El documento discute el dilema que enfrentan los padres sobre si deben o no controlar el uso que hacen sus hijos adolescentes de Internet y las redes sociales. Por un lado, el control excesivo puede causar conflicto, pero darles completa autonomía también tiene riesgos. La conclusión es que se debe encontrar un equilibrio, estableciendo algunos límites pero también fomentando la comunicación para comprender sus actividades en línea.