Los audífonos se han desarrollado desde los primeros modelos grandes en la década de 1950 hasta versiones más pequeñas, portátiles y avanzadas en la actualidad. Si bien los audífonos pueden tener beneficios como reducir el estrés, también representan riesgos como la hipoacusia si se usan a volúmenes excesivamente altos. La mejor solución es escuchar música a bajo volumen con audífonos insertables para oír los sonidos externos.

1. Es un dispositivo electrónico que amplifica y cambia el sonido para permitir una mejor comunicación.

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Historia
En 1958, el primer audífono “moderno” salió a luz gracias al emprendedor John Koss (fundador de la empresa de audífonos Koss).
El SP/3 fue el primer audífono de Koss, y fue promocionado junto a un fonógrafo de maleta. Koss, al ver buenas reacciones en la gente, decidió invertir para mejorar la tecnología de los audífonos, y en 1960 logró una serie de mejoras.
El siguiente modelo que lanzó en 1962, llamado Pro/4 incorporaba ya un micrófono transductor, que ofrecía una calidad de audio mucho mejor.

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Historia
No es hasta los años '80 cuando se pudieron ver modelos más pequeños, baratos y portables, que usualmente iban de la mano con el histórico Walkman de Sony.
Comparado con los modelos tradicionales, que utilizaban grandes cojincillos para cubrir completamente las orejas, estos nuevos modelos solo iban por encima de la oreja y traían una pequeña espuma que cubrían al parlante, y a la vez ofrecían comodidad por largas horas de música.

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Historia
Luego en 1990 aparecen los audífonos que se insertan en la oreja. Estos eran baratos, pequeños y cabían enrollados en cualquier parte, pero como no bloqueaban el sonido exterior, la mayoría de la gente tenía que subir el volumen a niveles peligrosos para nuestro oído, para evitar los ruidos externos.

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Historia
En 1989, Bose introdujo los primeros audífonos con cancelación de ruido de uso comercial, que fueron utilizados en su mayoría por pilotos. Esta nueva tecnología permitía obtener casi la misma calidad que los audífonos circumaurales, pero con la ventaja de poder utilizarlos en ambientes ruidosos como aviones y trenes.

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Ventajas
Si se utilizan con prudencia, a un volumen moderado y poniendo atención en el camino, pueden resultar provechosos.
Según estudios escuchar música con audífonos genera emociones positivas que provocan que nuestro espacio personal se reduzca. Esto resulta beneficioso, sobre todo en el transporte público ya que ayudar a reducir los niveles de estrés que genera la invasión de ese espacio.

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Desventajas
Hipoacusia:
Se estima que el 30% de las personas mayores de 65 años, tiene dificultad para escuchar con claridad. Esa pérdida se puede potenciar por el uso excesivo de auriculares. Un estudio realizado con jóvenes de entre 18 y 27 años, encontró que el 50% de ellos había perdido capacidad auditiva.
La Organización Mundial de la Salud recomienda no someternos a ruidos superiores a los 60 decibeles (una conversación normal). Los reproductores de mp3 llegan a 130 decibeles.

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En mi opinión los audífonos son indispensables, y más que todo para esos momentos en los que estamos esperando algo, la música nos puede quitar el aburrimiento y hasta cambiar nuestro estado de ánimo, o pues así es en mi caso. Pero debemos utilizarlos de buena manera para no terminar con el oído mal, y la música a muy altos niveles de volumen puede afectar no solo a nuestro oído sino también a nuestro estado emocional, ya que puede provocarnos más estrés del que ya tengamos.
Mi opinión

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Solución al problema
La solución es escuchar música con el volumen bajo, preferiblemente no utilizar de los audífonos grandes, sino de los que se encajan en la oreja, ya que con los otros audífonos es más difícil escuchar los sonidos del exterior y los decibeles son más altos.