El documento describe las características de la escultura románica. Se encontraba supeditada a la arquitectura y tenía la función de instruir a los feligreses. Se representaban las figuras de forma rígida y abigarrada para enfatizar el simbolismo religioso más que la realidad. La escultura exenta era escasa y se limitaba a tallas de Cristo crucificado o la Virgen María para el culto. Los relieves más elaborados se encontraban en las portaladas y los capiteles.