El Cristo de Chalma sustituyó a un sangriento ritual prehispánico que involucraba sacrificios humanos para honrar al dios Tezcatlipoca. En 1539, los monjes agustinos llevaron una cruz al sitio del ritual y encontraron al Cristo crucificado donde antes estaba el ídolo de Tezcatlipoca. Los indígenas aceptaron al Cristo como su nuevo dios protector y comenzaron a adorarlo, integrándolo a su cultura. De esta manera, el Cristo sustituyó al antiguo ritual sangriento y