Este documento resume un pasaje del Evangelio de Marcos sobre el bautismo de Jesús. Juan el Bautista reconoce que Jesús es más poderoso que él y que su misión es preparar el camino para Jesús. Al ser bautizado, Jesús ve el cielo abrirse y al Espíritu Santo descender sobre él en forma de paloma, y oye una voz del cielo que lo declara Hijo amado de Dios. El documento luego insta a la Iglesia a aprender de Juan el Bautista a ser humildes voceros de la Palabra de
ACERTIJO LA RUTA DE LAS ADIVINANZAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Bautismo Jesús 2015
1. Bautismo de Señor. Evangelio (Marcos 1,7-11). 11 de enero 2015.
Publicado por LMV en http://erealcala.blogspot.com por el Departamento de Jóvenes de Cáritas Diocesana de Alcalá de Henares.
LA PALABRA ES VIDA
La vida que nace del Evangelio para cada semana …
CÁRITAS DIOCESANA DE ALCALÁ DE HENARES
En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no
merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os
bautizará con Espíritu Santo.»
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas
salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma.
Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Aprendamos de Juan
Juan lo tiene bien claro: “Detrás de mí viene el que puede más que yo”. Él sabe perfectamente
hasta donde llega su misión, y cuándo tiene que echarse a un lado para dar paso al que viene.
Juan sabe que su misión es preparar, abrir el camino para el que llega. Por eso su bautismo es
sólo “con agua”: “Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”; Él sí
tendrá fuerza para sanar, porque puede más que yo: “yo no merezco ni agacharme para
desatarle las sandalias”. Y ahí se queda Juan. El siguiente paso ya no le pertenece.
Mirando hoy a Juan Bautista, pienso que la Iglesia de Jesús: la que formamos cuantos hemos
llegado a creer en Él. Nosotros sí hemos pasado el umbral de los tiempos nuevos: hemos sido
bautizados “con Espíritu Santo”, llevamos dentro no sólo promesas, sino una Vida que, el día
que Dios quiera, vencerá de plano a la muerte. Pero al mismo tiempo, pienso que en esta
Iglesia nuestra tenemos todavía mucho que aprender de Juan Bautista. Imagino que él, si
tuviera posibilidades de decírnoslo, se expresaría más o menos así:
Vosotros también sois voz, no palabra. La Palabra, que se hizo carne y plantó su tienda entre
vosotros, ha querido seguir necesitando voceros que la pregonen. No caigáis en la fácil
tentación de pretender haceros dueños de esa Palabra: poneos a su servicio con todo lo que
tenéis y sois. Que sea Ella la que mande, y resuene, y penetre en los corazones de cuantos os
escuchen. No hagáis sombra a su luz: haceos su humilde soporte, para que sea esa luz la que
brille y abra caminos de esperanza. Jamás intentéis instrumentalizar esa Palabra para serviros
de Ella, ni para aumentar vuestro prestigio subiéndoos en ella, ni para exigir salario o privilegio
alguno por militar a su servicio. Dad siempre paso a Jesús: que nadie se quede en vosotros,
sino que a través de vosotros lleguen todos a Él. Que vuestra palabra, y sobre todo vuestra
vida, despierten entre los que os conozcan y os escuchen sed y hambre de Él…
Así podría Juan seguir hablándonos; su palabra tiene permanente actualidad. Al final Juan se
calla y deja que sea su actitud la que nos enseñe. La última lección de Juan es precisamente
ésa: su modo de apagarse, de esfumarse cuando ve que ya no son necesarios sus servicios.
Juan lo hace discretamente; para que el alboroto de su despedida no distraiga la atención de la
gente que ya está pendiente del Maestro.
Ésa debería ser también nuestra actitud. ¿A qué seguir llamando la atención, cuando en alguien
se ha encendido ya la presencia del Señor Jesús –o cuando ha llegado la hora de pasar el
testigo al que nos va a sustituir en la tarea-? Saber apagarnos, desaparecer en silencio. Como
Juan.
PARA TU REFLEXIÓN Y COLOQUIO:
¿Estás al servicio de la Palabra o siempre la reinterpretas en beneficio de tu opinión?
¿Escuchar la Palabra te pone en proceso de cambio y transformación personal y de entorno?