encuentro es-
tablecían que el campeón, de
ser derrotado, tendría dere-
cho a un match de revancha,
y dos años más tarde ambos
rivales volvieron a enfrentarse.
En aquella ocasión, Aleksandr
Alekhine recuperó el título con
rotundidad (+10 -4 =11) .
Tal vez debido a su breve reina-
do, Euwe ha sido un campeón
mundial no suficientemente
valorado. Además, coincidió en
el tiempo con grandes figuras,
como el propio Alekhine, Ca-
pablanca y, más tarde, Keres y
Botvínnik, entre los cuales era
difícil destacar, aunque Euwe
brilló al nivel de todos ellos.
Incluso cuando estaba en po-
sesión del título, Euwe fue muy
ecuánime en la reglamentación
que debía existir respecto a la
disputa del mismo y la desig-
nación del aspirante (cosa que
no hicieron sus antecesores).
En 1970 fue elegido presidente
de la FIDE, cargo que ocupó
durante diez años.
Una imagen de Max Euwe en el torneo
de Nottingham celebrado en 1936.
15_Ajedrez.indd 24 30/05/11 09:55
3. 25
M. Euwe
S. Landau
Ámsterdam (1939)
1.d4 d5 2.c4 c6 3.¤f3 ¤f6
4.¤c3 dxc4 5.a4 ¥f5 6.e3
e6 7.¥xc4 ¥b4 8.0-0 ¤bd7
9.£b3 £b6
9...a5 era más segura.
10.e4! ¥g6
Si 10...¤xe4? 11.¤xe4 ¥xe4
12.¥xe6! etc.
11.¥xe6!!
Se trata de un profundo sacri-
ficio de pieza basado ante todo
en factores posicionales. Las
blancas tienen ataque, pero no
existe nada forzado.
11...fxe6 12.a5!
Importante, para que el Alfil
no vaya a e7, donde sería muy
efectivo en la defensa.
12...¥xa5 13.£xe6+ ¢d8
14.e5
14...¦e8?
14...¤e4! era la defensa co-
rrecta, aunque 15.¤a4 £b5
16.¤c5 lleva a complicaciones
difíciles de evaluar.
15.£h3 ¥xc3
Si 15...¤e4, entonces 16.¤xe4
¥xe4 17.£h4+. Tampoco vale
15...¤d5? porque le sigue
16.¤xd5 cxd5 17.¥g5+ ¢c7
18.¦fc1+ etc.
16.exf6 ¥b4 17.fxg7
¥d6
18.¤e5! ¥xe5
18...¤xe5 sería peor porque
19.dxe5 ¥xe5 20.¦d1+ con ata-
que decisivo.
19.dxe5 ¥f7?
Esta jugada pierde sin lucha. Lo
mejor era 19...¤xe5 20.¥g5+
¢c7 21.¥f4 £xb2 22.¦ae1
aunque tras recuperar la pie-
za, las piezas del bando blanco
conservan una clara ventaja.
20.¦d1 ¥d5 21.e6 ¤f6
21...¥xe6 22.£xe6!
22.¥g5 ¢e7 23.£c3 1-0
Max Euwe era ante todo un científico. No era
un jugador profesional en el sentido de que no
hizo de la competición su profesión, sino que,
por el contrario, durante largos períodos de su
vida abandonó la práctica de los torneos para
dedicarse a su actividad docente en matemáti-
cas, aunque también dedicaba mucho tiempo a
escribir sobre ajedrez. Su participación en tor-
neos a principios de la década de 1930 coincidía
con el período vacacional en el instituto donde
impartía clases y hacia 1934 debió tomar una
decisión crucial para su carrera, cuando Alekhi-
ne aceptó jugar un match con el título mundial
en juego. A partir de ese momento, Euwe se pre-
paró a fondo, aunque continuó sus tareas como
profesor hasta pocos meses antes del enfrenta-
miento, y lo mismo hizo en el siguiente curso,
una vez coronado como campeón mundial.
Euwe, un jugador matemático
15_Ajedrez.indd 25 30/05/11 09:56
4.
5. STE ES UN RECORRIDO por un impre-
sionante torneo que reunió a ocho figu-
ras inolvidables de la historia del aje-
drez. Intentaré una semblanza toman-
do en cuenta publicaciones de la época, para
reconstruir la atmósfera imperante… Y luego
veremos las cuatro partidas finales de Max Euwe,
cuya actuación fue por demás llamativa y merece
una reflexión.
A.V.R.O. son las siglas de la primera compañía
holandesa de radiodifusión, que patrocinó el tor-
neo (Algemene Vereniging Radio Omroep), funda-
da en 1923. Tengamos en cuenta que se había
inventado la radio en frecuencia modulada apenas
en 1933. Eran esos grandes aparatos de madera, a
veces verdaderas obras de arte, que la familia
entera rodeaba para enterarse de las noticias:
todavía faltaban unos cuantos años para que “la
radio se hiciera visible”, es decir, apareciera la
televisión.
Tengo a la vista el libro “Ocho Astros del Ajedrez
Mundial”, por Arnoldo Ellerman, 1944(1)
.
Este autor fue un importantísimo problemista
argentino de nivel mundial, compositor de mates
en dos y tres jugadas, cerca de 6.000, con unos 150
primeros premios. Era hijo de holandeses, por lo
que cabe pensar que tuvo contacto directo con los
organizadores. Démosle la palabra:
Apunta Ellerman que este fue el último gran tor-
neo individual antes de la guerra, y que junto con
la Olimpíada de Buenos Aires de 1939, “marcan el
fin del ciclo 1918-1939, entre dos cataclismos béli-
cos”... y expresa su “esperanza de que el ajedrez
recupere su renovado brío, cuando pase la triste
hora actual”. No hay que olvidar que este gran
artista del ajedrez está escribiendo en 1944.
La primera y la última rondas se jugaron en
Ámsterdam, el 6 y el 27 de noviembre. Pero el
espectáculo se trasladaba de ciudad en ciudad, lo
cual, señala Kaspárov, en su obra Mis geniales
Predecesores, tomo II: —“Debió haber sido espe-
cialmente agotador para los más veteranos, como
Capablanca (50) y Alekhine (46)”.
Al principio de cada ronda, nos dice en qué ciudad
se jugó. Fueron a Groningen, Zwolle, Haarlem,
Utrecht, Arnheim, Breda, Rotterdam, La Haya y
Leiden. Tal vez en tren. Se viajaba a velicidades
que no superaban los 50 kilómetros por hora.
Imagino los asientos de madera, poca charla, con-
centracion, todos mirando el paisaje, Alekhine y
Capablanca sentados bien lejos...
Luego aparece en el libro de Ellerman una curiosa
tabla, que también encuentro en la revista Chess
Review de septiembre de 1938, con los encuentros
previos entre todos los jugadores, desarrollada
por Paul H. Little, uno de los columnistas colabo-
radores de la publicación.
Otro importante documento histórico es el Boletín
de British Chess Magazine sobre el torneo.
Reproduce la información publicada en los ejem-
plares de diciembre de 1938 y enero de 1939. Tiene
bellísimas fotos de los contendientes, cada una
con su firma.
Además de la información general, opina sobre las
actuaciones de cada jugador, interesantes para
captar la visión del juego en aquellos años. Copian
de Deutsche Schach Zeitung la lista de Hans
Kmoch, que los ordena por edad. (Ver tabla en
pág. siguiente).
39
CARLOS GARCÍA PALERMO
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
E
“En el año 1938, durante el mes de noviembre, el
mundo ajedrecístico estuvo pendiente de uno de los
más excepcionales certámenes realizados hasta el
presente, el cual tuvo por escenario varias hermo-
sas ciudades de la pacífica e industriosa Holanda.
(…) Allí se encontraron las ocho estrellas más ruti-
lantes del firmamento ajedrecístico de esa época:
tres campeones mundiales: Capablanca,Alekhine y
Euwe, y cinco dignos aspirantes: Keres, Fine,
Botvínnik, Reshevsky y Flohr”.
6. La revista americana Chess Review, en su número
de diciembre de 1938, dedica un extenso artículo,
con valiosas fotos. Frente al triunfo de los jóvenes
Fine y Keres, nos cuenta que los pronósticos que
circulaban en el ambiente ajedrecístico de Estados
Unidos preveían una lucha pareja entre Alekhine,
Botvínnik y Reshevsky. Opina que, si la tabla de
posiciones finales hubiera sido al revés, con Flohr
en primer lugar, Capablanca en el segundo, y Fine
y Keres al final, nadie se hubiera sorprendido
mucho...
UN CERCANO CLIMA PREBÉLICO
El 9 de noviembre, apenas empezado el torneo, fue
la noche de los cristales rotos o “Kristallnacht”, una
cruenta persecución antisemita perpetrada por
Hitler, en Alemania y Austria, con destrucción de
negocios judíos y sinagogas y la detención de unas
30.000 personas. En los días sucesivos, más atroci-
dades: prohibieron a niños judíos el acceso a las
escuelas públicas. La posesión de armas también se
les vetó. Cosa insólita, un decreto les prohibió
tener... palomas mensajeras. Y un largo etcétera.
Seguramente, los participantes y organizadores
estarían informados día a día de los sucesos, alar-
mantes sobre todo para Reshevsky, Fine,
Botvínnik y Flohr, que eran judíos.
Los dos primeros vivían en Estados Unidos y
Botvínnik en Moscú estaría bastante seguro, pero
la situación de Flohr era más delicada y tuvo que
hacer una vida errante. Se quedó en Holanda un
tiempo, ayudado por Euwe y, cuando Checos-
lovaquia fue invadida en enero del 39, viajó a
Suecia y más adelante se asentó en Moscú, con la
ayuda de Botvínnik.
Imposible para Flohr jugar bien en esas condiciones:
el torneo debe de haber sido una tortura para él, que
en los años anteriores había obtenido muchos pri-
meros puestos y hasta se le señaló como desafiante
de Alekhine, match que no pudo concretarse.
Reshevsky tuvo un mal comienzo, pero luego se fue
reponiendo. En cambio, Reuben Fine, de padre y
madre judíos rusos, comenzó con una brillante
serie de triunfos: era psicólogo y supo gestionar
bien las circunstancias y concentrarse en el torneo.
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE
De este torneo emblemático me llamó la atención
la accidentada performance del entonces excam-
peón mundial holandés. Euwe finalizó el torneo
con el cincuenta por ciento, un resultado más que
razonable con semejante oposición. Pero veamos
cómo finalizó la primera mitad del torneo.
40
CARLOS GARCÍA PALERMO
VIAJE AL PASADO
JUGADOR FECHA DE NACIMIENTO EDAD
Capablanca 19 de noviembre de 1888 50
Alekhine 1 de noviembre de 1892 46
Euwe 20 de mayo de 1901 37
Flohr 21 de noviembre de 1908 30
Botvínnik 17 de agosto de 1911 27
Reshevsky 26 de noviembre de 1911 27
Fine 11 de octubre de 1914 24
Keres 7 de enero de 1916 22
CLASIFICACIÓN TRAS LA PRIMERA VUELTA
N NOMBRE PAÍS PTS
1 Reuben Fine USA 5,5
2 Paul Keres URSS 5,0
3 Mijaíl Botvínnik URSS 4,0
4 José Raúl Capablanca CUB 3,5
5 Alexander Alekhine FRA 3,0
6 Samuel Reshevsky USA 3,0
7 Max Euwe NED 2,0
8 Salomon Flohr URSS 2,0
N NOMBRE PAÍS 1 2 3 4 5 6 7 8 PTS DES
1 Paul Keres URSS 1 ½ ½ ½ ½ ½ 1 ½ ½ ½ 1 ½ ½ ½ 8,5 / 14 58,25
2 Reuben Fine USA 0 ½ 1 ½ 1 0 1 0 1 1 ½ ½ 1 ½ 8,5 / 14 56,25
3 Mijaíl Botvínnik URSS ½ ½ 0 ½ ½ 0 1 ½ 1 ½ ½ 1 ½ ½ 7,5 / 14 - -
4 Max Euwe NED ½ ½ 0 1 ½ 1 0 ½ 0 ½ 0 1 1 ½ 7,0 / 14 48,00
5 Samuel Reshevsky USA 0 ½ 0 1 0 ½ 1 ½ ½ ½ ½ ½ 1 ½ 7,0 / 14 46,75
6 Alexander Alekhine FRA ½ ½ 0 0 0 ½ 1 ½ ½ ½ ½ 1 ½ 1 7,0 / 14 45,50
7 José Raúl Capablanca CUB 0 ½ ½ ½ ½ 0 1 0 ½ ½ ½ 0 ½ 1 6,0 / 14 - -
8 Salomon Flohr URSS ½ ½ 0 ½ ½ ½ 0 ½ 0 ½ ½ 0 ½ 0 4,5 / 14 - -
7. En la primera mitad, lo vemos con apenas dos
puntos sobre 7: menos tres. En cambio, en la
segunda mitad del torneo, Euwe obtuvo los mejo-
res resultados… Interesado por esta notable recu-
peración, escribí al Max Euwe Centrum, que está
en Amsterdam, en la calle Max Euwe 30, pregun-
tando si ellos podían aportarme algún dato. A
continuación transcribo su amable respuesta, que
me envió su gerente.
En otro intercambio de mensajes, le pedí a Eddy
información sobre el libro “Analysen van
A.V.R.O.'s wereld-schaak-tournooi by Max Euwe
(Amsterdam, 1938)”. Pero no lo tenían. Entonces
consulté a mi amigo Hebert Pérez, que vive en
Holanda desde hace muchos años y que resultó
tener un ejemplar. Pero me dice que carece de
comentarios significativos sobre el tema que me
interesaba. Aunque opino que el silencio de Euwe
sí lo es, de algún modo...
