Ricoeur analiza la autoridad bajo dos modelos: 1) La superioridad de la autoridad, donde debe ser reconocida por la ciudadanía. 2) La anterioridad de la autoridad, cuyo origen se pierde en el infinito y reside el verdadero enigma de la autoridad y su imposibilidad de legitimarse. Ricoeur propone acercarse a este enigma a través del amor erótico, amistoso y caritativo, argumentando que la obligación nace de la relación entre estas tres figuras.