1. Fractura Expuesta
¿Qué es?
La fractura expuesta o abierta es un tipo de
fractura en donde existe una comunicación
entre el hueso afectado y el exterior a
consecuencia de una lesión concomitante de
la piel y de los tejidos blandos que recubren
al foco de la fractura (un hematoma o una
herida). Generalmente está asociada a
traumatismos de alta energía y/o pacientes
politraumatizados.
La complicación más grave y frecuente de una fractura expuesta es la
infección. La piel representa la principal barrera mecánica contra la
infección, y cuando se produce una fractura abierta la herida es
contaminada de inmediato por flora bacteriana de la piel y/o del
ambiente.
¿Cuáles son las causas de una fractura?
Las fracturas se producen cuando se aplica sobre el hueso una fuerza
mayor de la que este puede absorber. Los huesos son más débiles
cuando se tuercen. Las rupturas en los huesos pueden ser
consecuencia de caídas, traumatismos o el resultado de un golpe o
patada directa al cuerpo.
Cualquier hueso puede estar involucrado en una fractura expuesta, pero
la tibia y el antebrazo son los más involucrados, debido a la escasa
cobertura de partes blandas que poseen.
El 30% de los pacientes que presentan una fractura expuesta se
encuentran dentro del contexto de pacientes politraumatizados, estando
2. estos involucrados en accidentes de tránsito, caídas de altura o lesiones
por armas de fuego; en estos casos el manejo de la fractura pasa a ser
una segunda prioridad ante la eventualidad de descartar otras lesiones
Sintomas:
Los síntomas de un hueso fracturado incluyen
- Extremidad o articulación visiblemente fuera de lugar o deformada
- Hinchazón, hematoma o sangrado
- Dolor intenso
- Entumecimiento y hormigueo
- Ruptura de la piel con el hueso que protruye
- Movimiento limitado o incapacidad para mover una extremidad
Tratamiento:
Las fracturas expuestas se clasifican en 3 grados, según el tamaño de
la herida, el nivel de contaminación y el tipo y grado de energía
involucrado en la fractura. Esto es importante en el momento de la toma
de decisiones, ya que fracturas de menor grado permiten al
traumatólogo realizar un tratamiento definitivo inmediato, mientras que
en fracturas de alto grado el manejo definitivo deberá ser postergado
frente al cuidado de la herida y el control de la infección. Además a
pueden aumentan los riesgos de complicaciones, es así como las
fracturas grado I tienen un riesgo de infección de 2%, las grado II 5% y
las grado III pueden llegar incluso al 50%.