Por otra parte, en el boletín del British Chess
Magazine mencionado, página XIV, leemos:
O sea, recapitulando y ordenando un poco las
ideas con los pocos datos que tenemos:
Euwe se había coronado campeón mundial en
▪
1935 y había perdido el título en el match revan-
cha con Alekhine, en 1937.
Sus amigos y patrocinadores holandeses hacen
▪
un esfuerzo para reunir a los ocho mejores del
mundo, con la idea más o menos explícita de
elegir un desafiante para Alekhine, y dar así una
oportunidad a su campéon.
El torneo se realiza. Debe de haber sido caro.
▪
Debían viajar de una ciudad a la otra para mos-
trarlo por todo el país, que debe de haber sido
una exigencia de la compañía AVRO.
Sin embargo, Euwe ha de seguir trabajando
▪
como profesor de matemáticas durante el tor-
neo. Los textos citados, traducidos de sus origi-
nales en inglés, parecen hacer referencia a los
días de descanso entre ronda y ronda, porque
las fechas de juego fueron 6, 8, 10, 12, 13, 14, 15,
17, 19, 20, 22, 24, 25 y 27 de noviembre.
O sea, que cuando no le tocaba jugar, tenía que
▪
ir a la escuela a dar clase. Y viajar de aquí para
allá... no debe de haber sido fácil.
Además, era el jugador local, lo que debió
▪
representarle una presión adicional. Inevitable
que vengan los amigos a saludarte… y si uno
pierde... las caras de circunstancia y las pala-
bras de consuelo, no siempre bien elegidas. Los
jugadores experimentados conocemos esas sen-
saciones...
41
CARLOS GARCÍA PALERMO
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
“¡Hola Carlos! No sabemos la razón... La única
explicación que podemos imaginar es el hecho de
que Euwe trabajaba los días de descanso durante
el torneo (en aquella época Euwe era profesor de
matemáticas). ¿Quizás se puso en forma a medida
que transcurría el torneo?". Un saludo. Eddy Sibing,
gerente del MEC.
“Euwe (...) parece bastante fuera de forma. El
excampeón del mundo, en el último momento,
obtuvo permiso para jugar en el torneo sin conti-
nuar trabajando durante la jornada. No obstante,
para jugar y dar lo mejor de uno en un torneo de
este tipo es necesario prepararse con varias sema-
nas de antelación.Algo que Euwe no pudo hacer y
que puede explicar su puntuación actual”.
Portada del libro “8 astros del ajedrez mundial”
de Arnaldo Ellerman, publicado por la editorial
argentina Grabo en 1944.
8. Con todo, la afirmación de que Euwe no estaba
preparado me parece inexacta. En 1940 publicó
Meet the Masters, que es un análisis pormenoriza-
do de cada uno de sus siete rivales. Este sí es un
libro maravilloso, porque muestra la meticulosi-
dad con que estudió a cada uno de ellos. Es un
excelente ejemplo de sistema de preparación para
un torneo importante. Prosa amena, nos habla a
través del tiempo, de la vida, personalidad, virtu-
des y defectos de sus colegas, como ajedrecistas y
como seres humanos, campañas deportivas y par-
tidas, señalando características de estilo. Los
párrafos extraídos apuntan a este último aspecto:
la idea es imaginar cómo veía Euwe a sus adversa-
rios a la hora de sentarse a jugar con ellos.
Me presentaron a Max Euwe en 1978, durante la
Olimpiada de Buenos Aires. Era en ese momento
presidente de la FIDE. Durante su mandato tuvo que
enfrentar algunos delicados conflictos, como el
match Fischer vs. Spassky, la Olimpiada en Haifa sin
árabes ni comunistas o el asilo político de Korchnói,
entre otros. Con 77 años, unos dos metros de altura,
sano y enérgico, era una reunión con mucha gente
dando vueltas y solo atiné a darle la mano, no tuve
oportunidad de conversar. Probablemente, a mis 24
años e ignorante de tantas cosas, difícilmente le
hubiera hecho alguna buena pregunta.
NEGRAS CONTRA FINE, RONDA 11
En Meet the Masters, páginas 200 y siguientes,
Euwe analiza a Fine: un pormenorizado segui-
miento de sus torneos, viajes, trabajo, estudio,
libros escritos, etc. Un dato importante: Fine fue
su segundo en el match revancha contra Alekhine.
Euwe dice que hizo un muy buen trabajo, aunque
el resultado haya sido desfavorable.
Tal vez lo contrató porque meses antes del match,
en abril del 37, Fine le había ganado en gran estilo
a Alekhine... y se le nota a Euwe un cierto placer al
comentar la partida en el libro. Seguramente soña-
ría con Alekhine. Eso lo entiende cualquiera que
haya jugado matches. Un estrés diferente: la
misma cara día tras día...
Euwe y Fine habían hecho tres tablas en 1936. En
AVRO, primera parte, Fine estaba en gran forma y
le ganó una notable partida: táctica precisa y un
vistoso final de alfiles de distinto color. Busco en el
texto de Euwe alguna crítica, algún defecto que
haya visto en su juego, pero todo son elogios.
Buen táctico, buen estratega, combinador, finalis-
ta, erudición en aperturas. Pero dice que, en 1940,
—“Fine era ya un jugador más pulido y habilido-
so”, —de modo que dos años antes su ajedrez, a
pesar de los resultados, le parecería algo inconsis-
tente, deduzco.
Después de 10 rondas, Fine y Keres contaban con
6,5 puntos, seguidos de Botvínnik con 5,5,
Alekhine, Reshevsy y Capablanca con 5. Euwe era
anteúltimo con 3.5 y Flohr cerraba la tabla con 3.
Algo le pasó, que fue con tanto arrojo a buscar el
punto entero contra uno de los líderes. Entrevió la
posibilidad de volver a entrar en el torneo.
Muchos otros, hartos de tanto infortunio, hubie-
ran intentado hacer cuatro tablas y esperar que el
torneo terminase de una vez.
»»»
42
CARLOS GARCÍA PALERMO
VIAJE AL PASADO
“Fine hace a menudo jugadas que agudizan, o más
bien tienden a agudizar la lucha. No ataca directa-
mente, pero procura alguna ventaja posicional de
manera más o menos provocativa.Si el rival acepta el
desafío, surge rápidamente un juego vivaz en que
suele quedar claro que él había comprendido la posi-
ción mucho más profundamente que su adversario”.
“Una demostración modélica en el ámbito del
juego lógico-posicional. Después de conseguir una
ligera ventaja en la apertura, Fine agobia a su rival
con buenas jugadas. Pocas amenazas directas,
pero a pesar de sus esfuerzos,Alekhine ve deterio-
rarse paulatinamente su posición”.
9. CARLOS GARCÍA PALERMO
43
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
Fine - Euwe
Defensa Ragozin [D39]
1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤f3 d5 4.¥g5
¥b4+ 5.¤c3 dxc4 6.e4 c5
Ambos estarían al tanto de que
6...b5 se había jugado con relativo
éxito. 7.e5 h6 8.exf6 (8.¥h4 1/2–1/2
Bogoljubow – Wolf. Karlsbad,
1923) 8...hxg5 9.fxg7 ¦g8. 1/2–1/2
Bernstein – Dake. Campeonato de
Estados Unidos, New York 1936, en
el que Fine quedó tercero.
7.e5
A ganar o perder. Fine había juga-
do a toda máquina la primera
parte del torneo, pero empezaba a
acusar el cansancio. Podría haber
elegido algo más tranquilo para
jugar “a dos resultados”, como se
dice ahora, y asegurar su situación
en el torneo. Pero estaba de buen
humor y lleno de confianza para
afrontar las complicaciones
haciendo jugadas conceptuales.
7...cxd4 8.£a4+
Comenta Ellerman: —La variante
Vienesa, analizada principalmente
por Grunfeld y Becker, y que fue
jugada por primera vez por el pri-
mero. 8.exf6 gxf6 9.¥h4 (9.¤xd4)
9...¤c6! (no 9...dxc3? 10.£xd8+
¢xd8 11.¥xf6+ seguido de bxc,
ganando).
8...¤c6 9.0–0–0 ¥d7
— “Recomendada por Alekhine y
parece la mejor” (Ellerman). El
módulo le da la razón: el negro
sacrifica una pieza para quedarse
con la masa de peones centrales,
todo muy agudo. 9...¥xc3 10.bxc3
h6 11.exf6 hxg5 12.fxg7 ¦g8
13.¤xd4, fue favorable al blanco en
Gilg - Boros. Bad Liebwerda, 1934.
10.¤e4 ¥e7
Muchos años después, ya en la era
de los módulos, Nisipeanu ensayó
el sacrificio 10...¤xe4 11.¥xd8
¦xd8. Pero, mala suerte...
¡Ivanchuk jugó a la perfección!
12.¤xd4 ¥d2+ 13.¦xd2 ¤xd2
14.¤xc6 ¥xc6 15.£a3 ¤xf1 16.¦xf1
El negro aspira a construir una
fortaleza, pero no llega a lograrla.
Cuesta poner en juego la ¦h8 y
armonizar las piezas. 16...¦d3
(16...¥xg2 17.¦g1 ¥d5 18.¦xg7)
17.£b4 a5 18.£xc4 ¦d5 (en el
mismo año de esta partida, dos
computadoras ensayaron la línea y
ganó el negro. Pasaron 14 años,
habría que ver qué dicen los
módulos actuales. 18...¦d8 0–1
SmarThink 0.17 - Aristarch 4.50.
CCRL, 2007) 19.¦d1± 1–0.
Ivanchuk – Nisipeanu. Foros, 2007.
11.exf6 gxf6 12.¥h4
Hasta aquí la teoría. Fine había
jugado la línea un par de años
antes y no da el brazo a torcer: no
elude la inevitable novedad...
12...¦c8
Con la posición a la vista, tanto
Grünfeld en 1936 como Korchnói
en 1988, cometieron el mismo
error, pero el segundo imponía
demasiado respeto y su rival se
conformó con una prudente repe-
tición. Fine no lo hubiera perdo-
nado... 12...¤b4?, omitiendo
13.£xb4! ¥xb4 14.¤xf6+ ¢f8
15.¦xd4± ¥e7 (15...£a5 1–0 Fine –
Grünfeld. Ámsterdam, 1936)
16.¤e5 ¥b5 17.¦xd8+ ¦xd8
18.¥e2 ¢g7 19.¤h5+ ¢f8 20.¤f6
¢g7 21.¤h5+ ¢f8 22.¤f6 1/2–1/2
Greenfeld – Korchnói. Beersheba,
1988. Mientras en el 2002,
Morozévich, a ciegas, hizo 12...a6,
que es la recomendación del
módulo y da supuestamente igual-
dad. 13.£xc4 e5 14.¤xe5 ¤xe5
15.£xd4 ¦c8+ 16.¢b1 0–0÷ 1/2–
1/2 Van Wely - Morózevich.
Montecarlo, 2002. Pero esos tran-
quilizadores signos de igualdad
del módulo no le quitan el carácter
caótico a las posiciones...
13.¢b1
—“La tentativa de devolver la
pieza para ganar la calidad (sic)
13.¥xf6 ¥xf6 14.¤d6+ ¢f8
15.¤xc8 £xc8 16.£xc4, siempre
sería inferior, por 16...e5μ” —dice
Ellermane en 1944. Sin embargo,
en tiempos recientes se llegó a esta
posición en varias partidas, y
hasta ganó alguna el blanco... El
negro está objetivamente mejor
según el módulo, pero no es fácil.
13...¤a5 14.£c2 e5 15.¤xd4!
Ensayo de una regla general: un
sacrificio es dudoso si el rival
puede devolver el material en bue-
nas condiciones. Podría ser el
caso... Al problemista Ellerman le
gustaba más 15.¥g3 0–0 16.¤xe5
r?-Wqk?-Tr
Zpp?lVlp?p
-?n?pZp-?
?-?-?-?-
Q?pZpN?-VL
?-?-?N?-
PZP-?-ZPPZP
?-MKR?L?R
rSnlWqk?-Tr
Zpp?-?pZpp
-?-?pSn-?
?-Zp-ZP-VL-
-VlpZP-?-?
?-SN-?N?-
PZP-?-ZPPZP
TR-?QMKL?R
-?-Trk?-Tr
Zpp?-?pZpp
-?l?p?-?
?-?-ZP-?-
-?p?-?-?
WQ-?-?-?-
PZP-?-ZPPZP
?-MK-?R?-
10. fxe5 17.¥xe5, pero no funciona
bien: 17...¤c6 y ¥f5 enseguida,
pues la clavada es terrible.
15...exd4 16.¦xd4 £b6
17.£c3
Un error comprensible. Había
varias alternativas y no era fácil
elegir. La impresión visual no es
tan mala; bloquea el peón c, apun-
ta a f6 y a la ¦h8, mantiene un ojo
en el ¤a5, puede haber pasajes de
dama por la tercera en caso de
enroque corto, y quita una pieza
de la diagonal blanca frente a la
inminente ¥f5. Pero, como en tan-
tas cosas de la vida, a veces la lógi-
ca simple no funciona. Los ajedre-
cistas tenemos la ventaja de que
nos refutan y nos obligan a entrar
en razón.
En el libro del torneo, Euwe prefie-
re 17.¦xd7 ¢xd7 18.¥e2, y el juego
parece más difícil para el negro.
Por ejemplo: 18...¦c6 19.¥g4+ ¢e8
20.¦d1 ¢f8 21.¥d7 ¦c7 22.£c3±
1–0. Ziatdinov – Oll. Taskent, 1986.
