1. FERTILIDAD DE SUELOS
Ing. Hector Vicente Diaz Ospina
1. HISTORIA
Con el inicio de la agricultura, hace unos 10.000 años, el hombre empezó a considerar el suelo
como un medio para el desarrollo de las plantas, iniciando con la domesticación de plantas
y animales en las colinas que circundan la creciente fértil del suroeste de Asia. Al principio,
el cambio de la recolección a la producción de alimentos dio mayor seguridad al abasto de
alimentos que a la abundancia.
Alrededor del año 4.000 A de C., con el desarrollo del riego en las planicies aluviales del
sur de la Mesopotamia la productividad del suelo aumentó lo suficiente como para permitir el
desarrollo de las ciudades
Para el año 3.000 A de C., existían aldeas al norte de Escandinavia que reconocían las
diferencias entre los suelos, prefiriendo los limosos.
Alrededor del año 400 A de C., la tierra o suelo eran considerados junto con el fuego, el agua y
el aire como uno de los componentes básicos de toda materia.
Se cree que la clasificación de los suelos más antigua se desarrolló en China hace 4.000 a
5.000 años. La clasificación de los suelos se basaba en su capacidad para producir cosechas y
se utilizaba para determinar los impuestos.
Los griegos y los romanos, también reconocieron las diferencias de los suelos para la
agricultura, desarrollando diversas prácticas de manejo que todavía se utilizan.
La rápida acumulación de conocimientos que se efectuó en el siglo XIX acerca de los suelos
originó la necesidad de un concepto de suelo en el cual se tomaron en cuenta los nuevos datos
obtenidos.
Alrededor de 1.870 Dokuchaiev desarrolló en Rusia una forma revolucionaria de considerar los
suelos. Reconoció que cada tipo de suelo tenía cierta morfología específica , resultante de la
combinación de factores como clima, materia viviente, material materno mineral, topografía y
edad del terreno. El suelo resultaba ser producto de la evolución y cambiaba con el tiempo.
En USA, alrededor de 1.952, las primeras investigaciones científicas de los suelos estuvieron
dominadas por geólogos, quienes clasificaron a los suelos por las propiedades pedológicas. En
1.960, se presentó la Séptima aproximación en la cual se introduce una nueva nomenclatura
acuñando términos basados en raíces griegas y latinas. El nuevo sistema consistió de seis
óredenes o niveles de clasificación. También, se reconoció la adición de materia orgánica en la
parte superior de la capa intemperizada .
2. 2. EL SUELO COMO UN RECURSO NATURAL NO RENOVABLE
Los cambios en los tipos de uso e intensidad de utilización del suelo, son parte de la historia
de la civilización.
En una sociedad recolectora de alimentos, la tierra sostiene las plantas y animales que se
acopian para el sustento, vestido y abrigo. Ello conduce a menudo a una vida nómada, debido
a que la gente sigue las migraciones de los animales o emigra según las estaciones del
año para obtener suficiente comida. El terreno es usado tal cual es, por lo general con una
productividad baja y con capacidad para sostener una población humana pequeña. Se ha
estimado que una economía de recolección para el sustento de una persona se necesita 518
Ha de tierra fértil en estado natural. Sobre esta base, la tierra podría sostener unos 10 millones
de habitantes. En la actualidad hay unos 8 mil millones de personas.
El uso de la tierra en una sociedad agrícola, como la que se formó hace unos 10.000 años,
el cambio de la recolección a la producción de alimentos dio mayor seguridad pero no
productividad de los mismos. Sólo con el desarrollo del riego, se aumentaron las producciones
y se formaron las ciudades. La agricultura se extendió en el Norte y Occidente de Europa. La
mayor parte de estos suelos se desarrollaron bajo bosque, en un ambiente húmedo, por lo
tanto lixiviados, de poca fertilidad comparados con los aluviales de la Media Luna Fértil. Por
lo tanto, los agricultores cortaban y quemaban para lograr una mejor cosecha. Sin embargo,
al cabo de algunos años las tierras eran abandonadas por que las cosechas disminuían.
Se desmontaba otra zona y el ciclo se repetía. A este tipo de agricultura se le denomina
trashumante. En China, al mayoría de los suelos son aluviales. Por naturaleza son bastante
fértiles, se emplea extensamente el riego y se obtiene más de una cosecha por año. La
fertilidad del suelo se mantiene con la incorporación de desechos animales, vegetales e incluso
humanos. También con el reintegro de lodos de los canales. El resultado, es el uso intensivo
del suelo y una alta densidad poblacional. En la actualidad una hectárea sostiene 7.4 personas.
En la actual sociedad tecnológica, es posible hacer cultivos en una localidad dada, debido
a que el clima es ideal para ello, está cerca de los mercados o porque se dispone de agua
para riego en vez de considerar la calidad del suelo. Por ejemplo, en La Florida se usan
suelos arenosos e infértiles para el cultivo de los cítricos. La larga estación de crecimiento
y la cercanía de centros poblacionales ha estimulado esto proyectos. En los Países Bajos,
hay muchas hectáreas bajo invernaderos que permiten el cultivo intensivo de flores. De esta
manera, algunos de los suelos más productivos en la sociedad industrial deben su utilidad a
la capacidad humana para alterar sus características y no a su fertilidad o naturaleza original.
En nuestra sociedad no existe una relación estrecha entre el suelo natural y su productividad.
