La autora realizó un cuadro usando las manos pintadas de sus cinco sobrinos en diferentes colores como una representación de la inocencia y pureza de los niños. Ella les pintó las manos y los niños colocaron sus manos pintadas en el lienzo para dejar sus marcas. El cuadro tiene un significado personal para la autora y representa lo importante que son los niños en su vida.