Este documento presenta una perspectiva sociológica y cristiana sobre la realidad nacional de Honduras después del golpe de estado del 28 de junio de 2009. Argumenta que la acumulación de deudas sociales por mucho tiempo creó un entorno político y social hipersensible que llevó al secuestro del estado. También explora las causas espirituales de la crisis, como la idolatría y los pecados de los gobernantes. Finalmente, propone retos como estudiar para entender los tiempos, trabajar por la familia y la comunidad, y lograr