También es bastante buena 17.¦d5
¥e6 18.¦h5, pero terminó per-
diendo el blanco en Mamedyarov
– Lagno. Ellerman recomienda
(repito, ¡en 1944!) 17.¦d6, preferi-
da hoy en día por la computadora
y los jugadores de élite. Hay unas
cuantas partidas, con resultados
variados. Por ejemplo: 17...¦c6
18.¦xc6 £xc6 19.¥e2 f5 20.¥xe7
£xe4 21.¥f6 ¦g8 22.¥f3 £xc2+
23.¢xc2 ¦g6 24.¦e1+ ¢f8 25.¥e7+
¢g8 26.¢c3 ¦e6 27.¦xe6 fxe6
28.¥d6 ¢f7 29.¥h5+ ¢f6 30.f4 b5
31.h3 ¤c6 32.¥f3 e5 33.¥xc6 1/2–
1/2. Grischuk - Gélfand. Niza, 2010.
17...¥f5 18.g4 ¥g6 19.f4
A partir de ahora es difícil equivo-
carse con negras. 19.¥d3, según
Euwe, era la última oportunidad
para mantener una lucha comple-
ja. Aunque las líneas dan ventaja
negra con el módulo y la tranqui-
lidad del hogar, es difícil calcular y
elegir las jugadas. Por ejemplo:
19...¥b4 (Si 19...£e6 20.¦d6. O bien
19...0–0 20.¥c2 ¥b4) 20.¤xf6+ ¢f8
21.¤d7+ ¢g7 ¡En la diagonal de la
dama! 22.¤xb6 ¥xc3, etc.
19...¥c5 20.¦xc4
Contra 20.f5 las jugadas negras
son únicas para ganar y para no
perder, por lo que no son difíciles.
Seguiría 20...¥xd4 21.¤xf6+ ¥xf6
22.¥xf6 0–0.
20...¤xc4 21.f5
Si 21.£xc4 0–0 22.f5 ¥e3.
21...¥d4 22.£b3 £c6 23.¥g2
23...£xe4+
¡Game over!
24.¥xe4 ¤d2+ 25.¢a1 ¤xb3+
26.axb3 0–0 27.fxg6 hxg6 28.¢b1
¦fe8 29.¥d3 ¦e3 30.¦d1 ¥e5 0–1
Vida nueva para Euwe: bajó al
puntero con negras y pasado
mañana, jueves... ¡Blancas contra
Botvínnik, quien a pocos metros le
estaba haciendo la famosa inmor-
tal al mismísimo Capablanca!
BLANCAS CONTRA
BOTVÍNNIK, RONDA 12
Bajo la foto del Botvínnik joven,
Euwe sintetiza: —“Ante todo un
jugador posicional, pero brillante
en el ataque”. Opina que la
Defensa Siciliana es muy apropia-
da para su estilo. Comentando una
partida suya, dice: —“Golpe
espléndido y completamente ines-
perado. Las negras inician un
agudo ataque. ¡Botvínnik puro!”.
—y continúa: —“Una de las prin-
cipales características de
Botvínnik, al igual que otros pro-
minentes maestros de la joven
generación, es una gran paciencia.
Si no hay posibles combinaciones
ni ataques directos, él sabe cómo
maniobrar, dar vueltas, y lenta-
mente mejorar su posición, sacan-
do provecho de la más mínima
oportunidad”.
En la página 170 hay un párrafo
que no estoy seguro de traducir
bien: —“Aunque Botvínnik es ante
todo un jugador posicional, y aun-
que su concepción del juego difie-
re vastamente de la de Alekhine,
su juego revela, en cuanto a per-
cepción de las chances de ataque,
una gran semejanza con el brillan-
te estilo del campeón del mundo”.
Las posiciones estaban así: Keres,
7, Fine y Botvínnik 6.5, Alekhine 6,
Reshevsky 5,5, Capablanca 5, Euwe
4,5, Flohr 3. Era jueves. El martes
Botvínnik le había ganado a
Capablanca una partida histórica,
sacrificando dos piezas, que,
según Kaspárov, marca un hito y
anuncia la llegada de una nueva
generación. Le faltaba jugar con
Euwe, Flohr y Alekhine, un pareo
muy bueno comparando con el de
Keres (Fine, Alekhine y Capa-
blanca). Se sienta a jugar confiado
y optimista. Euwe había ganado la
ronda anterior y estaría también
de buen ánimo, si bien aún no
-?r?k?-Tr
Zpp?lVlp?p
-Wq-?-Zp-?
Sn-?-?-?-
-?pTRN?-VL
?-?-?-?-
PZPQ?-ZPPZP
?K?-?L?R
-?r?k?-Tr
Zpp?-?p?p
-?q?-Zpl?
?-?-?P?-
-?nVlN?PVL
?Q?-?-?-
PZP-?-?LZP
?K?-?-?R
CARLOS GARCÍA PALERMO
44 VIAJE AL PASADO
11. salía del anteúltimo puesto.
Suponemos que ya no tuvo que
trabajar el miércoles, según se
desprende del artículo del BCM
citado en la crónica.
Euwe - Botvínnik
Defensa Grünfeld [D96]
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 d5 4.¤f3
¥g7
La Variante Moscú. Precisamente
contra su creador, toda una deci-
sión.
5.£b3 c6
A la Schlechter. Hoy en día casi
todo el mundo juega 5...dxc4. El
blanco consigue un centro de peo-
nes, pero su dama está algo incó-
moda. Cada partida intenta resol-
ver qué vale más.
6.¥f4
Flohr había empleado la misma
línea contra Reshevsky en la sexta
ronda, consiguiendo buena posi-
ción. E insistirá en la penúltima
ronda contra el propio Botvínnik,
quien jugará entonces la misma
variante con blancas y con negras,
dos días seguidos. Otras continua-
ciones son: 6.e3 0–0 7.¥d2 e6
8.¥d3 b6 (8...¤bd7 1–0. Fine –
Lilienthal. Moscú, 1937) 9.0–0 ¥b7
10.¦ad1 ¤bd7 11.cxd5 exd5 12.e4
dxe4 13.¤xe4 ¤xe4 14.¥xe4 ¤f6
1–0. Reshevsky – Flohr. Ronda 6. Y
también contra 6.¥g5 dxc4 7.£xc4
h6 8.¥d2 ¥e6 1/2–1/2. Feigins –
Flohr. Kemeri, 1939. Y, finalmente,
6.cxd5 cxd5 7.¥g5 e6 8.e4!? dxe4
9.¥b5+ ¢f8?! (por qué no 9...¥d7)
10.¤xe4, y pese a su ventaja,
Botvínnik no conseguirá quebrar
a Flohr. Tablas en 34 jugadas
(ronda 13).
6...dxc4 7.£xc4 ¥e6
7...0–0 8.e4 ¤bd7 9.¥e2 ¤b6
10.£d3 ¥e6 11.0–0 £c8 12.¦ac1²
0–1. Gershman - Najdorf. Buenos
Aires, 1939.
8.£d3 ¤d5 9.¥d2
—“Pérdida de tiempo. Con
9.¤xd5 cxd5 10.e3, el blanco man-
tiene la pequeña ventaja de salida”
(Ellerman).
9...¤b4 10.£b1 c5 11.dxc5 ¤8a6
12.e4
—“Pero no 12.a3 ¥b3 13.axb4
¤xb4, etc.”. (Ellerman).
12...¤xc5 13.¥b5+ ¥d7 14.0–0
0–0 15.¥e3 ¥xb5 16.¤xb5
Ahora Botvínnik se relaja, siente
que su rival ha perdido el control
de la posición y que las negras
están igual o mejor. Todavía en las
nubes por la inmortal que le había
hecho a Capablanca, ya cansado
por el agotador torneo, hace una
jugada que en principio provoca
una buena impresión visual, por-
que invade el campo de las blan-
cas. Pero es el error decisivo...
16...£d3?
Hay errores que cuestan caro...
Este en particular, deja al negro
sin posibilidades de remontar la
partida. Y se esfuman sus chances
de competir por el primer puesto.
16...¤e6 (Ellerman), 16...£b6 o
también 16...£a5. Cualquiera de
estas jugadas mantenía la igual-
dad.
17.¤c7
El holandés no soltará a su presa.
Conduce la fase técnica con preci-
sión y energía.
17...¤xe4 18.¤xa8 ¦xa8 19.¦d1
£xb1 20.¦axb1 e6 21.¦d7 b6
22.¦c1 ¥f8
23.¤e5 ¤d5 24.¤xf7 ¥e7 25.¤e5
¥f6 26.¤d3 ¤xe3 27.fxe3 ¥g5
28.¦cc7 ¥xe3+ 29.¢f1 ¤f6
30.¦xa7 ¦c8 31.¦g7+ ¢h8 32.¦gc7
¦d8 33.¤e5 ¦e8 34.¦e7
Dos victorias seguidas. Y al otro
día, viernes, negras contra
Reshevsky. Viaje corto, de unos
veinte kilómetros a Leiden, esta
vez no hay día de descanso.
1–0
VERSUS RESHEVSKY (R13)
—“Aprendió el ajedrez antes que
el alfabeto” —dice Euwe de
Reshevsky. Siguiendo el mismo
método que con los demás juga-
dores, en Meet the Masters traza
una cuidadosa historia de su
carrera, que voy a omitir para con-
centrarme en las apreciaciones de
su estilo. Nos cuenta Euwe que
Reshevsky estuvo presenciando su
r?-Wq-Trk?
Zpp?-ZppVlp
-?-?-?p?
?NSn-?-?-
-Sn-?P?-?
?-?-VLN?-
PZP-?-ZPPZP
TRQ?-?RMK-
rSnlWqk?-Tr
Zpp?-ZppVlp
-?p?-Snp?
?-?p?-?-
-?PZP-VL-?
?QSN-?N?-
PZP-?PZPPZP
TR-?-MKL?R
r?-?-Vlk?
Zp-?R?p?p
-Zp-?p?p?
?-?-?-?-
-Sn-?n?-?
?-?-VLN?-
PZP-?-ZPPZP
?-TR-?-MK-
CARLOS GARCÍA PALERMO
45
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
12. match revancha con Alekhine, en
calidad de periodista. Reshevsky
solía comenzar muy mal los torne-
os y luego se iba recuperando. —
“Estaba siempre en zeitnot” dice
Euwe (de eso puedo atestiguar:
perdí una partida contra
Reshevsky en Lone Pine,
California, 1977: hizo unas ocho
jugadas en un minuto, todas las
mejores).
Frente a sus resultados dispares,
arriesga Euwe: —“Una posible
explicación de su inestabilidad
deportiva, es que ha estado muy
concentrado en su trabajo como
contable”. Comenta la partida que
le gana a Capablanca en Margate
1935, y al final, lo describe: —“En
el medio juego es animoso y a
menudo se decide por maniobras
aparentemente arriesgadas que ni
Botvínnik ni Flohr intentarían
voluntariamente. Fortificado por
nervios firmes, optimismo absolu-
to, gran confianza en sí mismo,
temperamento filosófico y una
gran experiencia, se siente seguro
en cualquier posición que sea
remotamente presentable, y listo
para cualquier tarea que el mundo
de sus oponentes le pueda presen-
tar”. (Página 184, de traducción
complicada).
Posiciones: Keres 7,5, Fine 7,
Botvínnik 6,5, Alekhine 6,5,
Reshevsky 6, Euwe 5,5, Capablanca
5,5 y Flohr 3,5, eran las posiciones
faltando dos rondas.
Reshevsky había perdido tres par-
tidas en las primeras cuatro ron-
das, pero después... ¡no volvió a
perder! Luego de ganarle a su
archirrival Reuben Fine, venía
empatando una partida tras otra.
Euwe plantea sólido, pero pasada
la apertura agudiza la lucha y
hasta saca ventaja.
Reshevsky - Euwe
Gambito de dama declinado [D54]
1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤c3 d5 4.¥g5
¥e7 5.e3 0–0 6.¦c1
A primera vista, parece un orden
novedoso para la época. Sin
embargo, ¡se habían jugado ya
treinta partidas! Y la primera, de
1889, en Berlin: Von Scheve - Caro
(sí, ¡el coinventor de la Caro-
Kann!).
6...h6 7.¥h4 ¤e4 8.¥xe7 £xe7
9.cxd5 ¤xc3 10.¦xc3 exd5 11.¥d3
c6 12.¤e2
12.¥b1 ¤d7 13.¤f3 ¤f6 14.¤e5
¥e6 15.f4 ¦ad8 16.0–0. 1–0, Euwe -
Spanjaard. Baarn, 1939. En cam-
bio, 12.¤f3 no le gusta a
Reshevsky ni a casi nadie, por
12...¥g4, pero el módulo propone
la novedad 13.£b3!?, porque si
13...¥xf3 (13...¤d7 deja sin protec-
ción b7) 14.gxf3, seguido de ¦g1.
12...¤d7 13.0–0 ¤f6 14.¤f4
Ocho años después, Euwe llegó
con blancas a la misma posición e
intentó mejorar con 14.£b1 a5
15.a3 ¥d7 (15...¥g4!?, con idea de
si 16.b4 axb4 17.axb4 ¥xe2
18.¥xe2 ¤e4 19.¦c2 ¦a4) 16.b4
axb4 17.axb4 ¦a4 y, aunque no
obtuvo nada especial, terminó
ganando contra Medina en
Londres, 1946.
14...¥g4 15.£c2 ¤h5 16.¤xh5
¥xh5 17.¦c5 ¥g4 18.¦b1 ¦ae8
19.b4 £g5 20.¢h1 a6 21.a4
21...f5
Ataque de minorías en el flanco
dama... ¡Y en el flanco rey!
