El arrepentimiento implica cambiar de rumbo para dejar de hacer lo malo y hacer lo bueno. Comporta reconocer los errores para mejorar el carácter. Se da en situaciones difíciles que forjan el carácter, cuando se tiene un propósito claro como acercarse al reino de Dios, y requiere tiempo para prepararse y producir frutos dignos mediante la obediencia a Dios.