El código QR se creó originalmente en 1994 en Japón para identificar rápidamente repuestos de automóvil. Los códigos QR pueden almacenar hasta 4296 caracteres de información para ser leídos por cámaras de teléfonos u ordenadores. Actualmente se usan los códigos QR en museos para obtener información adicional de obras y almacenar información en el teléfono sin necesidad de apuntarla.