ANDRÉS Apóstol del Señor
Andrés -que significa “el varonil”- y Simón, hijos de Juan, eran muy buenos hermanos; hasta parece que vivían en la misma casa, en la que entró Jesús para curar a la suegra de Pedro. Ambos eran de Betsaida, una pequeña ciudad situada al norte del lago de Genesaret, igual que Felipe -otro de los apóstoles-. Y en el lago pasaban buena parte de su vida; eran pescadores.
Inquieto religiosamente, acudía a escuchar a Juan el Bautista. Este fue quien, en una ocasión, le presentó a Jesús con quien pasó todo un día. La verdad es que quedó impresionado  y, ya en Betsaida, inmediatamente se lo dijo a Pedro: “Hemos encontrado al Mesías.” Pocos días después, lo presentó a Jesús, quien, al verle, le dijo:  “ Tú te llamarás Pedro.”
Pero no quedaron ahí las cosas. Estaban un día los dos hermanos en la orilla del lago preparándose para salir a pescar, y Jesús, que -¡mira por dónde!- pasaba casualmente por allí, los vio y les dijo que se fueran con él: “Os haré pescadores de hombres.” Quién sabe si entendieron o no lo que les quería decir. Pero ellos dejaron todo y le siguieron.
A partir de entonces, Andrés acompañaba a Jesús allá por donde iba. Escuchaba su palabra, veía lo bueno que era con la gente que acudía a Él, y, día a día, se entusiasmaba más con Jesús. El no va más fue cuando Jesús, que se había pasado la noche rezando, le llamó a él, a su hermano Pedro y a otros diez, los escogió para que estuvieran   con Él y los nombró apóstoles.
A Andrés hay quienes le llaman “el intermediario”. Ya había ejercido como tal entre Jesús y su hermano Pedro, pero no fue ésta la única vez que lo hizo. Cuando Jesús les plantea a los apóstoles el problema de que, en vez de despachar a la gente para que se busquen comida, fueran ellos quienes les dieran de comer, Andrés llevó a Jesús un chavalico que tenía cinco panes de cebada y dos peces. Con ellos, Jesús dio de comer a miles de hombres y mujeres.
Cuando una semana antes de la Pascua Jesús entró en Jerusalén y la gente le aclamaba, había entre la multitud unos cuantos que habían llegado desde Grecia. Como estaban ansiosos por conocer de cerca a Jesús y hablar con Él, acudieron a   Felipe para ver si podía hacer algo por ellos. Felipe lo comentó con Andrés y, ya juntos, fueron a decírselo a Jesús. No dice nada el evangelio, pero seguro, ¡segurísimo! que Jesús se pasó un ratito con ellos.
A pesar de tanto cariño que tenía a Jesús, Andrés también le abandonó en su pasión. Todo aquello le sobrepasaba; no entendía nada torta. Y como los demás apóstoles,  tampoco se fio mucho de las mujeres cuando les dijeron que habían encontrado el sepulcro vacío. Pero, al ver él mismo a Jesús, aquello fue de traca. Y lo que más sintió, como también les ocurrió a los demás, es que Tomás siguiera emperrado en  que no pasaba  por ahí y que  tenía que verlo él con sus propios ojos.
Con la Virgen y todos los apóstoles, esperó en Jerusalén a que se cumpliera la promesa de Jesús: el envío del Espíritu Santo. Y después, ¿qué pasó después con Andrés? Pues seguro que también, como hicieron todos, se lanzó a anunciar por el mundo la Buena Nueva de Jesús. Que ¿dónde? Pues... no se sabe. Hay quien dice que lo hizo en el sur de Rusia y en los Balcanes y que murió mártir clavado en una cruz en forma de aspa; ahora le llaman la cruz de San Andrés.
