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C U A T R O D Í A S D E M A Y O
EUROPA Y LAS ELECCIONES DEL 22 AL 25 DE MAYO DE 2014
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F I N E S T R A D ’ O P O R T U N I T A T
CUATRO DÍAS DE MAYO
Cuatro días de mayo: Europa y las elecciones del 22 al 25 de mayo de 2014
1ª edición, junio 2015
© 2015 Finestra d’Oportunitat (www.finestradoportunitat.com)
© 2015 Victor Solé, Carles Ferrés, Fernando Gascón, Luciano Napolitano, Marc Serra
Diseño de cubierta y maquetación: Bruno Mayol (therighthandstudio.com)
CUATRO DÍAS DE MAYO
EUROPA Y LAS ELECCIONES DEL 22 AL 25 DE MAYO DE 2014
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F I N E S T R A D ’ O P O R T U N I T A T
CUATRO DÍAS DE MAYO9
ÍNDICE
Introducción ............................................................................................. 13
1. La Unión y sus fantasmas
	 1.1. Dos mil catorce, un año con rima ........................................... 19
	 1.2. Ciudadanos europeos ............................................................. 23
	 1.3. El colegio de Europa .............................................................. 25
	 1.4. Candidatos de dentro y de fuera ............................................ 29
	 1.5. Miedo al experimento: euroescepticismos y eurocríticas ..... 32
2. La economía ha entrado en nuestras vidas como nunca antes
	 2.1. La economía en un pantano y el euro cojo ............................. 41
	 2.2. A veces la medicina se toma a golpes ..................................... 47
	 2.3. Grecia: ejemplo y paradigma de los males europeos ............. 50
3. Grecia y los Balcanes ............................................................................ 55
	 3.1. Grecia ...................................................................................... 56
	 3.2. Eslovenia y Croacia ................................................................ 61
	 3.3. Bosnia-Herzegovina: un reto en gangrena ........................... 66
	 3.4. La tozudez serbia .................................................................... 69
	 3.5. Macedonia, el hermano olvidado de la antigua Yugoslavia .. 72
	 3.6. ¿Nadie piensa en Albania? ..................................................... 73
4. Los colores de Italia ............................................................................. 77
	 4.1. ¿El fin del berlusconismo? ......................................................... 80
	4.2. Il professore ............................................................................... 82
	 4.3. El Movimiento de Beppe Grillo ............................................ 85
	 4.4. Los tres conclaves ................................................................... 87
	 4.5. Italia y los cuatro días de mayo ............................................... 93
5. España cambia porque lo quiere Europa ............................................ 99
	 5.1. Vuelve la pobreza .................................................................. 100
	 5.2. Y Europa reformó la Constitución Española ........................101
CUATRO DÍAS DE MAYO10
	 5.3. Del 15-M a Podemos ............................................................ 103
	 5.4. Rajoy, hombre de facción ...................................................... 107
	 5.5. La cuestión catalana ............................................................. 109
	 5.6. La corrupción, Europa y el nuevo rey .................................. 116
6. Pensando en Portugal ........................................................................ 123
7. La república monárquica imperfecta: Francia .................................. 127
	 7.1. La economía francesa en mayo de 2014 ............................... 128
	 7.2. El conflicto de los inmigrantes ............................................ 131
	 7.3. Las elecciones municipales de marzo de 2014 .................... 133
	 7.4. La maldición del presidente ................................................. 138
	 7.5. La desestructuración de la Quinta República ..................... 139
	 7.6. El escenario post elecciones europeas .................................. 144
8. Benelux, el corazón que pasa desapercibido ..................................... 149
	 8.1. Bélgica, complicadamente europea ...................................... 151
	 8.2. Los Países Bajos y su propio reto ......................................... 157
	 8.3. Luxemburgo, la cuna del nuevo presidente de la Comisión .. 161
9. Alemania, encantada de conocerse
	 9.1. Contexto previo a las elecciones del 25 de mayo ................. 165
	 9.2. Las elecciones generales de 2013 ......................................... 166
	 9.3. El Tribunal Constitucional entra en campaña .................... 167
	 9.4. El auge del euroescepticismo y de los populismos .............. 170
	 9.5. Los resultados de las elecciones legislativas europeas
	 de 2014 en Alemania ................................................................... 172
10. La Gran Bretaña, isla y continente .................................................. 175
11. Irlanda ............................................................................................... 185
12. Europa Central ................................................................................ 189
	 12.1. Austria, el brazo de Mitteleuropa ...................................... 190
	 12.2. Hungría y Viktor ................................................................ 193
CUATRO DÍAS DE MAYO11
	 12.3. Las repúblicas checa y eslovaca .......................................... 198
	 12.4. Polonia, una nueva hermana poderosa .............................. 203
	 12.5. Las repúblicas bálticas ....................................................... 207
13. Los reyes en el Norte: Dinamarca, Suecia y Finlandia ................. 213
14. El Este se ha movido al este ............................................................. 219
15. El Mediterráneo: ¿vía o frontera? .................................................... 225
	 15.1. Chipre y Malta .................................................................... 226
	 15.2. Lampedusa como consecuencia ......................................... 231
16. ¿Hasta dónde debe llegar la Unión? ................................................ 235
	 16.1. Pioneros en el Este .............................................................. 236
	 16.2. Los fuegos de la krajina ...................................................... 239
	 16.3. ¿Es la Unión Europea el continente europeo .................... 242
	 16.4. La gestión de la diversidad ................................................. 247
Epílogo ................................................................................................... 253
Notas ....................................................................................................... 257
Bibliografía ............................................................................................ 261
Autores ................................................................................................... 263
CUATRO DÍAS DE MAYO12
Los ciudadanos de los veintiocho estados miembros de la Unión
Europea escogieron a sus representantes para el Parlamento Europeo
entre el jueves 22 y el domingo 25 de Mayo de 2014, un año que venía
cargado de historia mucho antes de nacer. Cuatro días en los que los
ciudadanos de la Unión Europea, cuyo número de habitantes cuenta
más de 500 millones, por detrás de China e India, se han sentido (¿o
no?) dueños de su destino. Después de los Cuatro Días de Mayo surgió
un Parlamento Europeo, institución que engloba todos los deseos de la
idea Europa,sin olvidar todas sus complejas realidades,con dos bloques
determinados: los eurodiputados favorables de la lenta pero perenne
construcción de la integración europea –los europeístas de siempre–, y
los que se oponen exponencialmente a esta realidad.Los euroescépticos
son una consecuencia de las disfuncionalidades y, al mismo tiempo, de
las problemáticas no resueltas del superestado europeo. Podríamos iro-
nizar que los movimientos de entendimiento entre diferentes partidos
euroescépticos nacionales, como el Frente Nacional francés de Marine
Le Pen o el Partido Popular por la Libertad y la Democracia holandés
de Geert Wilders, crean la paradoja de que son europeístas siendo eu-
roescépticos, entendiendo como europeísta todo recurso o factor que
confluye positivamente en la meta de la construcción de la sociedad
europea: para luchar contra la Unión Europea utilizan todos sus ancla-
jes e instituciones, aprovechándose de los mismos, disfrutando de unos
privilegios difíciles de abandonar. (Sabemos que acabamos de hacer
una afirmación muy polémica, pero encontrarán una mayor explicación
de la misma en el capítulo 1.5). El euroescepticismo, empero, no puede
introducción
CUATRO DÍAS DE MAYO14
recibir ni alabanzas ni críticas delirantes, sino que debe ser analizado
fría y empíricamente: es una consecuencia de esta Unión repleta de
matices. La economía de la Unión, que cuenta 11 billones de euros,
es mayor a la de los Estados Unidos de América. La crisis financiera
que fustigó al mundo desde su epicentro en Wall Street transmutó en
una crisis económica y social transformadora que ha hecho patente la
paradoja europea a los ojos tanto del ciudadano de a pie como de sus
representantes. Europa, desde su núcleo carolingio hasta sus periferias
latina, báltica y bizantina, es una señora mayor con premio Nobel de la
Paz que no se merece que sólo crean en ella las élites intelectuales y po-
líticas tanto del Distrito Europeo (las capitales político-administrati-
vas de la Unión: Bruselas, Luxemburgo, Estrasburgo, Frankfurt) como
de los diferentes estados miembros, sino que sean sus conciudadanos
los que sientan como propia tanto la inigualable institucionalización
supranacional europea como su ideario. La ciudadanía llamada a las
urnas durante los Cuatro Días de Mayo fue juez y fiscal tanto de la
realidad como del deseo. El jueves 22 abrieron los colegios electorales
del Reino Unido y los Países Bajos; el viernes fue el turno de Irlanda y
República Checa; el sábado fueron a votar los ciudadanos de Letonia,
Eslovaquia y Malta; el resto votó el domingo; Italia, además, retrasó los
resultados porque cerró los colegios electorales a las once de la noche.
Muchos criticaron que la Unión cediese la competencia de la cita
con las urnas a sus estados miembros, aludiendo que el Parlamento Eu-
ropeo hubiese tenido que organizar el sufragio por lo menos durante el
fin de semana del 24 y 25 de mayo,de una hora determinada a otra hora
determinada. Estas voces críticas desconocen que el Parlamento Eu-
ropeo no puede legislar en este asunto porque no posee la potestad de
redactar una ley electoral europea, aun siendo de mínimos. Estas voces
críticas, además, olvidan que hay estados unitarios, como la India, que
organiza sus jornadas de sufragios durante una semana entera. Cierto
es que la Unión debería tener una normativa de mínimos en este asun-
to, aunque esta fruta también caerá. El Parlamento resultante cuenta
751 representantes. Las elecciones legislativas componen un cuadro del
que apareció el nuevo gobierno y la nueva administración de la Unión:
la Comisión, fuertemente influenciada por el Consejo Europeo (aún),
CUATRO DÍAS DE MAYO15
reunión ahora prácticamente mensual, entre los jefes de estado y de
gobierno de los Veintiocho estados. La res publica colegiada de Europa
establece pues quién es el verdadero elector: ¿los representantes de la
ciudadanía o los equilibrios de los estados? El presidente de la Comi-
sión fue elegido por el Parlamento bajo recomendación del Consejo,
teniendo en cuenta el resultado de los cuatro días de mayo. La realidad
europea juega a la paradoja porque algunas o ninguna de las cabezas de
lista a escala continental ha hecho discursos, entrevistas, conferencias
en todos los estados miembros de la Unión, sino que lo han hecho a
escala paneuropea, dejando que en cada circunscripción los represen-
ten políticos nacionales que se invitan a practicar la representación de
la ciudadanía europea en el órgano legislativo más importante de la
Unión. Y cada estado miembro dispone qué tipo de circunscripción o
circunscripciones establece para escoger a los representantes continen-
tales: en España, Alemania o los países bálticos hay circunscripción
única, mientras que en Italia, Francia o Polonia las circunscripciones
son macrorregionales, es decir que el país se subdivide en grandes dis-
tritos electorales con denominación geográfica (en Italia, por ejemplo,
hay cinco macrodistritos electorales: Noreste, Noroeste, Central, Sur e
Islas). Europa, precisamente por su búsqueda de una unidad más am-
plia y profunda, también seguirá siendo acosada por sus propias divi-
siones internas, sobre todo económicas. Estas son también expresión
intemporal de su geografía. Europa es la gran península occidental del
continente euroasiático, una península de penínsulas en que los dife-
rentes mares que la cincelan, sin olvidar las múltiples sierras divisorias
y mesetas y llanuras que la esculpen, ha producido una sociedad de
múltiples éticas y culturas que, aunque presentaran desavenencias en su
navegación por las corrientes de la Historia, ha logrado crear una pax
europea nunca experimentada en el continente hasta la fecha.
Las instituciones europeas han barnizado los Cuatro Días de Mayo
de 2014 como las elecciones más importantes de la Unión, y aun así la
abstención global ha alcanzado el 59,91%. Nada será igual, han repeti-
do hasta la saciedad, y siguen repitiendo, desde Bruxelles DE (Bruselas
Distrito Europeo). La Historia, plasmación humana del tiempo, vigila
los movimientos de Europa, sus errores y sus fatalidades, ya le ha dicho
CUATRO DÍAS DE MAYO16
que sin unificación no será un actor importante dentro de la Tierra
global. Europa debe conocer sus límites políticos, geográficos, histó-
ricos, socioeconómicos. Desde Finestra d’Oportunitat hemos querido
utilizar esta ventana de oportunidad, valga la redundancia, para forma-
lizar nuestro primer análisis político, nuestro primer ensayo, nuestro
primer proyecto de análisis o investigación politológico más allá de los
artículos que vamos publicando semanalmente en nuestro portal web.
Seguramente habrán leído centenares de análisis o les habrán ofrecido
muchos más, y aun así ustedes los habrán guardado en cajones de sas-
tre, u olvidados para siempre. Sin embargo, fieles a uno de nuestros le-
mas –la sentencia kantiana La objetividad es la suma de las subjetividades
–, hemos querido dotar al mundo de las ideas y la ciencia política con
nuestro grano de arena. En este ensayo comenzaremos con un análisis
del contexto global inmediatamente anterior y posterior a los Cuatro
Días de Mayo. A partir de aquí, echaremos un vistazo a los distintos
países de la Unión, algunas veces teniendo en cuenta una región euro-
pea entera –Europa Central, por ejemplo, con todos sus miembros– y
otras veces teniendo en cuenta un país determinado (encontraremos
un capítulo para Alemania, otro para Francia, etc.). Europa es un actor
internacional complejo y complicado, pero que se sabe reinventar para
poder seguir sentándose en la mesa de Cronos. Europa sabe de His-
toria pero la olvida, conoce su psicología pero no se sienta en el diván,
entiende de geografía pero prefiere dejar la cartografía en las estante-
rías. Veremos los movimientos, estrategias y voluntades de los partidos
políticos continentales, el clamor de los euroescepticismos, la respuesta
que a ellos les ha dado la Comisión, el Consejo y el Parlamento hasta
los Cuatro Días de Mayo. El futuro no es una ciencia exacta, sino un
tentativo perenne de adivinación.
CUATRO DÍAS DE MAYO17
Europa es la península
de penínsulas más
occidental de Eurasip.
CUATRO DÍAS DE MAYO18
Dos mil catorce sella 100 años del inicio de la Primera Guerra
Mundial. Según el historiador británico Eric Hobsbawm, 1914 es una
fecha ignominiosa para la humanidad, pues comenzó la Guerra Total
que duraría hasta 1945, una época que algunos también han clasificado
como la Segunda Guerra de los Treinta Años: por su contenido geo-
gráfico –principalmente europeo pero con consecuencias mundiales–
como por su contenido ideológico. Si la primera Guerra de los Treinta
Años (1618–1648) fue la que terminó con las cuitas religiosas entre
católicos y protestantes y la que dio a luz a los pactos de Westfalia, la
LA UNIÓN Y SUS FANTASMAS
1
1.1 dos mil catorce, un año con rima
IMAGEN 1.1
Europa es la península
de penínsulas más
occidental de Eurasip.
CUATRO DÍAS DE MAYO20
segunda (1914–1945) enfrentó a aquellos que preferían ideas totalita-
rias a los que lucharon a favor de la libertad y la democracia.
Sea como fuere, y dejando de lado las lecturas sesgadas y parciales,
1914 fue un año en el que nada volvió a ser como antes. 2014 también
sella el 200 aniversario del Congreso de Viena, en el que Europa quiso
olvidar los aires de la Revolución Francesa pero al fin y al cabo no lo
consiguió. El año 2014 también es el 1200 aniversario de la muerte de
Carlomagno, cuyo reinado movió la concepción Europa del eje medi-
terráneo –oeste a este y el Mare Nostrum– al eje continental –norte a
sur– e intentó recrear un nuevo imperium –en su caso, sinónimo de
dominio– social y político en todo el continente, considerándose así
heredero de los éxitos pluscuamperfectos de Roma.
En agosto de 2014 se celebraron 2000 años de la muerte de Oc-
tavio Augusto, primer emperador de Roma. Finalmente, 2014 fue el
vigésimo quinto aniversario de la Caída del Muro de Berlín, cuyas
consecuencias harían caer también a la Unión Soviética y a que Francis
Fukuyama afirmara arrogantemente que habíamos llegado al fin de la
historia. Siguiendo con las fechas y recordando referéndums –muy de
moda en Europa este año que nos ocupa–, nueve años antes de 2014 los
ciudadanos de España fueron a votar en referéndum. Fue el último re-
feréndum que se celebró en España. Hacía un año y pico que José Luis
Rodríguez Zapatero era el presidente del Gobierno central español, la
economía mundial cabalgaba sobre la burbuja financiera, las econo-
mías española –y catalana– sobre la burbuja del ladrillo; era 2005, na-
die podía intuir la tormenta que surgiría pocos años después. Fueron
a votar para refrendar el Tratado de Constitución Europea que había
redactado la Convención constitucional presidida por Valery Giscard
d’Estaing. El 76% de la ciudadanía lo aprobó, frente al 17%: los prin-
cipales partidos del establishment español y catalán se mostraron a fa-
vor, otros, junto a los sindicatos, en contra. Alemania, Italia, Bélgica,
Austria, las repúblicas bálticas... hasta 18 Estados miembros habían
ratificado el Tratado de Constitución Europea, tanto por vía parla-
mentaria como mediante un referéndum. La ratificación del tratado,
que como siempre debía hacerse por la unanimidad de los estados,
estaba hiendo como la seda, hasta que en Mayo la ciudadanía francesa
CUATRO DÍAS DE MAYO21
votó mayoritariamente en contra con casi el 55% de los sufragios, y
pocos días después, ya en Junio, Holanda hizo lo mismo, con un voto
contrario que ascendía al 61%. La regla de la unanimidad, rota. Las
ciudadanías francesa y holandesa expresaban su rechazo a una cons-
titución que quería nacer con los procedimientos tradicionales de la
Unión Europea. Todos los vicios de la Unión aparecían crudamente en
plena bonanza, como una nube negra en medio de un cielo luminoso y
claro, donde el azul es sincero y entero. Los Estados miembros que aún
no habían ratificado el TCE descartaron hacerlo. La Unión volvía a
vivir una crisis institucional interna, una broma si la comparamos con
la crisis que aparecería pocos años después. Está claro a estas alturas
que la crisis del TCE no sería la primera, pero tampoco fue la última.
Desde la creación del embrión de la Unión, aquella ya lejana Comuni-
dad del Acero y el Carbón de 1951, la Unión ha vivido muchas crisis
de identidad debidas a su idiosincrasia, a su extraña estructura. En las
facultades o licenciaturas de Ciencia Política se tiende a clasificar a
la Unión Europea como entidad supranacional: ¿es una organización
internacional (asociación de estados plenamente soberanos, que no
ceden ninguna porción de soberanía)? ¿Es una confederación (unión
de estados que conservan la propia soberanía)? ¿Es una federación de
estados (unión de estados que ceden una porción de la propia soberanía
en cuanto a política económica, exterior y de defensa, entre otros)?
La Unión posee una cámara legislativa, el Parlamento, que repre-
senta a la ciudadanía europea, todos los ciudadanos de la Unión sean
de donde sean, la voz del pueblo. Posee un gobierno y una adminis-
tración propias, la Comisión, que trata y coordina asuntos políticos
comunes europeos. Y finalmente posee el órgano que representa a los
Estados miembros, el Consejo Europeo, en el que se reúnen periódica-
mente los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. La Unión es un
club de estados y al mismo tiempo es más que una sencilla asociación,
tiene características de federación, pero no es exactamente una unión
de estados federados. Todo eufemismo, toda pincelada, es poca para
explicar qué es en realidad la Unión Europea. Deberíamos empezar a
utilizar más a menudo el término Unión en lugar del acrónimo UE.
Las palabras cuentan, aunque en la Unión hay pulsiones tanto integra-
CUATRO DÍAS DE MAYO22
doras como desintegradoras; las palabras ayudan a mantener un marco
mental estable de una determinada realidad. La Unión lo es, y crece a
medida que vive sus crisis, que ponen el acento en la rara avis europea.
El Tratado de Lisboa fue una rápida respuesta a la fracasada Constitu-
ción de 2005. Los máximos del TCE se ratificaban por la vía clásica:
la unanimidad, por vía de la firma de los máximos representantes a
nivel estatal. Sin embargo se olvidaban los iconos y símbolos: adiós
a la bandera y al himno europeos, constitucionalmente establecidos
por primera vez. La Unión tendría a partir de entonces un presidente
permanente del Consejo, que coordinaría este órgano, convertido en
institución. Se estableció un Alto Representante para la Política Ex-
terior y de Seguridad Común, a la vez Vicepresidente de la Comisión
Europea. Todos los tratados anteriores quedaban así unificados en una
única carta pseudoconstitutiva que mantenía las tres características de
la Unión: competencias exclusivas –unión aduanera, normativa sobre
el mercado interno y la competencia, política monetaria de los Esta-
dos con el euro, política pesquera común, entre otros–; competencias
compartidas con los estados –política fiscal, política exterior, medio
ambiente, entre otros–, y competencias de apoyo –industria, cultura,
educación, turismo, entre otros–.
El Tratado de Lisboa tenía que ser una respuesta no sólo a la crítica
de las ciudadanías francesa y holandesa, sectores muy importantes de
la ciudadanía europea –al fin y al cabo, Francia y Países Bajos son es-
tados fundadores tanto de la estructura institucional europea desde la
década de 1950 como de su idea fundacional, una Europa unida en paz
y concordia–, sino también de una respuesta simplificadora de la Unión
en sí. Una respuesta que nació bastarda porque poco después de apa-
recer ya expresaba sus disfuncionalidades. La crisis del euro ha sido la
más dura, ha desnudado a la Unión, ha deslegitimado sus estructuras,
ha desprestigiado la moneda única. Grecia entró en quiebra, Portugal
e Irlanda la siguieron poco después, España fue intervenida por cana-
les diferentes, pero también ha sido rescatada. Las tasas de paro en los
países mediterráneos duplican o triplican las de los estados de la Eu-
ropa Central. Alemania contra los mediterráneos, los mediterráneos
contra el Norte, la geografía en su vertiente más cruda, una moneda
CUATRO DÍAS DE MAYO23
que hacía sufrir a una sociedad. Si Karl Marx viviese, presentaría el
18 Brumario de Luis Bonaparte en alguna librería, como muchos eco-
nomistas que nadie conocía hicieron con sus teorías: “¡Nosotros ya lo
sabíamos!”. Presentando su libro, Marx nos diría que la historia tiende
a repetirse como farsa, y entre el público Mark Twain le contestaría
que la historia rima, mientras que Nietzsche sencillamente suspiraría
que todo es “humano, demasiado humano”. Confusión, nerviosismo,
reuniones interminables de los líderes desprestigiados: sólo queda la
canciller Angela Merkel; todos sus colegas han sido sustituidos por si-
milares debido al tsunami de la crisis monetaria europea. La respuesta
a esta crisis ha sido una mayor integración y cesión de soberanía: a la
pata monetaria de la Unión se ha añadido la fiscal. Voces críticas, de
derecha e izquierda, vociferan que las antiguas y seculares naciones
europeas, con sus sociedades y sus pueblos, están en peligro, mientras
toda decisión pasa por las manos de los burócratas y los tecnócratas del
Distrito Europeo, fantasmas que administran de forma inclemente los
rescates y la soberanía regalada: los hombres de negro, el color de la
tinieblas, del vacío.
