El documento discute el camino de Dios para la salvación. Argumenta que Dios no puede admitir ningún pecado en su presencia y que Jesús es el único que puede quitar los pecados del mundo. Explica que Dios solo requiere la fe, el arrepentimiento de los pecados, la confesión de los pecados, y la conversión de la maldad. Finalmente, enfatiza que el camino de Dios es único, es a través de Jesucristo, y requiere andar en obediencia a sus condiciones.