La iglesia de Éfeso parecía comprometida con Dios al cumplir con las obras y doctrinas correctas, pero carecía de pasión y amor interno. A pesar de sus logros, Dios les advirtió que habían caído de su primer amor. Para que la iglesia sea efectiva, se requiere tanto compromiso como pasión que lleve a la compasión y alcance de las multitudes.