La ciudadanía de la Unión fue creada por el Tratado de Maastricht en
1992, figura entre los artículos 18 a 25 del Tratado de Funcionamien-
to de la Unión Europea y en el título V de la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea. Es una ciudadanía complemen-
taria y no sustitutiva de la ciudadanía nacional. Los ciudadanos de la
Unión son titulares de los derechos y sujetos de los deberes previstos
en el Tratado. ¿Supondría la posible independencia de las naciones
catalana y escocesa, por poner ejemplos en boga, que sus ciudadanos,
soberanos y los que se les han garantizado una serie derechos y deberes
inalienables a la calidad humana, que los perderán por haber decidido
libremente un nuevo status? ¿Es ésta una Unión que no representa ni
respeta la voluntad de su ciudadanía? Esta Unión sufre unas disfun-
1.2 ciudadanos europeos
CUATRO DÍAS DE MAYO24
cionalidades muy concretas, tanto en cuanto a su discurso como en su
estructura supranacional: ¿tienen más peso las personas que se reúnen
en el Consejo Europeo o las que debaten y legislan en el Parlamento
de la Unión? Otro reto que la Unión debe resolver es la todavía escasa
coordinación en cuanto a asuntos exteriores. Es cierto que la Política
Exterior encarnada por la baronesa Catherine Aston ha logrado algu-
nos éxitos, como la ratificación por parte de Irán en algunos puntos
de su programa nuclear, pero es una de las carpetas que nos hacen vis-
lumbrar la mayoría de las disfuncionalidades de la Unión en algunos
ejemplos como la crisis humanitaria en la República Centroafricana,
en la que se ha involucrado Francia pero no Alemania –entre otros–,
o la crisis de Crimea, evolución perversa de la Revuelta Euromaidán
ucraniana. Como veremos en su correspondiente capítulo de este en-
sayo (capítulo 16), la Unión jugó fuerte en Ucrania y se encontró con
el oso ruso en la puerta, denunciando con razón el golpe de estado
que destituyó al presidente corrupto Viktor Yanukovich, presidente
que fue elegido libre y limpiamente en 2011 en unas elecciones presi-
denciales en las que su contrincante, Yulia Timoshenko, no consiguió
movilizar el voto de las regiones pro-occidentales a su favor. Haber
entrado en las cuitas internas ucranianas ha sido un grave error de
la política exterior europea, que ha legitimado un nuevo gobierno
ucraniano con partidos ultranacionalistas o neonazis (Svoboda, Pravy
Sektor), gobierno que eliminó el decreto que incluía el ruso, el hún-
garo y el rumano como lenguas cooficiales de aquella república de
Europa Oriental. Por tanto, ¿la Unión defiende o ataca los derechos
de expresión de todos los pueblos de Europa, estén o no dentro de la
Unión Europea? Una vez que la Ucrania post-Euromaidán ha esta-
blecido un nuevo gobierno más afín a la Unión, ¿será ésta garantía de
un futurible derecho de ciudadanía europea para este gran país de la
Europa Oriental? La Unión no puede permitirse estos interrogantes
porque no es un ente suficientemente sólido como para responderlos.
Esta cínica ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2012 ha cele-
brado sus elecciones legislativas durante cuatro días de mayo.“Nada
volverá a ser lo mismo”, afirmaban y siguen afirmando desde Bruselas
DE: por primera vez el Consejo Europeo ha tenido que aconsejar al
CUATRO DÍAS DE MAYO25
Parlamento un representante de la lista más votada, ha tenido que to-
mar en serio a la composición resultante de las elecciones legislativas
europeas. Uno de los presidentes de la Comisión más tecnócratas –y
más estables–, José Manuel Durão Barroso, ha dejado paso a un nuevo
presidente quizás con mayor visibilidad política. El primer presidente
permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rampuy, también ha
acabado mandato. ¿Comienza una nueva era? Comienza desde luego
una nueva etapa de la historia de la Unión Europea.
Cuando en plena tempestad financiera comenzó la legislatura 2009–
2014 y a los pocos meses aparecieron sus colaterales crisis de la deu-
da soberana en algunos miembros de la Unión, y del euro en todo el
corpus europeo, el Consejo Europeo estableció a su primer presidente
permanente. Después de muchos dimes y diretes en los que sonaron
1.3 el colegio de europa
IMAGEN 1.2
Mapa físico de
Europa: su vertiente
meridional y
mediterránea está
bañada por mesetas
y cordilleras, mientras
que en cuanto más
al norte vamos, más
llanuras encontramos.
CUATRO DÍAS DE MAYO26
nombres fuertes como el ex presidente socialista español Felipe Gon-
zález o el ex primer ministro laborista británico Tony Blair, los jefes
de estado y de gobierno eligieron que el coordinador de la institución
que los reúne recayera en el primer ministro belga del momento, Her-
man Van Rampuy. Éste no comenzó su mandato hasta el primero de
Diciembre de 2009, siendo víctima de la lenta ratificación por unani-
midad de los Veintisiete miembros. Herman Van Rampuy es el pri-
mer presidente permanente del Consejo, ha sido un personaje discreto,
tranquilo, paciente. Flamenco, belga, conocedor de los entresijos del
Distrito Europeo, fue elegido por sus colegas para representar al Con-
sejo. Una de las características más interesantes del Consejo Europeo
es cómo se le llama en inglés: Consilium, una palabra latina. Segura-
mente para diferenciar este Consejo del Consejo de Europa (Counsil
of Europe), nacido en 1945, organización internacional sensu strictu
que engloba a todos los países de los antiguos bloques soviético y filoa-
mericano del continente. En 2009 fue reelegido como presidente de la
Comisión el portugués José Manuel Durão Barroso, quien comenzó
su primer mandato en 2004, y quien ha tenido que supervisar las po-
líticas económicas y financieras dirigidas en sacar a la zona euro del
pozo de desconcierto en el que se sumió al entrar Grecia en bancarrota
en 2010. Barroso ha sido un presidente de la Comisión estable, con un
mandato que ha durado una década, un hecho que no sucedía desde
Jacques Delors (1985–2995), quien es recordado muy positivamente en
los corrillos europeístas por su fervor integrador: al fin y al cabo, fue
Delors quien empujó a la Comunidad Económica Europea a transfor-
marse en Unión Europea y a poner la semilla de la unión monetaria,
cuyo resultado ha sido tanto el euro como su crisis y la consiguiente
resolución de la misma.
El espíritu de Delors, sin embargo, no se ha visto en ningún mo-
mento en el tecnócrata portugués. Barroso ha sido el “tecnócrata de las
Azores”, el único superviviente de aquella reunión en el archipiélago
luso y atlántico en la que el presidente de Estados Unidos George W.
Bush, el premier británico Tony Blair y el presidente del Gobierno
español José María Aznar decidieron invadir Iraq, en una reunión ce-
lebrada en 2003 y cuyas consecuencias políticas fueron nefastas para
CUATRO DÍAS DE MAYO27
los invitados menos para el anfitrión, quien en aquellos momentos era
el primer ministro de Portugal . Barroso saltó en Noviembre de 2004 a
la Comisión, tomando las esperanzas del Consejo y del Parlamento de
gestionar la Constitución Europea que saldría de su Convención unos
meses después y que, como hemos visto, fue rechazada al romperse
la regla de la unanimidad. En vez de gestionar el sueño del TCE, la
Comisión Barroso tuvo que ayudar al Consilium a redactar un nuevo
tratado, el de Lisboa, que estableciese algunos mínimos ya redactados
en el no-nato TCE. Con sigilo y paciencia, Barroso ayudó a que el
Tratado de Lisboa comenzara a andar en 2009, y como premio a su
tecnócrata gestión se le consideró el más apropiado para gestionar su
implementación. Nos atreveríamos a afirmar que la Unión es una es-
pecie de res publica colegiada. No es una organización internacional,
pero tampoco una confederación, y menos aún una federación de esta-
dos. Es un corpus extraño en el que sus instituciones supranacionales
están ganando poderes gracias a los distintos contextos que el azar
pone encima de la mesa de la Historia Europea encetada en 1951.
La tutela americana a veces pierde la paciencia ante esta extraña
polity laberíntica y necesitada siempre de consensos y determinismos
poco claros. Es una res publica colegiada en la que sus dos presiden-
tes podrían ser vistos como dos cónsules romanos, pues no está claro
quien posee más potestas, si quien preside la Comisión o si quien pre-
side el Consilium. Ambos cargos reciben el nombre de presidente, y
ambos cargos recogieron el Premio Nobel de la Paz de 2012 en Oslo,
enseñando al mundo las dos caras del colegio europeo: la cara que
representaría al público unitario, la Comisión; y la cara que represen-
taría a los distintos públicos, todos ellos con igual capacidad de voz,
el Consilium. Justamente el speechwriter de Van Rampuy, el filósofo
e historiador Luuk Van Middelaar escribe la existencia de estos dos
públicos europeos a veces enfrentados en el paso hacia Europa: el pú-
blico de la Unión como corpus único, y los públicos de los distintos
estados, cada uno de ellos diferente de los demás. Esta funcionalidad
disfuncional obliga a los reunidos en el Consilium a tener dos caras,
continúa Van Middelaar: por un lado aquella que ve todo el público
de la Unión, y por otra su propio público, el estatal. “Es bueno para
CUATRO DÍAS DE MAYO28
Europa porque es buena para nuestro país”, recuerda Van Middelaar
que dirían los jefes de Estado o Gobierno. Angela Merkel, por ejem-
plo, es vista negativamente fuera de Alemania, mientras que en el país
que gobierna desde 2005 posee altos índices de popularidad desde el
comienzo de su primer mandato. El órgano colegiado es un órgano o
una institución constituida por una pluralidad de personas naturales
con el fin de deliberar y adoptar decisiones. Es un mecanismo jurídico
colectivo que delibera y acuerda decisiones democráticamente por con-
senso, unanimidad o mayoría, los cuales expresan la voluntad unitaria
respecto de un interés público. Algunos órganos colegiados pueden
incluso establecer algunos representantes de entidades públicas, de
la sociedad civil o instituciones intermedias. Una decisión colegiada
es, finalmente, aquella que se toma teniendo en cuenta a todos o a la
mayoría de los puntos de vista reunidos y expresados en el órgano o
institución establecidos para tal fin. El Consejo Europeo es un órgano
colegiado: en él se reúnen los jefes de Estado y/o de gobierno de los
Veintiocho, más el presidente del Parlamento Europeo, el presidente
de la Comisión y la Alta Representación de la Política Exterior Euro-
pea –que a la vez es una vicepresidencia de la Comisión–.
En la legislatura 2009-2014, como en todas las anteriores, la gran
mayoría de las decisiones más relevantes en cuanto a la Unión se toma-
ron pasando por el filtro colegiado del Consilium –la Unión convertida
en Veintiocho más cuatro–. Una diversidad más del experimento eu-
ropeo, como lo definió Zygmund Bauman, pues es en ésta institución
donde confluyen las decisiones más relevantes, lo que choca con la
función y alma del Parlamento Europeo, el cual representa al conjunto
de la ciudadanía –los Veintiocho convertidos en Unión–, el cual, junto
a la Comisión, posee un solo público.
CUATRO DÍAS DE MAYO29
De las elecciones legislativas europeas de los cuatro días de mayo ha
surgido el primer presidente de la Comisión elegido “directamente”
por la ciudadanía, por lo menos de aquella que ha votado.
Hasta la fecha el Consejo Europeo se reunía y, a partir de los equi-
librismos entre estados, decidía quiénes debían administrar la Unión
desde la Comisión. Mientras que el Parlamento siempre ha funciona-
do como una cámara legislativa en la norma general de dichos órganos
legislativos, la Comisión se decidía hasta la fecha desde el Consejo y
sin la voluntad palpable del Parlamento. Por primera vez desde 1979
–año en que se puso en funcionamiento el Parlamento Europeo– esta
institución resulta clave para la Comisión, pues ha sido el candidato
de la lista más votada el que ha sido “recomendado” por el Consi-
lium como nuevo “primer ministro” de la Unión. Cabe destacar, sin
embargo, que los tres principales candidatos, Martin Schulz por el
Partido Socialista Europeo (PES en su acrónimo inglés), Jean-Claude
Juncker por el Partido Popular Europeo (EPP en sus siglas inglesas) y
1.4 candidatos de dentro y de fuera
IMAGEN 1.3
Fotograma del debate
entre los candidatos
a presidir la Comisión
Europea. De izquierda
a derecha: Alexis
Tsipras (GUE), Ska
Keller (ELA), Martin
Schulz (PSE), Jean-
Claude Juncker (EPP)
y Guy Verhofstadt.
CUATRO DÍAS DE MAYO30
Guy Verhofstad por la Alianza de los Liberales y los Demócratas por
Europa (ALDE en su acrónimo anglo), han sido tres insiders, tres per-
sonas que conocían las instituciones de la Unión desde dentro y desde
hace años: Schulz como eurodiputado y como presidente saliente del
Parlamento, muy activo si se lo compara con su predecesor, el polaco
Jerzy Buzek; Verhofstad como activo eurodiputado desde 2007 y pre-
mier belga durante un largo período –1999 a 2008–, hecho que pro-
yectó su personalidad en la esfera pública europea; y Juncker presidió
el Eurogrupo de 2005 a 2013 y fue primer ministro de Luxemburgo
de 1995 a 2013. Tres hombres muy vinculados a la Unión tanto desde
sus despachos comunitarios como desde sus despachos nacionales: al
fin y al cabo, Bruselas es tanto la capital administrativa y política de
Bélgica como de la Unión, y Luxemburgo es sede del Tribunal de
Justicia, sin olvidar a Alemania, miembro fundador de la Europa inte-
grada. Quieran o no, estos tres insiders representan al núcleo carolingio
de la Unión, el núcleo político europeo, vistoso en su forma geográfica
como histórica. Otra insider ha sido la joven alemana Ska Keller, de los
Verdes, la única mujer candidata, quien es eurodiputada desde 2009.
Mientras que la Alianza Libre Europea (ELA es su acrónimo inglés, y
IMAGEN 1.4
Edificio del
Parlamento Europeo
en Estrasburgo.
CUATRO DÍAS DE MAYO31
en el Parlamento ha formado grupo con el Partido Verde Europeo) no
ha presentado candidato formal, Izquierda Unida Europea no dudó en
encomendarse a Alexis Tsipras, en esos momentos líder de la oposición
griega y del partido de izquierda radical Syriza. El debate a cinco de
jueves 15 de mayo (retransmitido en 20 países, por 40 canales y debati-
do en inglés entre Schultz, Verhodstadt y Keller, francés por Juncker y
griego por Tsipras) fue el primero desde 1979: cinco candidatos forma-
les a presidir la Comisión Europea, más allá de los dimes y diretes que
circulaban por Bruselas DE acerca de la posibilidad de poner candida-
tos de consenso como Christine Lagarde, directora del Fondo Mone-
tario Internacional (FMI), por el PPE, o incluso el ex primer ministro
italiano Enrico Letta, por el PSE. Según el TUE, de hecho, quien po-
see la potestad de decidir quién presidirá la Comisión y quiénes serán
los comisarios es el Consejo Europeo, mientras que al Parlamento se le
confiere una aparentemente simple potestad de influencia.
Una influencia que la gran mayoría de partidos se tomaron muy
en serio, pues por primera vez en la historia de las campañas electo-
rales al Parlamento Europeo han aparecido partidos “verdaderamen-
te” paneuropeos: los candidatos Juncker, Schultz, Verhofstadt, Keller
(quien, en su caso, formó tándem con el francés José Bové) y Tsipras
se pasearon por la mayoría de los 28 estados miembros, apoyando a
sus lugartenientes y presentándose ante las diferentes opiniones pú-
blicas –cuya suma es, a fin de cuentas, la opinión pública europea.
Este hecho contrasta, además, con las elecciones europeas de 2009, las
cuales supusieron un mero trámite en cuanto a la Comisión: se trataba
de conferirle estabilidad a la Administración de la Unión, mantenien-
do a José Manuel Durão Barroso como presidente cinco años más: la
entente entre los dos principales grupos políticos europeos –PPE y
PSE– fue fundamental para conservar al tecnócrata de las Azores en
su despacho, y las elecciones un mero trámite legitimador.
Al juego de similitudes con la antigua Roma, a la que tantas otras
civilizaciones europeas herederas de la misma quisieron hacer pare-
cer los imperios que en algún momento dado de la Historia les tocó
formar, podríamos afirmar incluso que junto a los presidentes de la
Comisión y del Consejo posa el presidente del Parlamento, formando
CUATRO DÍAS DE MAYO32
un triunvirato que volvería a hacernos entender cuán colegiadas son las
decisiones sociopolíticas de la Unión, una colegialidad apreciable y que
pone los pelos de punta a altos funcionarios y políticos estadouniden-
ses, por poner un solo ejemplo, los cuales siempre han preguntado a
sus homólogos europeos a qué teléfono llamar. La gobernanza europea
es un experimento basado en la colegialidad, un presente lento pero
dispuesto a seguir su camino hacia una mayor integración, no sin los
baches que tanto gusta sufrir.
Cuando un mundo no ha terminado de morir y otro no ha terminado de na-
cer, aparecen los monstruos. Esta sentencia de Antonio Gramsci tiñe con
una leve fatalidad el dilatado presente, casi eterno, en el que debe vivir
la Unión. Como hemos apuntado anteriormente, esta entidad no es ni
una organización internacional, ni una confederación, ni una federa-
ción, sino una mezcla de estas tres: un ente supranacional. Un umbral
en el que uno quiere entrar pero que difícilmente tiene intención de
salir, pues la salida del umbral puede llegar a ser mucho más peligrosa
que el deseo de entrada. Y al fin y al cabo no es ni el proceso de sali-
da ni el proceso de entrada lo que mueve a los candidatos a moverse
dentro del umbral, sino el deseo de estar en el mismo. La Unión tal
y como existe hoy es un presente insuficiente, poco claro, difícilmen-
te definible desde los axiomas científico sociales. Los más pesimistas
afirman que es insuficiente, mientras que los más optimistas ven el
largo recorrido de la Unión, tanto pasado como futuro.
Zygmund Bauman afirmó en una conferencia en Barcelona que la
Unión Europea es el experimento más avanzado dedicado a la búsque-
da de una solución local a los problemas de la nueva forma global: una
globalización más acuciante y cuya velocidad obliga al ser humano a
acortar distancias temporales y espaciales de una manera jamás vista
antes en su Historia. Bauman prosigue explicando que la Unión reúne
1.5 miedo al experimento: euroescepticismos y
eurocríticas
CUATRO DÍAS DE MAYO33
en sí el compendio de una Europa diversa en tiempo y espacio, cuyos
estados nacionales nacieron y se desarrollaron con sus propios cami-
nos, hasta llegar a cogerse de la mano en un determinado derredor.
Si queremos utilizar un símil baumiano, la Unión obliga a los esta-
dos nacionales a licuar sus soberanías lentamente, en pos de una nueva
soberanía mayor. Es una Unión diversa. Ante esta diversidad, las dife-
rencias no quieren desaparecer, sino que aguantan ante el soplo de los
nuevos tiempos, y se quedan hasta que, como las flores del desierto, se
evaporan entre la arena. El presente de esta Unión, cuyo contexto más
cercano ha sido su gran crisis económica y financiera, es un paréntesis
al que le falta aún cierre. Y a río revuelto, ganancia de pescadores: la
crítica a esta Unión jamás ha sido más fuerte y atractiva. Los euro –
escepticismo, –fobia y –criticismo han aparecido con toda su crudeza.
Éstas no son exactamente lo mismo. Cesáreo Rodríguez-Aguilera del
Prat, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona,
las ha explicitado en su obra Euroescepticismo, Eurofobia y Eurocriticis-
mo. Los Partidos radicales de la derecha y la izquierda ante la Unión
Europea, editada por Huygens y a la que Finestra d’Oportunitat de-
dicó una entrevista. Un euroescéptico es aquel que acepta una coor-
dinación económica intergubernamental pero no está de acuerdo con
la integración política supranacional que se ha ido produciendo sobre
todo desde la entrada en vigor del Tratado de Maastricht de 1992. Un
eurófobo está radicalmente en contra de cualquier tipo de cooperación
europea, incluso la económica: es el defensor más acérrimo de la vieja
doctrina de la soberanía nacional, del aislamiento nacional, proteccio-
nista, antiglobalización desde punto de vista más conservador: el re-
torno a un mundo pasado que no volverá; la negación del experimento,
de la solución nueva para los fuertes vientos de la nueva globalización.
Finalmente, un eurocrítico desea más Europa pero no está de acuerdo
con esta Unión Europea, con el movimiento lacónico y mortecino de
quien ni sale ni entra sino que se queda en el apacible pero indeter-
minado umbral. La nueva izquierda radical, fortalecida gracias a la
depresión económica iniciada en 2008, defiende construir Europa de
otra manera: partidos como Die Linke (Alemania), Syriza (Grecia),
Bloco de Esqueda (Portugal) o Izquierda Unida (España) propugnan
CUATRO DÍAS DE MAYO34
el fin de esta Unión basada en lo que denominan “ideología neolibe-
ral”. El líder de Syriza, Alexis Tsipras, fue incluso el primer candidato
aparecido para las elecciones de los cuatro días de mayo. En noviem-
bre de 2013 European Left lo designó cabeza de su lista paneuropea.
Euroescepticismo posee una connotación negativa por defender una
actitud negativa: mientras que la Unión posee cierto sentido de evo-
lución histórica, el euroescepticismo –y la eurofobia como su versión
más radical– defiende una involución que solucione los desaguisados
acontecidos por culpa de la Unión. El Frente Nacional francés es un
ejemplo claro de la radicalización que el euroescepticismo está defen-
diendo cuanto mayor es el movimiento de licuación de las soberanías
nacionales para con la soberanía de la Unión. El FN no solía pedir
formalmente que Francia abandonara la Unión Europea, pero los últi-
mos discursos tanto de Marine como de Jean-Marie Le Pen establecen
una nueva concepción a defender dentro de esta formación: comparan
la Unión Europea con la Unión Soviética, consideran que es un nuevo
imperialismo que ahoga las patrias y diluye las identidades nacionales
y la ven como una entidad artificial, burocrática y elitista, al servicio
de los poderosos, de los que hay que salir para salvarse. Una actitud
claramente eurófoba, sigue Rodríguez-Aguilera, que no explica el pre-
cio de la no-Europa. La Unión Europea tiene muchos defectos pero
destruirla sería un paso atrás monumental, una catástrofe histórica.
Los eurófobos nunca proporcionan una respuesta: si abandonamos la
Unión, ¿qué pasará después? ¿Debemos volver a las viejas patrias como
si estuviésemos otra vez antes de 1945? Es un escenario inverosímil y
peligroso. Euroescepticismo y sobre todo eurofobia se han convertido
en prácticos sinónimos de extrema derecha, pues han sido los partidos
que defienden postulados de ese espectro ideológico los que más se
han identificado con el catálogo tanto euroescéptico como eurófobo.
