Este documento discute la soberanía de Dios sobre todas las cosas, incluidas las riquezas, y advierte contra servir a la vez a Dios y al dinero (Mammón). Insta a los lectores a centrar su fidelidad y tesoros en Dios en lugar de acumular riquezas en la tierra que pueden corromperse o robarse. En resumen, enfatiza que Dios, no el dinero, debe ser el amo y señor de nuestras vidas.