Los objetivos de la ciencia del suelo moderna son modificar los suelos para que sirvan mejor
a las necesidades humanas. Las preguntas: que cantidad de fertilizante necesitamos para
que una hectárea de suelo nos rinda determinada producción ó cuanto vale construir en una
hectárea de suelo un complejo habitacional, así lo demuestran. Hay datos que demuestran
que usando la tecnología actual es posible producir el alimento que consumen una persona en
3. una superficie menor de la que se necesita para vivir. Si embargo, mucha gente siente gran
preocupación por el impacto de la tecnología en la calidad ambiental.
El suelo, además de ser un recurso básico para la producción de alimentos, colecta y purifica
el agua y dispone de los desperdicios. El suelo mismo puede ser un contaminante, en la forma
de polvo en el aire y sedimentos en el agua. Para el futuro, es necesario formular un nuevo
concepto en la utilización del suelo que incluya el impacto en todos los aspectos de la vida,
incluso del ambiente.
3. CIENCIAS QUE ESTUDIAN EL SUELO
El suelo es estudiado por:
PEDOLOGIA
Estudia el suelo desde el punto de vista de su origen ( génesis), de sus propiedades ( físicas,
químicas, biológicas) y desde el punto de vista de su clasificación. Estudia el suelo de una
forma muy científica pero sin aplicación alguna.
EDAFOLOGÍA
Estudia el suelo desde el mismo punto de vista que la pedología, pero con fines productivos.
4. DEFINICION
La palabra suelo se deriva del latim solum que significa piso o superficie de la tierra.
Edafológicamente, el suelo se define como un cuerpo natural, formado a partir de una mezcla
variable de minerales meteorizados y de materia orgánica en descomposición, que cubre la
tierra en una capa delgada, y que cuando contiene cantidades apropiadas de agua y de aire
ofrece soporte mecánico y sustento para las plantas.
Desde el punto de vista de la ingeniería civil o de carreteras, etc., el suelo es cualquier material
no consolidado formado por partículas sólidas discretas con líquidos y gases que ocupan los
espacios entre ellas.
Para la geología, es la capa superior que cubre la corteza terrestre.
Para un agricultor, es el medio en el que crecen sus cultivos.
Para el común de otras personas, el suelo es el ente que pisamos.
El suelo está formado por tres fases: la líquida, la sólida y la gaseosa. En la mayor parte de los
4. suelos, la fase sólida la forman partículas minerales que constituyen el esqueleto estructural
en el que están adsorbidos el humus o las partículas orgánicas. Entre las partículas de la
fase sólida existen espacios porosos. Los espacios porosos son llenados con la fase líquida y
gaseosa, juntamente.
La fase líquida consiste, principalmente, en agua procedente de las precipitaciones, existiendo
como películas que rodean a los espacios porosos más pequeños. Los espacios porosos más
grandes, a menos que el suelo esté saturado de agua, los llenas los gases. Entre el suelo y la
atmósfera se efectúa un intercambio de gases. Las actividades biológicas como la respiración y
la descomposición de la materia orgánica consumen Oxígeno y producen dióxido de Carbono.
Como consecuencia de ello, hay una continua difusión de Oxígeno de la atmósfera al suelo y
de bióxido de Carbono del suelo a la atmósfera.
El volumen del suelo ocupado por las diversas fases varía de tiempo en tiempo y de lugar a
lugar. Los volúmenes de aire y de agua tienen una relación directa. La entrada del agua al
suelo excluye el aire a medida que el agua es eliminada por drenaje, evaporación o por el
crecimiento de las plantas, el espacio poroso se llena nuevamente de aire. Alrededor de la
mitad del volumen de un suelo lo ocupan los poros. Un buen suelo, podría decirse que tiene
45 % de materia mineral, 25 % de agua, 25 % de aire y 5 % de materia orgánica.
5. PRODUCTIVIDAD DE UN SUELO
La utilización del suelo por las plantas es complejo. Si se tiene en cuente, que los
requerimientos de las plantas son diversos, es difícil que un suelo dado sea productivo para
todas las especies de plantas.
Los requerimientos de muchas plantas económicas se cubren de manera satisfactoria si el
suelo está bien aireado, tiene un pH neutro, no tiene capas endurecidas, no tiene exceso de
sales, tiene suficiente agua y una buena disponibilidad de nutrientes.
Por lo tanto la productividad del suelo es la capacidad que tiene el suelo para hacer producir
una planta específica ( o una secuencia de plantas) bajo un sistema específico de manejo. La
clasificación de la productividad de los suelos se determina midiendo los rendimientos en un
periodo de tiempo con un sistema razonable de manejo, incluyendo la influencia del clima, la
naturaleza y la pendiente.
La productividad del suelo básicamente es un concepto económico y no una propiedad del
suelo que incluye: Insumos ( manejo), producto ( rendimientos), y tipo de suelo. Asignando
costos y precios, es posible calcular la utilidad neta y usar esta como base para determinar el
valor del terreno, información esta importante para créditos e impuestos.
La fertilidad del suelo se define como la cualidad que permite a un suelo proporcionar los
compuestos adecuados, en las cantidades apropiadas y en equilibrio requerido para el
crecimiento de las plantas específicas cuando la temperatura y otros factores son favorables.
5. Para que un suelo sea productivo es necesario que sea fértil, pero un suelo fértil no todas las
veces es productivo.
Muchas veces, el costo de hacer un suelo productivo es honeroso. En estos casos es mejor
seleccionar un cultivo o una explotación apropiada de este suelo con una inversión mínima.