Este documento analiza el impacto de la crisis económica y social en el mundo laboral desde diferentes perspectivas. Señala que aunque la riqueza global ha crecido, también lo han hecho las desigualdades. Advierte que las políticas que reducen la protección de los trabajadores dificultan un desarrollo sostenible. Finalmente, propone apostar por una economía basada en el conocimiento que garantice la protección de los colectivos más vulnerables.