Este resumen contiene 3 oraciones:
El documento presenta una homilía dominical que incluye lecturas bíblicas, oraciones y reflexiones. La homilía enfatiza la misericordia y generosidad de Dios, y exhorta a los creyentes a compartir sus dones con los necesitados, como Jesús compartió los panes y los peces con la multitud. Finalmente, incluye oraciones para pedir la gracia de ser compasivos y solidarios.
Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Pan de vida y solidaridad
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DOMINGO 18º DEL T.O.
31 de julio de 2011
1. MONICIÓN DE ENTRADA
Un domingo más os deseamos nuestra cordial bienvenida a la Eucaristía. Nuestro camino
continua. Y si hay algo que hoy resplandezca sobre todo es: "la Gran Misericordia de
Dios". Él es: regalo, entrega, alimento, seguridad. Pero también, es el momento para
tomar conciencia de cómo anidan estas actitudes en nuestro corazón. Para ello nada
mejor que ponernos en su presencia con humildad, para pedirle que nos conceda la gracia
de reconocer nuestro egoísmo, nuestra falta de solidaridad para con los hermanos. Y para
que nos infunda esa generosidad que nos muestra toda la liturgia de este domingo.
2. PETICIONES DE PERDÓN
o Por buscar sólo nuestro propio interés y no el bien de
los demás.
Señor, ten piedad
o Por no compartir nuestras cualidades y dones con los
más necesitados.
Cristo, ten piedad.
o Por no ser solidarios y compasivos con los que más
sufren.
Señor, ten piedad
3. ORACIÓN
Oh Dios, Padre nuestro compasivo:
Tú viste con agrado que tu Hijo Jesucristo
diera alimento a todos los hambrientos
de cualquier clase de hambre.
Danos la gracia de ser compasivos
para con todos los pobres de nuestros días.
Enséñanos a percibir sus necesidades,
a sufrir con ellos, a compartir su angustia,
a vendar sus heridas y a aplacar sus hambres.
Danos la fuerza necesaria para hacer todo esto
en virtud de la fuerza del alimento que Jesús nos da en cada eucaristía,
su mismo cuerpo.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
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4. DIOS NOS HABLA POR SU PALABRA DE VIDA
PRIMERA LECTURA
⇒ Comentario
La primera lectura el Profeta Isaías nos muestra al Señor, al Dios grande, que sólo quiere
que nos acerquemos a Él para recibir, sin pedirnos nada a cambio. Invita a todos, espera
a todos, no quiere que nadie quede fuera; y la única condición que pone para ello es:
tener hambre, tener necesidad, tener deseo de saciarse. Que Dios es gratuidad, no puede
estar más claro. "Acudid también los que no tenéis dinero". Si hay dinero por medio, no es
don de Dios.
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 55, 1,3
Así dice el Señor:
-- Oíd, sedientos todos, acudid por agua también los que no tenéis dinero: Venid y
comprad trigo; comed sin pagar vino y lecho de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que
no alimenta? ¿Y el salario en lo que no da hartura? Escuchad atentos y comeréis bien,
saborearéis platos substanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 144)
R.- ABRE TU LA MANO, SEÑOR, Y NOS SACIAS DE FAVORES
El Señor es clemente y misericordioso,
lento en la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos;
es cariñoso con todas sus criaturas. R.-
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R.-
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que le invocan sinceramente. R.-
SEGUNDA LECTURA
⇒ Comentario
Nos dice la segunda lectura, de la Carta de San Pablo a los romanos, que no sentiremos
solamente amor cuando el camino es fácil, cuando se realicen nuestros proyectos. El amor
de Dios nos alcanza, y quizá más, en los momentos de soledad, en las pruebas, en las
dificultades, en la enfermedad, porque el Señor experimenta el dolor con todos, porque
junto a Cristo todos los dolores se convierten en Redención.
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 8,35.37-39
Hermanos:
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¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la
persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? Pero en todo esto
venceremos fácilmente por Aquél que no ha amado. Pues estoy convencido de que ni
muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni
profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo
Jesús, Señor Nuestro.
Palabra de Dios
EVANGELIO
⇒ Comentario
El Evangelio de Mateo nos va a narrar la multiplicación prodigiosa de los panes. Muchas
veces caemos en la tentación de creer en los milagros, como no están a nuestro alcance
no nos afectan. Aceptamos el relato porque es maravilloso. Pero no la transcendemos a la
realidad Y es verdad que sólo Dios puede hacer milagros, pero a nosotros nos
corresponde poner cinco panes y dos peces. Estar atentos a lo que dice Jesús: "Dadles
vosotros de comer". Es decir: “os encargo que saciéis el hambre de los demás. Levantaos
de ese sillón tan cómodo y salid al encuentro de los que tienen hambre”
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 14, 13- 21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en
barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo
siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús
el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo
tarde se acercaron los discípulos a decirle:
-- Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la
multitud para que vayan a las aldeas y se compren de
comer.
Jesús les replico:
-- No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
-- Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo:
-- Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces
alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los
discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos
y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, son contar
mujeres y niños.
Palabra del Señor
5. ORACIÓN
QUIERO SUMAR, NO RESTAR para que los de lejos o los de cerca
Sumar, nunca restar, tengan agua si tienen sed
para que otros, tengan algo Sumar, y nunca restar,
Sumar, nunca restar, para que niños negros o blancos
para que mis hermanos tengan pan de arriba o de abajo
Sumar, y multiplicarme, de cualquier continente,
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puedan descubrir que, Cristo, el alimento y el vestido
se hace presente en mi compartir la justicia y la paz
Quiero sumar, no restar sea una realidad,
Quiero multiplicar, no dividir aquí y a la otra orilla del mar
Quiero añadir, no quitar Amén.
Para que el pan y el agua
“SI YO FUERA PAN”
Si yo fuera pan, los sacrificados que se parten,
cantaría un himno de alabanza que son buenos como el pan.
a Dios, que me creó para la vida,
y a la tierra, al sol y al agua, Pero maldigo al hombre que me acapara
que me nutrieron generosamente, y no sabe compartir o no me quiere sembrar;
y a los hombres del campo, al que negocia conmigo y se enriquece
que me cultivaron con ternura. con el hambre de otros;
al que me tira a la basura,
Yo no soy un alimento cualquiera; quizá para aumentar mi precio;
soy alimento significativo, al que me come sin necesidad;
algo estimado y sagrado al que me utiliza para comprar
que Dios y los hombres besan. las conciencias;
al que no me estima ni valora.
Bendeciría a Dios, que,
entre todas las criaturas, Yo soy alimento de hombres y de dioses.
después del hombre, Venid, amigos,
me escogió como vestido suyo. a compartir mi pan,
Si hay un Dios encarnado, es gratis para todos;
también hay un Dios empanado. que nadie pase hambre, mientras yo viva;
yo me parto por vosotros.
Donde hay pan, allí está Dios.
Jesús dijo: «Yo soy pan;
quiero alimentar a todos
mis hijos hambrientos».
El pan, como sabéis, es signo de amor:
donde hay un pan partido,
allí está Dios entregándose a los hombres.
y soy signo de comunión:
donde hay un pan partido y compartido,
allí se aprende la parábola de la solidaridad.
Yo soy hijo del amor;
nací para entregarme, sin pedir recompensa.
Nací para morir, pero dando vida, como Dios.
Yo soy signo de resurrección:
mi muerte es pascual,
quien me come ya no muere.
Mis preferidos son los pobres y los débiles,
las gentes de los pueblos y del campo,
que saben gustarme y apreciarme,
los que son generosos
y se quitan el pan de la boca por los otros,
los altruistas, los agradecidos,