El Frente Nacional francés, el Partido Popular por la Libertad y la
Democracia holandés y la Liga Norte italiana se aliaron para lograr
grupo propio en el Parlamento Europeo tras las elecciones de los cua-
tro días de mayo. Marine Le Pen juega a ser una especie de heroína
de la retirada, que diría Eizensberger, una heroína del desmontaje, del
derribo. La extrema derecha posee argumentos que desean la vuelta a
CUATRO DÍAS DE MAYO35
un mundo anterior y del que jamás se hubiese tenido que salir, axio-
mas conservadores que niegan los cambios que el tiempo, testarudo,
se empeña en regalar. Axiomas conservadores revestidos de estética
moderna, actual, mucho más flexible a los cambios temporales que
sus ideas no pueden ni quieren aceptar. El Frente Nacional es el parti-
do-guía de las derechas radicales europeas. De origen neofascista, ha
establecido acuerdos con otras derechas populistas de trayectoria dife-
rente, al margen de sus procedencias históricas. Se da, en ambos casos,
una plena coincidencia en sus ideas fuerza: rechazo de los inmigrantes
(símbolo del forastero), repliegue ultranacionalista de corte étnico (ex-
cluyente, anti-Unión y por ende antiestablishment). Los ´símbolos de
la revolución francesa de 1789-99 son moldeados en beneficio del re-
cuerdo a la grandeur perdida a lo largo de los últimos cincuenta años,
primero por culpa de la descolonización, luego por el lento mas perse-
verante camino hacia la integración supranacional europea. Un molde
que presenta también al caballero medieval, con armadura reluciente,
en recuerdo al símbolo romántico del defensor de unos valores ya per-
didos, e icono también visto en carteles de la Lega Nord. El fundador
del FN, Jean-Marie Le Pen, es además eurodiputado desde hace 30
años, con algunos momentos de interrupción –y en estas tres décadas
la integración europea no ha seguido los deseos del euroescepticismo a
rajatabla, más bien lo contrario.
La familia Le Pen, la familia Bossi, Wilders, Farage, todos ellos
utilizan el populismo para pescar en río revuelto. Su populismo, que
en Europa no es una doctrina sino más bien un estilo político de fuerte
connotación negativa, obliga a la derecha moderada y hasta en parte
al centroizquierda a incidir en sus maneras. En los rápidos del río re-
vuelto europeo, formados por las inflexibles recetas neoliberales de la
troika –rígida ortodoxia centrada en el control del déficit y la austeri-
dad–, cuyas consecuencias sociales en el Sur y el Este han recrudecido
las desigualdades y la pobreza, han agravado como nunca antes el foso
entre las élites privilegiadas y la mayoría de la población, la cual en-
cuentra en las recetas populistas tanto un desahogo como una vía de
escape. El auge del populismo obedece a una frustración social pal-
pable y a una nueva deslegitimación de la democracia representativa.
CUATRO DÍAS DE MAYO36
Ante estas sombras aparece el populismo cual faro, con alternativas
recetas expeditivas, inviables e incluso injustas, pero que muestran
turbiamente algunos problemas reales y reflejan las lagunas de esta
Unión. Los populismos abanderan el euroescepticismo e incluso se
han adueñado del eurocriticismo. Explotan sentimientos de insegu-
ridad, angustia, nerviosismo, impulsos de amplios sectores populares,
y centran tal percepción en cabezas de turco mucho más alcanzables
que la troika, como la inmigración: la xenofobia es un factor inherente
a todo ser humano; ante el miedo a la diversidad, la seguridad del ho-
gar. Más vale malo conocido que bueno por conocer. En la Unión los
distintos formatos de Estado del Bienestar han llegado a pervertir el
discurso tanto de los susodichos moderados por los que siempre fueron
vistos como ultras. En Alemania, Francia, Italia, Holanda, Finlandia,
han aparecido voces que denuncian el aprovechamiento por parte de
personas, que provienen tanto de dentro como de fuera de la Unión, de
las prestaciones sociales públicas. Otros fenómenos, como el aumento
de la delincuencia o incluso la reaparición de enfermedades antes erra-
dicadas, también recaen en estos nuevos chivos expiatorios aparecidos
del temor. Ante todo aquello que resuene a forastero, a diverso o dife-
rente, se exalta incluso fanáticamente a lo propio: los populistas de la
IMAGEN 1.5
Viñeta de 'El Roto'
publicada en El País.
37 CUATRO DÍAS DE MAYO
derecha radical ofrecen identidades buenas, de las que no se tenía que
haber salido, excluyentes –se recuerdan las “raíces cristianas” del mun-
do occidental– por la exaltación de tinte étnico de las propias naciones.
Aparece pues el Eterno Retorno a la nación, término a veces implícita
y perversamente utilizado como sinónimo de raza o pueblo: la clásica
negación en la derecha radical de la sociedad como suma de indivi-
duos, sino como comunidad holística. El Distrito Europeo, en el que
trabajan los hombres de negro, es lo que jamás hubo de construirse. En
algunos países de la Unión algunos partidos no esconden su condición
neofascista, pues suelen incluso alardear de su sintonía con movimien-
tos históricos del fascismo clásico: en Hungría el Movimiento para una
Hungría Mejor (Jobbik Magyarországért Mozgalom, JMM) aparece
como segunda formación política en intención de voto por detrás del
partido conservador Fidesz, posee una estructuras muy jerárquica y
autoritaria, con un programa abiertamente xenófobo; en Grecia, Ama-
necer Dorado (Chrysí Avgí, ChA) es tercera formación en intención
de voto popular, por detrás de Syriza y Nueva Democracia, con una
estructura paramilitar y un simbolismo de partido que bebe sin tapujos
de la fuente nacionalsocialista clásica. Partidos como el FN, JMM o
ChA hacen que sus rivales más moderados, tanto de derecha como de
izquierda del espectro político, les tomen prestados algunos posiciona-
mientos: en Francia los gobiernos de la UMP con Sarkozy entre 2007
y 2012, y los del PS con Hollande desde 2012 han aplicado políticas
de expulsión de gitanos de etnia rom, a su vez también expulsados de
Italia y antes de Rumanía; en el Reino Unido el gobierno de Cameron
ha propuesto la delación de inmigrantes irregulares; y en España el
gobierno del PP de Rajoy ha practicado una mayor expulsión de inmi-
grantes; en Grecia el gobierno de coalición entre Nueva Democracia
y Partido Socialista (PASOK), capitaneado por Andonis Samaras, ha
procedido al acoso policial de los simpapeles; en Hungría el gobier-
no conservador del polémico Viktor Orbán, que mantiene un pulso
particular con la Unión desde 2009 por su cambio unilateral de la
constitución húngara –que refuerza los poderes del presidente de la
república ante los del parlamento–, ha sugerido el eventual encarcela-
miento de los sin techo. Con tales recetas se pretende frenar o neutra-
38 CUATRO DÍAS DE MAYO
lizar el ascenso de la competencia. Sin embargo, los radicales son más
creíbles en estas políticas que sus rivales, imitadores deshonestos que
han habitado el establishment antes y después del inicio de la crisis. El
discurso de la intolerancia y la represión se normaliza: dirigentes de
la CSU bávara han hecho declaraciones que rozan la xenofobia contra
los inmigrantes extracomunitarios y otras muy ofensivas para los euro-
peos meridionales.El miedo alimenta los estereotipos, que construyen
el pensamiento de los prejuicios y, finalmente, vuelven al miedo para
terminar en sentimientos peligrosos cuales el odio o la ira.
Según The Economist, la apuesta por líderes o jefes resolutivos,
fuertes, determinados, hace que estos movimientos vean en el presi-
dente ruso, Vladimir Putin, un ejemplo a seguir: en pos de la Madre
Rusia y de todos sus ciudadanos, tanto los que viven dentro de la Fede-
ración Rusa como los que habitan fuera de ella, deben ser defendidos
con uñas y dientes, contrariando a la Unión Europea y a Occidente si
hace falta. ¡Quién lo iba a decir! Desaparecido el bolchevismo, la dere-
cha radical ve en Rusia su faro, aun cuando en Moscú o en las ciudades
ucranianas prorrusas aparecen efigies de Lenin y Stalin. Y volviendo
a la griega ChA, ésta comparte nombre con una sociedad ocultista
británica llamada Golden Dawn (Amanecer Dorado) fundada en 1887
y hermanada con otras sociedades del mismo tipo de Alemania, muy
propensas a creer, en aquellos tiempos, en las teorías hiperbóreas y de
la supremacía de la raza blanca o europea en plena era de los imperia-
lismos y las colonizaciones. En el Reino Unido el euroescepticismo
vive un nuevo amanecer. El UKIP, el Partido por la Independencia del
Reino Unido, de derecha radical pero no neofascista, es aislacionista y
muy nacionalista inglés, con el objetivo monotemático de sacar el Rei-
no Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la Unión Europea.
De hecho, el UKIP nació en 1993 con ese único objetivo. Luego
añadió ingredientes contrarios a la inmigración, utilizando la xenofo-
bia para conseguir dividendos electorales. Nigel Farage, eurodiputado
y líder del UKIP, no quiso firmar una alianza con Marine Le Pen y
sus colegas continentales, temiendo una respuesta contraria de par-
te de sus electores. Desde el punto de vista procedimental, el UKIP
es un partido democrático, no insurreccional, no defiende romper la
CUATRO DÍAS DE MAYO39
legalidad, acepta los resultados electorales, se compromete con las ins-
tituciones, mientras que su principal rival en el campo euroescéptico
británico, el British National Party (BNP) estuvo involucrado en epi-
sodios violentos. Ante el avance de estas ideas, el primer ministro tory
David Cameron prometió un referéndum en 2017 para sacar al Reino
Unido de la Unión, pues un sector de su partido defiende los mismos
puntos de vista que Farage. El eurocriticismo tiene en el movimiento
federalista europeo una de sus grandes estelas. Desea una Unión con-
vertida en federación perfecta, sin los eufemismos que la han hecho
entrar en crisis, con la estructura sólida que parece no quiera tener.
Los federalistas europeos no quieren que la Unión sea un gigan-
te con pies de barro. Predican la unificación completa de la Unión,
con un solo gobierno, un solo poder legislativo, un solo poder judicial,
una plena soberanía de la Unión Europea, que poseería una silla en
el Consejo de Seguridad de la ONU, que representaría el interés co-
mún de todos los Estados miembros pero sobre todo, y por encima de
todo, del conjunto de la ciudadanía europea. El federalismo europeo
hace hincapié en la ciudadanía europea, en sus libertades y deberes. El
lector se preguntará: ¿federar a quién, o a qué? ¿En una Unión federal
tienen sentido los estados actuales? ¿Tendrían sentido si fueran unas
federaciones? ¿Federaciones de qué? ¿De regiones? ¿De naciones? En-
tonces, ¿no tendría más sentido que la Unión fuera directamente una
federación de regiones/naciones? En 2014, nueve años después de la
confusión y el desencanto que provocó el nonato TCE, la Unión vivió
nuevas pruebas de su reto inherente. Naciones históricas como Esco-
cia y Cataluña celebraron referéndums de autodeterminación el 18 de
septiembre y el 9 de noviembre, respectivamente, pero esta Unión ya
expresó por boca del presidente saliente de la Comisión Europea, José
Manuel Durão Barroso, y otros comisarios y altos funcionarios de su
Administración, que ésta es una unión de estados, y si una región se
separa de su estado nacional matriz debería esperar para poder entrar
en la Unión, “respetando los procedimientos que se estipulan en los
tratados”.
CUATRO DÍAS DE MAYO40
El segundo quinquenio de Barroso como presidente de la Comisión
se ha visto salpicado por un reto mucho mayor que el que tuvo en su
primer mandato: sacar a la Unión de la mayor crisis financiera, econó-
mica y fiscal desde 1929. El tecnócrata de las Azores, tranquilo, técni-
co y, en algunos momentos, ausente, ha capeado, junto a su colega del
Consejo Europeo, el flamenco Van Rampuy, el tsunami: en 2008, un
año antes de que comenzase su segundo mandato gracias a la entente
entre países del Sur con los del Norte y a las alianzas entre las distintas
familias políticas paneuropeas, estallaba en Estados Unidos la crisis de
las hipotecas basura, la cual abría un agujero negro espeluznante en la
primera economía mundial, un agujero que todo lo chupaba para sus
adentros, una implosión espectacular de las finanzas mundiales… esta
vez desde Wall Street. Y el agujero engulló, también, las desconside-
raciones que se tuvieron para con la moneda única cuando se creó con
una sola pata: la monetaria. En 2008 pocos economistas se atrevían a
publicar sus pronósticos acerca del agujero negro que estaba a punto de
aparecer bajo nuestros pies. Concretamente en Europa, tanto en el Nor-
te como en el Sur, los diecisiete países que compartían moneda única,
se producían pingües beneficios gracias al crédito fácil: bancos alema-
nes como el Deutsche Bank inflaban estructuras económicas inestables
como la griega, la portuguesa o la española invirtiendo en la conce-
sión de créditos a personas que no sabían si podrían devolverlos, siendo
estas personas tanto físicas (un individuo, una familia) como jurídicas
(empresas). El Banco Central Europeo, al que se ha criticado desde su
LA ECONOMÍA HA ENTRADO EN
NUESTRAS VIDAS COMO NUNCA ANTES
2
2.1 la economía en un pantano y el euro cojo
CUATRO DÍAS DE MAYO42
nacimiento por no ser exactamente un banco central, vigilaba detrás de
la verja, manteniendo el precio del dinero alto. La ampliación hacia el
Este seguía también por su vía monetaria: en 2007 Eslovenia –primera
república independizada de la extinta Yugoslavia, en 1991– abandona-
ba el dólar por el euro; en 2008 Chipre hacía lo propio con su libra y
Malta con su lira. El año 2009, uno después de que el agujero negro
tocara costas europeas, Eslovaquia abandonaba su corona en favor de
la moneda común. En 2008 pocos querían, hemos constatado un lustro
después, darse cuenta o pronosticar o informar de una crisis económica
que transmutaría en fiscal, por ende aún más económica y, finalmente,
social y política. La depresión económica comenzada en 2008 es la una
consecuencia de la Historia.El “breve siglo XX”,cuyos estertores siguen
dando latigazos en el “largo XXI”, como lo han bautizado ya algunos
historiadores, terminó con la caída del Muro berlinés y el abandono de
Rusia y su órbita de la ideología comunista. Aparecieron pues nuevas
ideas para el nuevo mundo: el hobbesiano “choque de civilizaciones” de
Samuel Huntington y la arrogante teoría sobre el “fin de la historia” de
Francis Fukuyama. Ambos pensadores, teóricos de la política y la eco-
nomía, apuntaban la nueva verdad resultante, cada uno desde su óptica:
la Guerra Fría acababa de terminar con victoria para el bloque capita-
lista, capitaneado por los Estados Unidos de América, cuyo dominio
mundial se extendería unilateralmente durante por lo menos una déca-
da, hasta la primera del “largo siglo XXI”. La Unión Soviética dio paso
a una Comunidad de Estados Independientes cuyos países, siempre en
la órbita de Moscú, abrazaron el capitalismo de libre mercado, lo que
contribuyó a una mayor globalización de las finanzas.
De ahí los “felices ‘90”. La historia no había terminado: tomaba nue-
vos moldes para plasmar nuevas realidades. La aceleración de las finan-
zas globales ya dio un primer susto con la crisis de 1992, un shock que
se saldó con una mayor desregulación de las mismas, esta vez llevada a
cabo por el demócrata Bill Clinton –It’s the economy, stupid–; cinco
años más tarde los tigres asiáticos –Singapur, Malasia y sus hermanos
pequeños Vietnam y Tailandia– sufrían otro shock, esta vez en la re-
gión aun periférica del Sureste Asiático. Desde su más tierno desarrollo
como estructura económica imperante durante las marismas del siglo
CUATRO DÍAS DE MAYO43
XIX, el capitalismo de libre mercado ha tendido a acelerarse y desacele-
rarse de forma a veces violenta, instigado por manos invisibles o modas
pasajeras. Instigado, en último término, por el hombre. Como hemos
apuntado anteriormente, pocos economistas previeron qué se estaba
cociendo. Las fáciles condiciones para acceder al crédito entre 2002 y
2008, fruto de una nueva mayor desregulación de las finanzas llevada a
cabo por la Administración de George W. Bush, incentivaron en todo el
planeta prácticas de préstamo de alto riesgo: de ahí surgieron desequi-
librios en el comercio internacional, la existencia de diferentes burbujas
inmobiliarias, y la final recesión global comenzada por el agujero negro
aparecido en Wall Street en 2008. Poco después, el primer afroamerica-
no entraba en la Casa Blanca como presidente,conseguía que la Reserva
Federal bajase los tipos de interés hasta niveles irrisorios y decretaba la
nacionalización de General Motors, entre otras medidas.
No fue keynesianismo puro lo que llevó a cabo Barack Obama. La
política fiscal elegida era en relación a los ingresos y gastos guberna-
mentales: se rescataron entidades bancarias y tenedores privados de
obligaciones por los gestores públicos, asumiendo las deudas privadas,
socializando las pérdidas. En el caso de Europa, la crisis golpeó a sus
hormigas. Cuando vemos una hilera de hormigas en un parterre, nues-
tra curiosidad nos llama a seguirlas con la mirada. Todas se siguen las
unas a las otras, en una hilera perfecta. Hasta que nuestros ojos se posan
en el hormiguero. Entonces nuestra curiosidad se convierte en diversión
sádica y no podemos contenernos: apoyamos nuestro dedo índice sobre
la hilera de hormigas, chafando algunas de ellas y alborotando a todas
las demás. Como si de un toque de queda se tratase, del hormiguero
dejan de salir bichitos, mientras que la hilera de hormigas tarda en re-
generarse, dejando de lado a las colegas chafadas.
El dedo fue la crisis económica, y las hormigas… Ya comprenden la
metáfora, ¿verdad? En Europa, la tentación ofrecida por la gran canti-
dad de ahorro disponible –con un solo clic se pueden mover dineros,
convertidos en números en una hoja de cálculo de Excel u otros sof-
twares– superó los mecanismos de control regulatorios y políticos país
tras país, a medida que los prestamistas y prestatarios hacían uso de
esos fondos, generando así una burbuja económica tras otra. A medida
CUATRO DÍAS DE MAYO44
que estas burbujas fueron pinchando, el precio de los activos (como por
ejemplo propiedades inmobiliarias) fue cayendo, y lo debido a los inver-
sores –globales– que habían financiado esas burbujas no quiso perdonar
sus precios máximos, generando entonces cuestiones acerca de la sol-
vencia de los gobiernos y de sus sistemas bancarios. La manera en que
cada país europeo quiso salir con la mayor rapidez posible del agujero,
tomando dinero prestado e invirtiéndolo, varió. Las hormigas acababan
de recibir el golpe del dedo y correteaban sin rumbo.
En Irlanda, los bancos prestaron dinero a promotores inmobiliarios,
generando una burbuja homónima que, al pinchar, el gobierno irlan-
dés –entonces comandado por el primer ministro, o taoiseach, Brian
Cowen– decidió que sería la administración más sus contribuyentes los
que asumirían los pagos de deuda. En Grecia, el gobierno aumentó su
compromiso con sus funcionarios en la forma de generosos beneficios
salariales y de jubilación, doblándose los primeros en términos reales en
el plazo de diez años. En España, se probó con un plan de inversión pú-
blica que pretendiera aplacar la desaceleración –el eufemismo utilizado
por el entonces primer ministro español José Luis Rodriguez Zapate-
ro–.En Alemania no se sentía casi nada y Francia miraba asustada cómo
su estructura también se debilitaba. En el Reino Unido, la City recibió
la ola del tsunami de Wall Street y el premier laborista Gordon Brown
tomó medidas similares a las de su colega americano. Mientras tanto,
en Islandia: el sistema bancario creció de modo gigantesco, generando
deudas con inversores globales por importe de varias veces su PIB, pero
una vez este pinchó, los causantes y sus cómplices fueron juzgados.
La recesión de 2008, el agujero negro, comenzó a engullir a las eco-
nomías del euro… y al euro. Su estructura, a la que muchos han compa-
rado con un hombre cojo, hoy tiene la pata de palo de la política fiscal,
pero desde su primera concepción, en 1992 y el Tratado de Maastricht,
ésta no se contempló. Bajo este tratado fundacional, el club de estados
se comprometió a limitar el déficit público y los niveles de deuda de sus
miembros. Sin embargo, un número de países miembros de la Unión –
Grecia e Italia, entre otros– fueron capaces de pasar por puntillas por el
camino dictado por estas reglas, enmascarando dichos niveles gracias a
la utilización de complejos instrumentos financieros. Poco tiempo des-
CUATRO DÍAS DE MAYO45
pués del nacimiento oficial de la Unión Europea, Francia y Alemania
también se saltaban las normas. Estas estructuras fueron diseñadas con
el beneplácito de relevantes bancos de inversión estadounidenses y eu-
ropeos, cuyas almenas eran Wall Street y la City londinense, sin olvidar
Frankfurt, los cuales recibieron importantes comisiones por sus servi-
cios de parte de sus clientes, los gobiernos. Y quienes se hicieron cargo
de cantidades muy reducidas de riesgo de crédito gracias a la protección
legal especial ofrecida por sus clientes. El poder con el poder, en una
red. Lo más interesante de todo este embrollo es que desde que co-
menzó a circular por los bolsillos de la ciudadanía, el euro parecía mejor
que el dólar americano o la libra esterlina: se convirtió en una moneda
de referencia para el cambio de divisas y hoy sigue siendo la segunda
por detrás del dólar estadounidense –aun en 2010, el déficit fiscal y el
endeudamiento privado de la zona euro eran menores que en EEUU,
y el ratio de la deuda pública sobre el PIB era del 86%, casi como en
Estados Unidos–. Sin embargo, al cojo aún le faltaba una pata de palo:
una contradicción estructural con unión monetaria (divisa común) sin
unión fiscal (política fiscal: impuestos, pensiones y funciones del Tesoro
comunes, la pata faltante). Hasta que no se crearon los mecanismos
de estabilización, la zona euro requería que sus miembros siguieran un
patrón fiscal similar sin un Tesoro común para darle valor, esto es, una
garantía. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) dicte algunas me-
didas, los miembros del club dentro del club pueden no ser capaces de
seguirlas, o simplemente pueden elegir no seguirla. Durante este lustro
se ha hablado mucho de la impresión de dinero por parte del BCE, pri-
mero cuando Jean-Claude Trichet lo presidio hasta 2011, y ahora con
Mario Draghi. Sin embargo, uno de los componentes más perversos de
la crisis del euro cojo, vivida sobre todo en 2010, con su punto álgido en
el verano de ese año, fue la marea de noticias acerca de una prima y de
unas agencias que hasta ese entonces muy pocos conocían. Y todo ello
porque el sistema euro, que sabía disimular muy bien su cojera gracias a
la ayuda de aquellos que se hacían llamar sus amigos, dejó de gozar de la
confianza que esos “amigos” le brindaron durante años.
Antes de la implosión, se asumía tanto por los reguladores como por
los bancos que la deuda soberana de la zona euro era segura. Había un
CUATRO DÍAS DE MAYO46
acuerdo tácito: los bancos mantenían importantes carteras de bonos de
países débiles como Grecia, los cuales, mientras tanto, ofrecían una pe-
queña prima de riesgo, pareciendo estar equilibrados con los países más
sanos. A medida que se desarrolló el agujero, los activos –ya tóxicos– de
Grecia, Irlanda, España y otros, ofrecían más riesgo –en realidad siem-
pre ofrecieron el mismo riesgo objetivamente, pero las subjetividades
más ávidas no quisieron verlo así hasta que no fue demasiado tarde–.