22.f4
Hacía falta mucha energía y entu-
siasmo para embarcarse en 22.b5
axb5 23.axb5 f4 24.e4 f3 25.g3÷,
aunque para el módulo esté un
poco mejor el blanco...
22...£e7
Ellerman dice: —“La debilidad en
e3 basta para que el negro se ase-
gure el empate”.
23.¦e1 ¦f6 24.h3?!
24...¦e6!
No la vio su rival, pues la ¦e1 está
en el aire. Por un momento, Euwe
vislumbra posibilidades de una
tercera victoria...
25.£f2
Pero no hay nada, la posición se
simplifica demasiado y son tablas
muertas.
rSnlWq-Trk?
ZppZp-VlpZpp
-?-?pSn-?
?-?p?-VL-
-?PZP-?-?
?-SN-ZP-?-
PZP-?-ZPPZP
?-TRQMKLSNR
-?-?rTrk?
?p?-?pZp-
p?p?-?-Zp
?-TRp?-Wq-
PZP-ZP-?l?
?-?LZP-?-
-?Q?-ZPPZP
?R?-?-?K
-?-?r?k?
?p?-Wq-Zp-
p?p?-Tr-Zp
?-TRp?p?-
PZP-ZP-ZPl?
?-?LZP-?P
-?Q?-?P?
?-?-TR-?K
CARLOS GARCÍA PALERMO
46 VIAJE AL PASADO
13. 25...¦xe3 26.¦xe3 £xe3 27.£xe3
¦xe3 28.¥xa6
Curioso momento táctico.
28...bxa6 29.hxg4 fxg4
Se podrían analizar también estas
jugadas, pero no conducen a nada
en especial, ni siquiera se ve una
buena celada... Se podían jugar
igualmente 29...¦d3, 29...¦b3 o
29...¦e4.
30.¢h2 ¦d3 31.¦xc6 ¦xd4 32.¦xa6
¦xb4 33.¢g3
Tablas con negras contra
Reshevsky no estuvo mal. Ahora
toca descansar el sábado y la últi-
ma, el domingo, viajar 45 kilóme-
tros hasta Ámsterdam y... ¡blancas
con Capablanca!
½–½
BLANCAS VS. CAPABLANCA,
ÚLTIMA RONDA
Es sumamente interesante la
visión que Euwe tenía de
Capablanca. Si con los otros juga-
dores Euwe se deshizo en elogios,
el tono cambia al referirse al cuba-
no. Es extenso, pero no resisto la
tentación de compartirlo, porque
es sumamente interesante en
varios sentidos. Veamos:
—“Capablanca mostró talento
desde el primer momento, pero
hacía falta más que eso para alcan-
zar la excelencia. Trabajó mucho,
desde el comienzo, para desarro-
llarlo. Como otros grandes juga-
dores, combinó el estudio con la
práctica. Aunque había un gran
contraste con Alekhine; Capa-
blanca no se aplicó al estudio de la
teoría de aperturas (en la que por
lo tanto nunca consiguió demasia-
do), pero ahondó profundamente
en el estudio de los finales y otras
posiciones simples que tenían más
que ver con la técnica que con la
imaginación. Se dice que estudió
exhaustivamente más de mil fina-
les de torres, una tarea colosal que
le ha dado buenos dividendos.
Su experiencia práctica también
fue diferente a la de los otros
maestros de su generación.
Participó en varios torneos en
América, pero la medida real de su
conocimiento teórico no fue la
partida de torneo sino el blitz.
Cuando era estudiante en Nueva
York jugó miles de partidas rápi-
das, todas por dinero, de modo
que estaba forzado a concentrarse.
Ello desarrolló en él, andando el
tiempo, un concepto posicional
superior que luego, en torneos
internacionales, se revelaría como
un arma temible. En primer lugar,
aprendió a jugar rápido sin come-
ter errores gruesos; en segundo
lugar, desarrolló la habilidad de
obtener las posiciones claras que
le gustan desde cualquier tipo de
situación. Durante años y años
nunca estuvo apurado por reloj ni
en posiciones que tuviera bajo su
rígido control. Solo recientemente
se deterioró al respecto; el diablo
del tiempo le juega malas pasadas
y todo se hace más difícil que
antes”.
“No hay que olvidar que él era el
más viejo en AVRO, por eso proba-
blemente fue el más afectado por
los arduos viajes. Parecía más
inclinado a capturar material a
expensas de la posición, confiando
en su habilidad defensiva para
conseguir el milagro, pero ya no
funcionaba”.
47
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
Vista de la sala de juego en Ámsterdam durante la ronda inaugural. En primer plano, Alekhine y Botvínnik.
FOTO:
CHESS
NOTES
BY
EDWARD
WINTER
14. Luego, comentando una partida
en que después de 1e4 e5 2 ¤c3,
Capablanca juega ¥c5, dice: —
“Según la teoría, ¤f6 es la mejor
jugada, pero conduce a grandes
complicaciones. Capablanca,
nunca un gran conocedor de las
aperturas, prefiere una línea
modesta que produzca el tipo de
posición que a él le gusta. Es el
Capablanca real: quiere una posi-
ción clara y nunca va a empren-
der un ataque si su rival tiene
algún tipo de contrachance. Si el
ataque será o no decisivo, es de
menor importancia. Lo principal
es que él debe controlar comple-
tamente la situación”.
Cuando frente a Ragozin Capa-
blanca elige 4.a3 contra la
Nimzoindia, comenta Euwe: —
“La variante Saemisch, una vigo-
rosa línea cuyos pros y contras
son difíciles de evaluar y que él
emplea aquí porque no estaba
muy bien en la tabla de posicio-
nes. El blanco gana la «calidad
menor» al precio del peón dobla-
do y debe jugar enérgicamente al
ataque. La experiencia muestra
que tiene sus chances, pero no es
el estilo habitual de Capablanca, a
quien disgusta asumir compro-
misos en la apertura”. (…)
“Capablanca también puede
hacer brillantes combinaciones...
cuando pueden ser calculadas
hasta el final. Muchos otros maes-
tros combinan con menos exacti-
tud. Confían en la evaluación
general de la posición; sacrifican,
por ejemplo, sin profundizar
demasiado en las consecuencias.
Capablanca no confía: calcula
todo. Su extraordinaria experien-
cia lo respalda muy bien: concibe
una larga combinación en unos
segundos, y puede así aplicar
métodos matemáticos mucho
más profundamente que otros
maestros. Esto no quiere decir
que ocasionalmente no haga una
jugada cuyas consecuencias no
estén exactamente calculadas;
pero ocurre rara vez”.
—“Después de todo lo que he
escrito sobre Capablanca, quizás
el lector se pregunta cómo llegó a
perder su invencibilidad. A mi
parecer, esta es la explicación: él
percibe y calcula con increíble
velocidad, pero está tan acostum-
brado a esto, que su habilidad
para investigar una posición
meticulosamente disminuyó. “Lo
que él no ve enseguida, no lo verá
jamás", dijo alguien alguna vez, y
aunque lo haya dicho en broma,
tiene una pizca de verdad...
Capablanca juega muy superfi-
cialmente a veces, de manera que
solo puede atribuirse a su falta de
concentración. Esta es una debili-
dad integral en su formación y
puede ser parcialmente compen-
sada empleando todo el tiempo
de reflexión. Pero esto llevaría al
zeitnot y por lo tanto a otros peli-
gros, de modo que este pensador
inspirado y veloz se ve gradual-
mente envuelto en un círculo
vicioso: superficialidad, errores
en zeitnot, superficialidad…
Cada tanto consigue salir de este
círculo vicioso y su vieja invenci-
bilidad surge de nuevo”.
Se sabe que Capablanca era
hipertenso y que tuvo un ataque
durante AVRO. Es raro que Euwe
no lo mencionara. Esta grave cir-
cunstancia, que se fue agravando
con la edad, le ocasionaba “apa-
gones” durante las partidas,
como por ejemplo en la Olim-
piada de Buenos Aires, contra el
jugador argentino Grau, en cuya
partida el genial cubano cometió
un error de principiante. Los dia-
rios argentinos de la época reco-
gen declaraciones del cubano,
atribuyendo sus errores en Países
Bajos a esa circunstancia.
Euwe - Capablanca
Defensa India de Dama [E18]
1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤f3 b6 4.g3 ¥b7
5.¥g2 ¥e7 6.0–0 0–0 7.¤c3
Única vez en su vida en la que
Capablanca jugó de esta forma.
Euwe tenía una experiencia previa
con negras y, en los años sucesi-
vos, jugó varias partidas con los
dos colores.
7...d5
Hoy en día la teoría prefiere 7...¤e4
y, en aquel momento, había varios
antecedentes. Por ejemplo: 8.£c2
¤xc3 9.£xc3 f5 1/2–1/2. Gilg -
Euwe. Karlsbad, 1929.
48 VIAJE AL PASADO
Euwe impartiendo una clase en el Meisjes Lyceum. (Foto: Collection Spaarnestad)
15. 8.¤e5 ¤e4
Inconsistente. Vienen al caso los
comentarios de Euwe: necesidad
de llegar a una posición clara,
superficialidad a veces, poco estu-
dio de las aperturas. Euwe estaría
al tanto de 8...¤bd7!?, porque
había sido empleada por un com-
patriota suyo un año antes. 9.£a4
c6! 10.e4 (10.¤xc6 ¥xc6 11.£xc6
¦c8 12.£a4 ¦xc4 13.£xa7 ¦xd4)
10...¤xe5 11.dxe5 ¤xe4 12.¤xe4
dxe4 13.¥xe4 £c7 1/2–1/2. De
Groot - Zita. Estocolmo, 1937. Y
con 8...c5, Bogoliúbov, le había
ganado nada menos que a
Rubinstein en 1920. 9.dxc5 ¥xc5
10.¥f4 ¤e4, etc. En cambio,
8...¤a6 era la favorita de Kárpov
en los años setenta, y muchos lo
imitamos.
9.cxd5 exd5
9...¤xc3 10.bxc3 ¥xd5 se ha inten-
tado posteriormente. Jugable,
pero siempre un poco inferior.
10.¤xe4
Novedad de Euwe, pues se había
jugado dos veces 10.£c2. De todos
modos, tengamos en cuenta que la
información no circulaba en aque-
llos tiempos como ahora: podían
muy bien no conocer las partidas.
10...dxe4
11.£c2!
Esto se le escapó a Capablanca. Le
cuesta ahora sostener su posición.
11...f5
Si 11...£xd4 12.£xc7.
12.¥e3 ¤a6 13.¦ac1 £d5 14.¤c6
El final es desagradable para las
negras. Capablanca consigue
parar el primer embate, pero su
posición tiene debilidades cróni-
cas que marcarán el transcurrir de
la partida.
14...¥xc6 15.£xc6 £xc6 16.¦xc6
¦f6 17.¦fc1 ¦xc6 18.¦xc6 ¥d6
19.a3
Aquí es importante percibir el
peligro, si entra en juego el alfil de
casillas blancas, vía f3 o vía e3–f1,
quitando el ¥e3 en algún momen-
to.
19...¦e8 20.¥f4
O bien 20.¥h3 g6 21.¥h6 ¢f7
22.e3.
20...¥xf4 21.gxf4 ¢f7 22.e3 ¦e6
23.¦c4?!
Otorga al negro una buena oportu-
nidad. Era mejor 23.¦c3, que pre-
para f3 o ¥f1, según corresponda.
Si 23...c5 24.¥f1 ¦g6+ 25.¢h1 cxd4
26.exd4 y sufre el ¤a6.
23...b5
23...c5! fue señalada por los
comentaristas. Aquí el cansancio y
la hipertensión de Capablanca
influyeron: es evidente que hay
que sacarse de encima el peón
retrasado a cualquier coste.
24.dxc5 ¤xc5 25.b4 ¤d3.
24.¦c3 c6 25.f3 g6 26.fxe4 fxe4
27.a4! bxa4 28.¦c4 ¢f6 29.¦xa4
29...c5
Ahora ya no sirve la liberación...
Se nota el agotamiento de
Capablanca: un mal torneo, y
sufrir toda la partida, esto y aban-
donar es lo mismo. Todavía
aguantaba 29...¤c7 30.¦xa7 ¤d5
31.¢f2 h6, y el blanco tiene que
trabajar para ganar.
30.¥f1 cxd4 31.¦xa6 dxe3
32.¦xe6+ ¢xe6 33.¥h3+ ¢d5
34.¢f1 ¢c4 35.¢e2 ¢b3 36.¥e6+
¢xb2 37.¥g8 a5 38.¥xh7 a4
39.¥xg6 1–0
CONCLUSIÓN
¿Cuáles son las claves para enten-
der la recuperación de Euwe?
Como tantas cosas en la vida, un
conjunto de factores. Pero por
encima de que se encontró con un
Fine un poco cansado, con un
Botvínnik eufórico y con un
Capablanca exhausto, hay que des-
tacar que aprovechó muy bien
todas sus oportunidades, y tuvo la
presencia de ánimo para levantar-
se después de un comienzo tan
negativo, del cartel local en su país
y con los amigos y los periodistas
zumbando a su alrededor...
NOTAS DEL AUTOR
Todos sus problemas pueden
1
descargarse gratuitamente en
problemistasajedrez.com.ar
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ZP-?-ZP-?-
-ZP-?-ZPLZP
?-?-?-MK-
CARLOS GARCÍA PALERMO
49
LA ACTUACIÓN DE MAX EUWE EN AVRO 1938
16. CONCURSO PEÓN DE REY
8 CONCURSO PDR DE FRASES DE AJEDREZ
Los peones son el alma del ajedrez.
Francois Andre Danican Philidor
Un mal plan es mejor
que no tener ningún plan.
Frank James Marshall
El peón es la causa más
frecuente de la derrota.
