Las vidrieras góticas alcanzaron su apogeo en la arquitectura gótica desde el siglo XIII, cuando pasaron a ser la verdadera pintura gótica en las iglesias y catedrales francesas. Sus temas se tomaban de la Biblia y representaban escenas religiosas y de la vida cotidiana, y los mejores ejemplos se encuentran en la Catedral de Chartres y en la Sainte Chapelle de París.