El sacramento de la Unción de los enfermos ofrece la gracia del Espíritu Santo a los enfermos graves y ancianos a través del sacerdote, aliviando sus cuerpos y almas y otorgando el perdón de pecados no confesados. Se realiza con aceite consagrado por el obispo, el cual simboliza la gracia de curación y fortaleza que Jesús da para vencer enemigos espirituales, especialmente cuando se está cerca de Dios.