A la falta de información sobre el riesgo de la deuda soberana euro-
pea contribuyó el conflicto de intereses entre algunos bancos privados,
como el Deutsche Bank, los cuales ganaban grandes sumas al emitir
esos bonos. Y esta pérdida de confianza se vio reflejada en el aumento
de los precios de la permuta de incumplimiento crediticio de las deudas
soberanas: quien había dejado una suma de dinero a alguien o algo que
no podrían devolvérsela pedía ahora dicha suma, con intereses altos.
Empezamos a escuchar nuevos vocablos: prima de riesgo, agencias
de calificación y quita. Standard&Poors, Moody’s y Fitch fueron re-
petidas hasta la saciedad por todas las gacetas de la Unión. Mientras
estas criticaban la lentitud con la que las hormigas habían tomado la
reconstitución de la hilera, las hormigas, revueltas y reunidas colegiada y
casi semanalmente en Consejo, “amenazaban” con organizar una nueva
agencia de rating europea anclada, como no, en Frankfurt. Mientras
tanto, el spread, o la prima de riesgo –diferencia entre el interés que se
paga por la deuda de un país y el que se paga por la alemana, pues es la
más sana– crecía en los países enfermos de la Europa Meridional, que
sufrían por mantener AAAs e incluso BBs en sus ratios económicos. La
continuación de los desacuerdos entre la clase política europea sobre la
forma de atajar de modo inmediato la crisis de confianza del mercado y,
en el largo plazo,sobre cómo lograr una mayor convergencia económica,
financiera y fiscal entre los miembros de la zona euro y el riesgo cre-
ciente de recesión económica en la eurozona como un todo para 2014
ya resonaron por aquel entonces.
Volvamos al sillón del presidente de la Comisión. El segundo quin-
quenio de Barroso, como apuntábamos al inicio de este apartado, te-
nía que ser mucho más tranquilo: se trataba de gestionar la puesta en
marcha del Tratado de Lisboa. (Divertido: un portugués gestionando
CUATRO DÍAS DE MAYO47
la implantación de un tratado firmado en su capital. Europa a veces no
se da cuenta de sus coincidencias y curiosidades). Pero el agujero negro
que engulló las estructuras económicas de la Europa Meridional, las
cuales, más de un lustro después, siguen buscando escaleras con las que
salir del mismo, le obligó a contemplar o ayudar a buscar una salida a
la crisis del euro cojo.Escribe Stefan Zweig en la biografía que escribió
para Joseph Fouché, político arribista que se paseó por la revolución
francesa de 1789, el Terror, los años de Napoleón como dominador del
continente y la vuelta efímera de los Borbones con Luis XVIII, que “la
historia universal no es solamente, como la muestran a menudo, una
historia de coraje humano, es también una historia de cobardía huma-
na; y la política no es, como se quiere absolutamente hacer creer, el arte
de conducir la opinión pública, sino más bien la manera con la que
los jefes se inclinan cual esclavos ante las corrientes que ellos mismos
han creado y orientado”. La crisis fiscal europea, la crisis del euro, y sus
consecuencias sociales y políticas, son otro ejemplo de la cobardía con
la que muchos jefes –financieros, económicos, políticos– han entona-
do decisiones. Y, seguramente, si el presidente de la Comisión hubiese
tenido más personalidad a lo hora de encauzar e influenciar decisiones
con mayor presteza, quizá las cosas hubiesen sucedido de otra manera.
Hemos llegado a los cuatro días de mayo de 2014 con una Unión cuya
sección monetaria ha creado varios métodos para equilibrar al cojo: no
se le ha instalado una pierna cibernética que pueda garantizarle la movi-
lidad, sino que se le ha puesto una pata de palo cuya madera está hecha
de un Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, su heredero Meca-
nismo Europeo de Estabilidad Financiera, un Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, y las intervenciones periódicas de Mario Draghi.
La hilera comenzó a recomponerse en 2010, cuando las hormigas,
reunidas en Bruselas DE, acordaron crear el Fondo Europeo de Estabi-
lidad Financiera (FEEF): un instrumento para mantener la estabilidad
2.2 a veces la medicina se toma a golpes
CUATRO DÍAS DE MAYO48
financiera en Europa a través de la provisión de asistencia financiera
para los estados europeos en dificultades. El FEEF emite bonos u otros
instrumentos de deuda en el mercado con el apoyo de la Oficina de
Gestión de la Deuda de Alemania para levantar los fondos que sean
necesarios para proveer de préstamos a países europeos en problemas,
recapitalizar bancos o comprar deuda soberana. Estas emisiones están
respaldadas por garantías facilitadas por estados miembros de la zona
euro en proporción a su participación en el capital del BCE y la capaci-
dad conjunta de préstamo de 440.000 millones del Fondo está garanti-
zada en común por diferentes gobiernos de países de la eurozona.
Finalmente, puede combinarse con préstamos de hasta 60.000 millo-
nes de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (el cual
depende de fondos levantados por la Comisión a partir del presupuesto
de la Unión) y hasta 250.000 millones del Fondo Monetario Interna-
cional (FMI), logrando una red de seguridad de hasta 750.000 millones
de euros. El FEEF transmutó dos años después en el Mecanismo Eu-
ropeo de Estabilidad Financiera (MEEF), un programa de financiación
de emergencia basado en fondos levantados en los mercados financieros
y garantizados por la Comisión Europea utilizando el Presupuesto de
la Unión. La Comisión es, por tanto, la primera y última supervisora
de dicho Mecanismo –un relojero que vigila que el reloj no se pare–,
y persigue preservar la estabilidad financiera en la Unión a través de la
provisión de asistencia financiera a los miembros de la misma en difi-
cultades económicas. Para complementar este garante de estabilidad,
en 2011 se acordó una quita del 50% de la deuda soberana para Grecia
además de un incremento obligatorio del nivel de capitalización de los
bancos europeos del 9% –los bancos deben garantizar que poseen un 9%
mínimo de capital para poder prestarlo–y de una serie de compromisos
para Italia para que esta pudiese reducir su deuda nacional. Otro de los
resultados que se tomaron para capear el agujero negro por el que caía la
economía de la Unión fue el pacto fiscal europeo de 2011: se adoptó un
procedimiento automático para imponer sanciones en caso de incum-
plimiento tanto de los techos de déficit como de la deuda.
Alemania, Francia y otros países pequeños de la Unión fueron un
paso más allá y apostaron por la creación de una unión fiscal en la euro-
CUATRO DÍAS DE MAYO49
zona con reglas fiscales estrictas y ejecutables así como sanciones auto-
máticas insertadas en los tratados.En una reunión del Consejo Europeo
de diciembre de 2011, los diecisiete miembros de la eurozona y seis paí-
ses que aspiraban a unírsele firmaron un nuevo tratado que pone límites
estrictos en el gasto y el endeudamiento públicos, con sanciones para
aquellos países que violasen estos límites. El resto de países europeos no
miembros de la zona euro, aparte de Reino Unido, se mostraron pre-
parados para sumarse a esta iniciativa, a condición de someterla al voto
de sus parlamentos. ¿Cómo se llegó hasta aquí? La recomposición de la
hilera de hormigas fue muy dura, llena de polémicas, muchos soldados
cayeron por no querer obedecer las órdenes tomadas colegiadamente
bajo batuta germana.En Grecia,el primer ministro Giorgios Papandreu
fue sustituido por un tecnócrata, Lucas Papadimos, para tomar medidas
urgentes, pues Papandreu sentía que no podía agachar más la cabeza.
En Italia, Silvio Berlusconi dio paso a otro técnico, Mario Monti,
bien conectado con Bruselas DE y con la cancillería teutona.En España
se reformó la constitución de forma rápida, adaptándola a las nuevas
exigencias de la Unión. Incluso David Cameron fue apeado cuando so-
licitó que la City de Londres fuera excluida de las regulaciones finan-
cieras dictadas, perdiendo en su pulso con los demás colegas del club.
Se quedó solo, y no era la primera vez que un primer ministro britá-
nico se quedaba solo después de haberse reunido con sus colegas con-
tinentales. Hasta la Dama de Hierro sufrió esa ignominia para la el
Reino Unido. El rechazo británico a formar parte del pacto fiscal fran-
co-alemán destinado a salvaguardar la zona euro constituyó un rechazo
a comprometerse en ninguna revisión radical del Tratado de Lisboa.
El BCE también ha sido un actor importante durante toda esta crisis,
tomando una serie de medidas dirigidas a reducir la volatilidad en los
mercados y a mejorar la liquidez: comenzó comprando títulos de deuda
pública y privada,absorbiendo la misma cantidad de liquidez para evitar
un aumento de la inflación. Anunció dos subastas de 3 meses y una de
6 meses en 2011 y 2012. Los bancos miembros del Sistema Europeo de
Bancos Centrales comenzaron a comprar deuda pública. Mientras que
Trichet se mantuvo firme ante la batuta germana, el italiano Draghi ha
intentado desmarcarse de la misma, lo que le acarrea tanto críticas como
CUATRO DÍAS DE MAYO50
elogios. La única cosa cierta es que Draghi ha conseguido potenciar
una imagen de mayor independencia del BCE. A veces la medicina se
toma a golpes: la consecuencia de esta mayor integración de la zona
euro en su vertiente fiscal ha obligado a los miembros de su club a
tomar las medidas necesarias para adaptar sus estructuras. En el caso
que nos concierne, se han ido devaluando salarios y el mercado laboral
en general, creando tasas de paro espectaculares: 26% en España, 34%
en Grecia. Una juventud sin horizontes que se ha radicalizado. Énfasis
secesionista en Escocia y Cataluña. Solo la canciller Merkel se ha man-
tenido de pie ante el abismo del agujero negro, mientras los colegas que
había conocido cuando llegó a la cancillería en 2005, caían. Con esta
medicina dada a golpes, sin embargo, se ha hecho más patente que nun-
ca la necesidad de priorizar la movilidad laboral en la Unión. Debido
a la existencia de estados nacionales, fronteras lingüísticas y culturales,
esta movilidad sigue siendo difícil en el continente europeo, pero toda
política de publicidad tanto desde los órganos de la Unión como desde
los estados miembros para con la misma es poca si la comparamos con
el nomadismo laboral estadounidense o australiano. 2014, año que rima,
es el vigésimo séptimo desde la entrada en vigor del programa Erasmus,
y solo gracias a este programa ha nacido un millón de europeos, muchos
de ellos con doble nacionalidad. Y Erasmus no es el único programa
a tener en cuenta: Leonardo da Vinci, Grundtvig –hoy fusionados en
Erasmus Plus (Erasmus+)–, el Servicio Europeo de Voluntariado son
otros programas de gran importancia para que la medicina se dé con
mano de seda, o por lo menos sin tantos golpes como hasta ahora.
No existe un ejemplo más perversamente bueno que el griego para dar-
nos cuenta de cuánto daño ha causado la medicina dada a golpes. En
las elecciones de los cuatro días de mayo, el líder de la izquierda radical
griega, Alexis Tsipras, líder de la oposición, del partido que ganaría las
2.3 grecia:
ejemplo y paradigma de los males europeos
CUATRO DÍAS DE MAYO51
próximas elecciones legislativas (las cuales deberían celebrarse en 2015),
zoon politikon europeo que asusta a todo el mundo en el continente por
todo ello, fue designado el candidato de la Izquierda Unitaria Europea.
Alexis Tsipras y Alba Dorada son consecuencias políticas de la caída
helena en el agujero. En octubre de 2009, el Partido Socialista griego
ganó las elecciones legislativas después de que Karamanlis, premier sa-
liente que no supo esconder la situación a la que se encontraba su país, y
Giorgios Papandreu, hijo de una de las dinastías políticas más antiguas
del país –hijo del tres veces primer ministro Andreas Papandreu– tuvo
que gestionar la caída. Anunció que la situación económica del país
era catastrófica: el déficit presupuestario para 2009 sería del 12,5% en
lugar del 3,7% anunciado por el Gobierno Karamanlis. Anuncio tam-
bién que se había disimulado el verdadero tamaño de la deuda ante la
Comisión desde hacía una década, y más tarde se sabría que todo ello
se había hecho con ayuda y beneplácito de bancos alemanes, america-
nos y británicos y la complacencia de los colegas europeos. Se hicieron
públicas algunas previsiones estimando el déficit griego en un 12,7% y
el endeudamiento en el 113,4% para 2009. Unos números que eran, si
leíamos los periódicos, veíamos los telediarios y escuchábamos las gace-
tas radiofónicas, horrores para todo aquel que viviese en Europa.
En Alemania tabloides como el Bild no tardaron en estigmatizar a
todo un pueblo como seres irresponsables y deshonestos que necesi-
taban una penitencia para redimirse. Mientras tanto, Papandreu tuvo
que anunciar un plan de reducción del déficit para el año 2010 a fin de
contentar a los mercados financieros, a la Comisión y a sus colegas más
poderosos del colegio. Dicho anuncio no fue suficiente y en los días
siguientes los ataques especulativos de los mercados financieros y los
rumores de que el gobierno iba a declarar el cese de pagos volvieron a la
carga, hecho que llevó a la Comisión a reclamar más medidas, juzgando
que la situación del país amenazaba la estabilidad de los otros países eu-
ropeos. El PASOK, partido socialista, partido socialdemócrata, partido
de izquierdas, garante de la igualdad entre los ciudadanos, implemen-
taba la medicina creada en la farmacéutica europea, una quimioterapia
que destruyó a su partido en las encuestas: las medidas de austeridad,
como comenzaron a ser conocidas en 2009 en Grecia para después con-
CUATRO DÍAS DE MAYO52
tagiarse en toda la Union, eran de obligado cumplimiento para poder
recibir el rescate, una palabra llena de masoquismo pues no deja de ser
un antónimo. Las protestas encabezadas por los sindicatos, además de
enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden o entre gremios o
distintos grupos de presión, aparecían en las calles. La plaza Sintagma,
sede del parlamento heleno, pasó a ser un referente para los críticos de
la austeridad. La medicina dada a golpes consistía, como hemos visto en
apartados anteriores, en devaluar internamente salarios y sociedad para
reajustar la estructura económica griega, la más inestable y paradoxal de
la zona euro y de la Unión. Llegamos a oír propuestas rocambolescas
como vender islas enteras del Egeo a multimillonarios. Grecia se con-
virtió en una piñata a la que dar bastonazos.
El miedo, arma de ataque y medida de defensa, fue entre 2009 y 2011
la herramienta preferida para imponer los ajustes: ¿y si la crisis griega
repercutía en el euro? La canciller Merkel insistía en que cada miembro
de la Unión tenía la responsabilidad de mantener las finanzas públicas
en orden, hecho que ha acabado por caricaturizarla como una maestra
severa y rígida en muchos lares del continente. Con Grecia en lo más
hondo del agujero, la Unión se enfrentaba, no obstante, a un dilema:
no había regla en el tratado que afirmara que la Unión puede dejar que
sus miembros puedan rescatar financieramente a uno o varios de ellos.
Durante semanas, Alemania se negó a ayudar directamente a Grecia, a
rescatarla, alegando que los otros miembros de la zona euro no estaban
dispuestos a pagar por los errores griegos, además de sufrir las protestas
populares y una denuncia particular contra el gobierno.
Por otro lado, una intervención del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y, por tanto, una relación de dependencia respecto de él, no con-
tentaba a todos los miembros de la eurozona, porque recurrir al FMI
hubiera podido dañar la credibilidad del euro y conllevaba admitir
que la moneda única tenía problemas que debían gestionarse desde el
extranjero. Así, aunque el director del FMI de entonces, Dominique
Strauss-Kahn, señaló varias veces que estaría dispuesto a prestar dinero,
Grecia y la Unión se negaron a aceptar esta intervención. He aquí el
mejor ejemplo para comprender la lentitud europea a la reconversión de
la hilera de hormigas: el miedo. La valentía desbocada que permitió ha-
CUATRO DÍAS DE MAYO53
cer malabares de todo tipo con activos y pasivos durante casi una década
ahora se retraía tras una cerca. El miedo hizo que no hubiese voluntad
de acción durante unos meses de 2010. La crisis griega fue gangrenando
a su paciente y amenazó el riesgo de contagio en Portugal,España,Italia
e incluso Francia. La caída de Grecia al agujero negro lo hacía aún más
grande y avisaba con tocar los bordes de la sólida estructura alemana.
La situación griega alteró la confianza en los mercados financieros y
llevó a los inversores a retirar su dinero de esos mercados, amenazando
romper la estabilidad económica europea. Las agencias de calificación
puntuaron muy bajo, las tasas de desempleo crecieron, el malcontento
con las clases políticas –ahora podríamos decir que hay solo una clase
política en Europa, la europea– tomó las calles y finalmente los órganos
colegiados decisorios de la Union anunciaron que sometería a Grecia a
una supervisión severa para garantizar que el país tomara las medidas
anunciadas al mismo tiempo que el Eurogrupo, gremio de los minis-
tros de economía y finanzas de la Union –entonces presidido por Junc-
ker, un desconocido para muchos que seguía gobernando Luxemburgo
desde 1995–, ultimó un nuevo plan de rescate: una línea de crédito de
110.000 millones de euros para ayudar a Grecia durante tres años. Una
suma de 80.000 millones dados por la Union y 30.000 millones por
el FMI. Un 80% dado por la Unión en su conjunto y otro 20% por el
principal prestamista mundial, en el que entran otros actores financieros
muy importantes del planeta, como los EEUU o China. La medicina
para la estructura económica griega ha aparecido de la misma globali-
zación financiera. Y apareció entonces otro vocablo: troika. La palabra
rusa troika, utilizada para describir triunviratos soviéticos como el de
Stalin, Zinoviev y Kamenev que enviaron al ostracismo a León Trotsky
en 1923, es hoy un término despectivo que describe la entente entre
tres organismos complejos y casi deshumanizados: la Unión Europea, el
Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
La troika ofreció a Grecia un segundo préstamo de rescate de 130.000
millones de euros en otoño de 2011, con la condición de implementar
más medidas de austeridad. Pero el premier Papandreu respondió a este
anuncio anunciando, valga la redundancia, un referéndum sobre ese
nuevo plan de rescate, echándose atrás ante la intensa presión de sus
CUATRO DÍAS DE MAYO54
socios, quienes le amenazaron con no entregar un pago pendiente de
6.000 millones de euros que Grecia necesitaba hacia mediados de di-
ciembre. El 10 de noviembre de 2011, Papandreu optó por dimitir tras
un acuerdo con Nueva Democracia y Concentración Popular Ortodoxa
mediante el cual se nombraba al físico y economista Lucas Papadimos
como nuevo primer ministro de un Gobierno de unidad nacional inte-
rino, responsable de implementar las medidas de austeridad necesarias
para abrir paso al segundo rescate. Papadimos fue economista jefe del
Banco de Grecia entre las décadas de 1980 y 1990 y vicepresidente
de Trichet en la el gran banco continental. La respuesta al referéndum
anunciado por Papandreu fue fulminante: su dimisión, la retirada de la
votación y el acallamiento de la sociedad. La crisis griega también nos
describe cuán difícil es gobernar una sociedad democrática sin tener en
cuenta al pueblo, pues el pueblo jamás estará de acuerdo con aquellas
medidas que atenten contra una merma en su nivel de vida. La crisis
griega es paradigmática porque ha sido Grecia, y no otro país europeo,
el que más ha sufrido la caída al agujero y la toma a golpes de la medi-
cina. Ha sido el PASOK, el partido de izquierdas heleno decimonóni-
co, el primero en sufrir la andanada de las paradojas de la moribunda
socialdemocracia europea del siglo XX. Es Syriza la principal fuerza de
izquierdas en Grecia, un ejemplo para otras formaciones aparecidas en
la Union, como española Podemos. Y es en Grecia donde ha apareci-
do, como hemos visto, un partido nacionalsocialista que se ha apostado
como tercera fuerza política del país. Lucas Papadimos cumplió su co-
metido y un año después Nueva Democracia, el centro-derecha heleno,
volvía a gobernar de la mano de Andonis Samaras. Como en España,
el mismo partido que había creado las condiciones perfectas para caer
con facilidad en el agujero, debía gestionar parte de la salida del mis-
mo. Cuando Grecia volvió a los mercados, la canciller alemana afirmó
en Atenas: “Grecia ha cumplido sus promesas”. Y por promesas todos
entendimos deberes.
El segundo capítulo de este ensayo ha sido una visión general de la evo-
lución económica en Europa, terminando con el caso griego, el ejemplo
más paradigmático de la crisis fiscal europea. Las elecciones legislativas
de los cuatro días de mayo han sido vividas con mucha intensidad en la
republica helena, pues durante el recién pasado lustro de crisis, Grecia
ha jugado con varios destinos mientras caía en el agujero y la hilera de
hormigas se recomponía. Mientras algunas cabeceras anglosajonas y
alemanas parecían desear su salida de la Unión y la consiguiente im-
plosión socioeconómica y política de la misma, otros se aferraban a lasАВСТРИЈА
УНГАРИЈА
СЛОВЕНИЈА
БОСНА И ХЕРЦЕГОВИНА
СРБИЈА
ЦРНА ГОРА
РОМАНИЈА
МОЛДАВИЈА
УКРАИНА
БУГАРИЈА
МАКЕДОНИЈА
ГРЦИЈА
АЛБАНИЈА
ХРВАТСКА
Приштина
КОСОВО
Љубљана
Загреб
Будимпешта
Букурешт
Кишињев
Софија
Скопје
Тирана
Сараево
Атина
Белград
Подгорица
АЛПИ
и
ДИНАРИ
СТАРА ПЛ.
ПИНД
РОДОПИ
РИЛА
ПИРИН
ШАРА
GRECIA Y LOS BALCANES
3
IMAGEN 3.1
La península de los
Balcanes.
CUATRO DÍAS DE MAYO56
medidas impuestas por el club europeo para salvar o, por lo menos,re-
formar la estructura económica griega. Este capítulo comienza allá
donde ha terminado el segundo: en Grecia. Nos mantendremos en-
tonces en los Balcanes: las repúblicas de la extinta Yugoslavia son una
promesa además de un reto para la Unión, pues es ahí donde el gran
club europeo vive con intensidad tanto su pasado más reciente como su
futuro más prometedor.
Si la medicina ha parecido más bien una quimioterapia, Grecia es
aquel paciente de quien los médicos no saben aún si seguirá enfermo
por mucho tiempo o si está en remisión.Cuando el enfermo de Europa,
como llegaron a llamarlo los medios de comunicación durante el punto
álgido de la crisis del euro, por allá el verano de 2010, debía asistir ató-
nito a la refundación de su estructura económica –o, casi mejor dicho,
socioeconómica–, aparecieron afirmaciones como la siguiente: “Grecia
debería considerar la posibilidad de vender algunas de sus islas desier-
tas para reducir su deuda”. Sonaba a una fantasía provocada, quizás, por
la ingesta excesiva de yogurt, pero fue la insólita idea de dos diputados
del Bundestag alemán, pertenecientes a la CDU. Paralelamente, Mer-
kel, quien no soltaba barbaridades parecidas, estoica y luterana pedía a
su ya no tan homologo Papandreu de hacer los deberes. Y aparecía en
los medios y las manifestaciones griegas con esvásticas, brazo alzado y
bigotillo moreno. El tabloide alemán Bild llegó a vomitar: “¡Vendan sus
islas, griegos quebrados! Y la Acrópolis, también”.
