Este documento describe cómo las redes sociales y la esfera pública reaccionaron rápidamente a la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, México en 2014. Las redes sociales permitieron organizar marchas masivas y difundir información sobre el caso a nivel nacional e internacional. La crisis puso en evidencia los problemas de la representación política tradicional. La esfera pública ganó centralidad y se volvió multidireccional, con múltiples emisores y participantes que exigían justicia de manera coordinada a nivel global