La arquitectura neoclásica reaccionó contra los efectos decorativos del barroco y rococó, prefiriendo la sencillez y predominio de lo arquitectónico sobre lo decorativo. Utilizó elementos clásicos como columnas, frontones y cúpulas. Algunos ejemplos notables son la Puerta de Brandeburgo en Berlín y la Basílica de San Francisco de Paula en Nápoles.