Este documento resume la virtud teologal de la caridad. Explica que la caridad es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo por amor a Dios. Describe que la caridad es el fundamento de las demás virtudes y el mandamiento nuevo que Jesús nos dio. También resalta las obras de misericordia como formas de practicar la caridad.
LO QUE DISTINGUE EL AMOR CRISTIANO EN EL MUNDOLeydy Pabon
La gran diferencia del Cristianismo respecto a otras religiones como el Islamismo o el Budismo es que el eje principal del Cristianismo es el Amor. Para el Cristiano Dios es el Padre celestial al que amar y quien nos ama con un amor infinito.
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Hoy en día todos queremos servir al Señor Jesucristo y eso es muy bueno. Sin embargo, ¿Cómo podemos servirle a alguien que no vemos? ¿Cómo ser un verdadero siervo de Dios?
Cuando el Señor Jesús estaba reunido con sus discípulos les habló cómo sería el juicio de las naciones y en dónde pondría al justo y al injusto, llamando justos a aquellos que le hayan servido e injustos a aquellos que no le hubiesen servido.
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Leccion 4 Andar En La Luz Guardar Sus Mandamientos SefSamy
Estaran abolidos los mandamientos? A que mandamientos se refiere Jesus cuando dice, si me amais guardad mis mandamientos. Esto y mucho mas queda claro cuando andamos en la luz, Cristo, quien nos guia a la verdadera sabiduria de su propia palabra.
la relacion con Dios es importante, pero tambien la relacion con el projimo. la biblia habla mucho de "Unos a otros". en diferentes formas. pero necesaria en el buen trato con los demas.
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Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
A. ¿Qué es la soledad?
• En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que más se utiliza para “solitario” es shamem, que significa “desolado”.
• En el Nuevo Testamento la palabra griega eremos significa “lugares desiertos”.
• La soledad es el estado emocional de tristeza causado por sentirse solo, aislado o alejado de los demás.
• Una persona puede sentir la falta de cercanía con otros aún cuando estén en su presencia.
• David exclamó al Señor en tiempo de soledad:
“Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido”.
(Salmos 25:16)
B. ¿Qué significa estar solo?
• En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce solo es badad, que significa “estar con uno mismo”.
• En el Nuevo Testamento, la palabra griega monos denota “sin compañía, solo, solitario”.
• Estar solo es la condición de estar sin compañía, separado de otros.
• Con frecuencia, Jesús buscó estar a solas. Se apartaba de los demás para poder tener comunión con el Padre.
“Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.
(Mateo 14:23)
C. ¿Cuál es la diferencia entre estar a solas y sentir soledad?
• La soledad se refiere al estado emocional (por sentirse rechazado y desolado).
• Estar a solas se refiere al estado físico (el estado de estar separado de los demás).
• La soledad generalmente es una experiencia negativa (que va acompañada de un sentimiento de desesperanza).
• Estar a solas puede ser una experiencia positiva (convirtiéndola en un momento de creatividad y comunión con el Señor).
D. Ejemplos bíblicos de soledad
DAVID EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR EL RECHAZO.
“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”.
(Salmos 142:4)
JOB EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR SUS AMIGOS DESLEALES.
“El atribulado es consolado por su compañero; aun aquel que abandona el temor del Omnipotente. Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; pasan como corrientes impetuosas”.
(Job 6:14–15)
ELÍAS EXPERIMENTÓ SOLEDAD PORQUE TEMIÓ LA IRA DE DIOS.
“Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”.
(1 Reyes 19:3–4)
E. Ejemplos bíblicos de estar solo
PABLO ESTUVO SOLO CUANDO SUS AMIGOS LO ABANDONARON.
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león”.
(2 Timoteo 4:16–17)
JOB ESTUVO SOLO CUANDO
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Siendo la caridad la virtud más excelente, se explica que en la última Cena dijera Jesús a los Apóstoles: "Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros como Yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os tenéis amor unos a otros " (Juan 13,34-35). El mandamiento nuevo señala la medida con que debemos amar a los demás: como Cristo nos ha amado. Los mandamientos de la ley de Dios se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. El amor, por tanto, es la perfección de la Ley. De ahí que la caridad sea la virtud más importante del cristiano mientras peregrinamos, y será también nuestra ocupación en el Cielo, donde no habrá fe -veremos a Dios cara a cara-, ni tampoco esperanza, porque habremos llegado a la meta. Sólo permanece la caridad. Veamos en qué consiste esta virtud, que resume y corona toda la vida sobrenatural.