Los sondeos de opinión mostraban que el 84% de los alemanes se
oponían a que la Unión ayudara financieramente a Grecia, pues gran
parte del dinero del rescate provendría de los bolsillos alemanes. El
dinero alemán, pues, no debía ser un regalo, sino recibir una contra-
partida: alguna de las 6.000 islas del Mar Egeo, de las cuales sólo 227
están habitadas, algunos los activos más valiosos de Grecia. Éstas son,
hoy por hoy, propiedad de algunas de las personas más ricas del mundo.
3.1 grecia
CUATRO DÍAS DE MAYO57
Vender alguna de ellas, sin embargo, era una sugerencia destinada a la
ofensa, a la penitencia. Grecia no estaba exenta de culpa y debía sufrir
una penitencia. Después llegaron los técnicos de Lucas Papadimos, los
cuales aguantaron medio año, hasta que en la tarda primavera de 2012
el partido político que había gobernado durante el inicio de la caída en
el agujero negro, Nueva Democracia (ND), volvía al gobierno después
de unas elecciones en las que el miedo a Syriza, a la contestación, a la
protesta, se adueñó de los medios de comunicación de toda la Union.
En plena caída al agujero, el Movimiento Socialista Panhelénico,
mejor conocido como partido socialista griego (el PASOK), ha pasado
de ser uno de los dos mayores actores políticos de la republica helénica
a vivir una travesía angustiosa. No es un partido de izquierdas, pues
este honor se lo ha tomado la coalición Syriza. No posee ni fuerza
suficiente para influenciar políticas. Es un actor muleta. Las elecciones
griegas de 2012 fueron hechas en dos tandas: una primera votación
en mayo, cuya victoria recayó en la ND de Andonis Samaras, y una
IMAGEN 3.2
Grecia, con el Egeo
al este y el Jónico al
oeste.
Cuatro Días de Mayo
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  • 2.
  • 3.
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  • 6. Cuatro días de mayo: Europa y las elecciones del 22 al 25 de mayo de 2014 1ª edición, junio 2015 © 2015 Finestra d’Oportunitat (www.finestradoportunitat.com) © 2015 Victor Solé, Carles Ferrés, Fernando Gascón, Luciano Napolitano, Marc Serra Diseño de cubierta y maquetación: Bruno Mayol (therighthandstudio.com)
  • 7. CUATRO DÍAS DE MAYO EUROPA Y LAS ELECCIONES DEL 22 AL 25 DE MAYO DE 2014 s o l é · f e r r é s · g a s c ó n · n a p o l i t a n o · s e r r a F I N E S T R A D ’ O P O R T U N I T A T
  • 8.
  • 9. CUATRO DÍAS DE MAYO9 ÍNDICE Introducción ............................................................................................. 13 1. La Unión y sus fantasmas 1.1. Dos mil catorce, un año con rima ........................................... 19 1.2. Ciudadanos europeos ............................................................. 23 1.3. El colegio de Europa .............................................................. 25 1.4. Candidatos de dentro y de fuera ............................................ 29 1.5. Miedo al experimento: euroescepticismos y eurocríticas ..... 32 2. La economía ha entrado en nuestras vidas como nunca antes 2.1. La economía en un pantano y el euro cojo ............................. 41 2.2. A veces la medicina se toma a golpes ..................................... 47 2.3. Grecia: ejemplo y paradigma de los males europeos ............. 50 3. Grecia y los Balcanes ............................................................................ 55 3.1. Grecia ...................................................................................... 56 3.2. Eslovenia y Croacia ................................................................ 61 3.3. Bosnia-Herzegovina: un reto en gangrena ........................... 66 3.4. La tozudez serbia .................................................................... 69 3.5. Macedonia, el hermano olvidado de la antigua Yugoslavia .. 72 3.6. ¿Nadie piensa en Albania? ..................................................... 73 4. Los colores de Italia ............................................................................. 77 4.1. ¿El fin del berlusconismo? ......................................................... 80 4.2. Il professore ............................................................................... 82 4.3. El Movimiento de Beppe Grillo ............................................ 85 4.4. Los tres conclaves ................................................................... 87 4.5. Italia y los cuatro días de mayo ............................................... 93 5. España cambia porque lo quiere Europa ............................................ 99 5.1. Vuelve la pobreza .................................................................. 100 5.2. Y Europa reformó la Constitución Española ........................101
  • 10. CUATRO DÍAS DE MAYO10 5.3. Del 15-M a Podemos ............................................................ 103 5.4. Rajoy, hombre de facción ...................................................... 107 5.5. La cuestión catalana ............................................................. 109 5.6. La corrupción, Europa y el nuevo rey .................................. 116 6. Pensando en Portugal ........................................................................ 123 7. La república monárquica imperfecta: Francia .................................. 127 7.1. La economía francesa en mayo de 2014 ............................... 128 7.2. El conflicto de los inmigrantes ............................................ 131 7.3. Las elecciones municipales de marzo de 2014 .................... 133 7.4. La maldición del presidente ................................................. 138 7.5. La desestructuración de la Quinta República ..................... 139 7.6. El escenario post elecciones europeas .................................. 144 8. Benelux, el corazón que pasa desapercibido ..................................... 149 8.1. Bélgica, complicadamente europea ...................................... 151 8.2. Los Países Bajos y su propio reto ......................................... 157 8.3. Luxemburgo, la cuna del nuevo presidente de la Comisión .. 161 9. Alemania, encantada de conocerse 9.1. Contexto previo a las elecciones del 25 de mayo ................. 165 9.2. Las elecciones generales de 2013 ......................................... 166 9.3. El Tribunal Constitucional entra en campaña .................... 167 9.4. El auge del euroescepticismo y de los populismos .............. 170 9.5. Los resultados de las elecciones legislativas europeas de 2014 en Alemania ................................................................... 172 10. La Gran Bretaña, isla y continente .................................................. 175 11. Irlanda ............................................................................................... 185 12. Europa Central ................................................................................ 189 12.1. Austria, el brazo de Mitteleuropa ...................................... 190 12.2. Hungría y Viktor ................................................................ 193
  • 11. CUATRO DÍAS DE MAYO11 12.3. Las repúblicas checa y eslovaca .......................................... 198 12.4. Polonia, una nueva hermana poderosa .............................. 203 12.5. Las repúblicas bálticas ....................................................... 207 13. Los reyes en el Norte: Dinamarca, Suecia y Finlandia ................. 213 14. El Este se ha movido al este ............................................................. 219 15. El Mediterráneo: ¿vía o frontera? .................................................... 225 15.1. Chipre y Malta .................................................................... 226 15.2. Lampedusa como consecuencia ......................................... 231 16. ¿Hasta dónde debe llegar la Unión? ................................................ 235 16.1. Pioneros en el Este .............................................................. 236 16.2. Los fuegos de la krajina ...................................................... 239 16.3. ¿Es la Unión Europea el continente europeo .................... 242 16.4. La gestión de la diversidad ................................................. 247 Epílogo ................................................................................................... 253 Notas ....................................................................................................... 257 Bibliografía ............................................................................................ 261 Autores ................................................................................................... 263
  • 12. CUATRO DÍAS DE MAYO12
  • 13. Los ciudadanos de los veintiocho estados miembros de la Unión Europea escogieron a sus representantes para el Parlamento Europeo entre el jueves 22 y el domingo 25 de Mayo de 2014, un año que venía cargado de historia mucho antes de nacer. Cuatro días en los que los ciudadanos de la Unión Europea, cuyo número de habitantes cuenta más de 500 millones, por detrás de China e India, se han sentido (¿o no?) dueños de su destino. Después de los Cuatro Días de Mayo surgió un Parlamento Europeo, institución que engloba todos los deseos de la idea Europa,sin olvidar todas sus complejas realidades,con dos bloques determinados: los eurodiputados favorables de la lenta pero perenne construcción de la integración europea –los europeístas de siempre–, y los que se oponen exponencialmente a esta realidad.Los euroescépticos son una consecuencia de las disfuncionalidades y, al mismo tiempo, de las problemáticas no resueltas del superestado europeo. Podríamos iro- nizar que los movimientos de entendimiento entre diferentes partidos euroescépticos nacionales, como el Frente Nacional francés de Marine Le Pen o el Partido Popular por la Libertad y la Democracia holandés de Geert Wilders, crean la paradoja de que son europeístas siendo eu- roescépticos, entendiendo como europeísta todo recurso o factor que confluye positivamente en la meta de la construcción de la sociedad europea: para luchar contra la Unión Europea utilizan todos sus ancla- jes e instituciones, aprovechándose de los mismos, disfrutando de unos privilegios difíciles de abandonar. (Sabemos que acabamos de hacer una afirmación muy polémica, pero encontrarán una mayor explicación de la misma en el capítulo 1.5). El euroescepticismo, empero, no puede introducción
  • 14. CUATRO DÍAS DE MAYO14 recibir ni alabanzas ni críticas delirantes, sino que debe ser analizado fría y empíricamente: es una consecuencia de esta Unión repleta de matices. La economía de la Unión, que cuenta 11 billones de euros, es mayor a la de los Estados Unidos de América. La crisis financiera que fustigó al mundo desde su epicentro en Wall Street transmutó en una crisis económica y social transformadora que ha hecho patente la paradoja europea a los ojos tanto del ciudadano de a pie como de sus representantes. Europa, desde su núcleo carolingio hasta sus periferias latina, báltica y bizantina, es una señora mayor con premio Nobel de la Paz que no se merece que sólo crean en ella las élites intelectuales y po- líticas tanto del Distrito Europeo (las capitales político-administrati- vas de la Unión: Bruselas, Luxemburgo, Estrasburgo, Frankfurt) como de los diferentes estados miembros, sino que sean sus conciudadanos los que sientan como propia tanto la inigualable institucionalización supranacional europea como su ideario. La ciudadanía llamada a las urnas durante los Cuatro Días de Mayo fue juez y fiscal tanto de la realidad como del deseo. El jueves 22 abrieron los colegios electorales del Reino Unido y los Países Bajos; el viernes fue el turno de Irlanda y República Checa; el sábado fueron a votar los ciudadanos de Letonia, Eslovaquia y Malta; el resto votó el domingo; Italia, además, retrasó los resultados porque cerró los colegios electorales a las once de la noche. Muchos criticaron que la Unión cediese la competencia de la cita con las urnas a sus estados miembros, aludiendo que el Parlamento Eu- ropeo hubiese tenido que organizar el sufragio por lo menos durante el fin de semana del 24 y 25 de mayo,de una hora determinada a otra hora determinada. Estas voces críticas desconocen que el Parlamento Eu- ropeo no puede legislar en este asunto porque no posee la potestad de redactar una ley electoral europea, aun siendo de mínimos. Estas voces críticas, además, olvidan que hay estados unitarios, como la India, que organiza sus jornadas de sufragios durante una semana entera. Cierto es que la Unión debería tener una normativa de mínimos en este asun- to, aunque esta fruta también caerá. El Parlamento resultante cuenta 751 representantes. Las elecciones legislativas componen un cuadro del que apareció el nuevo gobierno y la nueva administración de la Unión: la Comisión, fuertemente influenciada por el Consejo Europeo (aún),
  • 15. CUATRO DÍAS DE MAYO15 reunión ahora prácticamente mensual, entre los jefes de estado y de gobierno de los Veintiocho estados. La res publica colegiada de Europa establece pues quién es el verdadero elector: ¿los representantes de la ciudadanía o los equilibrios de los estados? El presidente de la Comi- sión fue elegido por el Parlamento bajo recomendación del Consejo, teniendo en cuenta el resultado de los cuatro días de mayo. La realidad europea juega a la paradoja porque algunas o ninguna de las cabezas de lista a escala continental ha hecho discursos, entrevistas, conferencias en todos los estados miembros de la Unión, sino que lo han hecho a escala paneuropea, dejando que en cada circunscripción los represen- ten políticos nacionales que se invitan a practicar la representación de la ciudadanía europea en el órgano legislativo más importante de la Unión. Y cada estado miembro dispone qué tipo de circunscripción o circunscripciones establece para escoger a los representantes continen- tales: en España, Alemania o los países bálticos hay circunscripción única, mientras que en Italia, Francia o Polonia las circunscripciones son macrorregionales, es decir que el país se subdivide en grandes dis- tritos electorales con denominación geográfica (en Italia, por ejemplo, hay cinco macrodistritos electorales: Noreste, Noroeste, Central, Sur e Islas). Europa, precisamente por su búsqueda de una unidad más am- plia y profunda, también seguirá siendo acosada por sus propias divi- siones internas, sobre todo económicas. Estas son también expresión intemporal de su geografía. Europa es la gran península occidental del continente euroasiático, una península de penínsulas en que los dife- rentes mares que la cincelan, sin olvidar las múltiples sierras divisorias y mesetas y llanuras que la esculpen, ha producido una sociedad de múltiples éticas y culturas que, aunque presentaran desavenencias en su navegación por las corrientes de la Historia, ha logrado crear una pax europea nunca experimentada en el continente hasta la fecha. Las instituciones europeas han barnizado los Cuatro Días de Mayo de 2014 como las elecciones más importantes de la Unión, y aun así la abstención global ha alcanzado el 59,91%. Nada será igual, han repeti- do hasta la saciedad, y siguen repitiendo, desde Bruxelles DE (Bruselas Distrito Europeo). La Historia, plasmación humana del tiempo, vigila los movimientos de Europa, sus errores y sus fatalidades, ya le ha dicho
  • 16. CUATRO DÍAS DE MAYO16 que sin unificación no será un actor importante dentro de la Tierra global. Europa debe conocer sus límites políticos, geográficos, histó- ricos, socioeconómicos. Desde Finestra d’Oportunitat hemos querido utilizar esta ventana de oportunidad, valga la redundancia, para forma- lizar nuestro primer análisis político, nuestro primer ensayo, nuestro primer proyecto de análisis o investigación politológico más allá de los artículos que vamos publicando semanalmente en nuestro portal web. Seguramente habrán leído centenares de análisis o les habrán ofrecido muchos más, y aun así ustedes los habrán guardado en cajones de sas- tre, u olvidados para siempre. Sin embargo, fieles a uno de nuestros le- mas –la sentencia kantiana La objetividad es la suma de las subjetividades –, hemos querido dotar al mundo de las ideas y la ciencia política con nuestro grano de arena. En este ensayo comenzaremos con un análisis del contexto global inmediatamente anterior y posterior a los Cuatro Días de Mayo. A partir de aquí, echaremos un vistazo a los distintos países de la Unión, algunas veces teniendo en cuenta una región euro- pea entera –Europa Central, por ejemplo, con todos sus miembros– y otras veces teniendo en cuenta un país determinado (encontraremos un capítulo para Alemania, otro para Francia, etc.). Europa es un actor internacional complejo y complicado, pero que se sabe reinventar para poder seguir sentándose en la mesa de Cronos. Europa sabe de His- toria pero la olvida, conoce su psicología pero no se sienta en el diván, entiende de geografía pero prefiere dejar la cartografía en las estante- rías. Veremos los movimientos, estrategias y voluntades de los partidos políticos continentales, el clamor de los euroescepticismos, la respuesta que a ellos les ha dado la Comisión, el Consejo y el Parlamento hasta los Cuatro Días de Mayo. El futuro no es una ciencia exacta, sino un tentativo perenne de adivinación.
  • 17. CUATRO DÍAS DE MAYO17 Europa es la península de penínsulas más occidental de Eurasip.
  • 18. CUATRO DÍAS DE MAYO18
  • 19. Dos mil catorce sella 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial. Según el historiador británico Eric Hobsbawm, 1914 es una fecha ignominiosa para la humanidad, pues comenzó la Guerra Total que duraría hasta 1945, una época que algunos también han clasificado como la Segunda Guerra de los Treinta Años: por su contenido geo- gráfico –principalmente europeo pero con consecuencias mundiales– como por su contenido ideológico. Si la primera Guerra de los Treinta Años (1618–1648) fue la que terminó con las cuitas religiosas entre católicos y protestantes y la que dio a luz a los pactos de Westfalia, la LA UNIÓN Y SUS FANTASMAS 1 1.1 dos mil catorce, un año con rima IMAGEN 1.1 Europa es la península de penínsulas más occidental de Eurasip.
  • 20. CUATRO DÍAS DE MAYO20 segunda (1914–1945) enfrentó a aquellos que preferían ideas totalita- rias a los que lucharon a favor de la libertad y la democracia. Sea como fuere, y dejando de lado las lecturas sesgadas y parciales, 1914 fue un año en el que nada volvió a ser como antes. 2014 también sella el 200 aniversario del Congreso de Viena, en el que Europa quiso olvidar los aires de la Revolución Francesa pero al fin y al cabo no lo consiguió. El año 2014 también es el 1200 aniversario de la muerte de Carlomagno, cuyo reinado movió la concepción Europa del eje medi- terráneo –oeste a este y el Mare Nostrum– al eje continental –norte a sur– e intentó recrear un nuevo imperium –en su caso, sinónimo de dominio– social y político en todo el continente, considerándose así heredero de los éxitos pluscuamperfectos de Roma. En agosto de 2014 se celebraron 2000 años de la muerte de Oc- tavio Augusto, primer emperador de Roma. Finalmente, 2014 fue el vigésimo quinto aniversario de la Caída del Muro de Berlín, cuyas consecuencias harían caer también a la Unión Soviética y a que Francis Fukuyama afirmara arrogantemente que habíamos llegado al fin de la historia. Siguiendo con las fechas y recordando referéndums –muy de moda en Europa este año que nos ocupa–, nueve años antes de 2014 los ciudadanos de España fueron a votar en referéndum. Fue el último re- feréndum que se celebró en España. Hacía un año y pico que José Luis Rodríguez Zapatero era el presidente del Gobierno central español, la economía mundial cabalgaba sobre la burbuja financiera, las econo- mías española –y catalana– sobre la burbuja del ladrillo; era 2005, na- die podía intuir la tormenta que surgiría pocos años después. Fueron a votar para refrendar el Tratado de Constitución Europea que había redactado la Convención constitucional presidida por Valery Giscard d’Estaing. El 76% de la ciudadanía lo aprobó, frente al 17%: los prin- cipales partidos del establishment español y catalán se mostraron a fa- vor, otros, junto a los sindicatos, en contra. Alemania, Italia, Bélgica, Austria, las repúblicas bálticas... hasta 18 Estados miembros habían ratificado el Tratado de Constitución Europea, tanto por vía parla- mentaria como mediante un referéndum. La ratificación del tratado, que como siempre debía hacerse por la unanimidad de los estados, estaba hiendo como la seda, hasta que en Mayo la ciudadanía francesa
  • 21. CUATRO DÍAS DE MAYO21 votó mayoritariamente en contra con casi el 55% de los sufragios, y pocos días después, ya en Junio, Holanda hizo lo mismo, con un voto contrario que ascendía al 61%. La regla de la unanimidad, rota. Las ciudadanías francesa y holandesa expresaban su rechazo a una cons- titución que quería nacer con los procedimientos tradicionales de la Unión Europea. Todos los vicios de la Unión aparecían crudamente en plena bonanza, como una nube negra en medio de un cielo luminoso y claro, donde el azul es sincero y entero. Los Estados miembros que aún no habían ratificado el TCE descartaron hacerlo. La Unión volvía a vivir una crisis institucional interna, una broma si la comparamos con la crisis que aparecería pocos años después. Está claro a estas alturas que la crisis del TCE no sería la primera, pero tampoco fue la última. Desde la creación del embrión de la Unión, aquella ya lejana Comuni- dad del Acero y el Carbón de 1951, la Unión ha vivido muchas crisis de identidad debidas a su idiosincrasia, a su extraña estructura. En las facultades o licenciaturas de Ciencia Política se tiende a clasificar a la Unión Europea como entidad supranacional: ¿es una organización internacional (asociación de estados plenamente soberanos, que no ceden ninguna porción de soberanía)? ¿Es una confederación (unión de estados que conservan la propia soberanía)? ¿Es una federación de estados (unión de estados que ceden una porción de la propia soberanía en cuanto a política económica, exterior y de defensa, entre otros)? La Unión posee una cámara legislativa, el Parlamento, que repre- senta a la ciudadanía europea, todos los ciudadanos de la Unión sean de donde sean, la voz del pueblo. Posee un gobierno y una adminis- tración propias, la Comisión, que trata y coordina asuntos políticos comunes europeos. Y finalmente posee el órgano que representa a los Estados miembros, el Consejo Europeo, en el que se reúnen periódica- mente los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. La Unión es un club de estados y al mismo tiempo es más que una sencilla asociación, tiene características de federación, pero no es exactamente una unión de estados federados. Todo eufemismo, toda pincelada, es poca para explicar qué es en realidad la Unión Europea. Deberíamos empezar a utilizar más a menudo el término Unión en lugar del acrónimo UE. Las palabras cuentan, aunque en la Unión hay pulsiones tanto integra-
  • 22. CUATRO DÍAS DE MAYO22 doras como desintegradoras; las palabras ayudan a mantener un marco mental estable de una determinada realidad. La Unión lo es, y crece a medida que vive sus crisis, que ponen el acento en la rara avis europea. El Tratado de Lisboa fue una rápida respuesta a la fracasada Constitu- ción de 2005. Los máximos del TCE se ratificaban por la vía clásica: la unanimidad, por vía de la firma de los máximos representantes a nivel estatal. Sin embargo se olvidaban los iconos y símbolos: adiós a la bandera y al himno europeos, constitucionalmente establecidos por primera vez. La Unión tendría a partir de entonces un presidente permanente del Consejo, que coordinaría este órgano, convertido en institución. Se estableció un Alto Representante para la Política Ex- terior y de Seguridad Común, a la vez Vicepresidente de la Comisión Europea. Todos los tratados anteriores quedaban así unificados en una única carta pseudoconstitutiva que mantenía las tres características de la Unión: competencias exclusivas –unión aduanera, normativa sobre el mercado interno y la competencia, política monetaria de los Esta- dos con el euro, política pesquera común, entre otros–; competencias compartidas con los estados –política fiscal, política exterior, medio ambiente, entre otros–, y competencias de apoyo –industria, cultura, educación, turismo, entre otros–. El Tratado de Lisboa tenía que ser una respuesta no sólo a la crítica de las ciudadanías francesa y holandesa, sectores muy importantes de la ciudadanía europea –al fin y al cabo, Francia y Países Bajos son es- tados fundadores tanto de la estructura institucional europea desde la década de 1950 como de su idea fundacional, una Europa unida en paz y concordia–, sino también de una respuesta simplificadora de la Unión en sí. Una respuesta que nació bastarda porque poco después de apa- recer ya expresaba sus disfuncionalidades. La crisis del euro ha sido la más dura, ha desnudado a la Unión, ha deslegitimado sus estructuras, ha desprestigiado la moneda única. Grecia entró en quiebra, Portugal e Irlanda la siguieron poco después, España fue intervenida por cana- les diferentes, pero también ha sido rescatada. Las tasas de paro en los países mediterráneos duplican o triplican las de los estados de la Eu- ropa Central. Alemania contra los mediterráneos, los mediterráneos contra el Norte, la geografía en su vertiente más cruda, una moneda
  • 23. CUATRO DÍAS DE MAYO23 que hacía sufrir a una sociedad. Si Karl Marx viviese, presentaría el 18 Brumario de Luis Bonaparte en alguna librería, como muchos eco- nomistas que nadie conocía hicieron con sus teorías: “¡Nosotros ya lo sabíamos!”. Presentando su libro, Marx nos diría que la historia tiende a repetirse como farsa, y entre el público Mark Twain le contestaría que la historia rima, mientras que Nietzsche sencillamente suspiraría que todo es “humano, demasiado humano”. Confusión, nerviosismo, reuniones interminables de los líderes desprestigiados: sólo queda la canciller Angela Merkel; todos sus colegas han sido sustituidos por si- milares debido al tsunami de la crisis monetaria europea. La respuesta a esta crisis ha sido una mayor integración y cesión de soberanía: a la pata monetaria de la Unión se ha añadido la fiscal. Voces críticas, de derecha e izquierda, vociferan que las antiguas y seculares naciones europeas, con sus sociedades y sus pueblos, están en peligro, mientras toda decisión pasa por las manos de los burócratas y los tecnócratas del Distrito Europeo, fantasmas que administran de forma inclemente los rescates y la soberanía regalada: los hombres de negro, el color de la tinieblas, del vacío. La ciudadanía de la Unión fue creada por el Tratado de Maastricht en 1992, figura entre los artículos 18 a 25 del Tratado de Funcionamien- to de la Unión Europea y en el título V de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Es una ciudadanía complemen- taria y no sustitutiva de la ciudadanía nacional. Los ciudadanos de la Unión son titulares de los derechos y sujetos de los deberes previstos en el Tratado. ¿Supondría la posible independencia de las naciones catalana y escocesa, por poner ejemplos en boga, que sus ciudadanos, soberanos y los que se les han garantizado una serie derechos y deberes inalienables a la calidad humana, que los perderán por haber decidido libremente un nuevo status? ¿Es ésta una Unión que no representa ni respeta la voluntad de su ciudadanía? Esta Unión sufre unas disfun- 1.2 ciudadanos europeos
  • 24. CUATRO DÍAS DE MAYO24 cionalidades muy concretas, tanto en cuanto a su discurso como en su estructura supranacional: ¿tienen más peso las personas que se reúnen en el Consejo Europeo o las que debaten y legislan en el Parlamento de la Unión? Otro reto que la Unión debe resolver es la todavía escasa coordinación en cuanto a asuntos exteriores. Es cierto que la Política Exterior encarnada por la baronesa Catherine Aston ha logrado algu- nos éxitos, como la ratificación por parte de Irán en algunos puntos de su programa nuclear, pero es una de las carpetas que nos hacen vis- lumbrar la mayoría de las disfuncionalidades de la Unión en algunos ejemplos como la crisis humanitaria en la República Centroafricana, en la que se ha involucrado Francia pero no Alemania –entre otros–, o la crisis de Crimea, evolución perversa de la Revuelta Euromaidán ucraniana. Como veremos en su correspondiente capítulo de este en- sayo (capítulo 16), la Unión jugó fuerte en Ucrania y se encontró con el oso ruso en la puerta, denunciando con razón el golpe de estado que destituyó al presidente corrupto Viktor Yanukovich, presidente que fue elegido libre y limpiamente en 2011 en unas elecciones presi- denciales en las que su contrincante, Yulia Timoshenko, no consiguió movilizar el voto de las regiones pro-occidentales a su favor. Haber entrado en las cuitas internas ucranianas ha sido un grave error de la política exterior europea, que ha legitimado un nuevo gobierno ucraniano con partidos ultranacionalistas o neonazis (Svoboda, Pravy Sektor), gobierno que eliminó el decreto que incluía el ruso, el hún- garo y el rumano como lenguas cooficiales de aquella república de Europa Oriental. Por tanto, ¿la Unión defiende o ataca los derechos de expresión de todos los pueblos de Europa, estén o no dentro de la Unión Europea? Una vez que la Ucrania post-Euromaidán ha esta- blecido un nuevo gobierno más afín a la Unión, ¿será ésta garantía de un futurible derecho de ciudadanía europea para este gran país de la Europa Oriental? La Unión no puede permitirse estos interrogantes porque no es un ente suficientemente sólido como para responderlos. Esta cínica ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2012 ha cele- brado sus elecciones legislativas durante cuatro días de mayo.“Nada volverá a ser lo mismo”, afirmaban y siguen afirmando desde Bruselas DE: por primera vez el Consejo Europeo ha tenido que aconsejar al
  • 25. CUATRO DÍAS DE MAYO25 Parlamento un representante de la lista más votada, ha tenido que to- mar en serio a la composición resultante de las elecciones legislativas europeas. Uno de los presidentes de la Comisión más tecnócratas –y más estables–, José Manuel Durão Barroso, ha dejado paso a un nuevo presidente quizás con mayor visibilidad política. El primer presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rampuy, también ha acabado mandato. ¿Comienza una nueva era? Comienza desde luego una nueva etapa de la historia de la Unión Europea. Cuando en plena tempestad financiera comenzó la legislatura 2009– 2014 y a los pocos meses aparecieron sus colaterales crisis de la deu- da soberana en algunos miembros de la Unión, y del euro en todo el corpus europeo, el Consejo Europeo estableció a su primer presidente permanente. Después de muchos dimes y diretes en los que sonaron 1.3 el colegio de europa IMAGEN 1.2 Mapa físico de Europa: su vertiente meridional y mediterránea está bañada por mesetas y cordilleras, mientras que en cuanto más al norte vamos, más llanuras encontramos.
