El aparato circulatorio transporta nutrientes, oxígeno y hormonas a las células a través de la sangre, y recoge desechos como el dióxido de carbono. La sangre fluye a través de los vasos sanguíneos y es bombeada por el corazón. Proporciona oxígeno y nutrientes a las células y transporta desechos para su eliminación, ayudando así a mantener el equilibrio químico en el cuerpo.