El aprendizaje colaborativo implica que los estudiantes trabajen juntos en pequeños grupos para ayudarse mutuamente a aprender. Se basa en la interdependencia positiva entre los miembros del grupo y la construcción compartida del conocimiento a través de la interacción y las contribuciones de todos. Para que funcione bien, se necesita compartir experiencias, tener objetivos grupales claros y dar retroalimentación unos a otros.