1. Escuela sec. Fdez. Núm. 74 “ Narciso Bassols” por la cultura de México El equipo esta conformado por Edgar Raúl Vázquez Hernández, Israel Sánchez López. A nosotros nos toco el convento de las carmelitas en Chalco por Ayotsingo.
2. En Octubre de 1972, un grupo de carmelitas de tres Monasterios se reunieron en Chalco, Edo de México, en una casa alquilada en suma pobreza que más parecía un Portalico de Belén, con el anhelo de vivir el carisma que Sta. Teresa quiso para sus Carmelos , pero adaptándole a las exigencias renovadoras del Concilio Vaticano II
3. En Octubre de 1972, un grupo de carmelitas de tres Monasterios se reunieron en Chalco, Edo de México, en una casa alquilada en suma pobreza que más parecía un Portalico de Belén, con el anhelo de vivir el carisma que Sta. Teresa quiso para sus Carmelos, pero adaptándole a las exigencias renovadoras del Concilio Vaticano II. Una Comunidad con los mismos ideales evangélicos de fraternidad, oración y vida retirada, poniendo el acento en la vida de hermandad y ayuda y la vida de entrega al Señor por la Iglesia y la salvación de las almas. Se tuvo presente la pobreza evangélica atestiguando el sentido humano del trabajo, realizado en libertad de espíritu y como medio de sustentación y servicio. E.T., 20
4. Carmelitas Descalzos A partir del año 1562, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz impulsaron la reforma del Carmelo, fundando los primeros monasterios de Carmelitas Descalzos. La nueva regla busca retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza, como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo. Los Carmelitas Descalzos se dividen en tres ramas: frailes (Primera Orden), monjas contemplativas (Segunda Orden) y seglares (la antigua Venerable Orden Tercera, hoy llamada Carmelo Seglar).
5.
6.
7.
8. En Octubre de 1972, un grupo de carmelitas de tres Monasterios se reunieron en Chalco, Edo de México, en una casa alquilada en suma pobreza que más parecía un Portalico de Belén, con el anhelo de vivir el carisma que Sta. Teresa quiso para sus Carmelos, pero adaptándole a las exigencias renovadoras del Concilio Vaticano II. Una Comunidad con los mismos ideales evangélicos de fraternidad, oración y vida retirada, poniendo el acento en la vida de hermandad y ayuda y la vida de entrega al Señor por la Iglesia y la salvación de las almas. Se tuvo presente la pobreza evangélica atestiguando el sentido humano del trabajo, realizado en libertad de espíritu y como medio de sustentación y servicio. E.T., 20