  • 26. CUATRO DÍAS DE MAYO26 nombres fuertes como el ex presidente socialista español Felipe Gon- zález o el ex primer ministro laborista británico Tony Blair, los jefes de estado y de gobierno eligieron que el coordinador de la institución que los reúne recayera en el primer ministro belga del momento, Her- man Van Rampuy. Éste no comenzó su mandato hasta el primero de Diciembre de 2009, siendo víctima de la lenta ratificación por unani- midad de los Veintisiete miembros. Herman Van Rampuy es el pri- mer presidente permanente del Consejo, ha sido un personaje discreto, tranquilo, paciente. Flamenco, belga, conocedor de los entresijos del Distrito Europeo, fue elegido por sus colegas para representar al Con- sejo. Una de las características más interesantes del Consejo Europeo es cómo se le llama en inglés: Consilium, una palabra latina. Segura- mente para diferenciar este Consejo del Consejo de Europa (Counsil of Europe), nacido en 1945, organización internacional sensu strictu que engloba a todos los países de los antiguos bloques soviético y filoa- mericano del continente. En 2009 fue reelegido como presidente de la Comisión el portugués José Manuel Durão Barroso, quien comenzó su primer mandato en 2004, y quien ha tenido que supervisar las po- líticas económicas y financieras dirigidas en sacar a la zona euro del pozo de desconcierto en el que se sumió al entrar Grecia en bancarrota en 2010. Barroso ha sido un presidente de la Comisión estable, con un mandato que ha durado una década, un hecho que no sucedía desde Jacques Delors (1985–2995), quien es recordado muy positivamente en los corrillos europeístas por su fervor integrador: al fin y al cabo, fue Delors quien empujó a la Comunidad Económica Europea a transfor- marse en Unión Europea y a poner la semilla de la unión monetaria, cuyo resultado ha sido tanto el euro como su crisis y la consiguiente resolución de la misma. El espíritu de Delors, sin embargo, no se ha visto en ningún mo- mento en el tecnócrata portugués. Barroso ha sido el “tecnócrata de las Azores”, el único superviviente de aquella reunión en el archipiélago luso y atlántico en la que el presidente de Estados Unidos George W. Bush, el premier británico Tony Blair y el presidente del Gobierno español José María Aznar decidieron invadir Iraq, en una reunión ce- lebrada en 2003 y cuyas consecuencias políticas fueron nefastas para
  • 27. CUATRO DÍAS DE MAYO27 los invitados menos para el anfitrión, quien en aquellos momentos era el primer ministro de Portugal . Barroso saltó en Noviembre de 2004 a la Comisión, tomando las esperanzas del Consejo y del Parlamento de gestionar la Constitución Europea que saldría de su Convención unos meses después y que, como hemos visto, fue rechazada al romperse la regla de la unanimidad. En vez de gestionar el sueño del TCE, la Comisión Barroso tuvo que ayudar al Consilium a redactar un nuevo tratado, el de Lisboa, que estableciese algunos mínimos ya redactados en el no-nato TCE. Con sigilo y paciencia, Barroso ayudó a que el Tratado de Lisboa comenzara a andar en 2009, y como premio a su tecnócrata gestión se le consideró el más apropiado para gestionar su implementación. Nos atreveríamos a afirmar que la Unión es una es- pecie de res publica colegiada. No es una organización internacional, pero tampoco una confederación, y menos aún una federación de esta- dos. Es un corpus extraño en el que sus instituciones supranacionales están ganando poderes gracias a los distintos contextos que el azar pone encima de la mesa de la Historia Europea encetada en 1951. La tutela americana a veces pierde la paciencia ante esta extraña polity laberíntica y necesitada siempre de consensos y determinismos poco claros. Es una res publica colegiada en la que sus dos presiden- tes podrían ser vistos como dos cónsules romanos, pues no está claro quien posee más potestas, si quien preside la Comisión o si quien pre- side el Consilium. Ambos cargos reciben el nombre de presidente, y ambos cargos recogieron el Premio Nobel de la Paz de 2012 en Oslo, enseñando al mundo las dos caras del colegio europeo: la cara que representaría al público unitario, la Comisión; y la cara que represen- taría a los distintos públicos, todos ellos con igual capacidad de voz, el Consilium. Justamente el speechwriter de Van Rampuy, el filósofo e historiador Luuk Van Middelaar escribe la existencia de estos dos públicos europeos a veces enfrentados en el paso hacia Europa: el pú- blico de la Unión como corpus único, y los públicos de los distintos estados, cada uno de ellos diferente de los demás. Esta funcionalidad disfuncional obliga a los reunidos en el Consilium a tener dos caras, continúa Van Middelaar: por un lado aquella que ve todo el público de la Unión, y por otra su propio público, el estatal. “Es bueno para
  • 28. CUATRO DÍAS DE MAYO28 Europa porque es buena para nuestro país”, recuerda Van Middelaar que dirían los jefes de Estado o Gobierno. Angela Merkel, por ejem- plo, es vista negativamente fuera de Alemania, mientras que en el país que gobierna desde 2005 posee altos índices de popularidad desde el comienzo de su primer mandato. El órgano colegiado es un órgano o una institución constituida por una pluralidad de personas naturales con el fin de deliberar y adoptar decisiones. Es un mecanismo jurídico colectivo que delibera y acuerda decisiones democráticamente por con- senso, unanimidad o mayoría, los cuales expresan la voluntad unitaria respecto de un interés público. Algunos órganos colegiados pueden incluso establecer algunos representantes de entidades públicas, de la sociedad civil o instituciones intermedias. Una decisión colegiada es, finalmente, aquella que se toma teniendo en cuenta a todos o a la mayoría de los puntos de vista reunidos y expresados en el órgano o institución establecidos para tal fin. El Consejo Europeo es un órgano colegiado: en él se reúnen los jefes de Estado y/o de gobierno de los Veintiocho, más el presidente del Parlamento Europeo, el presidente de la Comisión y la Alta Representación de la Política Exterior Euro- pea –que a la vez es una vicepresidencia de la Comisión–. En la legislatura 2009-2014, como en todas las anteriores, la gran mayoría de las decisiones más relevantes en cuanto a la Unión se toma- ron pasando por el filtro colegiado del Consilium –la Unión convertida en Veintiocho más cuatro–. Una diversidad más del experimento eu- ropeo, como lo definió Zygmund Bauman, pues es en ésta institución donde confluyen las decisiones más relevantes, lo que choca con la función y alma del Parlamento Europeo, el cual representa al conjunto de la ciudadanía –los Veintiocho convertidos en Unión–, el cual, junto a la Comisión, posee un solo público.
  • 29. CUATRO DÍAS DE MAYO29 De las elecciones legislativas europeas de los cuatro días de mayo ha surgido el primer presidente de la Comisión elegido “directamente” por la ciudadanía, por lo menos de aquella que ha votado. Hasta la fecha el Consejo Europeo se reunía y, a partir de los equi- librismos entre estados, decidía quiénes debían administrar la Unión desde la Comisión. Mientras que el Parlamento siempre ha funciona- do como una cámara legislativa en la norma general de dichos órganos legislativos, la Comisión se decidía hasta la fecha desde el Consejo y sin la voluntad palpable del Parlamento. Por primera vez desde 1979 –año en que se puso en funcionamiento el Parlamento Europeo– esta institución resulta clave para la Comisión, pues ha sido el candidato de la lista más votada el que ha sido “recomendado” por el Consi- lium como nuevo “primer ministro” de la Unión. Cabe destacar, sin embargo, que los tres principales candidatos, Martin Schulz por el Partido Socialista Europeo (PES en su acrónimo inglés), Jean-Claude Juncker por el Partido Popular Europeo (EPP en sus siglas inglesas) y 1.4 candidatos de dentro y de fuera IMAGEN 1.3 Fotograma del debate entre los candidatos a presidir la Comisión Europea. De izquierda a derecha: Alexis Tsipras (GUE), Ska Keller (ELA), Martin Schulz (PSE), Jean- Claude Juncker (EPP) y Guy Verhofstadt.
  • 30. CUATRO DÍAS DE MAYO30 Guy Verhofstad por la Alianza de los Liberales y los Demócratas por Europa (ALDE en su acrónimo anglo), han sido tres insiders, tres per- sonas que conocían las instituciones de la Unión desde dentro y desde hace años: Schulz como eurodiputado y como presidente saliente del Parlamento, muy activo si se lo compara con su predecesor, el polaco Jerzy Buzek; Verhofstad como activo eurodiputado desde 2007 y pre- mier belga durante un largo período –1999 a 2008–, hecho que pro- yectó su personalidad en la esfera pública europea; y Juncker presidió el Eurogrupo de 2005 a 2013 y fue primer ministro de Luxemburgo de 1995 a 2013. Tres hombres muy vinculados a la Unión tanto desde sus despachos comunitarios como desde sus despachos nacionales: al fin y al cabo, Bruselas es tanto la capital administrativa y política de Bélgica como de la Unión, y Luxemburgo es sede del Tribunal de Justicia, sin olvidar a Alemania, miembro fundador de la Europa inte- grada. Quieran o no, estos tres insiders representan al núcleo carolingio de la Unión, el núcleo político europeo, vistoso en su forma geográfica como histórica. Otra insider ha sido la joven alemana Ska Keller, de los Verdes, la única mujer candidata, quien es eurodiputada desde 2009. Mientras que la Alianza Libre Europea (ELA es su acrónimo inglés, y IMAGEN 1.4 Edificio del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
  • 31. CUATRO DÍAS DE MAYO31 en el Parlamento ha formado grupo con el Partido Verde Europeo) no ha presentado candidato formal, Izquierda Unida Europea no dudó en encomendarse a Alexis Tsipras, en esos momentos líder de la oposición griega y del partido de izquierda radical Syriza. El debate a cinco de jueves 15 de mayo (retransmitido en 20 países, por 40 canales y debati- do en inglés entre Schultz, Verhodstadt y Keller, francés por Juncker y griego por Tsipras) fue el primero desde 1979: cinco candidatos forma- les a presidir la Comisión Europea, más allá de los dimes y diretes que circulaban por Bruselas DE acerca de la posibilidad de poner candida- tos de consenso como Christine Lagarde, directora del Fondo Mone- tario Internacional (FMI), por el PPE, o incluso el ex primer ministro italiano Enrico Letta, por el PSE. Según el TUE, de hecho, quien po- see la potestad de decidir quién presidirá la Comisión y quiénes serán los comisarios es el Consejo Europeo, mientras que al Parlamento se le confiere una aparentemente simple potestad de influencia. Una influencia que la gran mayoría de partidos se tomaron muy en serio, pues por primera vez en la historia de las campañas electo- rales al Parlamento Europeo han aparecido partidos “verdaderamen- te” paneuropeos: los candidatos Juncker, Schultz, Verhofstadt, Keller (quien, en su caso, formó tándem con el francés José Bové) y Tsipras se pasearon por la mayoría de los 28 estados miembros, apoyando a sus lugartenientes y presentándose ante las diferentes opiniones pú- blicas –cuya suma es, a fin de cuentas, la opinión pública europea. Este hecho contrasta, además, con las elecciones europeas de 2009, las cuales supusieron un mero trámite en cuanto a la Comisión: se trataba de conferirle estabilidad a la Administración de la Unión, mantenien- do a José Manuel Durão Barroso como presidente cinco años más: la entente entre los dos principales grupos políticos europeos –PPE y PSE– fue fundamental para conservar al tecnócrata de las Azores en su despacho, y las elecciones un mero trámite legitimador. Al juego de similitudes con la antigua Roma, a la que tantas otras civilizaciones europeas herederas de la misma quisieron hacer pare- cer los imperios que en algún momento dado de la Historia les tocó formar, podríamos afirmar incluso que junto a los presidentes de la Comisión y del Consejo posa el presidente del Parlamento, formando
  • 32. CUATRO DÍAS DE MAYO32 un triunvirato que volvería a hacernos entender cuán colegiadas son las decisiones sociopolíticas de la Unión, una colegialidad apreciable y que pone los pelos de punta a altos funcionarios y políticos estadouniden- ses, por poner un solo ejemplo, los cuales siempre han preguntado a sus homólogos europeos a qué teléfono llamar. La gobernanza europea es un experimento basado en la colegialidad, un presente lento pero dispuesto a seguir su camino hacia una mayor integración, no sin los baches que tanto gusta sufrir. Cuando un mundo no ha terminado de morir y otro no ha terminado de na- cer, aparecen los monstruos. Esta sentencia de Antonio Gramsci tiñe con una leve fatalidad el dilatado presente, casi eterno, en el que debe vivir la Unión. Como hemos apuntado anteriormente, esta entidad no es ni una organización internacional, ni una confederación, ni una federa- ción, sino una mezcla de estas tres: un ente supranacional. Un umbral en el que uno quiere entrar pero que difícilmente tiene intención de salir, pues la salida del umbral puede llegar a ser mucho más peligrosa que el deseo de entrada. Y al fin y al cabo no es ni el proceso de sali- da ni el proceso de entrada lo que mueve a los candidatos a moverse dentro del umbral, sino el deseo de estar en el mismo. La Unión tal y como existe hoy es un presente insuficiente, poco claro, difícilmen- te definible desde los axiomas científico sociales. Los más pesimistas afirman que es insuficiente, mientras que los más optimistas ven el largo recorrido de la Unión, tanto pasado como futuro. Zygmund Bauman afirmó en una conferencia en Barcelona que la Unión Europea es el experimento más avanzado dedicado a la búsque- da de una solución local a los problemas de la nueva forma global: una globalización más acuciante y cuya velocidad obliga al ser humano a acortar distancias temporales y espaciales de una manera jamás vista antes en su Historia. Bauman prosigue explicando que la Unión reúne 1.5 miedo al experimento: euroescepticismos y eurocríticas
  • 33. CUATRO DÍAS DE MAYO33 en sí el compendio de una Europa diversa en tiempo y espacio, cuyos estados nacionales nacieron y se desarrollaron con sus propios cami- nos, hasta llegar a cogerse de la mano en un determinado derredor. Si queremos utilizar un símil baumiano, la Unión obliga a los esta- dos nacionales a licuar sus soberanías lentamente, en pos de una nueva soberanía mayor. Es una Unión diversa. Ante esta diversidad, las dife- rencias no quieren desaparecer, sino que aguantan ante el soplo de los nuevos tiempos, y se quedan hasta que, como las flores del desierto, se evaporan entre la arena. El presente de esta Unión, cuyo contexto más cercano ha sido su gran crisis económica y financiera, es un paréntesis al que le falta aún cierre. Y a río revuelto, ganancia de pescadores: la crítica a esta Unión jamás ha sido más fuerte y atractiva. Los euro – escepticismo, –fobia y –criticismo han aparecido con toda su crudeza. Éstas no son exactamente lo mismo. Cesáreo Rodríguez-Aguilera del Prat, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona, las ha explicitado en su obra Euroescepticismo, Eurofobia y Eurocriticis- mo. Los Partidos radicales de la derecha y la izquierda ante la Unión Europea, editada por Huygens y a la que Finestra d’Oportunitat de- dicó una entrevista. Un euroescéptico es aquel que acepta una coor- dinación económica intergubernamental pero no está de acuerdo con la integración política supranacional que se ha ido produciendo sobre todo desde la entrada en vigor del Tratado de Maastricht de 1992. Un eurófobo está radicalmente en contra de cualquier tipo de cooperación europea, incluso la económica: es el defensor más acérrimo de la vieja doctrina de la soberanía nacional, del aislamiento nacional, proteccio- nista, antiglobalización desde punto de vista más conservador: el re- torno a un mundo pasado que no volverá; la negación del experimento, de la solución nueva para los fuertes vientos de la nueva globalización. Finalmente, un eurocrítico desea más Europa pero no está de acuerdo con esta Unión Europea, con el movimiento lacónico y mortecino de quien ni sale ni entra sino que se queda en el apacible pero indeter- minado umbral. La nueva izquierda radical, fortalecida gracias a la depresión económica iniciada en 2008, defiende construir Europa de otra manera: partidos como Die Linke (Alemania), Syriza (Grecia), Bloco de Esqueda (Portugal) o Izquierda Unida (España) propugnan
  • 34. CUATRO DÍAS DE MAYO34 el fin de esta Unión basada en lo que denominan “ideología neolibe- ral”. El líder de Syriza, Alexis Tsipras, fue incluso el primer candidato aparecido para las elecciones de los cuatro días de mayo. En noviem- bre de 2013 European Left lo designó cabeza de su lista paneuropea. Euroescepticismo posee una connotación negativa por defender una actitud negativa: mientras que la Unión posee cierto sentido de evo- lución histórica, el euroescepticismo –y la eurofobia como su versión más radical– defiende una involución que solucione los desaguisados acontecidos por culpa de la Unión. El Frente Nacional francés es un ejemplo claro de la radicalización que el euroescepticismo está defen- diendo cuanto mayor es el movimiento de licuación de las soberanías nacionales para con la soberanía de la Unión. El FN no solía pedir formalmente que Francia abandonara la Unión Europea, pero los últi- mos discursos tanto de Marine como de Jean-Marie Le Pen establecen una nueva concepción a defender dentro de esta formación: comparan la Unión Europea con la Unión Soviética, consideran que es un nuevo imperialismo que ahoga las patrias y diluye las identidades nacionales y la ven como una entidad artificial, burocrática y elitista, al servicio de los poderosos, de los que hay que salir para salvarse. Una actitud claramente eurófoba, sigue Rodríguez-Aguilera, que no explica el pre- cio de la no-Europa. La Unión Europea tiene muchos defectos pero destruirla sería un paso atrás monumental, una catástrofe histórica. Los eurófobos nunca proporcionan una respuesta: si abandonamos la Unión, ¿qué pasará después? ¿Debemos volver a las viejas patrias como si estuviésemos otra vez antes de 1945? Es un escenario inverosímil y peligroso. Euroescepticismo y sobre todo eurofobia se han convertido en prácticos sinónimos de extrema derecha, pues han sido los partidos que defienden postulados de ese espectro ideológico los que más se han identificado con el catálogo tanto euroescéptico como eurófobo. El Frente Nacional francés, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia holandés y la Liga Norte italiana se aliaron para lograr grupo propio en el Parlamento Europeo tras las elecciones de los cua- tro días de mayo. Marine Le Pen juega a ser una especie de heroína de la retirada, que diría Eizensberger, una heroína del desmontaje, del derribo. La extrema derecha posee argumentos que desean la vuelta a
  • 35. CUATRO DÍAS DE MAYO35 un mundo anterior y del que jamás se hubiese tenido que salir, axio- mas conservadores que niegan los cambios que el tiempo, testarudo, se empeña en regalar. Axiomas conservadores revestidos de estética moderna, actual, mucho más flexible a los cambios temporales que sus ideas no pueden ni quieren aceptar. El Frente Nacional es el parti- do-guía de las derechas radicales europeas. De origen neofascista, ha establecido acuerdos con otras derechas populistas de trayectoria dife- rente, al margen de sus procedencias históricas. Se da, en ambos casos, una plena coincidencia en sus ideas fuerza: rechazo de los inmigrantes (símbolo del forastero), repliegue ultranacionalista de corte étnico (ex- cluyente, anti-Unión y por ende antiestablishment). Los ´símbolos de la revolución francesa de 1789-99 son moldeados en beneficio del re- cuerdo a la grandeur perdida a lo largo de los últimos cincuenta años, primero por culpa de la descolonización, luego por el lento mas perse- verante camino hacia la integración supranacional europea. Un molde que presenta también al caballero medieval, con armadura reluciente, en recuerdo al símbolo romántico del defensor de unos valores ya per- didos, e icono también visto en carteles de la Lega Nord. El fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, es además eurodiputado desde hace 30 años, con algunos momentos de interrupción –y en estas tres décadas la integración europea no ha seguido los deseos del euroescepticismo a rajatabla, más bien lo contrario. La familia Le Pen, la familia Bossi, Wilders, Farage, todos ellos utilizan el populismo para pescar en río revuelto. Su populismo, que en Europa no es una doctrina sino más bien un estilo político de fuerte connotación negativa, obliga a la derecha moderada y hasta en parte al centroizquierda a incidir en sus maneras. En los rápidos del río re- vuelto europeo, formados por las inflexibles recetas neoliberales de la troika –rígida ortodoxia centrada en el control del déficit y la austeri- dad–, cuyas consecuencias sociales en el Sur y el Este han recrudecido las desigualdades y la pobreza, han agravado como nunca antes el foso entre las élites privilegiadas y la mayoría de la población, la cual en- cuentra en las recetas populistas tanto un desahogo como una vía de escape. El auge del populismo obedece a una frustración social pal- pable y a una nueva deslegitimación de la democracia representativa.
