El documento discute la relación entre el arte, la música y la educación. Aunque estos tres conceptos parecen diferentes, el autor argumenta que están interconectados y que la mejor manera de enseñarlos es integrándolos, permitiendo que los estudiantes experimenten el arte y la música de manera práctica en lugar de solo aprender definiciones. La educación se beneficiaría de convertirse en un arte más creativo e inspirador, al igual que integrar la música y el arte.