El año litúrgico se divide en dos tiempos principales: el Tiempo de Navidad y el Tiempo Pascual. El Tiempo de Navidad comienza con el Adviento y celebra el nacimiento de Jesús, mientras que el Tiempo Pascual comienza con la Cuaresma y celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Entre estos dos tiempos se encuentra el Tiempo Ordinario.