El documento enumera tres motivos para alabar a Dios: 1) Por su don inefable, 2) Por la familia del autor, 3) Por su familia espiritual. Luego cita varios versículos de la Biblia que hablan de la fidelidad, el plan y el amor eterno de Dios, y cómo en Cristo Jesús somos más que vencedores a través de su poder y amor.