Wilhelm Steinitz
Ayudad a vuestras pie-
zas para que os ayuden.
Paul Morphy
La estrategia es cosa de
reflexión, la táctica es
cosa de percepción.
Max Euwe
En el tablero de Ajedrez luchan
personas y no figuras.
Emanuel Lasker
La verdadera belleza del Ajedrez consiste en la lucha
elemental entre diferentes personalidades.
Alexander Alekhine
La genialidad consiste en saber transgredir las reglas
en el momento adecuado.
Richard Teichmann
Es imposible comprender el mundo del Ajedrez
sin mirarlo con los ojos de Capablanca.
Mijail Botvinnik
¿Quién es tu oponente esta tarde? Esta tarde mi
oponente on las piezas negras.
Akiba Rubinstein
La belleza de un movimiento no se refleja sólo en su
apariencia, sino en el pensamiento detrás de él.
Siegbert Tarrasch
Los errores estan ahí, esperando
a que se cometan.
Savielly Tartakower
Nada hay que engañe más
que las jugadas naturales.
Richard Réti
Frases célebres
Hay que eliminar la hojarasca del tablero.
José Raúl Capablanca
El ajedrez es una prueba
de voluntades.
Paul Keres
Una amenaza es más
fuerte que su ejecución.
Aaron Nimzovich
17. CONCURSO PEÓN DE REY
9
COMPARTE TU TALENTO CON PDR
El ajedrez es como
la vida.
Borís Spassky
Frases célebres
El ajedrez es un juego por su forma, un arte por su contenido y una ciencia por su dificultad.
Pero si usted aprende a jugar bien, sentirá entonces una gran alegría.
Vasili Smyslov
Hay dos clases de sacrificios:
los correctos y los míos.
Mijaíl Tal
Dicen que mis partidas deberían ser más interesantes.
Yo podría ser más interesante y también perder.
Tigran Petrosian
El Ajedrez es una hermosa amante a la que volvemos una y otra
vez, sin que nos importe las muchas veces que nos rechaza.
Bent Larsen
El ajedrez no es como la
vida, es la vida misma.
Bobby Fischer
Bobby sólo arroja las piezas y ellas
solas caen en las casillas correctas.
Miguel Najdorf
La combinación es una preciosa flor, nacida de la
fantasía, del amor, del trabajo y de la lógica.
David Bronstein
Gana el que comete el
penúltimo error.
Vasily Panov
Tú eres para mí la Reina en d8
y yo soy el Peón en d7!!
Eduard Gufeld
La amenaza de la derrota es más
terrible que la derrota misma.
Anatoli Kárpov
En Ajedrez, mi palabra
es cercana a la de Dios.
Garry Kaspárov
La belleza del ajedrez es
la belleza de la claridad.
Vladimir Krámnik
Me gusta como me educaron.
Pero mi vida no es solo ajedrez.
Judit Polgar
El Ajedrez es despiadado: debes de
estar preparado para matar gente.
Nigel Short
Yo no veo a los ordenadores como oponentes.
Para mí es mucho más interesante vencer a los seres humanos.
Magnus Carlsen
18. La Olimpiada de Estocolmo de 1937 –uno de los eventos más
fuertes e interesantes del período anterior a la Segunda Guerra
Mundial– pasó completamente desapercibida para los medios y
aficionados. A ello contribuyó el hecho de que coincidiera con
el match revancha entre Euwe y Alekhine, y la celebración del
supertorneo de Semmering-Baden, donde participaban grandes
figuras del tablero. Por otra parte, muchos de los documentos
gráficos de la época se perdieron durante la guerra.
Tras ochenta años en el olvido, el periodista y escritor Antonio
Gude la rescata para deleite de los lectores de Peón de Rey, en
esta segunda y última entrega.
80 AÑOS DE UNA OLIMPIADA DESCONOCIDA (y 2)
66
19. ANTONIO GUDE
67
UNDÉCIMA RONDA
7ª Olimpiada Estocolmo, 1937 [R11]
Posición tras 70…f3
Aquí Euwe le hizo un inesperado
regalo a su rival:
71.¥d5??
Con 71.¥g6! habría ganado fácil-
mente. Por ejemplo: 71…¥a8
72.¢xc5 ¥b7 73.¥d3, etc.
71…f2 0-1
Si 72.¥xb7 f1£+ 73.¢xc5 £f2+ y
74…£xa7.
Andor Lilienthal es un viejo cono-
cido de la afición española, pues
en 1934 hizo una gira por nuestro
país, participando en los torneos
de Barcelona y Sitges y dando
numerosas exhibiciones de simul-
táneas, en Bilbao, Sevilla y otras
ciudades. Al año siguiente cobró
gran notoriedad por la espectacu-
lar partida que le ganó a Capa-
blanca en Hastings.
DUODÉCIMA RONDA
7ª Olimpiada Estocolmo, 1937 [R12]
Posición tras 21.¤xa5 £xa5
7 agosto
pEuwe, M NED
pLilienthal, A HUN
-?-?-?-?
ZPl?-?LMkP
-?-?-?-?
?-Zp-?-?-
-?K?-?-?
?-?-?p?-
-?-?-?-?
?-?-?-?-
7 agosto
pBook, E FIN
pNajdorf, M POL
-Mk-Tr-?-Tr
?l?-VlpZp-
p?-Zpp?-Zp
Wq-?-?-?-
PZp-?PZP-ZP
?-ZPR?-ZP-
NZP-?-WQ-?
?K?R?L?-
La tragedia polaca.
EEUU dio un golpe de autori-
dad al masacrar a Polonia 3,5-
0,5. Reshevsky gana a Tarta-
kower una de las dos partidas
que este perdería. De esta
forma los norteamericanos
igualan en puntuación con los
polacos, pero con un match
menos.
Por otro lado, el equipo esto-
niano, liderado por Paul Keres,
sube posiciones gracias a idén-
tico tanteo sobre Noruega.
Argentina y Yugoslavia vencen
por 3-1 a Dinamarca y Letonia,
respectivamente.
En el match Hungría-Holanda
se produjo un inesperado de-
senlace en la partida Euwe-
Lilienthal, un final de alfiles
completamente ganado para
las blancas, en el que el campe-
ón del mundo cometió un
burdo error que le costó el
punto.
EEUU 30 (40); Polonia 30 (44);
Holanda 28,5 (44); Checoslo-
vaquia 28 (44); Estonia 27,5
(40); Hungría 26,5 (40).
También este sábado se dispu-
tan dos rondas.
ONTINUAMOS
con el periplo por la
competición.
Tras la décima ronda, Polonia,
Holanda y Estados Unidos
conforman el tridente en
cabeza, pero todo puede
cambiar, pues comienzan los
enfrentamientos directos.
C
EEUU da otro paso de gigante,
al vencer por 4-0 a Dinamarca.
De este modo se encarama en
solitario al lugar más alto de la
tabla y con cuatro partidas
menos que sus inmediatos
perseguidores, lo que confir-
ma sus aspiraciones a la meda-
lla de oro. Polonia y Checos-
lovaquia ganan sus encuen-
tros, como también Holanda
(3-1 a Argentina).
El campeón del mundo, Max
Euwe, sumó su séptima victo-
ria de nueve partidas, mientras
Salo Flohr, que solo descansó
en una ronda, conseguía su
octava victoria, con tres tablas,
en 11 partidas. Nacido en 1908,
Flohr es ya una figura consa-
grada, muy respetado por sus
colegas. Se recordará que en
1933 empató un famoso match
con Botvínnik. Este año la
FIDE lo ha declarado aspirante
oficial al título. El maestro
checo me contó algo gracioso:
“Sabe, yo nací en Gorodenko,
un pueblo fronterizo entre
Polonia, Checoslovaquia y
Rumania, que cambió tantas
veces de manos que, para saber
a qué país pertenecíamos, al
despertar nos fijábamos en la
bandera que ondeaba en el
Ayuntamiento”.
EEUU 34 (de 44); Polonia 32,5
(48); Holanda y Checoslo
vaquia 31,5 (48).
7ª OLIMPIADA DE AJEDREZ · ESTOCOLMO, 1937
20. ANTONIO GUDE
68
22.¤xb4! d5
Si 22…¥xe4?, 23.¥g2 ¥xd3+
24.¦xd3 y el rey negro está aban-
donado a su suerte.
Las casillas blancas son un cola-
dero. Podría seguir 24…¦c8
25.£f3 d5 26.¤xd5!, etc.
23.exd5 ¥xb4 24.cxb4 £xa4
25.¥g2 exd5 26.£b6 ¢a8?
Las negras podrían seguir luchan-
do tras 26…£c6 27.£a5 £c7
28.¥xd5 £xa5 29.bxa5 ¥xd5
30.¦xd5 ¦xd5 31.¦xd5 ¢c7.
27.¦1d2 £e8?
Demasiado pasivo. Era imprescin-
dible 27…£b5.
28.¦xd5 ¦xd5 29.¥xd5 £e1+
30.¢a2 ¥xd5+ 31.¦xd5 1-0
Podría seguir 31…£e6 32.£xe6
fxe6 33.¦e5 ¦e8 36.f5, ganando.
DECIMOTERCERA RONDA
7ª Olimpiada Estocolmo, 1937 [R13]
Vladimir Petrov había consegui-
do, un mes antes, el mayor éxito
de su carrera, al compartir con
Flohr y Reshevsky el primer pues-
to en el gran torneo de Kemeri,
por delante de Alekhine, Keres,
Tartakower y Fine, entre otros.
1.d4 d5 2.¤f3 ¤f6 3.c4 c6 4.¤c3
dxc4 5.a4 ¥f5 6.¤e5
El Ataque Krause, cuya idea es
construir un fuerte centro de peo-
nes, con f3 y e4.
6…e6
La alternativa es la Variante
Kmoch, con …¤bd7-£c7-e5. Un
debate teórico muy actual.
7.g3
Novedad. Los caminos habituales
pasan por 7.e3 y 7.¥g5. Prze-
piorka jugó 7.f3 contra Chéron
(La Haya 1928) y cayó con estrépi-
to después de 7…¥b4 8.e4 ¥xe4!
9.fxe4 ¤xe4 10.£f3 £xd4
11.£xf7+ ¢d8 12.£xg7? ¥xc3+
13.bxc3 £f2+ 14.¢d1 ¤xc3++.
7…¥b4 8.¥g2 ¤e4 9.¥xe4 ¥xe4
10.f3 ¥g6 11.0-0 b5?!
A Piazzini le tienta conservar el
peón de ventaja y una abrumado-
ra mayoría en el flanco de dama…
12.axb5 ¥xc3 13.bxc3 cxb5
…pero no tiene en cuenta la debi-
lidad endémica de sus casillas
negras.
14.¥a3! f6
La expulsión del caballo, de paso
que se crea un eventual refugio en
f7 para su rey, le pareció una
buena solución a las negras.
15.¤xg6 hxg6 16.£b1!
Una jugada contundente (doble
amenaza sobre b5 y g6), que pone
el dedo en la llaga: el subdesarro-
llo de las negras es dramático.
16…¢f7 17.£xb5 £c7 18.¦fb1
¤d7
19.£a6!
Todas las piezas blancas conflu-
yen hacia un objetivo definido: el
flanco de dama. La amenaza,
claro, es ¦b7.
19…¤b6 20.¥c5 £c6 21.e4!
¦hb8 22.¦b4 ¦c8 23.£b5 £xb5
24.¦xb5 g5 25.¦ba5
La amenaza es doble e imparable:
26.¦xa7+ y 26.¥xb6.
25…¦ab8 26.¦xa7+ ¢g6 27.¦1a6
Si 27…¦c6, 28.¥b4 ¦cc8 29.¦e7
¦c6 30.¢f2, y las negras están
prácticamente en Zugzwang.
1-0
Una contundente y nítida victoria
de Vladimir Petrov.
9 agosto
pPetrov, V LAT
pPiazzini, L ARG
rSn-Wqk?-Tr
Zp-?-?pZpp
-?-?p?l?
?p?-SN-?-
-?pZP-?-?
?-ZP-?PZP-
-?-?P?-ZP
TR-VLQ?RMK-
r?-?-?-Tr
Zp-Wqn?kZp-
-?-?pZpp?
?Q?-?-?-
-?pZP-?-?
VL-ZP-?PZP-
-?-?P?-ZP
TRR?-?-MK-
80 AÑOS DE UNA OLIMPIADA DESCONOCIDA (y 2)
EEUU y Holanda empatan.
Polonia vence por la mínima a
Bélgica, uno de los colistas.
Checoslovaquia descansa.
Hungría vence 3-1 a Estonia y
match nulo entre Argentina y
Letonia. Se mantiene el orden
en los puestos de cabeza, aun-
que al descansar Checoslo-
vaquia la hace descender al
sexto puesto.
Contrariamente a lo que pueda
pensarse, las cuatro partidas
fueron duramente disputadas.
El héroe de la jornada fue
Euwe que logró hacer tablas en
un final de torres con peón
menos, contra Reshevsky.
EEUU 36 (48); Polonia 35 (52);
Holanda 33,5 (52); Hungría 32,5
(48); Estonia y Checoslovaquia
31,5 (48).
21. 69
7ª OLIMPIADA DE AJEDREZ · ESTOCOLMO, 1937
DECIMOCUARTA RONDA
DECIMOQUINTA RONDA
7ª Olimpiada Estocolmo, 1937 [R15]
1.e4
En Kemeri la apertura tuvo un
comienzo inusual: 1.d4 d5 2.¤f3
¤f6 3.¥f4.