FIN
Texto e imágenes Revista Gesto, Nº 92 Power Point http://www.escuelajaire20.blogspot.com

Andrés

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    Andrés -que significa“el varonil”- y Simón, hijos de Juan, eran muy buenos hermanos; hasta parece que vivían en la misma casa, en la que entró Jesús para curar a la suegra de Pedro. Ambos eran de Betsaida, una pequeña ciudad situada al norte del lago de Genesaret, igual que Felipe -otro de los apóstoles-. Y en el lago pasaban buena parte de su vida; eran pescadores.
  • 3.
    Inquieto religiosamente, acudíaa escuchar a Juan el Bautista. Este fue quien, en una ocasión, le presentó a Jesús con quien pasó todo un día. La verdad es que quedó impresionado y, ya en Betsaida, inmediatamente se lo dijo a Pedro: “Hemos encontrado al Mesías.” Pocos días después, lo presentó a Jesús, quien, al verle, le dijo: “ Tú te llamarás Pedro.”
  • 4.
    Pero no quedaronahí las cosas. Estaban un día los dos hermanos en la orilla del lago preparándose para salir a pescar, y Jesús, que -¡mira por dónde!- pasaba casualmente por allí, los vio y les dijo que se fueran con él: “Os haré pescadores de hombres.” Quién sabe si entendieron o no lo que les quería decir. Pero ellos dejaron todo y le siguieron.
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    A partir deentonces, Andrés acompañaba a Jesús allá por donde iba. Escuchaba su palabra, veía lo bueno que era con la gente que acudía a Él, y, día a día, se entusiasmaba más con Jesús. El no va más fue cuando Jesús, que se había pasado la noche rezando, le llamó a él, a su hermano Pedro y a otros diez, los escogió para que estuvieran con Él y los nombró apóstoles.
  • 6.
    A Andrés hayquienes le llaman “el intermediario”. Ya había ejercido como tal entre Jesús y su hermano Pedro, pero no fue ésta la única vez que lo hizo. Cuando Jesús les plantea a los apóstoles el problema de que, en vez de despachar a la gente para que se busquen comida, fueran ellos quienes les dieran de comer, Andrés llevó a Jesús un chavalico que tenía cinco panes de cebada y dos peces. Con ellos, Jesús dio de comer a miles de hombres y mujeres.
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    Cuando una semanaantes de la Pascua Jesús entró en Jerusalén y la gente le aclamaba, había entre la multitud unos cuantos que habían llegado desde Grecia. Como estaban ansiosos por conocer de cerca a Jesús y hablar con Él, acudieron a Felipe para ver si podía hacer algo por ellos. Felipe lo comentó con Andrés y, ya juntos, fueron a decírselo a Jesús. No dice nada el evangelio, pero seguro, ¡segurísimo! que Jesús se pasó un ratito con ellos.
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    A pesar detanto cariño que tenía a Jesús, Andrés también le abandonó en su pasión. Todo aquello le sobrepasaba; no entendía nada torta. Y como los demás apóstoles, tampoco se fio mucho de las mujeres cuando les dijeron que habían encontrado el sepulcro vacío. Pero, al ver él mismo a Jesús, aquello fue de traca. Y lo que más sintió, como también les ocurrió a los demás, es que Tomás siguiera emperrado en que no pasaba por ahí y que tenía que verlo él con sus propios ojos.
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    Con la Virgeny todos los apóstoles, esperó en Jerusalén a que se cumpliera la promesa de Jesús: el envío del Espíritu Santo. Y después, ¿qué pasó después con Andrés? Pues seguro que también, como hicieron todos, se lanzó a anunciar por el mundo la Buena Nueva de Jesús. Que ¿dónde? Pues... no se sabe. Hay quien dice que lo hizo en el sur de Rusia y en los Balcanes y que murió mártir clavado en una cruz en forma de aspa; ahora le llaman la cruz de San Andrés.
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    Texto e imágenesRevista Gesto, Nº 92 Power Point http://www.escuelajaire20.blogspot.com