  • 36. CUATRO DÍAS DE MAYO36 Ante estas sombras aparece el populismo cual faro, con alternativas recetas expeditivas, inviables e incluso injustas, pero que muestran turbiamente algunos problemas reales y reflejan las lagunas de esta Unión. Los populismos abanderan el euroescepticismo e incluso se han adueñado del eurocriticismo. Explotan sentimientos de insegu- ridad, angustia, nerviosismo, impulsos de amplios sectores populares, y centran tal percepción en cabezas de turco mucho más alcanzables que la troika, como la inmigración: la xenofobia es un factor inherente a todo ser humano; ante el miedo a la diversidad, la seguridad del ho- gar. Más vale malo conocido que bueno por conocer. En la Unión los distintos formatos de Estado del Bienestar han llegado a pervertir el discurso tanto de los susodichos moderados por los que siempre fueron vistos como ultras. En Alemania, Francia, Italia, Holanda, Finlandia, han aparecido voces que denuncian el aprovechamiento por parte de personas, que provienen tanto de dentro como de fuera de la Unión, de las prestaciones sociales públicas. Otros fenómenos, como el aumento de la delincuencia o incluso la reaparición de enfermedades antes erra- dicadas, también recaen en estos nuevos chivos expiatorios aparecidos del temor. Ante todo aquello que resuene a forastero, a diverso o dife- rente, se exalta incluso fanáticamente a lo propio: los populistas de la IMAGEN 1.5 Viñeta de 'El Roto' publicada en El País.
  • 37. 37 CUATRO DÍAS DE MAYO derecha radical ofrecen identidades buenas, de las que no se tenía que haber salido, excluyentes –se recuerdan las “raíces cristianas” del mun- do occidental– por la exaltación de tinte étnico de las propias naciones. Aparece pues el Eterno Retorno a la nación, término a veces implícita y perversamente utilizado como sinónimo de raza o pueblo: la clásica negación en la derecha radical de la sociedad como suma de indivi- duos, sino como comunidad holística. El Distrito Europeo, en el que trabajan los hombres de negro, es lo que jamás hubo de construirse. En algunos países de la Unión algunos partidos no esconden su condición neofascista, pues suelen incluso alardear de su sintonía con movimien- tos históricos del fascismo clásico: en Hungría el Movimiento para una Hungría Mejor (Jobbik Magyarországért Mozgalom, JMM) aparece como segunda formación política en intención de voto por detrás del partido conservador Fidesz, posee una estructuras muy jerárquica y autoritaria, con un programa abiertamente xenófobo; en Grecia, Ama- necer Dorado (Chrysí Avgí, ChA) es tercera formación en intención de voto popular, por detrás de Syriza y Nueva Democracia, con una estructura paramilitar y un simbolismo de partido que bebe sin tapujos de la fuente nacionalsocialista clásica. Partidos como el FN, JMM o ChA hacen que sus rivales más moderados, tanto de derecha como de izquierda del espectro político, les tomen prestados algunos posiciona- mientos: en Francia los gobiernos de la UMP con Sarkozy entre 2007 y 2012, y los del PS con Hollande desde 2012 han aplicado políticas de expulsión de gitanos de etnia rom, a su vez también expulsados de Italia y antes de Rumanía; en el Reino Unido el gobierno de Cameron ha propuesto la delación de inmigrantes irregulares; y en España el gobierno del PP de Rajoy ha practicado una mayor expulsión de inmi- grantes; en Grecia el gobierno de coalición entre Nueva Democracia y Partido Socialista (PASOK), capitaneado por Andonis Samaras, ha procedido al acoso policial de los simpapeles; en Hungría el gobier- no conservador del polémico Viktor Orbán, que mantiene un pulso particular con la Unión desde 2009 por su cambio unilateral de la constitución húngara –que refuerza los poderes del presidente de la república ante los del parlamento–, ha sugerido el eventual encarcela- miento de los sin techo. Con tales recetas se pretende frenar o neutra-
  • 38. 38 CUATRO DÍAS DE MAYO lizar el ascenso de la competencia. Sin embargo, los radicales son más creíbles en estas políticas que sus rivales, imitadores deshonestos que han habitado el establishment antes y después del inicio de la crisis. El discurso de la intolerancia y la represión se normaliza: dirigentes de la CSU bávara han hecho declaraciones que rozan la xenofobia contra los inmigrantes extracomunitarios y otras muy ofensivas para los euro- peos meridionales.El miedo alimenta los estereotipos, que construyen el pensamiento de los prejuicios y, finalmente, vuelven al miedo para terminar en sentimientos peligrosos cuales el odio o la ira. Según The Economist, la apuesta por líderes o jefes resolutivos, fuertes, determinados, hace que estos movimientos vean en el presi- dente ruso, Vladimir Putin, un ejemplo a seguir: en pos de la Madre Rusia y de todos sus ciudadanos, tanto los que viven dentro de la Fede- ración Rusa como los que habitan fuera de ella, deben ser defendidos con uñas y dientes, contrariando a la Unión Europea y a Occidente si hace falta. ¡Quién lo iba a decir! Desaparecido el bolchevismo, la dere- cha radical ve en Rusia su faro, aun cuando en Moscú o en las ciudades ucranianas prorrusas aparecen efigies de Lenin y Stalin. Y volviendo a la griega ChA, ésta comparte nombre con una sociedad ocultista británica llamada Golden Dawn (Amanecer Dorado) fundada en 1887 y hermanada con otras sociedades del mismo tipo de Alemania, muy propensas a creer, en aquellos tiempos, en las teorías hiperbóreas y de la supremacía de la raza blanca o europea en plena era de los imperia- lismos y las colonizaciones. En el Reino Unido el euroescepticismo vive un nuevo amanecer. El UKIP, el Partido por la Independencia del Reino Unido, de derecha radical pero no neofascista, es aislacionista y muy nacionalista inglés, con el objetivo monotemático de sacar el Rei- no Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la Unión Europea. De hecho, el UKIP nació en 1993 con ese único objetivo. Luego añadió ingredientes contrarios a la inmigración, utilizando la xenofo- bia para conseguir dividendos electorales. Nigel Farage, eurodiputado y líder del UKIP, no quiso firmar una alianza con Marine Le Pen y sus colegas continentales, temiendo una respuesta contraria de par- te de sus electores. Desde el punto de vista procedimental, el UKIP es un partido democrático, no insurreccional, no defiende romper la
  • 39. CUATRO DÍAS DE MAYO39 legalidad, acepta los resultados electorales, se compromete con las ins- tituciones, mientras que su principal rival en el campo euroescéptico británico, el British National Party (BNP) estuvo involucrado en epi- sodios violentos. Ante el avance de estas ideas, el primer ministro tory David Cameron prometió un referéndum en 2017 para sacar al Reino Unido de la Unión, pues un sector de su partido defiende los mismos puntos de vista que Farage. El eurocriticismo tiene en el movimiento federalista europeo una de sus grandes estelas. Desea una Unión con- vertida en federación perfecta, sin los eufemismos que la han hecho entrar en crisis, con la estructura sólida que parece no quiera tener. Los federalistas europeos no quieren que la Unión sea un gigan- te con pies de barro. Predican la unificación completa de la Unión, con un solo gobierno, un solo poder legislativo, un solo poder judicial, una plena soberanía de la Unión Europea, que poseería una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU, que representaría el interés co- mún de todos los Estados miembros pero sobre todo, y por encima de todo, del conjunto de la ciudadanía europea. El federalismo europeo hace hincapié en la ciudadanía europea, en sus libertades y deberes. El lector se preguntará: ¿federar a quién, o a qué? ¿En una Unión federal tienen sentido los estados actuales? ¿Tendrían sentido si fueran unas federaciones? ¿Federaciones de qué? ¿De regiones? ¿De naciones? En- tonces, ¿no tendría más sentido que la Unión fuera directamente una federación de regiones/naciones? En 2014, nueve años después de la confusión y el desencanto que provocó el nonato TCE, la Unión vivió nuevas pruebas de su reto inherente. Naciones históricas como Esco- cia y Cataluña celebraron referéndums de autodeterminación el 18 de septiembre y el 9 de noviembre, respectivamente, pero esta Unión ya expresó por boca del presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y otros comisarios y altos funcionarios de su Administración, que ésta es una unión de estados, y si una región se separa de su estado nacional matriz debería esperar para poder entrar en la Unión, “respetando los procedimientos que se estipulan en los tratados”.
  • 40. CUATRO DÍAS DE MAYO40
  • 41. El segundo quinquenio de Barroso como presidente de la Comisión se ha visto salpicado por un reto mucho mayor que el que tuvo en su primer mandato: sacar a la Unión de la mayor crisis financiera, econó- mica y fiscal desde 1929. El tecnócrata de las Azores, tranquilo, técni- co y, en algunos momentos, ausente, ha capeado, junto a su colega del Consejo Europeo, el flamenco Van Rampuy, el tsunami: en 2008, un año antes de que comenzase su segundo mandato gracias a la entente entre países del Sur con los del Norte y a las alianzas entre las distintas familias políticas paneuropeas, estallaba en Estados Unidos la crisis de las hipotecas basura, la cual abría un agujero negro espeluznante en la primera economía mundial, un agujero que todo lo chupaba para sus adentros, una implosión espectacular de las finanzas mundiales… esta vez desde Wall Street. Y el agujero engulló, también, las desconside- raciones que se tuvieron para con la moneda única cuando se creó con una sola pata: la monetaria. En 2008 pocos economistas se atrevían a publicar sus pronósticos acerca del agujero negro que estaba a punto de aparecer bajo nuestros pies. Concretamente en Europa, tanto en el Nor- te como en el Sur, los diecisiete países que compartían moneda única, se producían pingües beneficios gracias al crédito fácil: bancos alema- nes como el Deutsche Bank inflaban estructuras económicas inestables como la griega, la portuguesa o la española invirtiendo en la conce- sión de créditos a personas que no sabían si podrían devolverlos, siendo estas personas tanto físicas (un individuo, una familia) como jurídicas (empresas). El Banco Central Europeo, al que se ha criticado desde su LA ECONOMÍA HA ENTRADO EN NUESTRAS VIDAS COMO NUNCA ANTES 2 2.1 la economía en un pantano y el euro cojo
  • 42. CUATRO DÍAS DE MAYO42 nacimiento por no ser exactamente un banco central, vigilaba detrás de la verja, manteniendo el precio del dinero alto. La ampliación hacia el Este seguía también por su vía monetaria: en 2007 Eslovenia –primera república independizada de la extinta Yugoslavia, en 1991– abandona- ba el dólar por el euro; en 2008 Chipre hacía lo propio con su libra y Malta con su lira. El año 2009, uno después de que el agujero negro tocara costas europeas, Eslovaquia abandonaba su corona en favor de la moneda común. En 2008 pocos querían, hemos constatado un lustro después, darse cuenta o pronosticar o informar de una crisis económica que transmutaría en fiscal, por ende aún más económica y, finalmente, social y política. La depresión económica comenzada en 2008 es la una consecuencia de la Historia.El “breve siglo XX”,cuyos estertores siguen dando latigazos en el “largo XXI”, como lo han bautizado ya algunos historiadores, terminó con la caída del Muro berlinés y el abandono de Rusia y su órbita de la ideología comunista. Aparecieron pues nuevas ideas para el nuevo mundo: el hobbesiano “choque de civilizaciones” de Samuel Huntington y la arrogante teoría sobre el “fin de la historia” de Francis Fukuyama. Ambos pensadores, teóricos de la política y la eco- nomía, apuntaban la nueva verdad resultante, cada uno desde su óptica: la Guerra Fría acababa de terminar con victoria para el bloque capita- lista, capitaneado por los Estados Unidos de América, cuyo dominio mundial se extendería unilateralmente durante por lo menos una déca- da, hasta la primera del “largo siglo XXI”. La Unión Soviética dio paso a una Comunidad de Estados Independientes cuyos países, siempre en la órbita de Moscú, abrazaron el capitalismo de libre mercado, lo que contribuyó a una mayor globalización de las finanzas. De ahí los “felices ‘90”. La historia no había terminado: tomaba nue- vos moldes para plasmar nuevas realidades. La aceleración de las finan- zas globales ya dio un primer susto con la crisis de 1992, un shock que se saldó con una mayor desregulación de las mismas, esta vez llevada a cabo por el demócrata Bill Clinton –It’s the economy, stupid–; cinco años más tarde los tigres asiáticos –Singapur, Malasia y sus hermanos pequeños Vietnam y Tailandia– sufrían otro shock, esta vez en la re- gión aun periférica del Sureste Asiático. Desde su más tierno desarrollo como estructura económica imperante durante las marismas del siglo
  • 43. CUATRO DÍAS DE MAYO43 XIX, el capitalismo de libre mercado ha tendido a acelerarse y desacele- rarse de forma a veces violenta, instigado por manos invisibles o modas pasajeras. Instigado, en último término, por el hombre. Como hemos apuntado anteriormente, pocos economistas previeron qué se estaba cociendo. Las fáciles condiciones para acceder al crédito entre 2002 y 2008, fruto de una nueva mayor desregulación de las finanzas llevada a cabo por la Administración de George W. Bush, incentivaron en todo el planeta prácticas de préstamo de alto riesgo: de ahí surgieron desequi- librios en el comercio internacional, la existencia de diferentes burbujas inmobiliarias, y la final recesión global comenzada por el agujero negro aparecido en Wall Street en 2008. Poco después, el primer afroamerica- no entraba en la Casa Blanca como presidente,conseguía que la Reserva Federal bajase los tipos de interés hasta niveles irrisorios y decretaba la nacionalización de General Motors, entre otras medidas. No fue keynesianismo puro lo que llevó a cabo Barack Obama. La política fiscal elegida era en relación a los ingresos y gastos guberna- mentales: se rescataron entidades bancarias y tenedores privados de obligaciones por los gestores públicos, asumiendo las deudas privadas, socializando las pérdidas. En el caso de Europa, la crisis golpeó a sus hormigas. Cuando vemos una hilera de hormigas en un parterre, nues- tra curiosidad nos llama a seguirlas con la mirada. Todas se siguen las unas a las otras, en una hilera perfecta. Hasta que nuestros ojos se posan en el hormiguero. Entonces nuestra curiosidad se convierte en diversión sádica y no podemos contenernos: apoyamos nuestro dedo índice sobre la hilera de hormigas, chafando algunas de ellas y alborotando a todas las demás. Como si de un toque de queda se tratase, del hormiguero dejan de salir bichitos, mientras que la hilera de hormigas tarda en re- generarse, dejando de lado a las colegas chafadas. El dedo fue la crisis económica, y las hormigas… Ya comprenden la metáfora, ¿verdad? En Europa, la tentación ofrecida por la gran canti- dad de ahorro disponible –con un solo clic se pueden mover dineros, convertidos en números en una hoja de cálculo de Excel u otros sof- twares– superó los mecanismos de control regulatorios y políticos país tras país, a medida que los prestamistas y prestatarios hacían uso de esos fondos, generando así una burbuja económica tras otra. A medida
  • 44. CUATRO DÍAS DE MAYO44 que estas burbujas fueron pinchando, el precio de los activos (como por ejemplo propiedades inmobiliarias) fue cayendo, y lo debido a los inver- sores –globales– que habían financiado esas burbujas no quiso perdonar sus precios máximos, generando entonces cuestiones acerca de la sol- vencia de los gobiernos y de sus sistemas bancarios. La manera en que cada país europeo quiso salir con la mayor rapidez posible del agujero, tomando dinero prestado e invirtiéndolo, varió. Las hormigas acababan de recibir el golpe del dedo y correteaban sin rumbo. En Irlanda, los bancos prestaron dinero a promotores inmobiliarios, generando una burbuja homónima que, al pinchar, el gobierno irlan- dés –entonces comandado por el primer ministro, o taoiseach, Brian Cowen– decidió que sería la administración más sus contribuyentes los que asumirían los pagos de deuda. En Grecia, el gobierno aumentó su compromiso con sus funcionarios en la forma de generosos beneficios salariales y de jubilación, doblándose los primeros en términos reales en el plazo de diez años. En España, se probó con un plan de inversión pú- blica que pretendiera aplacar la desaceleración –el eufemismo utilizado por el entonces primer ministro español José Luis Rodriguez Zapate- ro–.En Alemania no se sentía casi nada y Francia miraba asustada cómo su estructura también se debilitaba. En el Reino Unido, la City recibió la ola del tsunami de Wall Street y el premier laborista Gordon Brown tomó medidas similares a las de su colega americano. Mientras tanto, en Islandia: el sistema bancario creció de modo gigantesco, generando deudas con inversores globales por importe de varias veces su PIB, pero una vez este pinchó, los causantes y sus cómplices fueron juzgados. La recesión de 2008, el agujero negro, comenzó a engullir a las eco- nomías del euro… y al euro. Su estructura, a la que muchos han compa- rado con un hombre cojo, hoy tiene la pata de palo de la política fiscal, pero desde su primera concepción, en 1992 y el Tratado de Maastricht, ésta no se contempló. Bajo este tratado fundacional, el club de estados se comprometió a limitar el déficit público y los niveles de deuda de sus miembros. Sin embargo, un número de países miembros de la Unión – Grecia e Italia, entre otros– fueron capaces de pasar por puntillas por el camino dictado por estas reglas, enmascarando dichos niveles gracias a la utilización de complejos instrumentos financieros. Poco tiempo des-
  • 45. CUATRO DÍAS DE MAYO45 pués del nacimiento oficial de la Unión Europea, Francia y Alemania también se saltaban las normas. Estas estructuras fueron diseñadas con el beneplácito de relevantes bancos de inversión estadounidenses y eu- ropeos, cuyas almenas eran Wall Street y la City londinense, sin olvidar Frankfurt, los cuales recibieron importantes comisiones por sus servi- cios de parte de sus clientes, los gobiernos. Y quienes se hicieron cargo de cantidades muy reducidas de riesgo de crédito gracias a la protección legal especial ofrecida por sus clientes. El poder con el poder, en una red. Lo más interesante de todo este embrollo es que desde que co- menzó a circular por los bolsillos de la ciudadanía, el euro parecía mejor que el dólar americano o la libra esterlina: se convirtió en una moneda de referencia para el cambio de divisas y hoy sigue siendo la segunda por detrás del dólar estadounidense –aun en 2010, el déficit fiscal y el endeudamiento privado de la zona euro eran menores que en EEUU, y el ratio de la deuda pública sobre el PIB era del 86%, casi como en Estados Unidos–. Sin embargo, al cojo aún le faltaba una pata de palo: una contradicción estructural con unión monetaria (divisa común) sin unión fiscal (política fiscal: impuestos, pensiones y funciones del Tesoro comunes, la pata faltante). Hasta que no se crearon los mecanismos de estabilización, la zona euro requería que sus miembros siguieran un patrón fiscal similar sin un Tesoro común para darle valor, esto es, una garantía. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) dicte algunas me- didas, los miembros del club dentro del club pueden no ser capaces de seguirlas, o simplemente pueden elegir no seguirla. Durante este lustro se ha hablado mucho de la impresión de dinero por parte del BCE, pri- mero cuando Jean-Claude Trichet lo presidio hasta 2011, y ahora con Mario Draghi. Sin embargo, uno de los componentes más perversos de la crisis del euro cojo, vivida sobre todo en 2010, con su punto álgido en el verano de ese año, fue la marea de noticias acerca de una prima y de unas agencias que hasta ese entonces muy pocos conocían. Y todo ello porque el sistema euro, que sabía disimular muy bien su cojera gracias a la ayuda de aquellos que se hacían llamar sus amigos, dejó de gozar de la confianza que esos “amigos” le brindaron durante años. Antes de la implosión, se asumía tanto por los reguladores como por los bancos que la deuda soberana de la zona euro era segura. Había un
  • 46. CUATRO DÍAS DE MAYO46 acuerdo tácito: los bancos mantenían importantes carteras de bonos de países débiles como Grecia, los cuales, mientras tanto, ofrecían una pe- queña prima de riesgo, pareciendo estar equilibrados con los países más sanos. A medida que se desarrolló el agujero, los activos –ya tóxicos– de Grecia, Irlanda, España y otros, ofrecían más riesgo –en realidad siem- pre ofrecieron el mismo riesgo objetivamente, pero las subjetividades más ávidas no quisieron verlo así hasta que no fue demasiado tarde–. A la falta de información sobre el riesgo de la deuda soberana euro- pea contribuyó el conflicto de intereses entre algunos bancos privados, como el Deutsche Bank, los cuales ganaban grandes sumas al emitir esos bonos. Y esta pérdida de confianza se vio reflejada en el aumento de los precios de la permuta de incumplimiento crediticio de las deudas soberanas: quien había dejado una suma de dinero a alguien o algo que no podrían devolvérsela pedía ahora dicha suma, con intereses altos. Empezamos a escuchar nuevos vocablos: prima de riesgo, agencias de calificación y quita. Standard&Poors, Moody’s y Fitch fueron re- petidas hasta la saciedad por todas las gacetas de la Unión. Mientras estas criticaban la lentitud con la que las hormigas habían tomado la reconstitución de la hilera, las hormigas, revueltas y reunidas colegiada y casi semanalmente en Consejo, “amenazaban” con organizar una nueva agencia de rating europea anclada, como no, en Frankfurt. Mientras tanto, el spread, o la prima de riesgo –diferencia entre el interés que se paga por la deuda de un país y el que se paga por la alemana, pues es la más sana– crecía en los países enfermos de la Europa Meridional, que sufrían por mantener AAAs e incluso BBs en sus ratios económicos. La continuación de los desacuerdos entre la clase política europea sobre la forma de atajar de modo inmediato la crisis de confianza del mercado y, en el largo plazo,sobre cómo lograr una mayor convergencia económica, financiera y fiscal entre los miembros de la zona euro y el riesgo cre- ciente de recesión económica en la eurozona como un todo para 2014 ya resonaron por aquel entonces. Volvamos al sillón del presidente de la Comisión. El segundo quin- quenio de Barroso, como apuntábamos al inicio de este apartado, te- nía que ser mucho más tranquilo: se trataba de gestionar la puesta en marcha del Tratado de Lisboa. (Divertido: un portugués gestionando
