Este documento narra cómo Jesús observó a una viuda pobre que donó dos monedas pequeñas en el templo, mientras que los ricos donaban grandes cantidades. Jesús explicó que aunque la viuda donó muy poco valor monetario, su donación valía más porque representaba toda su subsistencia del día, demostrando su gran amor y devoción a Dios. Jesús usó este ejemplo para enseñar que Dios valora más la intención y el corazón que la cantidad material donada.