Los castillos medievales se desarrollaron en tres fases: castran para refugio del pueblo en los siglos VI-VII, fortalezas de piedra en el siglo X y castillos señoriales no solo para defensa sino también para extender el dominio y control económico de los señores entre los siglos X-XV. Los castillos contaban con guarniciones militares, y su construcción requería de canteros, albañiles y otros oficios bajo la supervisión de un maestro cantero, mientras que el señor feudal