  • 47. CUATRO DÍAS DE MAYO47 la implantación de un tratado firmado en su capital. Europa a veces no se da cuenta de sus coincidencias y curiosidades). Pero el agujero negro que engulló las estructuras económicas de la Europa Meridional, las cuales, más de un lustro después, siguen buscando escaleras con las que salir del mismo, le obligó a contemplar o ayudar a buscar una salida a la crisis del euro cojo.Escribe Stefan Zweig en la biografía que escribió para Joseph Fouché, político arribista que se paseó por la revolución francesa de 1789, el Terror, los años de Napoleón como dominador del continente y la vuelta efímera de los Borbones con Luis XVIII, que “la historia universal no es solamente, como la muestran a menudo, una historia de coraje humano, es también una historia de cobardía huma- na; y la política no es, como se quiere absolutamente hacer creer, el arte de conducir la opinión pública, sino más bien la manera con la que los jefes se inclinan cual esclavos ante las corrientes que ellos mismos han creado y orientado”. La crisis fiscal europea, la crisis del euro, y sus consecuencias sociales y políticas, son otro ejemplo de la cobardía con la que muchos jefes –financieros, económicos, políticos– han entona- do decisiones. Y, seguramente, si el presidente de la Comisión hubiese tenido más personalidad a lo hora de encauzar e influenciar decisiones con mayor presteza, quizá las cosas hubiesen sucedido de otra manera. Hemos llegado a los cuatro días de mayo de 2014 con una Unión cuya sección monetaria ha creado varios métodos para equilibrar al cojo: no se le ha instalado una pierna cibernética que pueda garantizarle la movi- lidad, sino que se le ha puesto una pata de palo cuya madera está hecha de un Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, su heredero Meca- nismo Europeo de Estabilidad Financiera, un Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y las intervenciones periódicas de Mario Draghi. La hilera comenzó a recomponerse en 2010, cuando las hormigas, reunidas en Bruselas DE, acordaron crear el Fondo Europeo de Estabi- lidad Financiera (FEEF): un instrumento para mantener la estabilidad 2.2 a veces la medicina se toma a golpes
  • 48. CUATRO DÍAS DE MAYO48 financiera en Europa a través de la provisión de asistencia financiera para los estados europeos en dificultades. El FEEF emite bonos u otros instrumentos de deuda en el mercado con el apoyo de la Oficina de Gestión de la Deuda de Alemania para levantar los fondos que sean necesarios para proveer de préstamos a países europeos en problemas, recapitalizar bancos o comprar deuda soberana. Estas emisiones están respaldadas por garantías facilitadas por estados miembros de la zona euro en proporción a su participación en el capital del BCE y la capaci- dad conjunta de préstamo de 440.000 millones del Fondo está garanti- zada en común por diferentes gobiernos de países de la eurozona. Finalmente, puede combinarse con préstamos de hasta 60.000 millo- nes de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (el cual depende de fondos levantados por la Comisión a partir del presupuesto de la Unión) y hasta 250.000 millones del Fondo Monetario Interna- cional (FMI), logrando una red de seguridad de hasta 750.000 millones de euros. El FEEF transmutó dos años después en el Mecanismo Eu- ropeo de Estabilidad Financiera (MEEF), un programa de financiación de emergencia basado en fondos levantados en los mercados financieros y garantizados por la Comisión Europea utilizando el Presupuesto de la Unión. La Comisión es, por tanto, la primera y última supervisora de dicho Mecanismo –un relojero que vigila que el reloj no se pare–, y persigue preservar la estabilidad financiera en la Unión a través de la provisión de asistencia financiera a los miembros de la misma en difi- cultades económicas. Para complementar este garante de estabilidad, en 2011 se acordó una quita del 50% de la deuda soberana para Grecia además de un incremento obligatorio del nivel de capitalización de los bancos europeos del 9% –los bancos deben garantizar que poseen un 9% mínimo de capital para poder prestarlo–y de una serie de compromisos para Italia para que esta pudiese reducir su deuda nacional. Otro de los resultados que se tomaron para capear el agujero negro por el que caía la economía de la Unión fue el pacto fiscal europeo de 2011: se adoptó un procedimiento automático para imponer sanciones en caso de incum- plimiento tanto de los techos de déficit como de la deuda. Alemania, Francia y otros países pequeños de la Unión fueron un paso más allá y apostaron por la creación de una unión fiscal en la euro-
  • 49. CUATRO DÍAS DE MAYO49 zona con reglas fiscales estrictas y ejecutables así como sanciones auto- máticas insertadas en los tratados.En una reunión del Consejo Europeo de diciembre de 2011, los diecisiete miembros de la eurozona y seis paí- ses que aspiraban a unírsele firmaron un nuevo tratado que pone límites estrictos en el gasto y el endeudamiento públicos, con sanciones para aquellos países que violasen estos límites. El resto de países europeos no miembros de la zona euro, aparte de Reino Unido, se mostraron pre- parados para sumarse a esta iniciativa, a condición de someterla al voto de sus parlamentos. ¿Cómo se llegó hasta aquí? La recomposición de la hilera de hormigas fue muy dura, llena de polémicas, muchos soldados cayeron por no querer obedecer las órdenes tomadas colegiadamente bajo batuta germana.En Grecia,el primer ministro Giorgios Papandreu fue sustituido por un tecnócrata, Lucas Papadimos, para tomar medidas urgentes, pues Papandreu sentía que no podía agachar más la cabeza. En Italia, Silvio Berlusconi dio paso a otro técnico, Mario Monti, bien conectado con Bruselas DE y con la cancillería teutona.En España se reformó la constitución de forma rápida, adaptándola a las nuevas exigencias de la Unión. Incluso David Cameron fue apeado cuando so- licitó que la City de Londres fuera excluida de las regulaciones finan- cieras dictadas, perdiendo en su pulso con los demás colegas del club. Se quedó solo, y no era la primera vez que un primer ministro britá- nico se quedaba solo después de haberse reunido con sus colegas con- tinentales. Hasta la Dama de Hierro sufrió esa ignominia para la el Reino Unido. El rechazo británico a formar parte del pacto fiscal fran- co-alemán destinado a salvaguardar la zona euro constituyó un rechazo a comprometerse en ninguna revisión radical del Tratado de Lisboa. El BCE también ha sido un actor importante durante toda esta crisis, tomando una serie de medidas dirigidas a reducir la volatilidad en los mercados y a mejorar la liquidez: comenzó comprando títulos de deuda pública y privada,absorbiendo la misma cantidad de liquidez para evitar un aumento de la inflación. Anunció dos subastas de 3 meses y una de 6 meses en 2011 y 2012. Los bancos miembros del Sistema Europeo de Bancos Centrales comenzaron a comprar deuda pública. Mientras que Trichet se mantuvo firme ante la batuta germana, el italiano Draghi ha intentado desmarcarse de la misma, lo que le acarrea tanto críticas como
  • 50. CUATRO DÍAS DE MAYO50 elogios. La única cosa cierta es que Draghi ha conseguido potenciar una imagen de mayor independencia del BCE. A veces la medicina se toma a golpes: la consecuencia de esta mayor integración de la zona euro en su vertiente fiscal ha obligado a los miembros de su club a tomar las medidas necesarias para adaptar sus estructuras. En el caso que nos concierne, se han ido devaluando salarios y el mercado laboral en general, creando tasas de paro espectaculares: 26% en España, 34% en Grecia. Una juventud sin horizontes que se ha radicalizado. Énfasis secesionista en Escocia y Cataluña. Solo la canciller Merkel se ha man- tenido de pie ante el abismo del agujero negro, mientras los colegas que había conocido cuando llegó a la cancillería en 2005, caían. Con esta medicina dada a golpes, sin embargo, se ha hecho más patente que nun- ca la necesidad de priorizar la movilidad laboral en la Unión. Debido a la existencia de estados nacionales, fronteras lingüísticas y culturales, esta movilidad sigue siendo difícil en el continente europeo, pero toda política de publicidad tanto desde los órganos de la Unión como desde los estados miembros para con la misma es poca si la comparamos con el nomadismo laboral estadounidense o australiano. 2014, año que rima, es el vigésimo séptimo desde la entrada en vigor del programa Erasmus, y solo gracias a este programa ha nacido un millón de europeos, muchos de ellos con doble nacionalidad. Y Erasmus no es el único programa a tener en cuenta: Leonardo da Vinci, Grundtvig –hoy fusionados en Erasmus Plus (Erasmus+)–, el Servicio Europeo de Voluntariado son otros programas de gran importancia para que la medicina se dé con mano de seda, o por lo menos sin tantos golpes como hasta ahora. No existe un ejemplo más perversamente bueno que el griego para dar- nos cuenta de cuánto daño ha causado la medicina dada a golpes. En las elecciones de los cuatro días de mayo, el líder de la izquierda radical griega, Alexis Tsipras, líder de la oposición, del partido que ganaría las 2.3 grecia: ejemplo y paradigma de los males europeos
  • 51. CUATRO DÍAS DE MAYO51 próximas elecciones legislativas (las cuales deberían celebrarse en 2015), zoon politikon europeo que asusta a todo el mundo en el continente por todo ello, fue designado el candidato de la Izquierda Unitaria Europea. Alexis Tsipras y Alba Dorada son consecuencias políticas de la caída helena en el agujero. En octubre de 2009, el Partido Socialista griego ganó las elecciones legislativas después de que Karamanlis, premier sa- liente que no supo esconder la situación a la que se encontraba su país, y Giorgios Papandreu, hijo de una de las dinastías políticas más antiguas del país –hijo del tres veces primer ministro Andreas Papandreu– tuvo que gestionar la caída. Anunció que la situación económica del país era catastrófica: el déficit presupuestario para 2009 sería del 12,5% en lugar del 3,7% anunciado por el Gobierno Karamanlis. Anuncio tam- bién que se había disimulado el verdadero tamaño de la deuda ante la Comisión desde hacía una década, y más tarde se sabría que todo ello se había hecho con ayuda y beneplácito de bancos alemanes, america- nos y británicos y la complacencia de los colegas europeos. Se hicieron públicas algunas previsiones estimando el déficit griego en un 12,7% y el endeudamiento en el 113,4% para 2009. Unos números que eran, si leíamos los periódicos, veíamos los telediarios y escuchábamos las gace- tas radiofónicas, horrores para todo aquel que viviese en Europa. En Alemania tabloides como el Bild no tardaron en estigmatizar a todo un pueblo como seres irresponsables y deshonestos que necesi- taban una penitencia para redimirse. Mientras tanto, Papandreu tuvo que anunciar un plan de reducción del déficit para el año 2010 a fin de contentar a los mercados financieros, a la Comisión y a sus colegas más poderosos del colegio. Dicho anuncio no fue suficiente y en los días siguientes los ataques especulativos de los mercados financieros y los rumores de que el gobierno iba a declarar el cese de pagos volvieron a la carga, hecho que llevó a la Comisión a reclamar más medidas, juzgando que la situación del país amenazaba la estabilidad de los otros países eu- ropeos. El PASOK, partido socialista, partido socialdemócrata, partido de izquierdas, garante de la igualdad entre los ciudadanos, implemen- taba la medicina creada en la farmacéutica europea, una quimioterapia que destruyó a su partido en las encuestas: las medidas de austeridad, como comenzaron a ser conocidas en 2009 en Grecia para después con-
  • 52. CUATRO DÍAS DE MAYO52 tagiarse en toda la Union, eran de obligado cumplimiento para poder recibir el rescate, una palabra llena de masoquismo pues no deja de ser un antónimo. Las protestas encabezadas por los sindicatos, además de enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden o entre gremios o distintos grupos de presión, aparecían en las calles. La plaza Sintagma, sede del parlamento heleno, pasó a ser un referente para los críticos de la austeridad. La medicina dada a golpes consistía, como hemos visto en apartados anteriores, en devaluar internamente salarios y sociedad para reajustar la estructura económica griega, la más inestable y paradoxal de la zona euro y de la Unión. Llegamos a oír propuestas rocambolescas como vender islas enteras del Egeo a multimillonarios. Grecia se con- virtió en una piñata a la que dar bastonazos. El miedo, arma de ataque y medida de defensa, fue entre 2009 y 2011 la herramienta preferida para imponer los ajustes: ¿y si la crisis griega repercutía en el euro? La canciller Merkel insistía en que cada miembro de la Unión tenía la responsabilidad de mantener las finanzas públicas en orden, hecho que ha acabado por caricaturizarla como una maestra severa y rígida en muchos lares del continente. Con Grecia en lo más hondo del agujero, la Unión se enfrentaba, no obstante, a un dilema: no había regla en el tratado que afirmara que la Unión puede dejar que sus miembros puedan rescatar financieramente a uno o varios de ellos. Durante semanas, Alemania se negó a ayudar directamente a Grecia, a rescatarla, alegando que los otros miembros de la zona euro no estaban dispuestos a pagar por los errores griegos, además de sufrir las protestas populares y una denuncia particular contra el gobierno. Por otro lado, una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, por tanto, una relación de dependencia respecto de él, no con- tentaba a todos los miembros de la eurozona, porque recurrir al FMI hubiera podido dañar la credibilidad del euro y conllevaba admitir que la moneda única tenía problemas que debían gestionarse desde el extranjero. Así, aunque el director del FMI de entonces, Dominique Strauss-Kahn, señaló varias veces que estaría dispuesto a prestar dinero, Grecia y la Unión se negaron a aceptar esta intervención. He aquí el mejor ejemplo para comprender la lentitud europea a la reconversión de la hilera de hormigas: el miedo. La valentía desbocada que permitió ha-
  • 53. CUATRO DÍAS DE MAYO53 cer malabares de todo tipo con activos y pasivos durante casi una década ahora se retraía tras una cerca. El miedo hizo que no hubiese voluntad de acción durante unos meses de 2010. La crisis griega fue gangrenando a su paciente y amenazó el riesgo de contagio en Portugal,España,Italia e incluso Francia. La caída de Grecia al agujero negro lo hacía aún más grande y avisaba con tocar los bordes de la sólida estructura alemana. La situación griega alteró la confianza en los mercados financieros y llevó a los inversores a retirar su dinero de esos mercados, amenazando romper la estabilidad económica europea. Las agencias de calificación puntuaron muy bajo, las tasas de desempleo crecieron, el malcontento con las clases políticas –ahora podríamos decir que hay solo una clase política en Europa, la europea– tomó las calles y finalmente los órganos colegiados decisorios de la Union anunciaron que sometería a Grecia a una supervisión severa para garantizar que el país tomara las medidas anunciadas al mismo tiempo que el Eurogrupo, gremio de los minis- tros de economía y finanzas de la Union –entonces presidido por Junc- ker, un desconocido para muchos que seguía gobernando Luxemburgo desde 1995–, ultimó un nuevo plan de rescate: una línea de crédito de 110.000 millones de euros para ayudar a Grecia durante tres años. Una suma de 80.000 millones dados por la Union y 30.000 millones por el FMI. Un 80% dado por la Unión en su conjunto y otro 20% por el principal prestamista mundial, en el que entran otros actores financieros muy importantes del planeta, como los EEUU o China. La medicina para la estructura económica griega ha aparecido de la misma globali- zación financiera. Y apareció entonces otro vocablo: troika. La palabra rusa troika, utilizada para describir triunviratos soviéticos como el de Stalin, Zinoviev y Kamenev que enviaron al ostracismo a León Trotsky en 1923, es hoy un término despectivo que describe la entente entre tres organismos complejos y casi deshumanizados: la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. La troika ofreció a Grecia un segundo préstamo de rescate de 130.000 millones de euros en otoño de 2011, con la condición de implementar más medidas de austeridad. Pero el premier Papandreu respondió a este anuncio anunciando, valga la redundancia, un referéndum sobre ese nuevo plan de rescate, echándose atrás ante la intensa presión de sus
  • 54. CUATRO DÍAS DE MAYO54 socios, quienes le amenazaron con no entregar un pago pendiente de 6.000 millones de euros que Grecia necesitaba hacia mediados de di- ciembre. El 10 de noviembre de 2011, Papandreu optó por dimitir tras un acuerdo con Nueva Democracia y Concentración Popular Ortodoxa mediante el cual se nombraba al físico y economista Lucas Papadimos como nuevo primer ministro de un Gobierno de unidad nacional inte- rino, responsable de implementar las medidas de austeridad necesarias para abrir paso al segundo rescate. Papadimos fue economista jefe del Banco de Grecia entre las décadas de 1980 y 1990 y vicepresidente de Trichet en la el gran banco continental. La respuesta al referéndum anunciado por Papandreu fue fulminante: su dimisión, la retirada de la votación y el acallamiento de la sociedad. La crisis griega también nos describe cuán difícil es gobernar una sociedad democrática sin tener en cuenta al pueblo, pues el pueblo jamás estará de acuerdo con aquellas medidas que atenten contra una merma en su nivel de vida. La crisis griega es paradigmática porque ha sido Grecia, y no otro país europeo, el que más ha sufrido la caída al agujero y la toma a golpes de la medi- cina. Ha sido el PASOK, el partido de izquierdas heleno decimonóni- co, el primero en sufrir la andanada de las paradojas de la moribunda socialdemocracia europea del siglo XX. Es Syriza la principal fuerza de izquierdas en Grecia, un ejemplo para otras formaciones aparecidas en la Union, como española Podemos. Y es en Grecia donde ha apareci- do, como hemos visto, un partido nacionalsocialista que se ha apostado como tercera fuerza política del país. Lucas Papadimos cumplió su co- metido y un año después Nueva Democracia, el centro-derecha heleno, volvía a gobernar de la mano de Andonis Samaras. Como en España, el mismo partido que había creado las condiciones perfectas para caer con facilidad en el agujero, debía gestionar parte de la salida del mis- mo. Cuando Grecia volvió a los mercados, la canciller alemana afirmó en Atenas: “Grecia ha cumplido sus promesas”. Y por promesas todos entendimos deberes.
  • 55. El segundo capítulo de este ensayo ha sido una visión general de la evo- lución económica en Europa, terminando con el caso griego, el ejemplo más paradigmático de la crisis fiscal europea. Las elecciones legislativas de los cuatro días de mayo han sido vividas con mucha intensidad en la republica helena, pues durante el recién pasado lustro de crisis, Grecia ha jugado con varios destinos mientras caía en el agujero y la hilera de hormigas se recomponía. Mientras algunas cabeceras anglosajonas y alemanas parecían desear su salida de la Unión y la consiguiente im- plosión socioeconómica y política de la misma, otros se aferraban a lasАВСТРИЈА УНГАРИЈА СЛОВЕНИЈА БОСНА И ХЕРЦЕГОВИНА СРБИЈА ЦРНА ГОРА РОМАНИЈА МОЛДАВИЈА УКРАИНА БУГАРИЈА МАКЕДОНИЈА ГРЦИЈА АЛБАНИЈА ХРВАТСКА Приштина КОСОВО Љубљана Загреб Будимпешта Букурешт Кишињев Софија Скопје Тирана Сараево Атина Белград Подгорица АЛПИ и ДИНАРИ СТАРА ПЛ. ПИНД РОДОПИ РИЛА ПИРИН ШАРА GRECIA Y LOS BALCANES 3 IMAGEN 3.1 La península de los Balcanes.
  • 56. CUATRO DÍAS DE MAYO56 medidas impuestas por el club europeo para salvar o, por lo menos,re- formar la estructura económica griega. Este capítulo comienza allá donde ha terminado el segundo: en Grecia. Nos mantendremos en- tonces en los Balcanes: las repúblicas de la extinta Yugoslavia son una promesa además de un reto para la Unión, pues es ahí donde el gran club europeo vive con intensidad tanto su pasado más reciente como su futuro más prometedor. Si la medicina ha parecido más bien una quimioterapia, Grecia es aquel paciente de quien los médicos no saben aún si seguirá enfermo por mucho tiempo o si está en remisión.Cuando el enfermo de Europa, como llegaron a llamarlo los medios de comunicación durante el punto álgido de la crisis del euro, por allá el verano de 2010, debía asistir ató- nito a la refundación de su estructura económica –o, casi mejor dicho, socioeconómica–, aparecieron afirmaciones como la siguiente: “Grecia debería considerar la posibilidad de vender algunas de sus islas desier- tas para reducir su deuda”. Sonaba a una fantasía provocada, quizás, por la ingesta excesiva de yogurt, pero fue la insólita idea de dos diputados del Bundestag alemán, pertenecientes a la CDU. Paralelamente, Mer- kel, quien no soltaba barbaridades parecidas, estoica y luterana pedía a su ya no tan homologo Papandreu de hacer los deberes. Y aparecía en los medios y las manifestaciones griegas con esvásticas, brazo alzado y bigotillo moreno. El tabloide alemán Bild llegó a vomitar: “¡Vendan sus islas, griegos quebrados! Y la Acrópolis, también”. Los sondeos de opinión mostraban que el 84% de los alemanes se oponían a que la Unión ayudara financieramente a Grecia, pues gran parte del dinero del rescate provendría de los bolsillos alemanes. El dinero alemán, pues, no debía ser un regalo, sino recibir una contra- partida: alguna de las 6.000 islas del Mar Egeo, de las cuales sólo 227 están habitadas, algunos los activos más valiosos de Grecia. Éstas son, hoy por hoy, propiedad de algunas de las personas más ricas del mundo. 3.1 grecia
  • 57. CUATRO DÍAS DE MAYO57 Vender alguna de ellas, sin embargo, era una sugerencia destinada a la ofensa, a la penitencia. Grecia no estaba exenta de culpa y debía sufrir una penitencia. Después llegaron los técnicos de Lucas Papadimos, los cuales aguantaron medio año, hasta que en la tarda primavera de 2012 el partido político que había gobernado durante el inicio de la caída en el agujero negro, Nueva Democracia (ND), volvía al gobierno después de unas elecciones en las que el miedo a Syriza, a la contestación, a la protesta, se adueñó de los medios de comunicación de toda la Union. En plena caída al agujero, el Movimiento Socialista Panhelénico, mejor conocido como partido socialista griego (el PASOK), ha pasado de ser uno de los dos mayores actores políticos de la republica helénica a vivir una travesía angustiosa. No es un partido de izquierdas, pues este honor se lo ha tomado la coalición Syriza. No posee ni fuerza suficiente para influenciar políticas. Es un actor muleta. Las elecciones griegas de 2012 fueron hechas en dos tandas: una primera votación en mayo, cuya victoria recayó en la ND de Andonis Samaras, y una IMAGEN 3.2 Grecia, con el Egeo al este y el Jónico al oeste.