1…e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4
¤f6 5.0-0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6
8.c3 ¤a5
Keres: “Una secuencia de jugadas
más precisa habría sido 8…0-0 y
…¤a5 sólo después de que las
blancas hayan jugado 9.h3. Al
jugar …¤a5 de inmediato, las
negras dejan abiertas a su oponen-
te demasiadas posibilidades, una
de las cuales es que las blancas
pueden prescindir de jugar h3”.
9.¥c2 c5 10.d4 £c7 11.a4! b4
No es posible 11…¥d7, porque
12.axb5 axb5? 13.b4 les costaría
pieza.
12.cxb4 cxb4 13.h3 0-0 14.¤bd2
¥e6
En la partida Keres-Tylor, Margate
1937, se jugó 14…¥d7 15.¤f1 ¦fc8
16.¤e3, con clara ventaja blanca.
Keres considera superior a la tex-
tual, porque controla la casilla d5.
15.¤f1 ¦fc8 16.¤e3 g6 17.b3 ¤h5
18.¥b2 ¥f6
Mejor que 18…f6, como en la par-
tida Keres-Berg, Kemeri 1937.
19.¦c1 exd4 20.¤xd4
Si 20.¥xd4, 20…¤xb3! 21.¥xb3
£xc1 22.£xc1 ¦xc1 23.¦xc1 ¥xb3,
y la tentativa de ganar pieza con
24.g4 falla, por 24…¤f4! (Keres).
20…£d7 21.¦b1 ¦c5
22.¤df5!
Con idea de eliminar a la princi-
pal pieza defensora del enroque
negro, el alfil de f6. En este
momento, ambos contendientes
se encontraban ya apurados de
tiempo.
10 agosto
10 agosto
pKeres, P EST
pReshevsky, S USA
r?-?-?k?
?-?q?p?p
p?-ZplVlp?
Sn-Tr-?-?n
PZp-SNP?-?
?P?-SN-?P
-VLL?-ZPP?
?R?QTR-MK-
Muchos encuentros empatados
en esta jornada: Suecia-
Escocia, Checoslovaquia-Polo-
nia, Finlandia-Holanda, EEUU-
Letonia, Argentina-Estonia.
La sorpresa del día fue la
derrota de Stahlberg ante el
escocés Aitken. Hasta ahora, el
GM sueco solo había perdido
dos partidas ante Flohr y
Euwe.
EEUU 38 (52); Polonia 37 (56);
Hungría 35,5 (52); Holanda
35,5 (56); Estonia y Checoslo-
vaquia 33,5 (52).
Al margen de lo puramente
deportivo, la noticia más des-
tacada es que hoy cumple 60
años el jugador decano de la
competición, Frank James
Marshall, el gran campeón
norteamericano, que está
defendiendo dignamente el
cuarto tablero de su equipo.
Otro día de doble ronda. Veo
cansancio, por no decir agota-
miento en muchos rostros. En
estos días de doble partida, la
primera sesión es de 10.30
a15.30 y la segunda de 17.30 a
22.30. Agotador.
Con su victoria sobre Estonia
(2,5-1,5) EEUU consolida su
liderato. Holanda y Checoslo-
vaquia ganan también, pero
Polonia descansa y baja a la
cuarta posición.
Hungría dejó escapar su gran
oportunidad de acercarse a los
estadounidenses, pero no
logró pasar del empate ante la
floja Italia, que antes de esta
ronda marchaba en 14ª posi-
ción. Endre Steiner ganó, pero
perdió Havasi, con tablas en
las otras dos partidas. Los
húngaros están muy cansados,
pues prácticamente es un
equipo de cuatro, ya que el
reserva baja mucho de nivel.
El escocés Aitken recordará
este 10 de agosto como el
mayor día de gloria de su vida,
pues a su victoria de la maña-
na sobre un temible rival,
siguió otra sobre el primer
tablero noruego, Storm-
Herseth.
EEUU 40,5 (56); Holanda 38,5
(60); Hungría 37,5 (56); Polonia
37 (56); Checoslovaquia 36
(56); Estonia 35 (56).
El gran combate de la ronda
fue la partida Keres-
Reshevsky. Un mes antes de la
Olimpiada, Reshevsky había
logrado vencer a Keres en el
torneo de Kemeri, con negras
y con una excelente demostra-
ción posicional. Keres jugaba
aquí otra vez con blancas.
ANTONIO GUDE
22. ANTONIO GUDE
70 80 AÑOS DE UNA OLIMPIADA DESCONOCIDA (y 2)
22…¥xf5?
Sería un error 22…gxf5?, ya que
después de 23.exf5 (pero no
23.£xh5? fxe4) 23…¥xf5 24.¥xf5
¦xf5 25.£g4+ ¤g7 26.¥xf6, las
blancas ganan.
23.exf5 ¥xb2 24.¦xb2 ¦e8
25.¥d3?!
Era mejor 25.£g4!, con las ame-
nazas 26.fxg6 y 26.b4. En este mo-
mento, a las blancas les quedaban
20 minutos para las 26 jugadas
restantes, y a las negras sólo 10.
25…£c6 26.£g4 £b6?
La dama negra se aleja peligrosa-
mente del flanco de rey.
Una defensa más activa era 26…
¦c3!, que plantea a las blancas
varias celadas tácticas, por ejem-
plo: 27.£xb4 ¦xd3 28.£xa5 ¤f4!,
con excelente contrajuego, o bien
26.¦d1 ¦xe3! 28.fxe3 ¦xd3 29.¦xd3
£c1+ 30.¢h2 £xb2, con ventaja
material y buen juego.
27.¦be2! ¦ce5 28.fxg6 hxg6
29.¥xg6!
Un sacrificio cantado, si se consi-
dera además el factor tiempo, que
dificulta un cálculo defensivo pre-
ciso.
29…fxg6 30.£xg6+ ¢h8?
Si 30…¤g7, 31.¤f5! £c7 32.¤xg7
£xg7 33.£xe8+! ¦xe8 34.¦xe8+
¢h7 35.¦8e7 ¤xb3 36.¦xg7+
¢xg7 37.¦g1. Pero mayor resis-
tencia ofrecía 30…¢f8!, aunque
después de 31.¤d5! £c5 32.¦xe5
¦xe5 33.¦xe5 dxe5 34.£f5+ ¢g8
35.£xe5!, las blancas tendrían
ventaja decisiva.
31.¤f5! ¦8e6
No hay alternativa.
32.£xh5+ ¢g8 33.£g5+ ¢f8
34.£g7+ ¢e8
35.¤xd6+ £xd6 36.¦xe5 ¦xe5
37.¦xe5+ ¢d8 38.¦xa5 £d1+
39.¢h2 £d6+ 40.£e5 £xe5+
41.¦xe5 1-0
Tartatakower llamó a esta partida
“la perla de Estocolmo”.
DECIMOSEXTA RONDA
12 agosto
-?-?k?-?
?-?-?-WQ-
pWq-Zpr?-?
Sn-?-TrN?-
PZp-?-?-?
?P?-?-?P
-?-?RZPP?
?-?-TR-MK-
-?-?r?k?
?-?-?p?-
pWq-Zp-?p?
Sn-?-Tr-?n
PZp-?-?Q?
?P?LSN-?P
-?-?RZPP?
?-?-TR-MK-
-?-?r?k?
?-?-?p?p
pWq-Zp-?p?
Sn-Tr-?P?n
PZp-?-?Q?
?P?LSN-?P
-TR-?-ZPP?
?-?-TR-MK-
Vladimir Petrov vs. Paul Keres (Match Letonia-Estonia, 1938)
ARTUR
KALM
(ESTONIAN
NATIONAL
ARCHIVE)
Ayer fue día libre. La organiza-
ción programó una recepción
civil y obsequió a los partici-
pantes con un banquete. De los
94 jugadores hay 14 que han
disputado hasta ahora todas
las partidas.
Sendos 4-0 endosaron Argen-
tina a Italia, Lituania a Norue-
ga y Yugoslavia a Escocia.
EEUU y Polonia despachan a
Inglaterra y Polonia por 3,5-
0,5. Hungría gana con claridad
a Islandia y en un match crítico
Checoslovaquia y Holanda
empatan. La ventaja de los nor-
teamericanos es notoria y, a
falta de tres rondas, vislum-
bran ya la medalla de oro,
como consiguieron en las tres
Olimpiadas anteriores.
Como curiosidad, hay que
decir que en la partida Staldi-
Pleci se repitió exactamente el
mismo desarrollo de la citada
Przepiorka-Chéron (La Haya
23. 71
7ª OLIMPIADA DE AJEDREZ · ESTOCOLMO, 1937
7ª Olimpiada Estocolmo, 1937 [R16]
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6
4.¥a4 ¤f6 5.0-0 d6 6.¥xc6+ dxc6
7.d4 ¤d7 8.b3 ¥e7 9.¥b2 f6
Sobredefensa del punto fuerte. En
esta variante las negras confían en
su par de alfiles.
10.¤h4 g6
¿Qué tiene de malo enrocar? 10…
0-0 11.¤f5 ¤b6.
11.£e2 f5
12.dxe5! ¥xh4 13.e6
Tampoco estaba mal 13.exd6 0-0
14.£c4+ ¦f7 15.dxc7.
13…¤f6
Parece mejor 13…¤e5, que impi-
de la siguiente jugada de la dama
blanca y además deja vía libre a su
alfil hacia e7 o f6.
14.£c4!
Jugada polivalente: protege e6 y
amenaza tanto £xc6+ como exf5
o e5, además de impedir el enro-
que.
14…c5 15.e5
Aún era más fuerte 15.exf5.
15…¤g4 16.£d5 ¦b8 17.exd6
¥b7
18.d7+
Las blancas tienen ya una gran
ventaja.
18…¢f8 19.£c4 ¥f6 20.¥xf6
¤xf6
Peor sería 20…£xf6 21.£xc5+
¢g7 (21…£e7 22.£xc7) 22.e7
¥c6 (22…£xa1? 23.d8£ ¦hxd8
24.exd8£ ¦xd8 25.£xc7+ y £xd8.
21.£xc5+ ¢g7 22.¤c3
Una posición claramente ganado-
ra, como la evaluó Alexander,
quien en este punto consideraba
que solo tenía que situar sus
torres en las columnas centrales y
la partida se jugaría sola.
22…¤g8!
El caballo asume la función de
bloqueador en e7.
23.¦ad1 h6 24.¦fe1
Aquí dejan escapar las blancas su
mejor oportunidad, señalada por
Euwe después de la partida:
24.e7!!. Si 24…¤xe7, 25.¦fe1 ¤c6
26.¤d5 ¦f8 27.¤e7 ¦f6 28.¤xc6
¦xc6 29.£d4+ ¦f6 30.¦e8.
24…¤e7 25.£e5+ ¢h7 26.¤a4
¦f8
Curiosamente, y con un centro
“estabilizado”, las negras empren-
den ya contrajuego en el flanco de
rey. La textual amenaza 27…f4.
27.f4 ¦g8! 28.¤c5 g5! 39.¤xb7
¦xb7 30.c4?
Esta jugada es muy floja y permite
a las negras apoderarse de la ini-
ciativa. Un mejor plan era 30.fxg5
¦xg5 31.¦d3 ¦b8 32.¦g3, con clara
ventaja blanca.
30…gxf4 31.£xf4 ¦g6 32.£h4!
Con la evidente amenaza
33.£xe7+.
32…¦b8 33.¦e5?
De nuevo era mejor 33.¦d3.
33…£f8 34.£f2 ¦d8
El bloqueo se ha completado.
35.£c5 c6 36.¦f1
Muy tentador, con la amenaza
¦exf5, pero era preferible 36.¦e2.
36…£g7!
Con tenacidad, Kashdan se niega
a entregar la partida.
-Tr-Wq-?-Tr
?lZpP?-Mkp
p?-?PSnp?
?-WQ-?p?-
-?-?-?-?
?PSN-?-?-
P?P?-ZPPZP
TR-?-?RMK-
-Tr-Wqk?-Tr
?lZp-?-?p
p?-ZPP?p?
?-ZpQ?p?-
-?-?-?nVl
?P?-?-?-
PVLP?-ZPPZP
TRN?-?RMK-
pAlexander, C ENG
pKashdan, I USA
r?lWqk?-Tr
?-ZpnVl-?p
p?pZp-?p?
?-?-Zpp?-
-?-ZPP?-SN
?P?-?-?-
PVLP?QZPPZP
TRN?-?RMK-
ANTONIO GUDE
1928), con estrepitosa derrota
de las blancas (véase 13ª ronda,
partida Petrov-Piazzini).
Hablando con Isaac Kashdan,
una de las estrellas del
momento, me dice que ningu-
na de sus partidas merece ser
publicada. Asombroso, si tene-
mos en cuenta que su resulta-
do hasta ahora es de +13 =2 -1.
Explica así sus victorias: “Creo
que se lo debo a una buena téc-
nica de finales y a una fuerte
voluntad de ganar”.
EEUU 44 (60); Hungría y
Polonia 40,5 (60); Holanda 40,5
(64); Checoslovaquia 38 (60);
Lituania y Argentina 36 (60).
24. ANTONIO GUDE
72 80 AÑOS DE UNA OLIMPIADA DESCONOCIDA (y 2)
37.¦e2 ¦g8 38.g3?
Se requería defender con 38.£f2
¦xg2+ 39.£xg2 £d4+ 40.¢h1
¦xg2 41.¦xg2 c5 42.¦fg1.
38…¦xg3+ 39.¢h1
Si 39.hxg3 £xg3+ 40.¢h1 £h3+
41.¦h2 £xf1+ y mate.
39…¦g6 40.£b6??
Alexander tenía que haberse
resignado a mantener una actitud
de espera, con 40.¦d2 ¦d8 41.£e3.
