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Alimentación a medida para el gato
Las necesidades nutricionales del gato varían a lo largo de su vida, por lo que
resulta necesario ir adaptando su alimentación en función de cada etapa.
Durante la etapa de crecimiento
los gatitos tienen unas necesidades
nutricionales muy distintas a las de los
gatos adultos esterilizados, y también
diferentes a las de los gatos mayores.
Por eso es necesario proporcionar un
alimento que se adapte a dichas
necesidades.
Crecimiento
A partir de la cuarta semana de edad, el gatito puede comenzar a pasar de la
alimentación a base de leche a un alimento sólido (destete).
Durante los cuatro primeros meses se produce un crecimiento muy intenso y es
necesario proporcionar los nutrientes necesarios para permitir un desarrollo adecuado.
También hay que tener en cuenta que la capacidad digestiva del gatito es aún limitada,
por lo que debe ser un alimento muy digestible. Además, el sistema inmunitario sigue
siendo inmaduro y el refuerzo de antioxidantes ayudara a reforzar sus defensas. Por otro
lado es importante cuidar la textura: un alimento blandito, húmedo y suave, así como la
posibilidad de preparar una papilla, facilitarán la transición.

2. Después de los cuatro meses el crecimiento
ya no es tan intenso y, aunque algo más
maduros, los sistemas inmunitario y digestivo
siguen en desarrollo. Se debe adaptar el
contenido energético, además de
proporcionar un refuerzo de antioxidantes
y una elevada seguridad digestiva.
Esterilizados
La esterilización determina un cambio en las necesidades nutricionales del gato, ya que
junto con los beneficios que proporciona, también lleva asociada una mayor tendencia a
la obesidad y un mayor riesgo de cálculos urinarios.
Peso ideal
Con la esterilización se produce un aumento del consumo de alimento de un 20-30% en
tan solo 48 horas después de la intervención, lo que explica la importancia de cambiar la
alimentación de inmediato. Por otro lado el gasto de energía se reduce en un 25-30%.
La consecuencia de la suma de ambas situaciones es una ganancia de peso.
Estos efectos se manifiestan de forma diferente según el sexo. Así, en el macho el
aumento de la ingestión es más marcado que en la hembra, mientras que la reducción
del gasto energético en las gatas es mayor que en los gatos.
Como consecuencia de estos cambios la alimentación debe adaptarse y seguir unas
pautas:
• Menor aporte energético, controlando el nivel de grasa.
• Efecto saciante, gracias a la combinación de distintos tipos de fibra: psyllium y
fibras con alta capacidad de absorción de agua, que proporcionan un efecto
volumen.

3. • Control de la ración: aunque se dé un alimento específico, es necesario medir y
administrar solamente la cantidad necesaria.
Salud del tracto urinario
En el gato esterilizado el riesgo de desarrollar cálculos de oxalato se multiplica por 7, y
el de urolitiasis por estruvita por 3,5. Por tanto, un objetivo nutricional fundamental será
el de provocar un entorno desfavorable para el desarrollo de urolitos, tanto de estruvita
como de oxalato, que se consigue mediante:
• Dilución de la orina, ya sea ofreciendo alimento
húmedo, que contiene un 70-80% de agua, o
adaptando los niveles de sodio del alimento, que hacen
que el gato beba más.
• Reducción de la ingestión de los precursores; por
ejemplo, la utilización de pulpa de achicoria reduce
la ingestión de oxalato procedente del alimento.
• pH dentro de un margen entre 6-6,5 para prevenir
los cálculos de estruvita.
El gato mayor
A partir de los 7 años se considera que el gato entra en la madurez, una prolongada
etapa de su vida en la que se pueden diferenciar dos fases. En la primera, no se observan
signos de envejecimiento, aunque empiezan a producirse los primeros cambios. Y en la
segunda, a partir de los 10-12 años, los signos son más evidentes y se produce un
deterioro progresivo.
Los cambios asociados a la edad también determinan unas necesidades nutricionales
diferentes.

10. Aporte de energía adaptado
En la primera fase, el gato puede tener mas tendencia a la obesidad, pero la segunda se
caracteriza por la perdida de peso. Por tanto, habrá que adaptar el aporte energético en
cada fase.
Nivel óptimo de proteína
En los gatos mayores se produce una disminución de la masa muscular asociada a la
edad, debido a la reducción de las fibras musculares. Por este motivo los alimentos para
ellos deben mantener un nivel y una calidad de la proteína suficientes para cubrir sus
necesidades, pero sin excesos para proteger el riñón.
Refuerzo antioxidante
Con la edad se produce un desequilibrio entre la producción de radicales libres y las
defensas antioxidantes, lo que provoca un daño oxidativo que parece estar involucrado
en el origen de diversas enfermedades y procesos degenerativos. Antioxidantes como
las vitaminas C y E y los carotenoides han demostrado que estimulan el sistema
inmunitario.
Protección renal
La enfermedad renal crónica es muy común en los gatos mayores, aunque el proceso
suele comenzar bastante tiempo antes de ser detectado. Por ello en los gatos de edad
avanzada se trata de favorecer la función renal a través de un contenido en fósforo
reducido, antioxidantes y EPA y DHA.
Lucha contra la disfunción cognitiva
Además del refuerzo de antioxidantes, en el alimento se pueden incluir otros nutrientes
que pueden ayudar a frenar el deterioro de la función cerebral, como la fosfatidil serina
y el triptófano.
Refuerzo articular
En el gato los problemas articulares están muy relacionados con la edad. El alimento
puede incluir condroprotectores, EPA y DHA e incluso extracto de mejillón verde para
ayudar a mantener la salud articular.