El documento argumenta que las religiones del mundo deben dejar de lado sus disputas y trabajar juntas para construir un mundo ideal de paz. Señala que las religiones deben combinar su sabiduría, unir sus energías y esforzarse diligentemente por encontrar soluciones pacíficas a los problemas mundiales, olvidando las luchas pasadas y enfocándose en conducir a la humanidad hacia el ideal de Dios de un mundo de paz.