El elefante Bernardo lastimaba y se burlaba de sus compañeros. Un día, hirió al burro Cándido con una piedra y otro día tiró agua a unos ciervos, haciendo que Gilberto se cayera al río. Más tarde, Bernardo se lastimó con espinas pero nadie quería ayudarlo debido a su mal comportamiento pasado. Finalmente, el mono Justino lo ayudó y le enseñó las reglas de no lastimar a otros y ayudar a los demás.