40…¦xe6! 41.¦g1 ¦xe2! 42.¦xg7+
¦xg7 43.h4??
Arruinando su posición. Las blan-
cas aún podían salvarse:
43.£a5! ¦gg2 (43…¦eg2?
a)
44.£e1 y las blancas ganan)
44.d8£ ¦xh2+ y no hay más
que tablas por perpetuo.
43.h3 ¦e1+ 44.¢h2 ¦e2+,
b)
tablas.
43…¦e1+ 44.¢h2 ¦e2+ 45.¢h3
Si 45.¢h1 ¦e4 46.£f2 ¦g8 47.h5 c5
48.¢h2 ¦d4, ganando.
45…f4 0-1
Aun con sus numerosos errores,
¿no es publicable esta partida?
DECIMOSÉPTIMA RONDA
DECIMOCTAVA RONDA
DECIMONOVENA RONDA
-?-?-?r?
?-?PSn-Wqk
p?p?P?rZp
?-WQ-?p?-
-?P?-?-?
?P?-?-ZP-
P?-?R?-ZP
?-?-?RMK-
-?-?-?-?
?-?PSn-Trk
pWQp?-?-Zp
?-?-?p?-
-?P?-?-ZP
?P?-?-?-
P?-?r?-?
?-?-?-?K
12 agosto
13 agosto
14 agosto
En este otro día de doble ronda
no hubo sorpresas. Lituania
venció a Yugoslavia y Polonia a
Holanda por idéntico tanteo
(2,5-1,5). Argentina y Hungría
vencieron por 4-0 a Islandia y
Escocia respectivamente. En el
caso de los argentinos, es su
tercer 4-0 consecutivo, lo que
les sitúa en el sexto pueesto.
EEUU venció 3-1 a Italia, pero
en este encuentro saltó la sor-
presa al vencer Castaldi a
Reshevsky, quien realizó una
bizantina maniobra de caballo
en la Defensa Alekhine (¤g8-
f6-d5-e7-g6-f4-g6-f8) y poste-
riormente perdió pieza. Los
puestos en cabeza se mantie-
nen, aunque Hungría se ade-
lanta en punto y medio a
Polonia.
Si Marshall es el decano de la
Olimpiada, no es, ni mucho
menos, el único veterano. Sir
George Thomas, primer table-
ro de Inglaterra, tiene 56 años.
Y tanto Savielly Tartakower
como Boris Kostic cuentan con
medio siglo a sus espaldas.
EEUU 47 (64); Hungría 44,5
(64); Polonia 43 (64); Holanda
42 (68); Checoslovaquia y
Argentina 40 (64).
Llegan feas noticias de Asia:
han comenzado los enfrenta-
mientos directos entre el ejér-
cito chino y el japonés en
Shanghái. La guerra entre estas
dos potencias es un hecho.
EEUU endosa un 4-0 a Islandia
y, a falta de la última ronda, se
asegura la medalla de oro,
puesto que aventaja a Hungría
en 4,5 puntos. Argentina tam-
bién logra el score ideal contra
Escocia. Su derrota ante
Letonia (1,5-2,5) deja a los
polacos con escasas posibilida-
des de luchar por la medalla de
plata. Holanda, aunque tiene
los mismos puntos que
Argentina y medio punto
menos que Polonia, tras su
empate con Dinamarca, queda
prácticamente excluida de la
lucha por la medalla de bronce,
puesto que descansa en la jor-
nada final.
También Escocia, farolillo rojo,
conoce ya su posición definiti-
va en la tabla.
Estados Unidos 51 (68);
Hungría 46,5 (68); Polonia 44,5
(68); Argentina 44 (68);
Holanda 44 (72); Checoslo-
vaquia 42,5 (68).
Ironía del destino, líder y colis-
ta se enfrentan en esta última
ronda. Para los norteamerica-
nos, el resultado solo es una
cuestión de prestigio, que no
descuidan y vencen por 3,5-0,5.
Para húngaros, argentinos y
polacos, en cambio, las parti-
das de hoy son de suma tras-
cendencia en la lucha por las
medallas. Hungria empata con
Suecia, mientras que Polonia
vence a Estonia (2,5-1,5) y
Argentina a Lituania (3-1). Ese
medio punto de diferencia per-
mite a los argentinos alcanzar
a los polacos y compartir con
ellos el tercer puesto.
25. ANTONIO GUDE
73
7ª OLIMPIADA DE AJEDREZ · ESTOCOLMO, 1937
BALANCE DE ACTUACIONES
Hay que alabar, antes que nada, el
comportamiento del equipo esta-
dounidense, que actuó con abso-
luta profesionalidad y cohesión
entre todos sus miembros.
EEUU ganó 15 matches y empató
3, sin perder ninguno, con 42 par-
tidas ganadas, 25 tablas y solo 5
perdidas, datos que hablan por sí
solos de su superioridad. Curio-
samente, fue el debut de Reshevs-
ky en las olimpiadas. Recordemos
que había dejado de jugar prácti-
camente durante casi una década,
pero cuando regresó, sus resulta-
dos lo hicieron merecedor del res-
peto de la élite. En 1935, por ejem-
plo, derrotó a Capablanca en
Margate, y en Nottingham 1936 a
Lasker y Alekhine, quedando a
solo medio punto de los vencedo-
res, Botvinnik y Capablanca, ade-
más de ganar el Campeonato de
EEUU de ese mismo año. De
modo que Fine (que había sido el
líder en Varsovia) le cedió el
honor del primer tablero, que
Reshevsky defendió dignamente
(+6 =7 -3) con su característica
tenacidad. Fine fue el mejor
segundo tablero (+9 =5 -1), con
una sola derrota a manos de
Apscheneek, lo mismo que
Kashdan en el tercero (+13 =2 -1)
y Horowitz en el reserva (+11 =4 -
1), mientras que Marshall, a quien
se le dosificó su actuación, tuvo
un comportamiento más que
decente en el cuarto (+3 =7), fina-
lizando invicto. Los resultados de
Kashdan y Horowitz hay que cali-
ficarlos de extraordinarios.
Hungría, que también finalizó
invicta, con 11 encuentros gana-
dos y 7 empatados, llegó a
Estocolmo con el lastre de su
tablero reserva, en quien no con-
fiaban, como así se confirmó en la
práctica, pues Vajda solo sumó
dos tablas y dos derrotas. Los
demás cumplieron sobradamente
y ya que vamos en sentido inverso
de tableros, Havasi, el cuarto, con
+6 =5 -4 estuvo bien sin más, pero
los otros tres lo hicieron magnífi-
camente. El mejor fue Endre
Steiner con +12 =5 -1 (es decir, un
80,6% de la puntuación), pero
también Lilienthal (+9 =6 -2) y
Szabo (+9 =7 -2) fueron los artífi-
ces de la medalla de plata.
Argentina tuvo una actuación
irregular, muy distinta entre fases.
Empezó ganando varios encuen-
tros. Luego, sus resultados fueron
discretos a mitad del evento,
ganando dos matches, perdiendo
otros dos y empatando tres. Pero
en la fase final los argentinos
tuvieron una actuación insupera-
ble, ganando sus cinco últimos
encuentros por 2,5-1,5, 4-0, 4-0, 4-
0 y 3-1. ¡15 de 16 en las cuatro últi-
mas rondas! Y la única partida
que perdieron fue ante Keres.
Grau y Guimard hicieron 4 de 4.
Eso da una idea de sus justificadas
ambiciones y de su capacidad de
lucha. Todos sus jugadores tuvie-
ron una notable actuación. Así,
Piazzini (+4 =6 -2), excelente en el
primer tablero; Bolbochán (+7 =5
-5), Grau (+8 =5 -2), Guimard (+8
=6 -2) y Pleci, que hizo barro (+11
=6 -0). El ajedrez emprendedor y
agresivo de este último fue, senci-
llamente, indescifrable para la
mayoría de sus rivales.
Polonia comenzó siendo la domi-
nadora del torneo, contándose sus
matches por victorias hasta la
octava ronda incluida y mante-
niendo el liderato de la clasifica-
ción hasta la décima. Pero en la
undécima ronda sufrió el bataca-
zo ante EEUU y su derrota de la
penúltima jornada le impediría
disputar a Hungría la medalla de
plata. Es curioso que el veterano
maestro Tartakower, poco dado a
los compromisos, sumase abun-
dantes tablas y fuese el único de
su equipo que no alcanzase el 50%
de la puntuación: +1 =10 -2 (ante
Castaldi y Reshevsky). ¿Son los
años o los contrarios quienes no
perdonan? Los demás cumplieron
sobradamente: Najdorf (+6 =7 -3),
Frydman (+9 =5 -2), Appel (+7 =4
-3), siendo el mejor el tablero
reserva, Regedzynski (+10 =2 -1),
con el 84,6% de los puntos.
Checoslovaquia arrancó muy
fuerte, ganando sus seis primeros
matches, pero entre la séptima y
la décima rondas sufrió sus dos
derrotas y dos empates que lastra-
ron su evolución. Contra las bue-
nas actuaciones de sus tres prime-
ros tableros, Flohr (+9 =7 -0),
Foltys (+7 =9 -2) y Zinner (+9 =4
-4), conspiró la pobre de los otros
dos, Pelikan y Zita, con el 45 y el
50% de la puntuación.
Un sprint final que puede cali-
ficarse de espectacular, pues
del octavo puesto que ocupa-
ban en la 15ª ronda ganaron
cinco posiciones en cuatro
encuentros y en la parte alta de
la tabla.
Bélgica es el único equipo que
se presentó con cuatro jugado-
res, de modo que todos ellos
tuvieron que jugar las 18 parti-
das. Esto es digno de resaltar,
como ejemplo de deportividad
y pundonor.
EEUU ganó 15 matches y empató 3,
sin perder ninguno, datos que hablan
por sí solos de su superioridad.
26. ANTONIO GUDE
74 80 AÑOS DE UNA OLIMPIADA DESCONOCIDA (y 2)
Holanda ganó 11 encuentros,
empató 5 y perdió 2 (con Hungría
y Polonia). Se mantuvo todo el
evento acechando en los puestos
de cabeza, con la seguridad de
tener por líder al campeón del
mundo, Euwe (+8 =3 -2). El
segundo tablero, Landau, jugador
de gran clase, no estuvo demasia-
do fino, aunque su resultado no
fue malo: +5 =8 -2. De los demás,
el mejor fue Van Scheltinga, con el
63,3% de la puntuación. De Groot
(60%) y Prins (50%) no aportaron
un rendimiento que justificase
mayores aspiraciones.
De los países bálticos, Estonia
(Keres, Schmidt, Raud, Turn y
Friedemann) y Lituania (Mikenas,
Vaitonis, Vistaneckis, Luckis y
Abramavicius) compartieron el
séptimo puesto, mientras que
Letonia (Petrov, Apscheneek,
Mezgailis, Ozols y Endzelins) fina-
lizó en el 11º.
Decepcionó Yugoslavia, con una
formación a priori merecedora
de mayores logros. Pero Pirc ape-
nas pasó del 50%, y aunque
Trifunovic (68,7%) y Kostic
(63,9%) justificaron su actuación,
Vukovic perpetró un resultado
desastroso: +1 =0 -7.
Los anfitriones sumaron 38,5
puntos y se clasificaron en décimo
lugar. La decepción entre sus
compatriotas fue considerable y
sus tres mosqueteros tuvieron
una actuación mediocre. Stahl-
berg defendió el primer tablero
razonablemente, con +7 =4 -4,
pero Lundin (con el 46,9%) y,
sobre todo, Stoltz, irreconocible,
con el 29,2%, hundieron a su
barco, que solo pudo salvarse del
naufragio total, gracias al cuarto
tablero, Danielsson, que tuvo una
actuación espléndida: +12 =4 -2.
Los demás equipos actuaron más
o menos conforme a sus posibili-
dades y poco puede añadirse,
como no sea mencionar que espo-
rádicamente produjeron algunas
partidas vistosas.
MEA CULPA, EPÍLOGO
Debo decir que, como es fácil
suponer, yo no presencié la
Olimpiada perdida, ni estuve en
Estocolmo en 1937, entre otras
razones porque aún no había
nacido. Si utilicé el recurso narra-
tivo de escribir en presente, asu-
miendo el papel ficticio de corres-
ponsal in situ, fue para dar mayor
vivacidad a la crónica. Pero para
tranquilidad de los lectores (y
también del editor) aclaro que
partidas, posiciones, datos y resul-
tados son absolutamente fidedig-
nos, y sólo mis impresiones son
imaginarias, aunque basadas
siempre en hechos reales y
comentarios de los protagonistas.
Quienes hayan escrito la crónica
de algún torneo del pasado
sabrán que, antes que periodismo
retrospectivo o histórico, esa
labor es más bien detectivesca o
incluso arqueológica. La informa-
ción es precaria, los comentarios
del momento nos parecen a veces
improcedentes o desfasados, hay
que distinguir el grano de la paja,
desconocemos la situación perso-
nal de los protagonistas, las inci-
dencias que pueden haber afecta-
do al evento o a determinada par-
tida, la razón de algunas ausen-
cias, las anécdotas se han perdido
y nuestra curiosidad se mantiene
vigente en una indagación cuyo
esfuerzo no siempre se ve recom-
pensado.
Hoy se conocen las 684 partidas de
la Olimpiada de Estocolmo, pero
varias décadas después de celebra-
da apenas se conocía un tercio de
las mismas. De las olimpiadas
anteriores se había publicado al
menos un libro y desde la de
Buenos Aires (1939) se adoptó la
sana costumbre de editar boletines
Durante los meses de mayo y junio de 1937, Pablo Picasso pintó su famoso cuadro “Guernica”.