Como ya hemos visto, la caridad es una de las tres virtudes teologales, infundida por Dios en la voluntad, con la que amamos a Dios sobre todas las cosas -por ser quien es-, y a nosotros y al prójimo por amor de Dios. Por ser virtud que infunde el Espíritu Santo, y porque nos capacita para amar a Dios tal cual es, es un don sobrenatural. Con la misma caridad con que amaremos eternamente en el cielo, amamos ya en la tierra. La caridad se puede ir debilitando a consecuencia de los pecados veniales, y se pierde cuando se comete un pecado mortal. Para recuperarla es necesario acercarse a la confesión sacramental. Si hacemos actos de amor a Dios y amamos con obras al prójimo, aumentará en nosotros la virtud de la caridad.
La primera obligación que tiene el hombre -la más grande- es amar a Dios "con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas" ; es decir, hemos de amar a Dios sobre todas las cosas. Él nos ha creado, es infinitamente digno de ser amado, y nos ha amado antes. ¿Y cuándo amamos a Dios sobre todas las cosas? Cuando cumplimos los mandamientos, dispuestos a perderlo todo antes que apartarnos de Él por un solo pecado.
Dentro de la virtud de la caridad está también el amor a uno mismo; pero es evidente que debe ser un amor ordenado, buscando los verdaderos bienes del alma y del cuerpo en relación con la vida eterna. Si alguna vez deseáramos algo que nos aparta de Dios, no nos amaríamos de verdad, por alejarnos de nuestro fin real que es lo único que nos puede hacer felices.
Un cristiano no puede decir que ama a Dios, si no ama a su prójimo. Como advierte San Juan, "si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano es un embustero, porque el que no ama a su hermano a quien ve, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ve? (1 Juan 4,20). Las razones en que se funda la fraternidad cristiana son claras: todos somos hijos del mismo Padre celestial y, en consecuencia, hermanos; hemos sido redimidos con la sangre de Jesucristo y estamos destinados al cielo. Cristo mismo se identifica con el prójimo para urgirnos al amor: " Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis" ( Mateo 25,40). Por eso hemos de querer a los demás por amor a Dios. La pura simpatía, la admiración o el altruismo, no son la caridad que Cristo nos pide.
El Señor nos dejó en testamento el amor: " Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a otros, como Yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos " (Juan 13,34-35). Nos dio ejemplo con su vida, y nos enseñó a querer a los demás siendo amables en la convivencia, comprendiendo, disculpando y perdonando. La caridad con el prójimo presupone respetar sus derechos de justicia, pero exige también practicar las obras de misericordia ayudándole en sus necesidades espirituales y materiales. Y no podemos excluir a nadie, ni siquiera a los enemigos: " Amad a vuestros enemigos -dice el Señor-, haced bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y rogad por los que os calumnian " (Lucas 6,27-28).
Para enseñar de manera gráfica cómo vivir la caridad, Jesucristo propuso la parábola del buen samaritano (Lucas 10,30-37). En realidad Él es el buen samaritano, que curó nuestras heridas con su infinito amor misericordioso. Cuando practicamos las obras de misericordia -las siete corporales y las siete espirituales- nos vamos pareciendo a su Corazón, del que aprendemos a dar de comer al hambriento, enseñar al que no sabe, a dar buen consejo, a corregir, a perdonar, a consolar, a sufrir con paciencia, a rogar a Dios por todos, etc.
La caridad exige amar primero a Dios, y después a los demás. Existe una jerarquía en el amor a Dios y al prójimo, como existe un orden en el amor a los hombres. Dentro del amor al prójimo tenemos obligación de querer más a los que están cerca de nosotros: padres, hermanos, sacerdote, profesores, amigos; vienen luego los necesitados de ayuda espiritual y de ayuda material. En el amor a nosotros mismos, está antes la necesidad espiritual nuestra que la necesidad material del prójimo.