El documento relata la historia de un niño huérfano llamado Misha de 6 años en un orfanato en Rusia a quien le contaron por primera vez la historia de Navidad. Al armar su pesebre, Misha puso dos bebés y explicó que el segundo bebé era él mismo, ya que Jesús le dijo que podía quedarse con él para siempre si lo mantenía caliente. Misha lloró al contar esta historia, encontrando en Jesús a alguien que nunca lo abandonaría.