Una de las ilusiones ópticas más famosas es la Rubin Cup desarrollada por el psicólogo Edgar Rubin. Al investigador danés se le ocurrió una pintura que puede verse como un trozo de vidrio o dos caras mirándose. Dependiendo de hacia dónde mire el observador, percibirá el cristal o la cara. La visión es uno de los sentidos más sorprendentes porque nos permite percibir nuevos elementos en determinadas imágenes. Así es como las ilusiones ópticas nos engañan al ver cosas distintas en un mismo cuadro. Un ejemplo es la Rubin Cup, que puede percibir diferentes objetos según el ángulo. La singularidad de esta imagen es que no importa cuánto tiempo permanezca en la retina, puede ver a una o dos personas, pero no al mismo tiempo. Por lo general, hay una parte blanca y una parte negra, dependiendo de la vista en la que se enfoque, lo que podrá ver.