MUSEO DE ARTE REINA SOFÍA
27. 75
7ª OLIMPIADA DE AJEDREZ · ESTOCOLMO, 1937
con todas las partidas (costumbre,
por cierto, que se ignoró lamenta-
blemente en la de La Valetta,
1980). Una serie de circunstancias
hizo que las cosas rodaran así.
Para empezar, es muy probable
que el entusiasmo inicial de los
organizadores se fuese enfriando
con la gris actuación de sus com-
patriotas, tras su excelente resul-
tado en las ediciones anteriores.
En segundo lugar, hacia la mitad
del evento comenzó a hablarse ya
del segundo match entre Alekhine
y Euwe, de modo que las colum-
nas de la prensa y las publicacio-
nes técnicas dedicaron su espacio
a este acontecimiento, ignorando
la competición de Estocolmo.
Para colmo, el supertorneo de
Semmering-Baden se solapó con
ambos eventos y atrajo buena
parte del interés público y toda la
atención de la prensa técnica, que
se olvidó de la Olimpiada.
Entonces un hombre, William
Cozens se propuso cubrir ese
lamentable vacío informativo y
durante más de treinta años llevó a
cabo una minuciosa investigación.
Mantuvo una extensa correspon-
dencia y contactos telefónicos y
personales con protagonistas y
personas vinculadas a la organi-
zación de dicha Olimpiada, ade-
más de periodistas e historiado-
res. Sus desvelos se plasmaron en
el excelente libro The Lost
Olympiad, que la British Chess
Magazine publicó en 1985. Poco
después de haber finalizado el
libro, Cozens murió, de modo que
no llegó a verlo impreso. Pero a
ese autor debemos, en esencia, el
rescate de tan valioso material. Y
nosotros hemos rescatado al
evento del olvido.
Rindamos merecida memoria a la
Olimpiada perdida, aunque no
podamos disculpar a sus organi-
zadores, que cometieron el imper-
donable pecado de no haber edi-
tado boletines de la competición.
1937, por cierto, fue el año del
nylon (o náilon), invento del quí-
mico norteamericano Wallace
Hume Carothers. Poco después se
fabricarían y comercializarían las
medias femeninas de esa fibra
sintética, que fueron un éxito
inmediato en todo el mundo.
N NOMBRE PAÍS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 PTS DES
1 Estados Unidos USA 2 3½ 2½ 3 2 2½ 3½ 3 2½ 2 3½ 3½ 3 4 4 3½ 3 3½ 54½ 33
2 Hungría HUN 2 2 2 2 2½ 3 2 3 2 3 3 3 2 2½ 3 3½ 4 4 48½ 29
3 Polonia POL ½ 2 2½ 2 2½ 2½ 2½ 2½ 3½ 1½ 2½ 2½ 3 3½ 4 2½ 3 4 47 30
4 Argentina ARG 1½ 2 1½ 2 1 2 3 2½ 3 2 3 2½ 4 3 4 2½ 3½ 4 47 26
5 Checoslovaquia CSK 1 2 2 2 2 2½ 3½ 1½ 3 2 3 2½ 3 2½ 3½ 3½ 3 2½ 45 27
6 Holanda NED 2 1½ 1½ 3 2 2½ 3 2½ 2 3 2 2½ 3 2 2½ 3 2½ 3½ 44 27
7 Estonia EST 1½ 1 1½ 2 1½ 1½ 1½ 3 2 2½ ½ 3 3 3 3½ 3 3½ 4 41½ 20
8 Lituania LTU ½ 2 1½ 1 ½ 1 2½ 2½ 2 3½ 2 2 4 3 1½ 4 4 4 41½ 20
9 Yugoslavia YUG 1 1 1½ 1½ 2½ 1½ 1 1½ 2 3 2 2½ 3 3½ 2 3 3½ 4 40 19
10 Suecia SWE 1½ 2 ½ 1 1 2 2 2 2 3 2 2½ 3 3 2½ 3½ 3 2 38½ 21
11 Letonia LAT 2 1 2½ 2 2 1 1½ ½ 1 1 3 3 2 3 2½ 2½ 3 4 37½ 20
12 Finlandia FIN ½ 1 1½ 1 1 2 3½ 2 2 2 1 1 3 2½ 2½ 2 3 2½ 34 17
13 Inglaterra ENG ½ 1 1½ 1½ 1½ 1½ 1 2 1½ 1½ 1 3 3 2 3½ 3 3 2 34 13
14 Italia ITA 1 2 1 0 1 1 1 0 1 1 2 1 1 1½ 3 2 3 4 26½ 9
15 Dinamarca DEN 0 1½ ½ 1 1½ 2 1 1 ½ 1 1 1½ 2 2½ 2 2½ 1½ 2½ 25½ 9
16 Islandia ISL 0 1 0 0 ½ 1½ ½ 2½ 2 1½ 1½ 1½ ½ 1 2 3½ 1½ 2 23 7
17 Bégica BEL ½ ½ 1½ 1½ ½ 1 1 0 1 ½ 1½ 2 1 2 1½ ½ 2½ 3½ 22½ 6
18 Noruega NOR 1 0 1 ½ 1 1½ ½ 0 ½ 1 1 1 1 1 2½ 2½ 1½ 2 19½ 5
19 Escocia SCO ½ 0 0 0 1½ ½ 0 0 0 2 0 1½ 2 0 1½ 2 ½ 2 14 4
7ª Olimpiada de Ajedrez · Estocolmo (Suecia) · Del 31 de julio al 14 de agosto de 1937
28. Sucede, en muchos deportes, que las edades de los campeones
se han acortado drásticamente. Con frecuencia, hasta la ado-
lescencia. Esto sugiere, antes de análisis, que el ajedrez no es
ajeno a esta dinámica. Pero, ¿y si no fuese realmente así? ¿Qué
sorpresas nos deparan las estadísticas? Vean cómo, con un
dato a priori significativo descubierto por nuestro editor, el
GM Miguel Illescas, se podría incluso inferir una posible edad
dorada del cerebro humano en la madurez.
L VETERANO ERUDITO estudia a la luz de una bom-
billa, la mesa cubierta por innumerables libros, hojas
perforadas repletas de apuntes a mano de apertura
junto a un tablero de ajedrez desgastado por el uso; el
niño, apenas cumplidos los diez años, abre su ordenador portátil
y repasa las líneas que le ha preparado su entrenador, memori-
zando las últimas variantes que se han jugado, esa misma tarde,
en un torneo a tres mil kilómetros de su cuarto. Ambos, maña-
na, disputarán la final de un torneo local. ¿Por cuál de los dos
apostaría usted?
Partamos de la base de que el jugador veterano tiene de su lado
la experiencia mas, por contra, está menos ducho en tecnología.
A su vez, el niño tiene a su alcance las últimas novedades anali-
zadas por el módulo pero, en su debe, no destaca por la profun-
didad de su ajedrez. Sería, si me permiten la analogía, una pues-
ta al día de la fábula de la liebre y la tortuga.
Estamos, también, en una dicotomía que trata del balance entre
el conocimiento asimilado y el progresivo deterioro de las capa-
cidades cognitivas. ¿Cuál es la edad en la que los jugadores
alcanzan su mejor nivel? ¿Qué nos dirá de esto la ciencia estadís-
tica? ¿El deterioro es lineal? ¿Puede haber momentos puntuales
de rejuvenecimiento y potenciación de las capacidades?
En Peón de Rey hemos acudido a la lista Elo de la FIDE, contabi-
lizando a los jugadores activos, que nos ha sorprendido en el
intervalo que comprende a los ajedrecistas que superan leve-
mente los 50 años de edad.
E
LA EDAD ÓPTIMA
para jugar al ajedrez
16
Jorge I. Aguadero Casado
aguaderocasado.com
29. 17
JORGE I. AGUADERO CASADO
LA EDAD ÓPTIMA PARA JUGAR AL AJEDREZ
El promedio de Elo FIDE, a fecha de noviembre de
2020, nos muestra que la edad óptima para el ren-
dimiento ajedrecístico se sitúa entre los 28 y los 38
años, lo que choca con los enunciados que se apli-
can en otras disciplinas deportivas (por ejemplo,
las gimnastas presentan una pubertad tardía y
corta, que se plasma en una edad de retirada sobre
los 23 años; los ciclistas experimentan su declive
entre los 25-35 años; los tenistas, por lo general, se
retiran antes de cumplir los 30).
Por lo tanto, se podría inferir que la práctica del
ajedrez tiene, en cuanto al rendimiento, más en
común con actividades que presentan sus picos
más brillantes en edades más longevas, como son
las artes y las ciencias. En este sentido, la acumu-
lación de vivencias, el asentamiento del conoci-
miento y la madurez personal parecen claves.
Yendo al dato concreto, el pico de máximo rendi-
miento del ajedrecista nos aparece en los 34 años,
comenzando el declive a los 39. Hasta aquí, parece
normal, aunque la presencia habitual de niños en
los torneos nos introduzca el sesgo de creer que la
edad óptima se haya rebajado de forma radical.
Pero, ¿qué sucede con los veteranos que, sobre los
52 años, experimentan un marcado repunte en
sus resultados? Tienen resultados más brillantes
que el grupo de control anterior (¡sorprendente!)
y que el grupo posterior (encaja con la percep-
ción común que, a partir de los 60, el rendimien-
to baje en picado). ¿Por qué se juega mejor en ese
intervalo? ¿Es debido a factores relacionados con
una edad dorada del cerebro o se debe a factores
exógenos como, por ejemplo, haber criado ya a
los hijos y tener la vida laboral encarrilada? Es
decir, ¿esos buenos resultados se deben a que el
ajedrecista maduro puede enfocarse en su dedi-
cación al ajedrez, libre de preocupaciones, en
una etapa de brillo que precede a la decadencia?
¿O hay algo más, que corresponde responder a la
neurociencia?
Ahora bien, con perspectiva histórica, ¿con qué
edad se hicieron con el título los campeones del
mundo?
¿No les parece significativo que, entre los 19 cam-
peones mundiales, 12 lo consiguiesen en el inter-
valo que les propusimos entre los 28 y los 38 años?
Por si les interesa, la media de edad se sitúa en 30-
31, lo que también entra dentro del parámetro que
les proporcionamos.
Seguiremos con este estudio en el próximo núme-
ro de Peón de Rey, con la ayuda del reputado neu-
rocientífico, y maestro internacional venezolano
radicado en Córdoba, Cristóbal Blanco.
CAMPEÓN MUNDIAL AÑO EDAD
Wilhelm Steinitz 1886 50 años
Emanuel Lasker 1894 26 años
José Raúl Capablanca 1921 33 años
Alexander Alekhine 1927 35 años
Max Euwe 1935 34 años
Mijaíl Botvínnik 1948 37 años
Vasili Smyslov 1957 36 años
Mijaíl Tal 1960 24 años
Tigrán Petrosián 1963 34 años
Borís Spaski 1969 32 años
Robert James Fischer 1972 29 años
Anatoli Kárpov 1975 24 años
Garri Kaspárov 1985 22 años
Anand Viswanathan 2000 31 años
Veselin Topalov 2005 30 años
Vladímir Krámnik 2006 31 años
Magnus Carlsen 2013 23 años
30. 34 años es la edad óptima para el ajedrecista
Elo
promedio
Edad
18 LA EDAD ÓPTIMA PARA JUGAR AL AJEDREZ
Gráfico: 10 a 25 años
G. Kaspárov
Campeón mundial
a los 22 años.
J. R. Capablanca
Campeón mundial
a los 33 años.
A. Alekhine
Campeón mundial
a los 35 años.
M. Botvínnik
Campeón mundial
a los 37 años.
M. Euwe
Campeón mundial
a los 34 años.
J. Polgár
57º ranking mundial
a los 12 años.
B. Fischer
Torneo de Candidatos
con 16 años.
P. Morphy
Mejor jugador del
mundo con 21 años.
M. Carlsen
Campeón mundial
a los 23 años.
M. Tal
Campeón mundial
a los 24 años.
T. Petrosian
Campeón mundial
a los 34 años.
B. Spaski
Campeón mundial
a los 32 años.
V. Krámnik
Campeón mundial
a los 31 años.
V. Anand
Campeón mundial
a los 31 años.
V. Topalov
Campeón mundial
a los 30 años.
A. Kárpov
Campeón mundial
a los 24 años.
34
35
39
45
28
31. Promedio Elo jugadores activos lista FIDE nov-2020
En las gráficas se aprecia un rapidísimo ascenso de los
10 a los 20 años; luego se suaviza ligeramente, pero la
curva ascendente se mantiene con fuerza hasta los 28
años. Se observa entonces un pequeño bache hasta los
31, para continuar la subida y alcanzar el pico más alto
a la edad de 34 años. La primera gran bajada se produ-
ce a los 39 años, hasta tocar fondo a los 45. Curio-
samente, a partir de ahí se aprecia una mejora, que se
manifiesta con fuerza a partir de los 50 años. Esta
segunda edad dorada se alarga hasta los 57, y es a par-
tir de los 60 años cuando el nivel empieza a bajar de
forma severa y continuada.
De 28 a 38 años: época de mejor rendimiento
Elo
promedio
19
LA EDAD ÓPTIMA PARA JUGAR AL AJEDREZ
E. Lasker ganó el
torneo de Nueva York
1924 con 56 años.
Philidor triunfa en
una exhibición a la
ciega con 62 años.
W. Steinitz
Campeón mundial
a los 50 años.
V. Korchnói ganó el
torneo de Biel 2001
con 70 años.
V. Smyslov jugó la
final del Candidatos
con 63 años.
M. Najdorf, campeón
de Argentina con 65
años.
A. Rubinstein gana la
Olimpiada con Polonia
a los 50 años.
50
57
60
65