1. LA CALIDAD DE UN PRODUCTO FARMACEUTICO Y SU FUNCIÓN.
Dependencia Psíquica
Esta se pone en manifiesto por la compulsión por consumir
periódicamente la droga para experimentar un estado afectivo agradable
o para liberarse de un estado afectivo desagradable.
La dependencia física se puede superar tras períodos de desintoxicación
que, en función de cada droga, se prolonga durante un tiempo
determinado.
Es más complejo desactivar la dependencia psíquica, ya que requiere de
cambios en la conducta y emociones del sujeto que le permitan funcionar
psíquicamente.
Los síntomas que ponen de manifiesto la dependencia psíquica son por un
lado el deseo irrefrenable de consumir la sustancia y también síntomas de
la esfera psiquiátrica como depresión, confusión mental, alucinaciones,
irritabilidad, ansiedad y desasosiego, entre otros.
2. Síndrome de abstinencia.
Conjunto de síntomas y signos que aparecen cuando se interrumpe la
administración de la droga. Los signos y síntomas que el síndrome
representa pueden ser muy variados, normalmente van acompañados de
ansiedad y puede derivarse en un cuadro clínico de gravedad.
Cuando por razones diversas (accidente, carencia de droga, dificultad para
conseguirla, etc.) se deja de administrar la sustancia, aparecen una serie
de síntomas psíquicos y físicos que crean un intenso malestar y pueden
provocar la repetición del consumo: es el síndrome de abstinencia.
Es verdad que al principio el sujeto consume por placer o gusto, pero que
a partir de haber sufrido el Síndrome de Abstinencia, consume en parte
por miedo a que este aparezca.
Inevitablemente, el Síndrome de Abstinencia incide enormemente en la
convivencia familiar, creando un clima de inestabilidad que algunas
familias definen como "una falta de control absoluto".
3. Tolerancia.
Es el acostumbramiento del organismo a una cierta toxicidad. El punto
máximo de la tolerancia es diferente para cada persona y varia también
con cada sustancia, etc.
La tolerancia a alguna sustancia se produce cuando, como resultado de su
administración (o autoadministración) el sujeto presenta menor
sensibilidad a ella. Así, la dosis habitual de la sustancia produce menos
efectos, con lo que se necesitan dosis más altas para producir los mismos
efectos.
Sin embargo, pese a lo que se cree, se puede desarrollar tolerancia sólo
hacia algunos efectos de una sustancia y no hacia todos; incluso
desarrollar tolerancia a algunos efectos y sensibilización a otros (por
ejemplo; en el caso del alcohol una persona puede tardar más en
emborracharse, necesitar más dosis, pero ser igual o más sensible a otros
efectos, como la resaca, por una peor metabolización).