En la Edad Media, los castillos eran fundamentales donde vivían los reyes y sus familias. Los castillos se construían en lo alto de las colinas para tener una mejor visibilidad del entorno y defenderse de enemigos. Los castillos tenían fosos, puentes levadizos, patios de armas, torres de guardia, almenas, torres del homenaje y mazmorras. La vida en los castillos era incómoda debido a la oscuridad, frío y falta de servicios sanitarios.