La Asamblea Constituyente convocada por Flores durante su tercer periodo presidencial dictó la Carta de la Esclavitud en 1843, la cual le permitiría gobernar de manera indefinida. Esto provocó indignación entre destacados ecuatorianos como Olmedo y García Moreno y llevó a levantamientos populares en varias provincias. Finalmente, la revolución estallada en Guayaquil el 6 de marzo de 1845 puso fin al gobierno de Flores.