Los científicos colocaron cinco monos en una jaula con una escalera y plátanos en la cima. Cuando un mono subía, los otros recibían chorros de agua fría. Con el tiempo, los monos golpeaban a cualquier mono que intentara subir, incluso cuando los científicos reemplazaron a todos los monos originales. El experimento demostró cómo se forman y perpetúan paradigmas, ya que los monos nuevos aprendieron el comportamiento sin conocer la razón original.