Los mayas tenían un calendario muy preciso que les permitía organizar sus actividades diarias y registrar eventos históricos y religiosos. El calendario maya consistía en dos cuentas de tiempo que ocurrían al mismo tiempo: el calendario Sagrado de 260 días y el Calendario Civil de 365 días. El calendario maya era cíclico y se repetía cada 52 años, y su cómputo del tiempo comenzó el 13 de agosto del 3114 a.C. según el calendario gregoriano.