Este documento es una declaración de los obispos católicos de México expresando su profunda preocupación por los altos niveles de violencia e inseguridad en el país. Piden acciones integrales para abordar las causas fundamentales como la corrupción, la desigualdad y la impunidad, y para establecer sistemas de seguridad efectivos. También hacen un llamado a la conversión para quienes participan en la violencia y piden a todos los mexicanos que trabajen para construir una cultura de paz.